"La Biblia no ayuda a resolver las dificultades presupuestarias", comenta este político, católico ferviente
http://www.arbil.org/89cato.htm
El despertar católico en la política de la Unión Europea
por José Luis Orella
Un rápido repaso por las distintas formaciones europeas que cuentan con un componente cristiano en sus programas o en las que participan políticos que se autodenominan católicos o, incluso, que lo son de verdad.
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La nueva sociedad postindustrial europea esta provocando cambios profundos en las preferencias políticas de los ciudadanos europeos. Las palabras del Papa llamando a Europa a redescubrir sus raíces cristianas está causando que muchos católicos tengan un interés creciente en participar en la vida pública, a través de los cauces que permite la política. Sin embargo, el actual fundamentalismo laicista, que impregna la política europea y la española, encuentra un enemigo difícil de batir. Los católicos comprometidos van madurando y demandando una participación pública que los defienda de una legislación antinatural. En ese sentido la presencia en el plano político va incrementándose a través de dos vías; alcanzando puestos de mayor responsabilidad en los partidos tradicionales, y creando nuevas formaciones políticas que se identifiquen integramente con los principios de derecho natural. Los católicos europeos actuales no son como los de hace veinte años, ciudadanos pasivos, de Misa dominical, que miran su bolsillo como máxima autoridad de sus destinos. El católico de ahora, sabe que es una minoría activa en una sociedad secularizada. Son ahora varios millones de católicos, los que pertenecen a la Prelatura del Opus Dei, al Camino Neocatecumenal, al Movimiento Focolar, a Renovación Carismático o a los distintos institutos seculares y sensibilidades surgidas del Concilio Vaticano II. Estos católicos son activos y se muestran apostólicos en una sociedad que les ve con hostilidad. Las Jornadas Mundiales de la Juventud incrementan cada año el número de católicos de nuevo cuño que están dispuestos a cambiar la sociedad. No obstante, la presencia católica no se hace de manera uniforme, sino plasmando la pluralidad que mueve a los cristianos. En ese sentido, una defensa de los valores de la familia y una reivindicación de la justicia social ante el endurecimiento producido por el liberalismo utilitarista que vivimos; muestran los ejes del discurso de estos nuevos Demóstenes, representantes de la mayoría moral de Europa. La geografía del político católico europeo se presenta con diferentes características. En el mundo socialista son individualidades supervivientes del catolicismo arcaico de los sesenta. En este caso tendríamos al francés Jacques Delors, al portugués Antonio Guterres o el español José Bono. En cambio en el resto de las corrientes políticas, la presencia católica es más nutrida. En el caso del partido popular europeo, aunque han apostado por una evolución ideológica a favor de criterios afines a la democracia cristiana de izquierda y al liberalismo ideológico, cuya mixtura se denomina centrismo reformista, en el grupo popular confluyen cristianos de dos orígenes distintos. En el primer caso, la herencia democristiana, formada por un núcleo duro de belgas, holandeses, luxemburgueses, alemanes e italianos. A los que habría que añadir británicos, irlandeses, daneses, portugueses, griegos, españoles y las nuevas incorporaciones de malteses y centroeuropeos. Por otro lado, La Unión de la Europa de las Naciones surgió con otra pretensión y en octubre de 2004 se constituyó como el partido político representativo de la derecha europea. La UEN se formó en marzo de 2001 con el interés de forjar una derecha defensora de los derechos del hombre y de una sociedad vital. En su programa fundacional, propugnaba una Europa solidaria, democrática y respetuosa de la decisión política de las naciones y de sus ciudadanos. En su momento genitivo participaron cinco partidos de distinta tradición. El Rassemblement pour la France (RPF) de Francia, la Alleanza Nazionale (AN) de Italia, el Fianna Fail (FF) de Irlanda, el Dansk Folk Parti (DF) de Dinamarca y el Partido Popular-CDS (PP-CDS) de Portugal. La fuerza de esta agrupacion de la derecha europea demuestra su importancia cuando se relaciona su actividad con el alineamiento que tienen los países defensores de introducir referencias al cristianismo en la futura constitución europea. Italia, Polonia, Portugal e Irlanda forman el núcleo duro que está rebatiendo el discurso laicista que pretende borrar de un plumazo la identidad cristiana del viejo continente. En Italia, Forza Italia, partido de Silvio Berlusconi, que goza de un 20 % de apoyos electorales, postula candidatos de reconocida militancia católica, como el cineasta Franco Zefirelli; el presidente de la Lombardía, Roberto Formigoni, miembro de Comunión y Liberación, que fue eurodiputado en 1984 con 500.000 votos preferenciales o el periodista, Roberto Michelini, miembro de la Junta directiva, y activo miembro, del Opus Dei. Por su parte, Alleanza Nazionale, encabezada por Gianfranco Fini, vicepresidente del gobierno italiano y ministro de Asuntos Exteriores, el político más valorado por la opinión pública cisalpina, declaraba en una entrevista publicada en “Studi Cattolici”, ‘estoy del lado del Papa’, y se alinea contra el aborto y con la visión de Juan Pablo II de defensa de la cultura de la vida. AN surgió de la conversión del viejo MSI en una derecha postfascista que dio pasó a la integración de los sectores católicos de los movimientos de la Iglesia que no se veían conformes a la vieja estructura democristiana, y cuenta con un 12 % de votos. Con respecto a los grupos menores. Los democristianos coaligados con Berlusconi en el Polo de la Libertad se han unificado en la Unión de Demócratas de Centro, que bajo el liderazgo de Rocco Butiglione, han pasado de un raquítico 3 % en las últimas generales, al 6 % en las europeas. Aquí destacan figuras como Carlo Casini, miembro del Opus Dei y principal figura del movimiento provida italiano. En cuanto a la Liga Norte, su principal ideólogo es el catedrático de la Católica de Milán, Roberto Miglio. Incluso en la coalición de la izquierda, han tenido que subrayar la importancia de los católicos, con la jefatura de Romano Prodi y la relevancia de la Margarita. En esta formación forma parte relevante, Lucia Fronza, presidenta del Movimento per la unita, experiencia política del movimiento focolar. En cuanto a Irlanda, los irlandeses del Fianna Fail, partido de gobierno en su país con un 41´5 % de apoyos, son el representante del nacionalismo republicano de Eamon de Valera, que consiguió la independencia del país y una constitución abiertamente confesional, en cuyo preámbulo se llega citar a la SANTISIMA TRINIDAD., que incluso llega a convertirse en el signo identitario de la nueva Irlanda a través de la hoja del trébol, escudo nacional. País, donde además tuvo protagonismo la antigua cantante y eurodiputada, Dana Scallon, de Renovación Carismática, y aguerrida militante antiabortista. También se puede citar la presencia menor del partido Comhar Criostai/n Christian Solidarity Party de Gerard Casey. En nuestra ibérica Portugal se puede citar al Partido Popular-CDS portugués, de origen demócrata cristiano, aunque con una presencia de nacionalistas. En la actualidad, con un 8 % de voto, es partido de gobierno en coalición con el Partido Social Demócrata (Liberal-conservador), adscrito al PPE. Hace tiempo también existía un partido llamado Demócrata Cristiano, ubicado abiertamente en la derecha, a pesar que su líder fue uno de los capitanes de la Revolución de los Claveles. Aunque en este momento, el sector más militante del PP-CDS, ha formado su propia agrupación, Nueva Democracia, que lidera Manuel Monteiro, y que obtuvo 54.000 votos en las últimas europeas. En el resto de los países occidentales, la presencia es de individualidades, como la irrupción de Ruth Nelly, miembro del Opus Dei, como ministra de Educación del gabinete de Tony Blair, ante la catastrófica política de prevención de embarazos llevada anteriormente exclusivamente con política de promoción de preservativos. En Francia, la mujer protagonista sería la antigua democristiana, Cristian Boutin, con un magro 1,2 % en las presidenciales. Sin embargo, quien ha triunfado de manera destacada es Philippe de Villiers, aristócrata vendeano, que ha recuperado el voto tradicional católico del oeste atlántico y consigue un 7 % de resultados