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Los testigos de Jehová en vez de perder su tiempo predicando los domingos deberian:
¿Deberian los medicos OBLIGAR a sus pacientes en contra de su voluntad a recibir transfusiones de sangre aun cuando exista el riesgo de contraer Sida o Hepatitis?
¿Usan los Testigos de Jehová Imagenes Ocultas en su literatura?
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LA PAGINA BAUTISTA OFICIAL TE LO DICE CLARO, SUS ORIGENES REALES HISTORICOS SON DE LOS ANABAPTISTAS Y LOS MENONITAS , ESTO EN EL SIGLO 17 !!!
ESTO LO QUE MARCA LA IGLESIA BAUTISTA Y LO ACEPTA PORQUE COMO DICEN ES LO QUE HISTORICAMENTE ES LO REAL Y ACEPTADO!
JAAAAAAAAA
dice: Los verdaderos bautistas admiran a Juan el Bautista como un personaje auténtico bíblico, digno de imitar, como a todos los demás caudillos bíblicos, pero nos rehusamos en llevar un nombre en honor de un hombre.
a quien SI le cambio el nombre fue a su apostol que se llamaba SIMON y le puso PEDRO por ejemplo
Pero eso no es el tema, lo que me da risa es que tu quieres dar a decir que BAUTISTA si es correcto llamarle a una congregacion por Juan el bautista, JESUS NO LE PUSO ESE NOMBRE , a Juan ASI SE LE CONOCIA YA, y ademas ,,,,
jueves 7 de enero de 2010
1. Historia de los Bautistas: El problema del origen
¿De dónde surgen los bautistas y cuáles eran sus distintivos?
Algunos relacionan el origen de los bautistas con grupos antipaidobautistas que aparecieron muy temprano en la historia. Estos historiadores piensan que la denominación bautista tiene un parentesco espiritual con aquellos que se opusieron al bautismo infantil, como los novacianos (s. III), los donatistas (s. IV), los paulicianos (s. V), los valdenses (s. XII), y así sucesivamente.
Otros sostienen que la historia bautista se remonta al tiempo de los apóstoles. Éstos historiadores, llamados “sucesionistas” por su insistencia en poder trazar una sucesión de creyentes bautistas que algunos llevan hasta Juan el Bautista incluso, pretenden poseer todos los eslabones de una cadena que nos lleva hasta la iglesia primitiva.
Pero, si bien es cierto que el espíritu no conformista que caracterizó a los bautistas puede rastrearse a través de toda la Historia de la Iglesia y que el movimiento bautista guarda cierta relación o parentesco con algunos de estos grupos medievales, la denominación bautista como tal nace en Inglaterra en el siglo XVII.
A partir de ese punto en la historia se puede verificar una línea ininterrumpida de iglesias hasta nuestros días. Poca importancia tiene la antigüedad de la denominación; lo que importa es la base teológica que sustenta las convicciones doctrinales que caracterizan a los bautistas como tales. Como bien señala el historiador Justo Anderson:
“El bautista es un cristiano apostólico, puesto que una iglesia, aunque recién organizada sí lo es sobre el Nuevo Testamento, es más apostólica que aquella Iglesia que puede trazar su sucesión a los apóstoles, pero, que se ha apartado de los principios apostólicos. La cuestión de la veracidad es mucho más importante en el estudio de la historia bautista que la cuestión de la antigüedad, porque la antigüedad de principios es muy distinta a la antigüedad de organización” (Historia de los Bautistas; Tomo I; pg. 39).
Y más adelante añade: “Este es el dilema de la historia bautista. Es, al mismo tiempo, vieja y nueva” (op. cit.; pg. 40). Si el Señor lo permite, espero postear mañana una entrada sobre los precursores de los bautistas.
© Por Sugel Michelén. Todo pensamiento cautivo. Usted puede reproducir y distribuir este material, siempre que sea sin fines de lucro, sin alterar su contenido y reconociendo su autor y procedencia.
3 comentarios:
La historia de los bautistas es tan apasionante como discutida por los historiadores.
Partiendo de la base que la Iglesia nace de Jesucristo, hubieron muchos movimientos precursores, algunos fugaces y otros permanentes, algunos que quedaron casi como los movimientos originales postreformados y otros que fueron agiornandose.
Hay algunos que marcan el episodio del primer bautismo reformado en el que participaron Blaurock y Grebel (los Hermanos Suizos), entre otros, como el primer paso consistennte y duradero. Pero , como dije, hay otros puntos dela historia, incluso americana, dignos de mencionar.
Hermoso tema.
Bendiciones!
Alexander (http://elcaminoangosto.org)
viernes, 8 de enero de 2010
2. Historia de los Bautistas: Los precursores suizos y moravos
Grebel, Blaurock y Manz
En 1521 se unió a este grupo un joven llamado Conrad Grebel (1448-1526), que había iniciado sus estudios humanistas unos años antes en las universidades de Basilea, Viena y París. Zwinglio introdujo a estos jóvenes al estudio del Nuevo Testamento griego, de tal manera que algunos de ellos, no sólo hicieron profesión de fe, sino que también se convirtieron en celosos reformadores. Grebel era uno de ellos.
Pero pronto surgieron algunos problemas. Menos de tres años después, algunos de estos jóvenes llegaron a ciertas convicciones distintas a las de Zwinglio; entre los puntos de divergencia estaba el asunto del bautismo infantil y la relación de la Iglesia con el estado.
Dado que no pudieron ponerse de acuerdo con su mentor y maestro, el 21 de enero de 1525 un grupo de 15 hombres se reunió en la casa de Félix Manz para determinar lo que habrían de hacer, ya que el municipio de Zurich les había dado ocho días de plazo para retractarse de sus convicciones y bautizar a sus hijos.
Uno de los presentes esa noche proveyó el siguiente relato: “Sucedió que estábamos juntos hasta que cayó sobre nosotros una tremenda ansiedad... Caímos de rodillas ante el Dios Altísimo y oramos que nos indicase su voluntad divina... porque no fue una cosa de carne y de sangre que los impulsaba, puesto que bien sabían que significaba sufrimiento. Después de la oración, Jorge Cajacob se levantó y rogó que Conrado Grebel le bautizase con el bautismo cristiano correcto en base a su fe y conocimiento” (Justo Anderson; Historia de los Bautistas; Tomo II, pg. 36).
