El Papa, el Anticristo. (La Iglesia católica ama la opulencia y desdeña a los pobres) + video, protestas en España por visita del Papa
Si
bien la iglesia católica es la más extendida dentro de las diversas
iglesias cristianas, éstas no están exentas de una crítica como la
siguiente ya que, si no todas sí la mayoría, son igualmente partidarias
de la opulencia y el desdén por los pobres mientras se mantienen del
lado del poder, son cómplices o parte de él.
El Papa, el Anticristo
Por Alfonso Masó (Rebelión)
La Iglesia católica ama la opulencia y la
ofrece como mensaje de su desdén por los pobres que no son sino lastre
para su reino en la tierra, aunque también sean su coartada, su cínica
coartada. Apoteosis de poder, de siniestrísimos, gamados ecos.
Fe ciega en el dios neoliberal. Multinacional que fabrica el miedo como bombas de racimo y vende en exclusiva el perdón.
Miedo –perdón es la ancestral combinación
sobre la que se amasa un imperio cuya piedra angular hablaba de amar al
prójimo como a uno mismo y a Dios sobre todas las cosas. No es este el
momento para hacer historia de cómo ese principio es suplantado por el
terror por los siglos de los siglos. Este es sólo un lugar más desde
donde reclamar decencia porque la actitud a la que volvemos a asistir,
con los fastos que en estos día se promueven y celebran, tiene macabras
semejanzas con la entrada en tropel de los representantes de las
distintas empresas que viven de la muerte en el lugar donde se les
imparte bendición, pared mediante, salvadas las distancias, con el lugar
del duelo de sus olvidadas víctimas.
La pujanza de los propios negocios acaba
cegando y el don de la oportunidad ya nunca tiene que ver con aspectos
relativos a la sensibilidad o la decencia sino exclusivamente con la
ocasión de ganar más y adquirir más poder ¿Es este uno de los valores
espirituales a transmitir a la juventud? ¿El lugar del duelo se evalúa
exclusivamente en cuanto a las perspectivas de lucro, personaly de la
empresa o corporación a la que representas? ¿Es por eso que una vez
esquilmados los “lejanos” países se abandonan a su suerte?
Decencia es lo menos que se debería pedir
a quienes dicen actuar por amor al prójimo, desde los estamentos
religiosos, o por servicio a la ciudadanía, desde los administradores
políticos.
¿Los santos que pronto estarán en los
altares son los principales terroristas económicos que roban y atesoran
los recursos del país? Todo parece indicar que sí. La opulencia sólo se
puede obtener de los opulentos y mejor no preguntar por el origen de las
riquezas si basta con bendecir a quienes las ponen a tus pies.(1)
Alguien podría decir a las pandas de
desvergonzados y siniestros que nos excomulgan o bendicen o gobiernan,
que el lugar de los fastos y derroches es un lugar de duelo donde un
elevadísimo cúmulo de dolor ha sido y continúa siendo causado por
quienes expulsan a miles y miles de personas y familias de sus casas,
trabajos y pequeñas empresas, que la falta de ingresos y ayudas sociales
les lleva a la desesperación.Alguien podría decir a los intermediarios
de La Gloria que el dinero que se derrocha en construir sus terrenales
paraísos artificiales es, en su totalidad, robado a quienes les es
imprescindible para sobrevivir. Alguien podría decir todo aquello que
los grandes poderes aprendieron a ignorar
¿Desde qué ética se predica a la
juventud? ¿Qué se les predica? ¿Su superioridad moral frente a quienes
“no tienen donde caerse muertos”, en su entorno más inmediato o en
lejanos países que parecen no existir?
“Por sus obras les conoceréis” ¿Han de
ser el cinismo, la insolidaridad, la indiferencia, el desprecio, la
vanidad, los valores a cultivar por los menos emprendedores? ¿La
sociedad, en general, deberemos someternos a la adoración y designios de
los futuros santos, el selecto ramillete de los dioses del IBEX (índice
de valores de España) que estos días reciben sobre sus cabezas la llama
del Espíritu Santo?
Solo estamos ante la continuación de la
historia de un largo secuestro. En estos días en que el Síndrome de
Estocolmo cobra un siniestro doble sentido, cuando el perdón se vende
tan a la ligera ¿Quién cuestionará la responsabilidad? Si el lugar donde
se desarrolla la vida común fuera el templo de su Dios y los mercaderes
y sus sirvientes lo estuvieran arrasando ¿Sólo podríamos pedirles
perdón? ¿El conjunto de la ciudadanía sólo podremos recibir la exigencia
de redimirles?
Sin embargo, a pesar del altísimamente
costeado espejismo de vuestra omnipresencia son muchas más las latitudes
a las que jamás podréis engañar. Vuestros oropeles entre amañados
éxtasis son parte de la farsa de un mundo que se extingue. Creer en
cuanto nos transforma para la construcción de un mundo realmente más
justo, más ético, más espiritual, jamás podrá ser creer en vosotros. Si
medimos la extensión de la pobreza, los altares que os transportan
asemejan patéticas pateras de oro en mares encrespados.
En otras latitudes existen silencios que
se comunican, escriben y preguntan. Amplias latitudes como venas de
cuerpos que se comparten.(2) El amor es mucho más que el mantra
censurador con el que dais tormento.
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(1) Ver: “La clase social de los santos” en www.vnavarro.org(2) Un vaso de agua
y un plato
de lentejas
este es un poema místico
de hambre y sed
rememorados
para vergüenza
de Dios.
A. M.
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Video: Protestas en España por la visita del Papa:
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