electorales en las europeas con su Movimiento por Francia. En Austria, ante el monopolio católico ejercido por el OVP, los liberales del FPO han desarrollado una política de acercamiento a las posturas católicas con el relevante militante provida Ewald Stadler, actual defensor del pueblo. Incluso en Alemania, ante la fuerte crítica de la conferencia episcopal alemana ante los posicionamientos antinatura de la CDU, han provocado la confluencia de elementos católicos en una derecha conservadora formada por el Deutsche Partei, Deutsche Social Union y Der Republikaner. La nueva formación seguiría una línea afín a la representada tradicionalmente por la CSU bavara, bastante más conservadora que su hermana nacional. Incluso en la pequeña Dinamarca, el DF de Pia Kjærsgaard, con un 12 % de voto, es un partido nuevo, surgido en 1996, que defiende los postulados de una sociedad sin intervención del Estado, a través de asociaciones intermedias y defensor de la identidad cristiana, en este caso evangélica. Pero en la laicista Holanda, los católicos han formado su propio Partido Católico, escindido del democristiano y los calvinistas suben sus expectativas electorales con el CU-SGP, una coalición que reúne a los reformados practicantes y que dispone de dos eurodiputados. No es un fenómeno privativo exclusivamente de los países del norte. En Grecia, los ortodoxos han formado su propio partido confesional, y en su primera prueba electoral, las europeas han elegido un eurodiputado. Giorgios Karatzaferis del Laikos Orthodoxos Synagermos. No obstante, la ampliación de la Unión Europea hacia los países del antiguo dominio comunista ha abierto las expectativas de crecimiento para las formaciones confesionales. La lucha contra el comunismo ha afianzado los valores cristianos en las sociedades del Este, aunque mantengan una gran prueba ante los avances del consumismo. En este momento, el Eestimaa Rahvaliit de Estonia, tiene un 13 % de voto; el Tevzemei un Brivbai/LNNK de Letonia, tiene por su parte el 5'4 % en las generales, pero duplicó su tamaño en las europeas; el L´Udova Unia de Eslovaquia, reúne un 19´5 % de votos y es la primera fuerza política de su país. Polonia, gracias a su madura sociedad católica, dispone de un millón de asociados al sindicato Solidaridad, y a nivel político destaca la presencia de dos formaciones: El Prawo i Sprawiedliiwosc (Derecho y Justicia) de Polonia, de Michal Kaminski que con un 9'5 % es la cuarta fuerza del país eslavo y la Liga Polskich Rodzin (Liga Polaca de las Familias) con un 8 %, de Maciej Giertych. Esta última formación organizada gracias al apoyo de Radio María. En cuanto a España, la posición laicista del gobierno ha situado a los católicos españoles a dos posturas. Por un lado, a aunar esfuerzos en torno a los candidatos del PP, que mejor pueden "vender" catolicismo, como Jaime Mayor Oreja, Eugenio Nasarre o José Eugenio Azpiroz. Por otra, a los escarmentados tras ocho años de gobiernos populares por el aumento del aborto quirúrgico, la pildora abortiva, los registros de parejas uranitas, la legislación laboral, etc.., a Alternativa Española de Rafael López Dieguez. Esta última agrupación, en una de sus presentaciones, reunió cerca de dos mil personas procedentes de distintas sensibilidades de la Iglesia, en una actitud de defender la postura católica de manera integra, postulándose como la nueva cara del catolicismo joven.•- •-• -••• •••-• José Luis Orella http://www.sentidog.com/lat/2011/09/italia-saca-a-sus-politicos-del-armario.html Italia saca a sus políticos del armario
Publicado el Domingo 25 de Septiembre de 2011.
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Roma – (Dos Manzanas)
El movimiento LGTB italiano vuelve a mostrarse dividido, esta vez sobre la oportunidad o no de que se haga pública la homosexualidad de los políticos homófobos. Una polémica propuesta que partió originalmente de Aurelio Mancuso, expresidente del colectivo Arcigay.
En julio, Mancuso amenazó con hacer pública la homosexualidad de personas conocidas en Italia por su hostilidad a los derechos LGTB si la Cámara de los Diputados italiana no aprobaba la conocida como ’ley Concia‘ contra la homofobia. Hace algunos días, en una entrevista al diario La Repubblica, Mancuso volvía a hablar del tema y anunciaba la publicación de los nombres de 10 diputados y figuras políticas, incluidos ministros en funciones, este 23 de septiembre.
El anuncio ha desatado una viva polémica en Italia. Casi todos los medios de comunicación la han criticado duramente. El periodista del Corriere della Sera Pierluigi Battista ha llegado hasta llamar ‘terroristas‘ a los que ha calificado de ‘maníacos del outing’. También en el movimiento LGTB han sido muchas las voces críticas, poniéndose de nuevo de manifiesto las divisiones internas ya existentes. El actual presidente de Arcigay Paolo Patanè ha calificado la iniciativa de ‘violenta y vulgar’, la activista y organizadora del Gay Village Imma Battaglia la ha tildado de ‘gesto agresivo y violento’ y el vicepresidente del Partido Democrático Ivan Scalfarotto, abiertamente gay, se ha dado de baja del colectivo Equality Italia (creado por Mancuso después de su polémica salida de la presidencia de Arcigay). Por el contrario, la web ‘queerblog‘ y el director del portal Gay.it Alessio de Giorgi han tomado partido a favor del ‘outing’.
Mancuso, por su parte, se ha desmarcado en cierto modo de la iniciativa, explicando que aunque la idea de hacer outing como un modo de presionar a favor de la ley contra la homofobia partió de él, después no ha tenido nada que ver con su puesta en marcha, promovida por un grupo de personas anónimas a las que dice no conocer.
Nuevas declaraciones homófobas de políticos italianos
Prosigue, mientras tanto, el habitual rosario de declaraciones homófobas por parte de políticos en Italia. El viceportavoz del grupo parlamentario del gubernamental Pueblo de la Libertad (PdL), Massimo Corsaro, ha criticado la presencia de diputados LGTB en el Parlamento. El diputado contestaba a un periodista que le preguntaba sobre el sinfín de escándalos sexuales que salpican a su jefe, Silvio Berlusconi, quitando de importancia al asunto y atacando la liberación sexual, el movimiento LGTB y y el hecho de que en el Parlamento italiano haya habido figuras cómo la ex-diputada y “pornostar” llona Staller (más conocida como Cicciolina), el ex-diputado abiertamente gay Franco Grillini y la diputada abiertamente lesbiana Paola Concia. Corsaro se ha referido en particular a la ex-diputada y activista trans Vladimir Luxuria, a la que se ha referido como ‘el onorevole Vladimiro Guadagno’ definendole como un hombre que ‘tenía el simpático hábito de querer hacer pis en el baño de las diputadas’.
Mientras tanto el subsecretario de estado de Familia, Carlo Giovanardi, continúa su particular cruzada homófoba. A los pocos días de sus declaraciones contra Madonna, el político italiano ha vuelto a cargar contra la comunidad LGTB criticando la actuación del juez que lleva el caso de la brutal agresión lesbófoba de hace unos días en Milán. En una nueva entrevista Giovanardi ha defendido al presunto agresor; ha acusado, sin pruebas, a la víctima de haber provocado la agresión y ha criticado la actuación del juez Elio Ramondini que ha apreciado la existencia de una motivación homófoba en el caso en cuestión: ‘Los jueces deben apreciar la agravante todas la veces que hay un motivo fútil o abyecto, pero si una persona se ofende solo por su orientación sexual esta agravante no debe ser apreciada’, ha declarado el ‘Onorevole’…
Este viernes a las diez de la mañana, el grupo de personas anónimas que se encuentra detrás de la iniciativa arriba mencionada ha cumplido su promesa y ha hecho públicos los nombres de diez políticos italianos de los que afirma son homosexuales. Se trata de dos subsecretarios, dos ministros, un presidente de región y cinco diputados, todos ellos pertenecientes a partidos conservadores.
La lista comprende los siguentes nombres:
Gianni Letta: Se trata de uno hombres más influyentes de Italia; brazo derecho de Silvio Berlusconi, subsecretario de estado, secretario del Consejo de Ministros y eterno candidato del gubernamental Pueblo de la Libertad (PdL) a le presidencia de la República Italiana.
Paolo Bonaiuti (PdL) fiel colaborador de Berlusconi, subsecretario de estado.
Roberto Formigoni (PdL): político católico, Presidente de la Región Lombardía. Mario Baccini (Unión de los Demócratas Cristianos y de Centro-UDC): político católico, Ministro de la Función Pública.