Grebel bautizó a Cajacob (también conocido como Blaurock) quien procedió de inmediato a bautizar a todos los demás. Así quedó constituida la primera iglesia de los hermanos suizos. “Está claro que fue esta la acción más revolucionaria de la Reforma. Ningún otro suceso simbolizó tan completamente el rompimiento con Roma. Aquí, y por primera vez durante la reforma, un grupo de cristianos se atrevió a formar una Iglesia según se pensaba que era el modelo del Nuevo Testamento” (W. R. Step; Revolucionarios del Siglo XVI; pg. 19).
A partir de ese momento Grebel se dedicó a una intensa labor evangelística; comenzaron a tener cultos en las casas y a practicar el bautismo a creyentes, por lo que fueron llamados “anabaptistas” o “rebautizadotes”.
Esto desató una fuerte persecución contra ellos. Finalmente Grebel fue arrestado y encarcelado en Noviembre del 1525 junto con Blaurock y Manz. Grebel pudo escapar de su encarcelamiento y publicar un tratado sobre el bautismo; pero murió víctima de la peste alrededor de agosto de 1526.
Baltasar Hubmaier
A la par de este movimiento originado en Zurich, algo similar ocurría en Moravia, en relación con el ministerio de Baltasar Hubmaier (1480-1528), uno de los hombres más importantes del movimiento anabaptista.
Hubmaier nació cerca de Augsburgo, en el seno de una familia humilde. Estudió en la Universidad de Friburgo, donde fue alumno de Juan Eck. Ambos se profesaban una gran admiración, de tal modo que, cuando Eck dejó la universidad de Friburgo para enseñar en la Universidad de Ingolstad, Hubmaier se fue tras él, llegando a recibir allí su título de Doctor en Teología el 29 de septiembre de 1512.
Luego fue ordenado sacerdote y nombrado como predicador y capellán de la Universidad, llegando a ser vicerrector en 1515. Al año siguiente dejó Ingolstad para venir a ser el párroco de la Catedral de Regensburgo. Allí se vio envuelto en una campaña antisemita que desembocó finalmente en la expulsión de los judíos de la ciudad, convirtiendo luego la sinagoga abandonada en una capilla católica dedicada “a la hermosa María”.
Muy pronto esta capilla comenzó a recibir un número cada vez mayor de feligreses, lo que provocó la envidia de los monjes locales que veían cómo sus ingresos y su prestigio estaban comenzando a menguar. Fue tal vez este factor el que llevó a Hubmaier a trasladarse a la ciudad de Waldshut en 1521. Allí continuó su labor como cualquier párroco católico romano de la Edad Media.
Pero en junio de 1522 hizo un viaje a Basilea donde conoció a Erasmo y a Heinrich Glarean (que fuera maestro de Grebel). Allí también entró en contacto más directo con la Reforma, de modo que a su regreso a Waldshut decidió estudiar más a fondo el NT.
Todo luce indicar que ese fue el año de su transformación. A partir de ese momento, las prédicas de Hubmaier evidenciaron que había abrazado la Reforma y, sobre todo, que había depositado su fe en Cristo.
En medio de este proceso, Hubmaier recibió la invitación de regresar a Regensburgo, donde los habitantes quedaron profundamente sorprendidos por el cambio evidente de su antiguo pastor. Poco tiempo después regresó de nuevo a Waldshut, dispuesto a continuar la reforma allí.
En 1 de marzo de 1523 hizo contacto con Zwinglio y con otros dirigentes de la reforma en Suiza, incluyendo a Conrad Grebel. En octubre de ese mismo año participó en el debate que se llevó a cabo en Zurich, y ya en ese tiempo dio a entrever que no compartía con Zwinglio el bautismo infantil.
A su regreso a Waldshut redactó un documento de 18 artículos los cuales serían la guía para la reforma en la ciudad. En estos artículos Hubmaier estableció claramente la doctrina de la justificación por la fe, los frutos de amor que la verdadera fe produce, el rechazo de la misa como sacrificio, el rechazo al celibato y el bautismo voluntario de los creyentes.
Al año siguiente contrajo matrimonio con Elizabeth Hugline, quien resultó ser una esposa fiel y valiente. Pero sus actividades reformadoras pronto llamaron la atención de Fernando I de Habsburgo (hijo de Felipe el Hermoso y Juana I de Castilla y, por lo tanto, hermano de Carlos I de España y nieto de los reyes católicos Fernando e Isabel).
Primero envió una comisión al Concilio de la ciudad pidiendo que destituyeran al predicador, pero éstos se negaron a hacerlo. Luego llegó una carta del gobierno austriaco, en la que se les volvía a pedir que destituyeran “al que se decía doctor y predicador del pueblo, y a que escogiera en su lugar a otro predicador adecuado y piadoso que no mantuviera las condenadas doctrinas de Lutero”.
Dado que la presión continuó arreciando, Hubmaier decidió salir de la ciudad para evitar una intervención armada. En septiembre de 1524 se dirigió a la ciudad de Schaffhausen. Allí escribió uno de los tratados más importantes de la literatura que produjo la reforma, titulado: “Concerniente a los herejes y a aquellos que los queman”, donde se proclamó abiertamente en contra de las persecuciones religiosas de cualquier tipo y el uso de la espada o el fuego para combatir la herejía, a la vez que abogó por la libertad de cultos. “Está claro para todos ahora – decía él, incluso para los ciegos, que una ley para quemar herejes es una invención del diablo. La verdad es inmortal”. Esta frase vino a ser el lema de su vida.
En octubre de ese año, Hubmaier regresó a Wadlshut, donde fue aclamado por el pueblo como un héroe. Hasta el ayuntamiento hizo una fiesta a su favor. Para este tiempo, sus convicciones acerca del bautismo se habían asentado en su mente, como vemos en una carta que envió a Oecolampadio, el reformador de Basilea, el 16 de enero de 1525: “El significado de este signo y símbolo (el bautismo), la prenda de la fe hasta la muerte esperando la resurrección de la vida futura, tiene que considerarse como algo más que una señal. Su significado no pueden entender los niños, por eso es absurdo el bautismo infantil”.
Más tarde, en abril de ese mismo año, Hubmaier fue bautizado con unas 60 personas más por Wilhem Reublin que había sido desterrado de Zurich y había buscado refugio en Wadlshut. Habiendo recibido el bautismo bíblico, el mismo Hubmaier bautizó a unas 300 personas más.
En mayo de 1525, Zwinglio publicó un panfleto titulado “Sobre el bautismo, el anabaptismo y el bautismo infantil”, donde rebatía el concepto anabaptista del bautismo de los creyentes. Hubmaier respondió en el mes de julio con una obra que tituló “El bautismo cristiano de los creyentes”. Este libro “es considerado por muchos como la mejor defensa del bautismo de creyentes jamás escrita” (Anderson; pg. 40).
Esta obra provocó otro debate en Zurich que concluyó con la proscripción de los anabaptistas y el encarcelamiento de Hubmaier, quien había huido a Zurich cuando las tropas austriacas entraron en Waldshut.
Algunos piensan que Hubmaier pudo haber abrigado esperanzas de convencer a Zwinglio; pero lo que en realidad ocurrió fue que se le exigió que se retractara o sería expulsado de Zurich inmediatamente. Temiendo caer en las manos de Fernando I, Hubmaier se retractó. Pero muy pronto se retractó de su retractación y atacó el bautismo infantil luego de un sermón de Zwinglio, por lo que fue apresado inmediatamente, encarcelado.
Una vez liberado, Hubmaier se dirigió a Nikolsburgo (en Moravia, hoy Mikulov en la República Checa). Esta era, en ese entonces (1526), una de las ciudades europeas más tolerantes debido, en parte, a la influencia de Juan Hus. Allí fue recibido con mucho entusiasmo por los evangélicos moravos, llevando a cabo un ministerio sumamente fructífero. Se calcula que unas 6,000 personas fueron bautizadas en 1526.
Ese fue también un período de gran producción literaria; durante el 1526 y 1527 Hubmaier publicó unos 17 panfletos que fueron de mucho ayuda para los anabaptistas en los años siguientes. “Pocos de sus contemporáneos le excedieron en elocuencia, estilo y humor… Hubmaier fue un erudito cristiano cuyo conocimiento de las Escrituras no fue aventajado por ninguno de sus contemporáneos, y un teólogo capaz al que sólo excedió Calvino” (Step; pg. 68).
© Por Sugel Michelén. Todo pensamiento cautivo. Usted puede reproducir y distribuir este material, siempre que sea sin fines de lucro, sin alterar su contenido y reconociendo su autor y procedencia.
1 comentarios:
Quisiera que usted me sugiriese un libro de historia que halla usado para este tema.
desde ya soy un agradecido.
sábado 9 de enero de 2010
3. Historia de los Bautistas: El ala revolucionaria y fanatizada
En la entrada anterior sobre los precursores de los bautistas (tanto en Suiza como en Moravia), vimos algo de lo primero. En la entrada de hoy veremos algo de lo segundo, comenzando en Moravia, donde los anabaptistas comenzaron a enfrentar grandes problemas casi desde el principio.
Por un lado, el grupo sufrió una división cuando algunos se fueron detrás de un tal Juan Hut, quien insistía en el uso de la espada contra los impíos para establecer el reino de Dios. Éste predijo que la segunda venida de Cristo habría de ocurrir el domingo de Pentecostés de 1528, a la vez que trató de reunir a los 144,000 elegidos a quienes selló bautizándolos y poniéndoles en sus frentes la señal de la cruz. Otros se alinearon con Jacob Wiedemann, un predicador anabaptista que promovía una especie de comunismo cristiano.
Por otro lado, por orden del archiduque Fernando de Austria, Hubmaier y su esposa fueron apresados y llevados a Viena donde fueron condenados a la muerte; Hubmaier fue quemado vivo el 10 de marzo de 1528, y su esposa fue ahogada en el Danubio tres días después.
Sin un liderazgo fuerte que los guiara, eventualmente los anabaptistas de Nikolsburgo dejaron de existir. Pero la influencia de Baltasar Hubmaier se habría de sentir por muchos años más debido a sus obras escritas. “En 1619 se las consideraba todavía tan peligrosas que fueron incluidas en el índice de libros prohibidos... que promovió la Inquisición española” (W. R. Estep; Revolucionarios del Siglo XVI; pg. 71). En un documento del siglo 17, su nombre aparece en una lista de grandes "herejes", sólo precedido por los nombres de Lutero, Zwinglio y Calvino.
Luego de la muerte de Juan Hut, el movimiento volvió a dividirse otra vez; sin embargo, su mensaje apocalíptico continuó siendo proclamado por otros supuestos profetas, entre los cuales se encontraba Melchior Hofman.
Aunque Hofman comenzó siendo un predicador laico luterano, más tarde rechazó la enseñanza de Lutero con respecto a la comunión y vino a ser seguidor de Zwinglio, para abrasar luego la doctrina anabaptista en la ciudad de Estrasburgo.
Convencido de que él era “el Elías que habría de preparar el camino para el retorno de Cristo”, comenzó a proclamar que el día del Señor se estaba acercando y que en la ciudad de Estrasburgo se habría de establecer la Nueva Jerusalén. También instó a sus seguidores a abandonar el pacifismo que había caracterizado a los anabaptistas. Finalmente Hofman fue encarcelado en Estrasburgo en 1533 hasta su muerte 10 años más tarde.
Pero uno de sus discípulos, un panadero holandés llamado Juan Matthys, tomó el mando, declarándose a sí mismo como profeta del movimiento: así como Hofman era “el Elías que había de venir” antes del retorno del Señor, él era Enoc, el otro testigo de Ap. 11. Matthys procedió entonces a nombrar a 12 apóstoles, entre los cuales estaba Juan de Leyden, y además trasladó la Nueva Jerusalén a Munster, ciudad importante en la región de Westfalia.
Mucha gente se aglomeró en torno a ellos; expulsaron al obispo de la ciudad y trataron de instaurar una teocracia que, según ellos, se ajustaría en todo a la Biblia, incluyendo la práctica de la poligamia. A la muerte de Matthys, Juan de Leyden tomó el mando; y así como Hofman se comparó con Elías y Matthys con Enoc, Leyden decía ser el rey David.
Pero el obispo expulsado de Munster no se quedó de brazos cruzados; pronto reunió un ejército, compuesto por luteranos y católicos, y sitió la “Nueva Jerusalén”. La situación dentro de la ciudad se fue volviendo cada vez más desesperada, hasta que, finalmente, sus mismos habitantes abrieron las puertas para que entrara el obispo con su ejército. Lo que sucedió a continuación fue un terrible baño de sangre que habría de ser recordado por mucho tiempo, contribuyendo aún más a la mala fama que ya tenía el movimiento anabaptista.