Roberto Calderoli (Liga Norte): Ministro para la Simplificación.
Maurizio Gasparri (PdL): Senador. Ex-ministro. Portavoz del grupo parlamentario del PdL en el Senado.
Ferdinando Adornato (UDC): diputado (ex-PCI).
Luca Volontè (UDC): político católico, diputado. Marco Milanese (PdL): diputado. ex-brazo derecho del ministro de Economía Giulio Tremonti. La fiscalía de Nápoles ha emitido una orden de detención contra Milanese por corrupción.
Massimo Corsaro (PdL): político católico, diputado y viceportavoz del grupo parlamentario del PdL, cuyas últimas declaraciones homófobas hemos recogido más arriba.
Las reacciones a la publicación de estos nombres no se han hecho esperar. La mayoría de la prensa italiana la ha criticado duramente. La ministra de Igualdad, Mara Carfagna, ha salido de un largo silencio para condenar a lo que ha tildado de ‘difamación’ que ‘nos recuerda horrores del pasado’.
También desde el ámbito LGTB se han producido reacciones de rechazo, como las del presidente de Arcigay Paolo Patanè y la diputada abiertamente lesbiana Paola Concia. La asociación radical Certi Diritti ha hablado de ‘máquina del fango’, y Matteo Winkler, profesor de la Universidad Bocconi y letrado del grupo LGTB Rete Lenford, también se ha pronunciado en contra.
Algunos de los políticos cuyo nombre se encuentra en la lista ya han reaccionado. Roberto Formigoni ha afirmado tratarse de ‘fantasías enfermas’, mientras que Massimo Corsaro ha declarado que hubiera sido peor estar en una lista de ‘aficionados ocultos del Inter’. Mario Baccini ha anunciado que pedirá a la Unesco que se le reconozca como ‘macho patrimonio de la humanidad’…
El debate no ha hecho más que empezar y proseguirá seguramente en los próximos días.
Un presidente sin pasionesHerman van Rompuy, un gran desconocido e intrascendente para el Parlamento Europeo
Detesto la pasión. Siempre termina mal. No importa qué pasión, pasión por una ideología, pasión en el amor”. Herman van Rompuy (64 años, casado, cuatro hijos), el primer presidente del Consejo Europeo, cuyo mandato acaban de renovar por otros dos años y medio los jefes de Gobierno de la UE, ha reconocido siempre que es un hombre frío, amante de la política, pero muy poco dado a las “visiones”. Lo que nadie le ha negado nunca es que sea un hombre hábil. Lo suficientemente hábil como para haber estrenado el cargo en mitad de la peor crisis jamás sufrida por la Unión Europea, sin levantar en estos dos años y medio ni la menor polémica o discusión. “The grey mouse” (el pequeño ratón gris), le caricaturizan en Gran Bretaña. Para algunos es una virtud. Para otros, un defecto.
El primer presidente de la UE es muy apreciado entre los jefes de Gobierno por su discreción, pero a mitad de su mandato sigue siendo alguien perfectamente desconocido para los ciudadanos e irrelevante para el propio Parlamento Europeo, donde cada vez se le identifica más como un buen servidor de los dos grandes —Alemania y Francia— y donde sus comparecencias, obligadas después de cada cumbre, pasan sin la menor polémica o impacto mediático. Desde luego, Herman van Rompuy no responde a la pregunta que formuló en su día Henry Kissinger: ¿A quién tengo que llamar si quiero hablar con Europa? Cuando el Consejo Europeo decidió finalmente aprobar la segunda tacada de ayudas para Grecia, a Barack Obama, por ejemplo, no se le pasó por la cabeza llamar a Van Rompuy para felicitarle. Cogió el teléfono y habló inmediatamente con la canciller alemana, Angela Merkel.
El presidente del Consejo Europeo no se inmuta cuando se le reprocha su falta de visibilidad o protagonismo. “Si yo fuera capaz de parar el tráfico en Pekín, estaría muy pronto solo”, confesó en una de las pocas entrevistas que ha concedido en su vida. A Tony Blair, en quienes algunos pensaron como un posible primer presidente de la UE, le habría pasado exactamente eso. Van Rompuy sigue en su puesto porque no para el tráfico, ni en Pekín ni en la mismísima Bruselas. Teóricamente, cuando viaja debería recibir honores de jefe de Estado, pero eso solo sucede cuando llega a China o India, muy cuidadosos con el protocolo. Cuando su pequeño avión alquilado aterriza en las más importantes capitales europeas, nadie le hace mayor caso.
“Es injusto reprocharle falta de protagonismo o de iniciativa, porque el Tratado de Lisboa que diseñó ese cargo no le atribuyó prácticamente competencias. Él siempre se ha calificado a sí mismo como un mediador, un facilitador que busca el consenso entre los 27 miembros de la Unión”, le defiende un miembro de su reducido equipo de colaboradores. Todo el mundo estaba seguro en Bruselas de que los jefes de Gobierno le iban a renovar en el puesto.
“No ha hecho nada equivocado. Ha sido un buen ayudante de los grandes. Incluso ha hecho algunas cosas bien. ¿Por qué no iban a reelegirle?”, explicaba esta semana en la web de Europolitics un diplomático europeo.
"No ha hecho nada equivocado. Incluso ha hecho cosas bien. ¿Por qué no iban a reelegirle?", dice un diplomático europeo
El único peligro que podía haber corrido es su imagen de excesiva dependencia de Merkozy, algo que, según sus allegados, ha empezado a preocuparle. La evidente postergación de las instituciones europeas en estos últimos años, arrasadas por los planteamientos intergubernamentales y, sobre todo, por la potencia alemana, ha hecho verdaderos estragos en Bruselas.
“Todas las instituciones tenemos que replantearnos nuestro papel”, admite el comisario encargado de la Competencia, el español Joaquín Almunia. “El que menos ha sufrido ha sido el Banco Central Europeo, porque tiene una estructura claramente federal e independencia, pero las demás instituciones han quedado afectadas porque se han tomado muchas decisiones de manera muy poco transparente”. ¿Qué se puede esperar si, como recuerda Almunia, los jefes de Gobierno discutieron largamente cuántos minutos podía estar el presidente del Parlamento Europeo en las cumbres de jefes de Estado?
Van Rompuy no tiene ese problema porque su única competencia es, precisamente, preparar y conducir las reuniones del Consejo Europeo, pero en estos dos años y medio ha quedado también en evidencia en más de una ocasión porque Angela Merkel y Nicolas Sarkozy anunciaron acuerdos ignorando su existencia, como cuando “convocaron” un consejo extraordinario mientras él estaba de visita en Luxemburgo. El hecho de que el presidente europeo no haya expresado nunca en público el menor disgusto por esos “olvidos” ha hecho que otros países empiecen a desconfiar de su excesiva complacencia con los más fuertes.
Herman van Rompuy era un político más bien desconocido cuando fue elegido primer presidente del Consejo Europeo. Su mejor carta de presentación era ser belga. “Si alguien es capaz de gobernar Bélgica, es capaz de gobernar cualquier cosa”, es una sentencia que se atribuye al francés Jacques Attali. Y, efectivamente, Van Rompuy, dirigente de un partido democristiano flamenco, había demostrado ser capaz de gobernar su país. Fue ministro de Presupuestos y primer ministro (2008-2009). Se le atribuía también ser eficaz en la sombra, estar dispuesto a negociar ad nauseam y conocer muy bien los dosieres económicos. Y su toque “espiritual” y poético (estudió filosofía y escribe pequeños haikus, poemas de origen japonés de extremada disciplina formal) le daba cierto halo a su biografía.
El presidente europeo se afana en cultivar todos esos rasgos, que de alguna manera tapan su otra imagen, menos favorable, de rígido católico flamenco, especialista en mundos pequeños y cerrados, en los que siempre supo utilizar los movimientos subterráneos para deshacerse de enemigos políticos. Durante estos dos años y medio solo ha demostrado llevarse mal con dos personas, precisamente de su propia cuerda política: el italiano Silvio Berlusconi y el portugués José Manuel Durão Barroso.