Como dice el historiador Latourette: “El efecto del episodio fue confirmar el desprestigio que acompañaba el nombre de anabaptista. Circularon rumores de los extremos a donde había llegado el fanatismo anabaptista durante los meses de la tensión en la comunidad, de la destrucción de propiedades, de poligamia y de la supresión despiadada de la oposición. Y, cómo es común en tales rumores, los hechos se agrandaban a medida que se contaban y se volvían a contar, alejándose más y más de los hechos reales”.
Lamentablemente, nunca han faltado en la Historia estos grupos fanatizados que traen gran descrédito a la iglesia de Cristo. La buena noticia es que, a pesar de tales locuras de supuestos cristianos, Cristo continuará edificando a Su iglesia y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.
© Por Sugel Michelén. Todo pensamiento cautivo. Usted puede reproducir y distribuir este material, siempre que sea sin fines de lucro, sin alterar su contenido y reconociendo su autor y procedencia.
http://todopensamientocautivo.blogspot.com/2010/01/historia-de-los-bautistas-menno-simons_11.html
lunes 11 de enero de 2010
4. Historia de los Bautistas: Menno Simons y los menonitas
El desastre de Munster le puso punto final al ala revolucionaria del anabaptismo, pero no al movimiento como tal. Entre los anabaptistas más prominentes de esta nueva generación, uno de los más importantes es, sin duda alguna, Menno Simons, un ex sacerdote católico que abrazó el anabaptismo en 1536.
Simons nació en los países bajos, en 1496, cuatro años después del descubrimiento de América, 13 años después del nacimiento de Lutero y 13 años antes del nacimiento de Calvino. Fue ordenado para el sacerdocio en 1524, cuando tenía 28 años de edad.
Por una razón que desconocemos, al año siguiente de su ordenación, Simons comenzó a tener serias dudas acerca de la misa. “Yo no cesaba de pensar en que la copa y el pan que repartía en la misa no eran la sangre y la carne del Señor. Creía que era el diablo el que me quería apartar de mi fe. Me confesaba con frecuencia, lloraba y oraba, pero no conseguía librarme de este pensamiento.”
En ese momento de su vida, Simons desconocía casi completamente las Escrituras; como él mismo señala en uno de sus escritos: “… no las había tocado en toda mi vida temiendo leerlas por si me descarriaba. Ahora me doy cuenta de lo torpe que fui durante cerca de dos años cuando era sacerdote.”
También admite en otro lugar que en ese tiempo llevaba una vida vacía y frívola, fullera y de borracho y “llena de diversión como es la costumbre y el uso de la gente inútil.”
Finalmente determinó que debía acudir a las Escrituras para resolver sus dudas. Poco a poco fue aceptando la autoridad doctrinal de las Escrituras y pronto se topó también con el tema del bautismo. Sus estudios del Nuevo Testamento le convencieron de que el bautismo infantil era un error; por otra parte se sentía profundamente conmovido por la persecución que se había desatado en contra de los anabaptistas.
El 30 de marzo de 1535 un grupo de unos 300 anabaptistas fue violentamente apresado y ejecutado, entre los cuales estaba uno de sus hermanos. Aquello le conmovió profundamente y desencadenó en él una crisis que le llevó a su conversión y a su salida definitiva del catolicismo romano el 30 de enero de 1536.
No mucho tiempo después fue bautizado y ordenado ministro anabaptista. Su labor en los Países Bajos fue tan exitosa que allí los anabaptistas fueron conocidos como menonitas.
El alcance de su obra fue tal que el emperador Carlos V emitió un edicto en el que ofrecía la recompensa de 100 monedas de oro por su cabeza, a la vez que prometía al que le entregara un indulto por cualquier delito cometido. No obstante, y a pesar de la persecución, se mantuvo ministrando hasta su muerte el 31 de enero de 1561.
© Por Sugel Michelén. Todo pensamiento cautivo. Usted puede reproducir y distribuir este material, siempre que sea sin fines de lucro, sin alterar su contenido y reconociendo su autor y procedencia.
1 comentarios:
martes, 12 de enero de 2010
5. Historia de los Bautistas: Las iglesias de Inglaterra y el origen de los bautistas actuales
Algunos eran puritanos anglicanos que querían purificar la iglesia de todo vestigio de romanismo. Pero también había puritanos presbiterianos, que abogaban por un cambio más radical en el gobierno de la iglesia, tomando como modelo el calvinismo continental. Estos puritanos se separaron de la iglesia anglicana en el siglo XVI y formaron sus propias congregaciones.
Parece que algunos de ellos habían recibido cierta influencia anabaptista por medio de inmigrantes holandeses. Cuando la situación se puso difícil para ellos, algunos emigraron a Ámsterdam, donde gozaron de tolerancia religiosa.
Pero no todos huyeron. En la ciudad de Gainsborough, en Inglaterra, se formó un centro de separatistas, de entre los cuales surgieron los bautistas en sus dos grandes ramas: los bautistas generales y los particulares. Los bautistas generales eran arminianos (llamados así porque creían en la expiación ilimitada o general), mientras que los bautistas particulares eran calvinistas (creían en la expiación limitada o particular).
De este grupo sale Juan Smith (1570-1612), quien estudió en la Universidad de Cambridge, una escuela de corte puritano. Sabemos que en 1605 o 1606 se unió a una iglesia congregacional que se reunía clandestinamente en Gainsborough. Más tarde, y por un asunto de conveniencia, se dividieron en dos grupos. Pero cuando la persecución arreció, se vieron obligados a emigrar a Holanda.
Entre 1608 y 1609, y bajo la influencia de los menonitas, Juan Smith llegó a la conclusión de que tanto él como los miembros de su iglesia no estaban correctamente bautizados. Pero dado que Juan Smith no aceptaba completamente las doctrinas menonitas, éste no podía ser bautizado por ellos con una limpia conciencia; así que se bautizó a sí mismo y luego a 40 personas más.
Este bautismo no fue hecho por inmersión, ya que el modo del bautismo no era todavía motivo de discusión. Para ellos era más importante responder la pregunta: ¿Quién debe ser candidato el bautismo? Así que para 1609 ya encontramos en Ámsterdam una iglesia constituida por creyentes bautizados. Más adelante, Juan Smith se arrepintió de haberse bautizado asimismo y junto a 30 personas más, en febrero de 1610, solicitaron ser admitidos en la iglesia menonita. Éstos no fueron aceptados sino hasta enero de 1615; pero Juan Smith ya había fallecido de tuberculosis en agosto de 1612.
Pero no todos los miembros de la iglesia de Juan Smith estuvieron de acuerdo con él en unirse a la iglesia menonita. Un pequeño grupo, liderado por Thomas Helwys, decidió formar tienda aparte; estos retornaron a Inglaterra en 1612.
Allí fundaron la primera Iglesia Bautista General en suelo inglés, en las afueras de Londres. Para 1630 ya había otras seis congregaciones bautistas generales, las cuales mantenían comunión con los menonitas del continente. En 1644 se habían multiplicado en 47 iglesias. Hasta 1641 practicaban el bautismo por afusión.
Pero los padres históricos de los bautistas modernos fueron los bautistas particulares o calvinistas. Esto así porque en el siglo XVIII los bautistas generales abrazaron el liberalismo teológico y prácticamente desaparecieron del escenario de Inglaterra.
Por otra parte, fueron los bautistas particulares quienes “introdujeron una nueva interpretación del bautismo como un testimonio de la muerte, la sepultura y la resurrección de Cristo que perdura entre los bautistas modernos” (Anderson; Historia de los Bautistas; pg. 77); hasta ese entonces el bautismo era considerado como un símbolo de purificación. De igual modo, fueron los bautistas particulares quienes restauraron la práctica del bautismo por inmersión después del 1641.
La primera congregación bautista de teología calvinista se constituyó en Londres en 1616 bajo el liderazgo de Henry Jacob (1553-1624). Éste había pasado un tiempo en Holanda donde había entrado en contacto con puritanos congregacionalistas. En 1624 emigró a Virginia, colonia americana, donde murió poco tiempo después.
El siguiente pastor de la iglesia fue Juan Lathrop, quien estuvo al frente de la congregación hasta 1634; pero él también se fue al nuevo mundo. Cuatro años después, Enrique Jessey asumió el pastorado.
No fue sino hasta 1630 cuando está iglesia comenzó a discutir el tema del bautismo. Poco a poco la iglesia fue asumiendo convicciones que la iban conformando en una congregación bautista. Pero fue en 1645, el año en que Jessey fue bautizado por inmersión, cuando esta iglesia vino a ser realmente bautista.
Anterior a esa fecha, otro grupo se había separado de la iglesia madre, precisamente por su convicción de que sólo los creyentes debían ser bautizados. Esta iglesia tuvo como su primer pastor a Juan Spilsbury. Fue precisamente allí donde, en 1640, surgió una discusión sobre el modo del bautismo, que finalmente los llevó a la conclusión de que debía realizarse por inmersión, como simbolismo de muerte y resurrección (comp. Rom. 6:4 y Col. 2:12).
Este método fue adoptado por todas las iglesias bautistas, incluyendo las generales, y así quedó consignado en la Primera Confesión de Fe Bautista de Londres de 1644.
Para esa fecha, según el historiador Daniel Neal, había unas 47 iglesias bautistas particulares o calvinistas en Inglaterra, siete de ellas en Londres. Estas siete iglesias aprovecharon la libertad política y religiosa que se gozaba en aquellos días, para aclarar algunos malos entendidos con respecto a los bautistas, ya que muchos los asociaban con el ala radical del movimiento anabaptista del Continente (que ya vimos en una entrada anterior).
Unos años más tarde, los bautistas publicaron su segunda Confesión de Fe de Londres, que había sido redactada en 1677, pero que no había podido ser publicada por la situación política y religiosa reinante en Inglaterra.
En esta segunda Confesión, conocida como la 1689, los bautistas quisieron expresar su acuerdo con los demás grupos reformados de Inglaterra, por lo que siguieron muy de cerca las definiciones doctrinales de la Confesión de Fe de Westminster, así como la Confesión de Saboya de los congregacionalistas.
Aunque diferían de aquellos teólogos en cuanto al gobierno y la membrecía de la Iglesia, en todas las otras cosas creían prácticamente lo mismo, y así lo manifestaron públicamente en su Confesión de Fe. Este documento ha sido, y sigue siendo, la Confesión de Fe de muchas iglesias bautistas desde entonces. Pero eso lo veremos en otra entrada.
© Por Sugel Michelén. Todo pensamiento cautivo. Usted puede reproducir y distribuir este material, siempre que sea sin fines de lucro, sin alterar su contenido y reconociendo su autor y procedencia.
1 comentarios:
He de confesarle que precisamente por este tipo de investigaciones llegué por la gracia del Señor a las confesiones antiguas y a convencerme del desvío casi generalizado de los bautistas modernos de sus raíces teológicas.
Por lo tanto aclaro que mi observación no se dirige a reafirmar las premisas landmarkistas sino para cerciorarme de si usted conocía estos datos y si se está refiriendo específicamente a la practica de la denominación bautista en Inglaterra.
jueves 14 de enero de 2010
7. Historia de los Bautistas: Los puritanos, la Confesión de Westminster y la Confesión Bautista de 1689
Eduardo VI
Al morir Enrique VIII, en el 1547, le sucedió en el trono su hijo Eduardo VI, un joven adolescente, en cuyo corto reinado de apenas 4 años se llevaron a cabo reformas un poco más profundas. Durante su reinado se publicó el libro de oración común, el cual introdujo algunos cambios importantes en la liturgia de la iglesia anglicana.
María Tudor (la sanguinaria)
Pero Eduardo VI murió en 1553, teniendo apenas 16 años de edad, y le sucedió en el trono su media hermana María, hija de Catalina. Esta vuelve a implantar el catolicismo en Inglaterra y desata tal persecución contra los protestantes que ha sido conocida en la historia como María la Sanguinaria.
En ese tiempo muchos protestantes huyeron al Continente donde entraron en contacto con teólogos calvinistas y adquirieron un entendimiento más claro de las enseñanzas bíblicas. Pero María no tuvo hijos, de modo que al morir a fines de 1558 le sucedió su media hermana Isabel, la hija de Ana Bolena.
Isabel I y el puritanismo
Esta vuelve a implantar el anglicanismo en Inglaterra, muy probablemente por conveniencia, ya que según el catolicismo ella no era más que una hija bastarda. En ese momento muchos de los protestantes que huyeron al Continente regresaron a Inglaterra con la esperanza de que la reina siguiera profundizando en el proceso de reforma bíblica. Pero se encontraron con una terrible decepción. La reina Isabel quería seguir manteniendo en los cultos de la Iglesia anglicana un conjunto de prácticas que no tenían apoyo alguno en la Palabra de Dios.