Se cuenta que tiene un rechazo visceral por el político italiano desde que, en uno de sus primeros encuentros, Berlusconi le dijo: “Usted y yo somos católicos. Confesamos el viernes y el fin de semana vamos a pecar”. El disgusto de Van Rompuy fue patente. Su catolicismo es de otra índole: se recluye dos o tres veces al año en una de las hermosas abadías benedictinas belgas, escribió el libro El cristianismo, un pensamiento moderno y siempre ha creído que el proyecto europeo tiene que ver con su raíz cristiana (en su momento negó que Turquía, un país musulmán, pudiera ser miembro de la UE). Tanto insiste la prensa flamenca en su religiosidad, que él mismo salió un día al quite: “Tampoco hay que exagerar. La Biblia no es de ninguna ayuda cuando se trata de resolver dificultades presupuestarias”.
"La Biblia no ayuda a resolver las dificultades presupuestarias", comenta este político, católico ferviente
Sin embargo, es fácil verle en alguna de las siete parroquias del pueblo en el que vive, Sint-Genesius-Rode (casi un barrio de Bruselas, a la salida del maravilloso bosque La Forêt de Soignes). Siempre le acompaña su esposa, Geertrui Windels, una psicóloga flamenca y católica, con la que tiene cuatro hijos. El matrimonio Van Rompuy no ha cambiado de casa, pese al sustancioso sueldo que recibe como presidente del Consejo, unos 30.000 euros mensuales (idéntico al que cobra el presidente de la Comisión).
Con Barroso, un democristiano portugués, los problemas son de otra índole que con Berlusconi. En este caso se trata de profunda desconfianza mutua. El presidente de la Comisión tiene, según los tratados, bastantes más poderes que el presidente del Consejo, pero, según algunos testimonios, Van Rompuy intenta presentarse como la persona de la que los jefes de Gobierno pueden fiarse y construir así, poco a poco, una red de influencias internas. Y eso es precisamente lo que Durão Barroso detesta porque achica su papel.
Está claro que la Comisión no facilita la tarea de Van Rompuy, quien debe limitarse a un equipo de una treintena de personas para organizar su trabajo. Su despacho, de color blanco y despojado de papeles y de adornos (salvo una escultura de Guillaume Bill que representa tres bolas de billar en un nido de pájaro), está flanqueado por una sala, también blanca, frecuentemente alegrada con rosas blancas, en la que Van Rompuy se reúne con sus invitados.
Su agenda, por lo menos la agenda que cuelga de su web, es más bien ligera. Hay días enteros en los que no está previsto ningún encuentro, aunque sus colaboradores afirman que la agenda no registra conversaciones telefónicas. “Por ejemplo, el presidente habla todas las semanas con Angela Merkel”. Cuando no está de viaje, Van Rompuy se marcha pronto a casa, “con papeles”, mantienen en su oficina. Además de escribir haikus, a Van Rompuy no se le conocen hobbies. Se sabe que, como buen flamenco, disfruta del ciclismo y de un buen vaso de cualquiera de las grandes cervezas del lugar. Mantiene frecuentes encuentros con sus hijos y con su hermano Eric, que es también político cristiano, nacionalista, y no ha perdido el contacto con su hermana Tine, una conocida trotskista.
Van Rompuy se esforzó desde el primer momento en establecer contactos personales con todos los primeros ministros o jefes de Estado de los 27 Estados miembros de la Unión, pero no se puede decir que mantenga amistad con ninguno de ellos. Su relación es siempre formal y no se le conocen demostraciones de afecto por sus colegas. Salvo en un caso: José Luis Rodríguez Zapatero suscitó todas sus simpatías. Van Rompuy cree que el político socialista tomó decisiones impopulares con mucho valor y responsabilidad. Pidió entrevistarse con él en la última cumbre a la que asistió el español y le alabó en público: “El liderazgo de Rodríguez Zapatero ha sido vital para estabilizar la situación. Si lo que ha hecho José Luis no es coraje político, ¿qué lo es?”. Un Zapatero agotado se lo agradeció en privado: “Esta es una de las pocas tardes agradables que he pasado en las últimas semanas”.
Herman van Rompuy cultiva tanto la discreción que algunos creen que está imprimiendo un tono demasiado gris a una institución recién creada, que hubiera necesitado más calado político: “Una cosa es que el Tratado le otorgue pocas competencias, y otra que el primer presidente que tiene Europa se convierta en una especie de diplomático al servicio de Merkozy. Nada le obliga a imprimir ese tono tan gris que ha caracterizado su primer periodo”, mantiene un especialista en “comunicación europea”. En estos dos años y medio no ha habido ni un solo momento Van Rompuy, critica.
El presidente utiliza cada vez más su Twitter (@euHvR). Pero sus mensajes tienen poco impacto y sus relativamente frecuentes discursos pasan desapercibidos. Incluso sus contactos directos con la prensa son frustrantes: los que realiza en público “matan” de aburrimiento y los que practica en privado (con un grupo de 20 a 30 periodistas, a los que recibe con ocasión de cada Consejo), más divertidos, incluso con algunas menciones a la “rigidez protestante” de Alemania, son deep background, es decir, no publicables. Una táctica que le ayuda a mantenerse en buenas relaciones con la prensa de Bruselas, pero que no mejora su imagen de “ratón gris”.
Calma, insiste el primer presidente de Europa: “Hay que comprender que hay cosas que están fuera de tu alcance”. Van Rompuy hizo nada más llegar un intento de cambiar algunas cosas. Convocó en febrero de 2010 una cumbre informal en un espacio inusitado: la Biblioteca Solvay, un bello edificio de 1902, en Bruselas, donde es posible alquilar una sala deliciosa, forrada de madera y de libros, muy acogedora. Pidió a los primeros ministros o jefes de Estado que fueran solos, sin ministros de Exteriores. Se trataba de hablar relajadamente de política: cómo hacer a Europa más dinámica. “De repente, Van Rompuy se vio presidiendo un acalorado debate sobre dinero… e inmediatamente se dio cuenta de las limitaciones de su cargo”, relató The Economist.
No maneja presupuesto comunitario ni tiene a un país detrás (el suyo, para colmo, ha pasado buena parte de este periodo sin tener ni tan siquiera Gobierno). ¿Aprovechará este último periodo para dar algo más de brillo a la primera presidencia europea? Como es lógico, tiene sus propias ideas. Por ejemplo, que no es posible recortar tan deprisa los déficits sin ahogar la economía. De hecho, como primer ministro tuvo buen cuidado de no tensar demasiado esa cuerda: redujo el déficit del 5,7% del PIB al 5,3%. Cree también que “la vida es navegar en el mar del tiempo. Pero solo el mar queda”, dice uno de sus haikus más conocidos. Así que algunos temen que este “relojero de acuerdos imposibles”, como fue saludado por alguna prensa alemana, se limite a dar cuerda al cucú y deje la presidencia europea, en 2015, sin tocar ni manchar, pero también sin haber tenido una iniciativa.
Silvio Berlusconi, entre escándalos sexuales y política
En los últimos años, Berlusconi ha sido protagonista de escándalos de índole sexual, la mayoría de ellos relacionados con jóvenes y bellas mujeres.
El 29 de septiembre de 1936 nació en Milán, Italia, Silvio Berlusconi. Lo hizo en una familia de clase media acomodada y de tradición católica. Tras terminar sus estudios en el colegio, ingresó a la Universidad de Milán, institución en la cual se tituló de abogado en 1961.
Sin embargo, el joven Berlusconi no se dedicó a las leyes y la justicia, pues su espíritu emprendedor y su capacidad teatral lo llevaron hacia otro tipo de actividades. Así fue que terminó involucrándose en los negocios (las empresas) y la política.
En paralelo a eso, “ll Cavaliere” –como se le conoce en Italia- dio rienda suelta a su intensa vida privada, que estuvo marcada por dos matrimonios concluidos en malos términos (el último, en 2009) y por sus líos con mujeres. Justamente fue esto último lo que lo hizo más conocido a partir de 2007, período en el cual se vio involucrado en escándalos sexuales ligados a la prostitución de menores y el consumo de drogas.
A continuación, sepa por qué Silvio Berlusconi tuvo que dejar el cargo de Primer Ministro y cuáles son los mayores escándalos que se le atribuyen:
Delicada y difícil situación económica del país
Según informaron los medios, la prima de riesgo de la deuda italiana se disparó en el último tiempo y llegó a sobrepasar los índices de países que han entrado en severa crisis como Grecia, Irlanda y Portugal. Es así que el rango de Italia alcanzó los 574 puntos, siendo que los planes de rescate para Grecia, Irlanda y Portugal se produjeron cuando sus índices subieron hasta 500, 544 y 517m respectivamente.