Estos protestantes, en cambio, abogaban por una reforma cabal, donde la Palabra de Dios fuese la única regla que regulara la doctrina, la vida práctica y la adoración de los creyentes. Por tal razón a estos protestantes se les llamó “puritanos” durante el reinado de Isabel I. Aunque ridiculizados y caricaturizados a lo largo de la historia, el puritanismo fue uno de los períodos más gloriosos de la historia de la Iglesia.
R. C. Sproul dice lo siguiente al respecto: “Si hubo alguna vez un grupo de cristianos que fueran ejemplo de la vida cristiana, estos fueron los puritanos, quienes fueron vigorosos en la búsqueda de la santidad personal”.
Estos hombres se oponían firmemente a que la tradición o el poder del estado impusieran sobre sus conciencias prácticas que Cristo, la verdadera Cabeza de la Iglesia, no les hubiese impuesto. Esa lucha entre los puritanos e Isabel se mantuvo todo el tiempo de su reinado.
Jaime I
Isabel murió en 1603 sin haber tenido hijos y habiendo expresado su deseo de ser sucedida en el trono por Jaime I, hijo de María Estuardo y quien ya era rey en Escocia. María Estuardo era prima de Isabel, biznieta de Enrique VII y, por lo tanto, su hijo Jaime era un heredero legítimo al trono de Inglaterra.
Ahora por primera vez ambos reinos, Inglaterra y Escocia, estaban unidos bajo un mismo monarca. Fue durante el reinado del rey Jaime que se publicó la versión inglesa de las Escrituras conocida como King James. Pero este hombre tampoco tenía ningún interés reformador; aparte de que tenía temor de oponerse a los obispos anglicanos, por lo que asumió una política más adversa aún al puritanismo.
Esto provocó un nuevo éxodo de protestantes, incluyendo el grupo de peregrinos que salieron hacia América en el Mayflower en el 1620. Estos peregrinos son considerados como los padres fundadores de los EUA.
Carlos I
Al morir el rey Jaime le sucedió en el trono Carlos I quien fue todavía más adverso al puritanismo. Este rey abolió el parlamento, que estaba lleno de puritanos y gobernó durante 11 años como un dictador, por lo que se hizo muy impopular en Inglaterra.
En apenas 12 años unos 4,000 puritanos habían salido para América, buscando un lugar donde pudiesen adorar a Dios con una limpia conciencia. Las imposiciones del estado sobre la religión se fueron haciendo cada vez más fuertes, lo que trajo como consecuencia una guerra civil en 1642, con el Parlamento de un lado, que había sido restablecido unos años antes, y con el rey Carlos del otro. Finalmente, en 1649, el rey Carlos I fue depuesto y decapitado, y se inicia el protectorado de Oliverio Cromwell.
El protectorado de Oliverio Cromwell
Fue durante ese período de guerra civil que el Parlamento convocó a más de un centenar de teólogos ingleses, escoceses y galeses, quienes se reunieron durante cuatro años, desde el 1644 al 1648, en la Abadía de Westminster. Esta asamblea produjo la Confesión de Fe de Westminster, y dos catecismos: Uno Mayor para la instrucción de los adultos, y uno Menor para la instrucción de los niños.
Acerca de este grupo de teólogos que se reunió en aquella Abadía, dijo Richard Baxter lo siguiente: “Desde los días de los apóstoles no ha habido un Sínodo de teólogos más excelente que el que se reunió en ese lugar”.
La influencia que esa Confesión de Fe y esos Catecismos han ejercido en las iglesias reformadas en todo el mundo ha sido tan profunda que sería muy difícil evaluarla con precisión. Esta Confesión de Fe sostiene un punto de vista presbiteriano en cuanto al gobierno de la Iglesia.
Carlos II y la restauración de la monarquía
Antes de su muerte, en 1658, Cromwell indicó que su sucesor debía ser su hijo Ricardo, pero éste no tenía las capacidades de su padre, por lo que no pudo retener el poder. El país estuvo al borde de otra guerra, por lo que Ricardo renunció a su posición y se retiró a la vida privada. Esto no dejaba más opción que regresar a la monarquía, de modo que en 1660 sube al trono de Inglaterra Carlos II, el hijo de Carlos I. Aunque Carlos II garantizó la libertad de conciencia, muy pronto comenzó a dictar una serie de medidas en contra de los puritanos.
La primera fue el “Acta de Uniformidad” en 1662, que requería que todos los ministros del evangelio unificaran los cultos de las iglesias en torno al Libro de Oración Común. Unos 2,000 pastores se negaron a hacerlo, porque no podían subscribirse a ese documento con una limpia conciencia, por lo que fueron expulsados de sus iglesias.
Históricamente hablando, con el Acta de Uniformidad concluyó la historia del puritanismo como tal. A partir de ese momento los ministros puritanos fueron conocidos como “no conformistas” o “disidentes”.
Luego vino el “Acta de Conventículo”, en 1664, que prohibía la reunión de cualquier iglesia que no adoptara el Libro de Oración Común. Y un año después el “Acta de la Cinco Millas”, que prohibía que cualquier pastor disidente se acercara a su antigua parroquia en un radio de cinco millas.
Esto provocó que muchos pastores disidentes pusieran por escrito sus sermones y sus opiniones doctrinales, lo que hizo posible que hoy pudiéramos tener esa rica herencia puritana a nuestra disposición.
Uno de los presos más famosos de ese período fue Juan Bunyan, el cual fue encarcelado en 1660 por rehusarse a dejar de predicar, pero en cuyo encierro escribió una de las obras maestras de la literatura inglesa de ese período: “El Progreso del Peregrino”. En ese período de persecución los tres grupos mayoritarios de creyentes en Inglaterra, los presbiterianos, los bautistas y los independientes, se acercaron cada vez más.
Jaime II
Carlos II murió en 1685 y fue sucedido en el trono por su hermano Jaime II, el cual profesaba la religión católica. Por esa razón, una de las primeras cosas que hizo al retornar al poder fue proclamar un “Acta de Indulgencia” que permitía que las iglesias disidentes del anglicanismo se reunieran libremente. Eso favoreció a los católicos, así como también a los protestantes.
Guillermo de Orange
Pero en 1689 Jaime II fue depuesto, sucediéndole en su lugar Guillermo de Orange, casado con una hija de Jaime II y la cual era protestante. De inmediato se dictó un “Acta de Tolerancia”, concediéndole más libertades aún a los disidentes.
Ese mismo año los bautistas publicaron su segunda Confesión de Fe de Londres, que había sido redactada en 1677, pero que no había podido ser publicada por la situación política y religiosa reinante en Inglaterra. En esta segunda Confesión, conocida como la 1689, los bautistas quisieron expresar su acuerdo con los demás grupos reformados de Inglaterra, por lo que siguieron muy de cerca las definiciones doctrinales de la Confesión de Fe de Westminster, así como la Confesión de Saboya de los congregacionalistas.
Aunque diferían de aquellos teólogos en cuanto al gobierno y la membrecía de la Iglesia, en todas las otras cosas creían prácticamente lo mismo, y así lo manifestaron públicamente en su Confesión de Fe. Este documento ha sido, y sigue siendo, la Confesión de Fe de muchas iglesias bautistas desde entonces.
De este documento el gran predicador bautista del siglo pasado, Charles Spurgeon, dijo lo siguiente: “Este documento antiguo es un excelente resumen de aquellas cosas creídas entre nosotros. Aceptamos el mismo no como una regla autoritativa, o como un código de fe, sino como una ayuda en la controversia, una confirmación en la fe y un medio de edificación en la justicia. En él los miembros de esta Iglesia tendrán un pequeño resumen doctrinal, y por medio de las pruebas bíblicas allí contenidas estarán preparados para dar una respuesta de la fe que hay en ellos”.
© Por Sugel Michelén. Todo pensamiento cautivo. Usted puede reproducir y distribuir este material, siempre que sea sin fines de lucro, sin alterar su contenido y reconociendo su autor y procedencia.
5 comentarios:
Se que no es el medio pero quisiera también darle las gracias por esos sermones tan enriquecedores. Yo soy de Colombia pero los escucho desde la red y me alegra el corazon que aun nuestra fe sea predicada tan fielmente!
La gloria sea para el Señor Jesucristo. Con muchisima alegría: Giselle, hermana en Cristo
http://www.todopensamientocautivo.com/
viernes 15 de enero de 2010
8. Historia de los Bautistas: Bibliografía
Sobre la Historia de los Bautistas:
1. Revolucionarios del Siglo XVI; W. R. Step.
2. Historia de los Bautistas (3Tomos); Justo Anderson.
3. An Introduction to the Baptists; Erroll Hulse.
4. Our Baptist Heritage; Paul Clarke, Don Garlington, Erroll Hulse, David Kingdon, Bill Payne.
5. History of the English Calvinistic Baptist; Robert Oliver.
6. Baptist Roots in America; Samuel Waldron.
7. Rediscovering our English Baptist Heritage: Kiffin, Knollys and Keach; Michael A. G. Haykin.
Sobre las Confesiones de Fe Bautistas:
1. Exposición de la Confesión Bautista de Fe de 1689; Samuel Waldron.
2. A Discussion of the Seventeenth Century Particular Baptist Confessions of Faith; Richard P. Belcher, Anthony Mattia.
3. Baptist Confessions of Faith; William L. Lumpkin
© Por Sugel Michelén. Todo pensamiento cautivo. Usted puede reproducir y distribuir este material, siempre que sea sin fines de lucro, sin alterar su contenido y reconociendo su autor y procedencia.
POR ULTIMO SI QUEREIS SABER SUPER GILIPOLLAS... QUE PIENSAN LOS B-AUTISTAS SOBRE LA TRINIDAD EL INFIERNO... LA BIBLIA ,... Y OTRAS COSILLAS PUES SOLO TENEIS QUE LEER EL SIGUIENTE DOCUMENTO... PERO OS QUEDA CLARO QUE LOS AUTISTAS TIENEN MAS EN COMUN CON LA INFAME RAMERA CATOLICA DE LO QUE ELLOS MISMOS ADMITEN... ¿¿¿O NO???
JAJJAJAJAJAJAJA
http://www.vor.org/truth/espan/1689a.html
CONFESION DE FE BAUTISTA DE 1689
LA CONFESION BAUTISTA
CAPITULO 1 - 10
PREFACIO
En el año 1855, C. H. Spurgeon, el conocido pastor de lo que más tarde fue llamado el «Tabernáculo Metropolitano» en Londres, Inglaterra, publicó de nuevo la confesión de fe que ahora presentamos a las iglesias bautistas del mundo hispano en este nuevo estilo, para celebrar el aniversario número 300 de esta declaración de la fe.
Entre aquellas cosas que creemos firmemente es que no hay nada semejante a la Biblia. Por eso no atribuimos autoridad alguna a esta confesión. De hecho, Ud. puede ver en el primer capítulo de esta publicación que todas las doctrinas de hombres deben decidirse por el veredicto bíblico. (Cap. 1, par. 10)
A pesar de esto, hay quienes que menosprecian los documentos llamados confesiones de fe. Otros dicen: «Cristo es nuestro credo». Sin embargo, todo el mundo sabe que en el momento en que decimos, «La Biblia dice tal o cual cosa, y yo la creo), ya hemos hecho una confesión de fe. Si algunos no creen en la utilidad de escribir y publicar su confesión, respetamos su posición, si bien diferimos. Por nuestra parte, convencidos de que los que quieren saber en qué creemos deben ser atendidos, estamos dispuestos pasar el trabajo e incurrir en los gastos necesarios para cumplir con sus esperanzas. En las siguientes lineas ofrecemos una traducción de parte del prefacio de la primera edición de esta confesión de fe hecha en 1689, después de mucha persecución. Dice asi:
1. Las Santas Escrituras son la única toda suficiente, segura e infalible regla del conocimiento, fe y obediencia salvadoras.1 Aunque la luz de la naturaleza y las obras de creación y de providencia manifiestan la bondad, sabiduría, y poder de Dios, de tal manera que los hombres quedan sin excusa, sin embargo, no son suficientes para dar aquel conocimiento de Dios y de su voluntad que es necesario para la salvación;2 por lo que le agradó al Señor, en varios tiempos y de diversas maneras revelarse a sí mismo y declarar su voluntad a su Iglesia;3 y además para conservar y propagar mejor la verdad y para el mayor consuelo y establecimiento de la Iglesia contra la corrupción de la carne y la malicia de Satanás y del mundo, le agradó dejar esa revelación por escrito, por todo lo cual las Santas Escrituras son muy necesarias, y tanto mas cuanto que han cesado ya los modos anteriores por los cuales Dios reveló su voluntad a su Iglesia.