A eso se debe sumar que si bien el déficit público no presenta un escenario de gravedad, la deuda pública italiana llega al 120% del Producto Interno Bruto (PIB) del país. Además, la tasa de crecimiento económico de Italia no logra superar el 1.0%.
Confusión y poca seriedad política
Sus fallidas reformas y su extravagante forma de gobernar le ha significado no sólo perder apoyo de la ciudadanía, sino que también de sus aliados políticos. Es así que sus índices de aprobación están cada vez más bajos y, lo peor de todo, sus alianzas con grupos como la Alianza del Norte le están pasando la cuenta.
También, desafortunadas declaraciones, como la que hizo en 2009, tras el terremoto en el pueblo de L’Aquila. En aquel entonces, ante la desesperación de los afectados, Silvio Berlusconi les sugirió que se tomaran esta experiencia como “un fin de semana de camping”.
Su política contra los procesos de inmigración no le ha servido, pues durante algunos años le fue suficiente para mantener el aval de sus seguidores, pero hoy la realidad es otra. Su camaleónica manera de estrechar lazos con otros gobiernos también ha tenido un alto costo para sus pretensiones. Esto último quedó de manifiesto en 2010, año en el cual permitió que Muammar Al Gaddafi realizará una conferencia sobre el “Islam y las mujeres” en Italia, permitiendo que el dictador libio invitara a jóvenes italianas a sumarse al Islam.
Gran polémica causó, también, el Tratado de Amistad y Cooperación firmado con Gaddafii en 2008, algo que sirvió para anotar otro hito lamentable dentro de su política exterior. Otros hechos han sido su apoyo a las invasiones de Afganistán (2001) e Iraq (2003), pero, por sobre todo, sus relaciones con polémicos mandatarios como George W. Bush, José María Aznar y Tony Blair.
Falta de probidad y transparencia en sus negocios
Así como Silvio Berlusconi posee 150 empresas –la mayoría ligada a ámbitos como la inmobiliaria, los medios de comunicación y los seguros y finanzas- y una fortuna cercana a los 60 millones de dólares, su manera de actuar ha generado muchas dudas.
A lo largo de su trayectoria ha enfrentado en diversas ocasiones a la justicia italiana, pero el hecho de ser primer ministro le ha permitido escapar de las leyes. También, sus oscuras redes de contactos, las cuales le han permitido no sólo levantar un gran imperio económico, sino que también esquivar los diversos procesos legales.
Entre otras cosas, se le ha acusado por soborno y evasión fiscal.
Escándalos sexuales
Quizás donde más ha destacado -negativamente, por supuesto- Silviio Berlusconi ha sido en el ámbito de la noticia rosa o de farándula, aunque, también, en aquella relacionada a lo judicial. En los últimos años se han ido destapando escándalos se índole sexual, la mayoría de ellos involucrados con jóvenes mujeres.
El principal ha sido el famoso “Caso Ruby”, en el cual se le acusa de prostitución de menores y abuso de poder. Esta emblemática causa judicial tiene como origen a la marroquí Karima El Mahroug –conocida como Ruby “Roba Corazones”-, quien habría asistido a varias fiestas organizadas por Silvio Berlusconi en su casa. El asunto ha sido investigado, pues la joven magrebí habría sido menor de edad al momento de ser contactada por el ex primer ministro italiano.
De hecho, en mayo de 2010, Berlusconi llamó a la Comisaría de Milán para pedir la liberación de Ruby, para así esconder las relaciones que habría tenido con ella cuando aún no era adulta.
Pero la marroquí no ha sido la única mujer involucrada en sus escándalos sexuales y así se suman, entre otras, las italianas Noemi Letizia –que provocó el divorcio de Berlusconi con su mujer Victoria Lario-, Patrizia D’Addario, Nadia Macri y Ambra Battilana. La situación empeoró a comienzos de 2011, pues la Fiscalía de Milán habría mandado documentos al Parlamento italiano avisando de un posible segundo caso con una menor de edad (una brasileña).
Actualmente, Silvio Berlusconi tiene cinco juicios pendientes con la justicia italiana y tras su deteriorada imagen –que parece ser se vino abajo por los escándalos sexuales con menores de edad y no tanto por sus políticas de gobierno- se puso fin a la época de “Il Cavaliere”, que con 75 años se irá, tal cual dijo en la última conferencia prensa, “a la casa……….no sé a cuál de mis 20 casas”.
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Silvio Berlusconi. Es un magnate de los medios de comunicación y político italiano, que ocupara durante tres ocasiones la presidencia del Concilio (Consejo) de Ministros de Italia, cargo equivalente a primer ministro. Su último mandato, transcurrido entre mayo de 2008 y noviembre de 2011, fue el más polémico de todos pues estuvo marcado por fuertes escándalos sexuales y el hecho de queItalia fuera golpeada enormemente por la crisis económica. Situaciones que lo llevaron a renunciar el 11 de noviembre de 2011, tras fuertes presiones dentro de su partido y a nivel nacional e internacional[1].
Como empresario, fundó la megacompañía Mediaset, dueña de la mayoría de los medios de comunicación en todo el país, además de consolidar la mayor fortuna de toda Italia y una de las más grandes de Europa Mediterránea.
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Síntesis biográfica
Nació en la ciudad norteña de Milán, el 29 de septiembre de 1936, originario de una familia de clase media, de donde fue el mayor de tres hijos. Después de completar su educación secundaria en un colegio salesiano, estudió Derecho y Leyes en la Universidad de Milán, de donde se graduó con una tesis sobre los aspectos jurídicos de la publicidad en 1961.
Trayectoria laboral
Empresario de éxito
Tras vincularse varios años al sector inmobiliario y a la inversión de riesgo, en1974 fundó el canal televisivo local "Telemilano" y más adelante en 1978 lanzó "Canale 5", de ámbito nacional. Berlusconi fue el primero en desarrollar una red de canales televisivos privados dedicados a temas nacionales, poniéndo de esa forma fin al monopolio de la Rai (compañía estatal de televisión), que habia controlado la televisión durante varios años. En 1983-84 adquirió "Italia 1" y "Rete 4", lo que dio vida al duopolio televisivo Rai-Fininvest, autorizado por una ley de 1990. En 1985 creó "La Cinq", la primera cadena privada gratuita de Francia, que quebró por falta de audiencia, y adquirió acciones de "Chain", y "Cinéma 5", otros canales franceses. En 1990, se fundó en España, Telecinco y el grupo Mediaset de Berlusconi adquirió la cadena por 276 millones de euros en 2002.
Mediaset, su obra maestra, posee el control de la publicidad, y ha comprado recientemente la Endemol, empresa que vende "formatos" de programas, que luego se adaptan al gusto de cada país. Durante su gobierno cambió la ley que lo obligaba a dar las frecuencias de su canal Rete 4 al nuevo canal EUROPA.
Su imperio se extiende también al terreno de la prensa escrita, ya que en 1976 compró participaciones de "Il Giornale". Al final de su carrera como empresario mediático, en 1990, obtuvo la presidencia del grupo Mondadori, fue editor del periódico "La Repubblica" y de los semanarios "L'Espresso", "Epoca", y "Panorama" en aquel momento. Más tarde, adquirió la cadena de tiendas de vídeo Blockbuster, portales de acceso a Internet y una participación en Olivetti. Así, el grupo Mondadori, el cual controla actualmente un tercio del sector editorial en Italia.
Tras su éxito como empresario,la revista Forbes en 2009, lo nombró la persona más adinerada de Italia, con una fortuna de 6.500 millones de dólares y la 70ª persona más rica del mundo[2].
Trayectoria política
Tras una inicial vinculación al Partido Socialista de Bettino Craxi, fundó el movimiento Forza Italia con el que obtuvo el poder en el elecciones de 1994 como miembro de una coalición de partidos. Su mandato como primer ministro fue de menos de una año, pues el líder de la Liga Norte, Umberto Bossi, anunció su salida de la coalición y por ello la caída de Forza Italia.
Tras una etapa donde se dedicó completamente a sus negocios, regresó en 2001, ganando las elecciones dentro de una coalición de centro-izquierda. Se mantuvo en el poder durante cinco años o sea dos mandatos parlamentarios consecutivos en los que alternó sus funciones como primer ministro a las de jefe de Mediaset. Tras varios conflictos internos dentro de Forza Italia, dimitió en mayo de 2006, siendo relevado por el exjefe de la Comisión Europea, Romano Prodi.
Renacimiento y caída
El 18 de noviembre de 2007 anuncia la disolución de su histórico partido Forza Italia y el nacimiento del "Popolo della Libertà" (unión de varios partidos) con el que, en coalición con la Liga Norte y el Movimento per l'Autonomia (Movimiento por la Autonomía), ganó nuevamente las elecciones, frente a Walter Veltroni, ex alcalde de Roma y líder del Partido Democrático. En la Cámara de Diputados la coalición de Silvio Berlusconi obtuvo un 46,8% de los sufragios frente al 37,5% de la coalición de Veltroni y al 5,62% del UDC.6 Por su parte, en el Senado de la República la diferencia fue igual de amplia: un 47,32% frente a un 38,01% de la coalición de centro izquierda y a un 5,70% del UDC, único partido no coalicionado que obtuvo escaños. Debido a las indicaciones de los partidos, el presidente Giorgio Napolitano eligió a Berlusconi como Presidente del Consejo de Ministros de Italia.
Silvio Berlusconi
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Presidente del Concilio de Ministros de Italia Tercer Mandato | |
8 de mayo de 2008 - 11 de noviembre de 2011 | |
Presidente | Giorgio Napolitano |
Predecesor | Romano Prodi |
Sucesor | Mario Monti |
Presidente del Concilio de Ministros de Italia Segundo Mandato | |
11 de junio de 2001 - 17 de mayo de 2006 | |
Presidente | Carlo Azeglio Ciampi |
Predecesor | Giuliano Amato |
Sucesor | Romano Prodi |
Datos Personales | |
Nacimiento | 29 de septiembre de 1936 Milán, Italia |
Ocupación | Empresario, político y ex-abogado |
Conocido por | Il Cavalieri |
Partido político | Partido Poblo de la Libertá (Pueblo de la Libertad) |
Creencias religiosas | Católica |
(119) Católicos y política –XXIV. ¿Qué debemos hacer?. 11
–Ahora va a resultar que la democracia y los partidos políticos son algo bueno.
–Las síntesis mentales que usted formula son de una simplicidad desoladora. Siga leyendo, por favor.
Los partidos políticos católicos solamente pueden existir si hay hombres intelectual y moralmente capaces de una acción política verdaderamente católica. Es ésta una verdad tan evidente que parece innecesario afirmarla. Pero bien sabemos que a veces las verdades más fundamentales son las más ignoradas. Señalo, pues, las condiciones de esa idoneidad para la acción política católica.
–El político católico debe hoy aceptar en Occidente la democracia, como forma de gobierno. Ya vimos que la Iglesia es neutral a la hora de considerar los diversos regímenes políticos, y que, por supuesto, reconoce la democracia como una forma de gobierno perfectamente legítima (101). Sin embargo, no pocos católicos fervientes, como no han conocido más versiones de la democracia que la democracia liberal-relativista, es decir, una forma degradada de la democracia, rechazan la democracia y los partidos políticos como intrínsecamente perversos. Éstos, por supuesto, no pueden generar partidos políticos católicos.
La Iglesia, por el contrario, acepta la democracia, 1) siempre que no sea liberal-relativista (Pío XII, 1944, radiom. Benignitas et humanitas; Juan Pablo II, 1995, enc. Evangelium vitæ 68-74), y 2) siempre que no se afirme como único régimen lícito de gobierno (San Pío X, 1910, Notre charge apostolique 31). E incluso, en no pocos documentos del último siglo, la Iglesia estima la democracia como un régimen especialmente adaptado a las condiciones de los pueblos, al menos en Occidente, donde la información y la capacidad operativa y asociativa de los ciudadanos es mayor que en otras épocas.
–La aceptación cristiana actual de la democracia se fundamenta en la obediencia a los poderes constituidos, que derivan de Dios, en el sentido ya expuesto de esta afirmación (97-98). Citaré solamente a León XIII, en su encíclica Au milieu des sollicitudes (16-II-1892), especialmente dirigida a aquellos católicos franceses que no aceptaban la República, a causa de los horrores que había generado. Con claridad y energía les recordaba el Papa –y su enseñanza es hoy muy necesaria para ciertos católicos excelentes– que la Iglesia siempre ha enseñado que «de Dios deriva todo poder, y que ha reprobado siempre las doctrinas y ha condenado siempre a los hombres rebeldes a la autoridad legítima» (17).
En cada una de las naciones «el poder civil presenta una forma política particular. Ésta forma política propia procede de un conjunto de circunstancias históricas o nacionales, pero siempre humanas, que han creado en cada nación una legislación propia tradicional y fundamental» (16). Y «cada uno de los ciudadanos tiene la obligación de aceptar los regímenes constituídos, sin intentar nada para destruirlos o para cambiar su forma» (17).Precisa en seguida esta última frase añadiendo que, sin embargo, una forma de gobierno «de ningún modo puede ser considerada definitiva, como si hubiera de permanecer siempre inmutable» (18). Y hace también una importante distinción entre la constitución política de los Estados y la legislaciónconcreta que de ellos emana. Puede darse un régimen político excelente que produzca una legislación detestable, y otro de forma muy imperfecta que haga una legislación excelente (26). En realidad, «la calidad de las leyes depende más de la calidad moral de los gobernantes que de la forma constituída de gobierno» (27).En la Francia, concretamente, de aquel tiempo la República había generado leyes tan hostiles al orden natural y a la Iglesia que muchos católicos rechazaban no solamente aquellas leyes, sino el régimen democrático que las producía. El Papa llama, por el contrario, a combatir no tanto la constituciónpolítica del Estado, sino la legislación perversa. «He aquí precisamente el terreno en que, prescindiendo de diferencias políticas, deben unirse todos los buenos como un solo hombre para luchar y para suprimir, por todos los medios legales y honestos, los abusos cada vez mayores de la legislación civil. El respeto debido a los poderes constituídos no puede prohibir esta lucha» (31).
–El político católico debe hoy aceptar también la necesidad de partidos políticos católicos –ya precisaré en otro artículo en qué sentido digo «católicos»–. En países dominados por una dictadura o un partido único esta necesidad no estaría vigente porque sería imposible cumplirla. Pero en aquellas naciones donde el bien común es pretendido en el juego político de un conjunto de fuerzas, si los católicos, viendo la corrupción imperante, rehuyen la formación de unos partidos capaces de hacer valer el voto de los católicos, se condenan a un apoliticismo suicida, muy difícilmente conciliable con la doctrina de la Iglesia.
Para promover en concreto ciertos bienes e impedir ciertos males en la vida socio-política, diez políticos verdaderamente católicos pueden ser más eficaces que un millón de manifestantes. Las leyes que enderezan o que pierden a los pueblos son hechas y aplicadas por aquellos hombres políticos que han conseguido una participación en el poder de legislar y gobernar. Manifestaciones y procesiones, novenas y peregrinaciones, congresos, foros, editoriales y tertulias, colaboran ciertamente al bien común: pero son necesarios los partidos políticos que puedan encauzar el voto de los católicos y de aquellos otros ciudadanos que, aunque no tengan la fe cristiana, coinciden con sus normas fundamentales.
Es la doctrina de la Iglesia, es la enseñanza de Juan Pablo II: «Los fieles laicos de ningún modo pueden abdicar de la participación en la “política” […] Las acusaciones de arribismo, de idolatría del poder, de egoísmo y corrupción que con frecuencia son dirigidas a los hombres del gobierno, del parlamento, de la clase dominante, del partido político, como también la difundida opinión de que la política sea un lugar de necesario peligro moral, no justifican en lo más mínimo ni la ausencia ni el escepticismo de los cristianos en relación con la cosa pública» (exhort. ap. 1989,Christifidelis laici 42).
Y la verdad de estas exhortaciones de la Iglesia queda confirmada por la enorme degradación de la vida política que se ha producido en aquellas naciones en las que los Obispos y líderes laicos han procurado impedir la formación de grupos políticos católicos. Ésta fue, por ejemplo, en España la dirección señalada por el Cardenal Enrique Tarancón, presidente de la Conferencia Episcopal Española (1971-1981), en los años de la llamada Transición, y es una línea todavía mantenida o no rectificada por no pocos Obispos.
–Contra la organización política de los católicos hay varias formas de abstención o de rechazo que la hacen imposible. Ya señalé los errores ideológicos principales que explican el actual desfallecimiento político de los católicos (117): amistad con el mundo, eludiendo un enfrentamiento combativo contra él, pelagianismo y semipelagianismo para proteger «la parte humana» que colabora con Dios, consecuente evitación sistemática del martirio, y en fin, catolicismo liberal en alguna de sus variantes.
En contra de la norma que sigo en esta serie de artículos, creo conveniente citar en concreto algunas modalidades de este apoliticismo que se produce concretamente en España, con motivaciones y modalidades bastante diversas entre sí. De otro modo no acabaríamos de entendernos.
–La Asociación Católica de Propagandistas, fundada en 1909 por el P. Ángel Ayala, S. J., tuvo por primer presidente al siervo de Dios don Ángel Herrera Oria. Y actualmente, a diferencia de sus fundadores, no pretende la coordinación de las fuerzas católicas en orden a una actividad política concreta. Esta posición puede comprobarse, por ejemplo, en el Manifiesto del XI Congreso Católicos y Vida pública, promovido por la ACdP en 2009. Es la línea que su presidente, Alfredo Dagnino, ha expuesto en diversas ocasiones, como en una larga entrevista reciente (Intereconomía 23-XI-2010) de la que extracto algunas frases:
«Debemos plantear una visión amplia en cuanto a participación en la polis, que no significa necesariamente la directa participación en los partidos»… «En algunos momentos históricos se han promovido partidos de corte más confesional como la democracia cristiana. Pero en principio, los católicos deben estar diseminados en los diferentes partidos»… «Yo pongo el acento en estos momentos en lo prepolítico, para construir de manera sólida y bien anclada el futuro del bien común en España».Últimas noticias que añado al artículo(22-II-2011). El nuevo presidente de la ACdP, Carlos Romero, sigue la misma doctrina de su predecesor: «Pienso que no debería haber un partido político católico. Los católicos tienen que estar en la política, pero tienen que estar en todos los partidos políticos: católicos convencidos, practicantes. Eso sería mucho mejor. Evitaríamos los radicalismos y conseguiríamos unas leyes adecuadas en las que todos los ciudadanos, católicos y no católicos, podrían convivir»… Lasciate ogni speranza.
Don Ángel Herrera, el primer presidente de la ACdP, no pensaba de ningún modo que en principiodeben los políticos católicos diseminarse en los diferentes partidos existentes; y en concreto él consideró necesario coordinar para la acción política las fuerzas de los católicos. Es cierto que las circunstancias y las posibilidades de los católicos por los años 30 del siglo pasado eran diferentes de las actuales. Pero los ataques políticos anti-Cristo y anti-Iglesia no son hoy menos fuertes que en aquellos años. Vicente Alejandro Guillamón escribe en su artículo En los Congresos Católicos y Vida Pública falta algo :
En esos Congresos organizados por la ACdP «vengo echando en falta que no se pase de las palabras a los hechos. Allí se han dicho siempre palabras muy elocuentes y cosas muy incitantes, pero nunca se traducen, me parece a mí, en acciones concretas. Si don Ángel Herrera viviese y todavía no se hubiese ordenado sacerdote, a estas alturas, su inmenso espíritu creador ya hubiese puesto en marcha alguna actividad que permitiera a los católicos su participación real en la vida política, a tenor de las necesidades y circunstancias actuales». Fundador en 1911 de la Editorial Católica, una de las más fuertes de España, y de El Debate, un gran periódico católico, a los pocos días de proclamarse la República en abril de 1931, «reunió a sus colaboradores y puso en marcha rápidamente un partido católico, al que terminó llamando Acción Popular, núcleo aglutinador en torno al cual se creó la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas), liderada por José María Gil Robles. Herrera Oria, con las personas valerosas que arrastró tras de sí, plantó cara al vendaval republicano-socialista que se apoderó de España, y sólo dos años y medios después del 14 de abril, ganó ampliamente las elecciones de noviembre de 1933. Y así hubiera seguido de no haberse producido aquella especie de golpe de Estado encubierto en las fraudulentas elecciones de febrero de 1936, marcadas por la feroz violencia de la izquierda».
–El Foro de la Familia, continuando la orientación seguida en Occidente por muchos líderes católicos de las últimas décadas, da una primacía tal a la acción social, especialmente en todo lo relativo a matrimonio, familia, defensa de la vida y educación, que prácticamente lleva a una desmovilización política de los católicos. No conozco ninguna explicación del Foro sobre la inconveniencia de unir a la acción social la acción política. Pero estimo que, de hecho, limita la acción política a lo que puedan hacer los católicos que participan en partidos malminoristas. Anula, pues, al menos en el tiempo presente, una posible acción católica organizada y eficaz en la vida política. Y algo semejante, aunque con diferencias considerables, podría decirse de Hazte Oir, E-cristians y otros.
–Grandes organizaciones laicales, como, por ejemplo, Opus Dei, Camino Neocatecumenal, Comunión y liberación, Regnum Christi y Focolares, dan a la acción espiritual y apostólica una primacía tal que también puede traer consigo una desmovilización política de los católicos. Siendo asociaciones católicas seculares muy numerosas, cualificadas y fieles a la Iglesia, tienen sin embargo en la vida socio-política de las naciones en las que están presentes un influjo muy escaso, o mucho menor del que podría estimarse previsible si, al menos una parte de sus miembros con vocación para ello, se organizase en las formas adecuadas para actuar públicamente en la vida política. Bruno Moreno, aunque libre de los errores ideológicos antes aludidos, escribía hace poco:
«Los cristianos no podemos olvidar que la solución a los problemas de España o de cualquier otro país no está en las leyes, ni en el Estado, ni en las manifestaciones, ni tampoco en la buena voluntad de las personas. Todas esas cosas son buenas y necesarias, pero pensar que en ellas está la solución a nuestros problemas es como intentar salir del agua tirándonos del pelo. La única respuesta definitiva a los problemas del ser humano está en el Evangelio, en encontrar la mano divina que está tendida hacia nosotros, para sacarnos del pecado en el que estamos metidos hasta el cuello. Nuestra misión más importante, como cristianos, es contribuir a la conversión de los hombres y, ante todo, convertir nuestro propio corazón y volverlo a Dios». En estas palabras –añado yo– parecen resonar aquellas de Cristo: “Buscad el Reino de Dios y su justicia, y todo lo demás se os dará por añadidura” (Mt 7,33).
Aun estando de acuerdo con las afirmaciones centrales de ese texto, no puedo ocultar que ese planteamiento puede llevar a una devaluación de la acción política, y a no apreciar suficientemente la importancia enorme que las leyes tienen para facilitar o para obstaculizar la vida virtuosa de los hombres. Recuerdo una vez más que el Vaticano II quiere que «los laicos coordinen sus fuerzas para sanear las estructuras y los ambientes del mundo cuando inciten al pecado, de manera que todas estas cosas sean conformes a las normas de la justicia y más bien favorezcan que obstaculicen la práctica de las virtudes» (LG 36). La experiencia histórica apoya la convicción de que las leyes perversas ejercen un efecto devastador sobre una gran parte de la ciudadanía. Y que las buenas leyes favorecen mucho al bien común temporal y eterno de los hombres.
–Es verdad que no toda asociación laical ha de tener el carisma de la actividad política. Puede haber, en perfecta docilidad al don de Dios, asociaciones centradas principal o exclusivamente en actividades espirituales, apostólicas, asistenciales, culturales, sin que apenas ninguno de sus miembros se implique directamente en servicios políticos. Esta consideración ha de librarnos, pues, de hacer juicios temerarios sobre esas asociaciones. Pero esa consideración ha de complementarse con otras.
–El apoliticismo de un grupo laical católico
1.–es inaceptable en aquellas asociaciones que no son fieles a su carisma de origen, el que recibieron de Dios por medio de su fundador o fundadores. El Vaticano II, tratando de la renovación de los institutos religiosos, afirma ese principio (Perfectæ caritatis 2), que es también aplicable a las obras laicales.
2.–Tampoco es aceptable cuando no ayuda a otras asociaciones católicas que sí tienen vocación política, sino que más bien procura frenar e imposibilitar su acción. Es muy frecuente en la vida social, incluída la de la Iglesia, que los que no hacen algo, tampoco dejan hacerlo a otros.
3.–Y por otra parte, puede suponerse que una Iglesia local está bajo el influjo de una mala doctrina cuando en ella casi ninguna asociación laical católica se reconoce llamada a la actividad política. Todo hace pensar que en esa Iglesia no se conoce o no se recibe, o al menos no se aplica, la verdadera doctrina política católica. La experiencia nos muestra sobradamente que no es bastante «la diseminación de políticos católicos» en diversos partidos malos o malminoristas, en los que están totalmente neutralizados para la causa de Dios y de la Iglesia. Y cuando así sucede, la degradación política de una nación es inevitable.
–Vamos en la Iglesia hacia una reactivación de la vocación propiamente «política» de los católicos. El fracaso casi absoluto de los cristianos en el campo político durante medio siglo, con sus espantosas consecuencias, así lo está exigiendo. Como ya indiqué, algunos Obispos van apuntando esa necesidad (117 in fine). Y también van en esa dirección las renovadas exhortaciones de la Iglesia, como aquella reciente de Benedicto XVI:
«Renuevo mi llamamiento para que surja una nueva generación de católicos, personas renovadas interiormente que se comprometan en la política sin complejos de inferioridad. Esa presencia no se puede improvisar, sino que es necesaria una formación intelectual y moral que, partiendo de la gran verdad alrededor de Dios, el hombre y el mundo, ofrezca juicios y principios éticos en aras de bien de todos» (mensaje a la Semana Social Italiana, 14-X-2010).
José María Iraburu, sacerdote
Índice de Reforma o apostasía
PUES GILIPOLLAS... VIENDO TANTA MIELDA PURA... PUES ME QUEDO CON LAS PALABRAS DEL GRAN REY REINANTE QUIEN TUVO UNA HUMILDE CORONA DE ESPINAS...
MI REINO NO ES PARTE DE ESTE MUNDO...
¿Qué significa que el Reino de Cristo no es de este mundo?
Cuando ya comienza el proceso que lo llevaría a su Pasión y Muerte, Jesús, interrogado por Pilatos, “¿Eres el Rey de los Judíos?”, no lo niega, pero precisa: “Pero mi Reino no es de aquí, no es de este mundo” (Jn. 18, 36).
Y, efectivamente, Jesús no es rey de este mundo. Los reinos de este mundo son temporales por más largos que sean, pues aún los vitalicios terminan algún día y son sustituidos por otros. Los reinos de este mundo son limitados, porque por más que ocupen grandes territorios -y hasta la tierra entera- tienen como límite sus fronteras o las fronteras hasta donde llegue su influencia y su poder. Por más poderosos que se crean los reyes de la tierra, su poder es limitado en el tiempo y en el espacio.
Cristo no vino a establecer un reinado así. Su reinado será diferente a los reinados de la tierra. Su reinado será como es Dios: eterno e infinito, sin límite de tiempo ni de espacio. Su reinado nunca se acabará y su reino nunca será destruído.
Pero ese reinado que será establecido definitivamente y para siempre en la Parusía, en su segunda venida en gloria, ya comenzó. Lo había dicho antes a sus seguidores: “Mi Reino está en medio de vosotros”(Lc.17, 21). Y es así, pues el Reino de Cristo va permeando paulatinamente en medio de aquéllos y dentro de aquéllos que acogen la Buena Nueva, es decir, su mensaje de salvación para todo el que crea que El es el Mesías, el Hijo de Dios, el Rey de Cielos y Tierra.
Y si el Reino de Cristo no es de este mundo ¿de qué mundo es? ¿cuándo se instaurará?
Ya lo había anunciado El mismo en el momento en que fuera juzgado por Caifás:“Verán al Hijo del Hombre sentado a la derecha del Dios Poderoso y viniendo sobre las nubes” (Mt. 26, 64).
El Reino de Cristo, aunque ya comienza a estar dentro de cada uno de los que seguimos la Voluntad de Dios, se establecerá definitivamente con el advenimiento del Rey a la tierra, en ese momento que el mismo Jesús anunció durante su juicio: en la parusía (al final de los tiempos) cuando Cristo venga a establecer los cielos nuevos y la tierra nueva, cuando venza definitivamente todo mal y venza al Maligno. Será un Reino en el que habiten la justicia, la paz y el amor. (cfr. Catecismo de la Iglesia Católica # 671-677)
Esta “Pregunta de la Semana” ha sido tomada del libro "Espero la Vida del mundo futuro", Isabel Vidal de Tenreiro, Ediciones Trípode.
MI REINO NO ES DE ESTE MUNDO
(Juan 18:36)
Respondió Jesús: “Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí.”
Este texto comúnmente es usado para enseñar que el reino de Dios no va a estar en la tierra, sino más bien en el cielo. Quizás el gnosticismo de los siglos tempranos del cristianismo nunca fue evitado con éxito por la iglesia. Parece que la antigua idea de que la materia es mala y que la existencia “espiritual” incorpórea debe ser preferida. Lamentablemente, este modo de pensar está totalmente en desacuerdo con la Biblia, que habla de una buena tierra que fue diseñada por Dios para ser habitada por gente resucitada. Aquí están los comentarios de Albert Nolan de este verso:
El texto muy citado, “Mi reino no es de este mundo” (Juan 18:36) no significa que “el reino” no es, o no será, en este mundo o en esta tierra. La frase es Joanina y debe ser entendida en términos del uso de las palabras de Juan. En Juan 17:11, 14-16, cuando se dice que Jesús y sus discípulos están en el mundo, pero no son del mundo, el sentido es bastante claro. Aunque ellos vivan en el mundo, ellos no son mundanos, ellos no se suscriben a los valores actuales y a los estándares del mundo. Si en el mismo evangelio también se dice que “el reino” no es de este mundo, debemos interpretarlo del mismo modo. Los valores “del reino” son diferentes de, y opuestos a, los valores de este mundo. No hay ninguna razón para pensar que esto significa que “el reino” flotará en el aire en algún sitio encima de la tierra, o que éste será una entidad abstracta, sin ninguna estructura social y política palpable.
Este es expresado como “el reino” de Dios, pero esto no lo convierte en menos político. Simplemente se opone al “reino” humano, o mejor todavía, “el reino” de Satanás.
Como Jesús lo entendió, Satanás gobernó el mundo. Era una generación perversa y pecadora (Mar 8:38 parr; 9:19 parr; Mt 12:39-45 par; 23:33-36 y compare con Hechos 2:40), un mundo en el cual el mal no tuvo rival. Esto era evidente no sólo en los sufrimientos del pobre y el oprimido y en el poder que los espíritus malignos tenían sobre ellos; era también evidente en la hipocresía, crueldad y ceguera de los líderes religiosos (los escribas y los Fariseos) y en la avaricia despiadada y la opresión de las clases dirigentes. Esto era verdad no sólo de la sociedad en la cual Jesús vivió, era verdadero de todos los reinos del mundo, todos los principados y poderes. Ellos estaban todos en las manos de Satanás, que les dio poder para gobernar sobre la gente, a condición de que ellos le adoraran y obedecieran (Mt 4:8-10 par). Ellos adoraron a Satanás gobernando de tal modo que sirvieron a los objetivos del mal. Satanás es un espíritu que gobierna indirectamente e invisiblemente. César, Herodes, Caifás, los principales sacerdotes, ancianos, escribas y los principales Fariseos eran las marionetas de Satanás. Jesús condenó todas las estructuras políticas y sociales del mundo como era en su día. Ellos eran todos malos. Todos ellos pertenecían a Satanás.
Cuando “el reino” de Dios venga, Dios sustituirá a Satanás. Dios gobernará sobre la comunidad entera de la humanidad y conferirá “el reino” o el poder dirigente a aquellos que servirán a los objetivos de Dios en la sociedad. Todo el mal será eliminado y la gente estará llena del Espíritu de Dios.
Esta cita fue escrita por Albert Nolan en 1976. Su libro, Jesús antes Que el cristianismo ha pasado por seis imprentas y todavía se vende hoy en las librerías. Albert Nolan es un sudafricano natal que trabajó con otros para liberar a las víctimas oprimidas del Apartheid. Él es un sacerdote Dominico. Esta porción de su libro puede ser encontrada en la página 59-60 de la versión 1992 de su libro.
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