(1)2Ti. 3:15-17; IS.8:20; LC 16:29,31; Ef. 2:20 (2) Ro. 1:19-21; Ro. 2:14,15; Sal. 19:1-3 (3)He. 1:1 (4)Pr. 22;19-21; Ro. 15:4; 2P. 1:19,20.
2. Bajo el titulo de las Santas Escrituras la palabra de Dios o escrita, se contienen todos los libros del Antiguo y Nuevo Testamento, y los cuales son como sigue:
Todos estos fueron dados por inspiración de Dios para que sean la regla de fe y vida.5
52 Ti.3:16 Toda la Escritura es inspirada por Dios y es útil para la enseñanza, para la reprensión, para la corrección, para la instrucción en justicia,
3. Los libros comúnmente titulados Apócrifos, por no ser de inspiración divina, no deben formar parte del canon de las Santas Escrituras, y por lo tanto no son de autoridad para la Iglesia de Dios, ni deben aceptarse ni usarse sino de la misma manera que otros escritos humanos.6
6LU 24:27,44 Y les dijo: --Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliesen todas estas cosas que están escritas de mí en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos.Rom 3:2 Mucho, en todo sentido. Primeramente, que las palabras de Dios les han sido confiadas.
4. La autoridad de las Santas Escrituras,; por la que ellas deben ser creidas y obedecidas, no depende del testimonio de ningún hombre o iglesia, sino enteramente del de Dios (quien en si mismo es la verdad), el autor de ellas; y deben ser creídas porque son la palabra de Dios.7
7 2 Pe 1:19 ¶ También tenemos la palabra profética que es aun más firme. Hacéis bien en estar atentos a ella, como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que aclare el día y el lucero de la mañana se levante en vuestros corazones.20 Y hay que tener muy en cuenta, antes que nada, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada;21 porque jamás fue traída la profecía por voluntad humana; al contrario, los hombres hablaron de parte de Dios siendo inspirados por el Espíritu Santo.16 Toda la Escritura es inspirada por Dios y es útil para la enseñanza, para la reprensión, para la corrección, para la instrucción en justicia, 1 Te 2:13 ¶ Por esta razón, nosotros también damos gracias a Dios sin cesar; porque cuando recibisteis la palabra de Dios que oísteis de parte nuestra, la aceptasteis, no como palabra de hombres, sino como lo que es de veras, la palabra de Dios quien obra en vosotros los que creéis. 1 Jn 5:9 Si recibimos el testimonio de los hombres, el testimonio de Dios es mayor; porque éste es el testimonio de Dios: que él ha dado testimonio acerca de su Hijo.
5 El testimonio de la Iglesia puede movernos e inducirnos a tener para las Santas Escrituras una estimación alta y reverencial; a la vez el carácter celestial del contenido de la Biblia, la eficacia de su doctrina, la majestad de su estilo, la armonía de todas sus partes, el fin que se propone alcanzar en todo el libro (que es el de dar toda gloria a Dios), el claro descubrimiento que hace del único modo por el cual puede alcanzar la salvación el hombre, la multitud incomparable de otras de sus excelencias y su entera perfección, son todos argumentos por los cuales la Biblia demuestra abundantemente que es la palabra de Dios. Sin embargo, nuestra persuasión y completa seguridad de que su verdad es infalible y su autoridad divina, provienen de la obra del Espiritu Santo, quien da testimonio a nuestro corazón con la palabra divina y por medio de ella.8 8 Jn. 16:13,14; 1 Co. 2:10-12; 1 Jn. 2:20, 27
6. Todo el consejo de Dios tocante a todas las cosas necesarias para su propia gloria; y para la salvación, la fe y la vida del hombre, está expresamente expuesto o implicitamente revelado en las Escrituras y, a esta revelación de su voluntad, nada será añadido, ni por nuevas revelaciones del Espiritu, ni por las tradiciones de los hombres.9
Sin embargo, confesamos que la iluminación interna del Espiritu de Dios es necesaria para que las cosas reveladas en la palabra se entiendan de una manera salvadora,10 y que hay algunas circunstancias tocante al culto de Dios y al gobierno de la iglesia, comunes a las acciones y sociedades humanas, que deben arreglarse conforme a la luz de la naturaleza y de la prudencia cristiana, pero guardándose siempre las reglas generales de la palabra. 11
9 2 Ti 3:15-17, Gá 1:8,9 10 Jn 6:45, 1 Co 2:9-12, 11 1 Co 11:13,14 1 Co 14:26,40
7 Las cosas contenidas en las Escrituras, no son todas igualmente claras ni se entienden con la misma facilidad por todos; 12 sin embargo, las cosas que necesariamente deben saberse, creerse y guardarse para conseguir la salvación, se proponen y se declaran en uno u otro lugar de las Escrituras, de tal manera que no sólo los eruditos, sino aun los que no lo son, pueden adquirir un conocimiento suficiente de tales cosas por el debido uso de los medios ordinarios.13
122p. 3:16 13 Sal 19:7; Sal 119:130
8. El Antiguo Testamento se escribió en hebreo (que era el idioma común del pueblo de Dios antiguamente),14 y el Nuevo Testamento lo es en el griego (que en el tiempo en que fue escrito era el idioma más conocido entre las naciones), porque en aquellas lenguas fueron inspirados directamente por Dios, y guardados puros en todos los siglos por su cuidado y providencia especiales. Por esta razón debe apelarse finalmente a los originales en esos idiomas en toda controversia.15 Como estos idiomas originales no se conocen por todo el pueblo de Dios, el cual tiene el derecho de poseer las Escrituras y tiene gran interés en ellas, a las que según el mandamiento debe leer16 y escudriñar17 en el temor de Dios, se sigue que la Biblia debe traducirse a la lengua vulgar de toda nación a donde sea llevada,18 para que morando abundantemente la palabra de Dios en todos, puedan adorarle de una manera aceptable y para que por la paciencia y consolación de las Escrituras tengan esperanza. 1914Ro. 3:2 15Is. 8:20 16Hch. 15:15 17Jn. 5:39 181 Co. 14:6,9,11,12,24,28 19Co1. 3:16; Ro. 15:4
9. La regla infalible para interpretar la; Biblia, es la Biblia misma, y por tanto, cuando hay dificultad respecto al sentido verdadero y pleno de un pasaje cualquiera (cuyo significado no es múltiple, sino uno solo), éste se puede buscar y establecer por otros pasajes que hablan con más claridad del asunto. 20
20 P. 1:20,21, Hch. 15:15,16
10. El Juez Supremo por el cual deben decidirse todas las controversias religiosas, todos los decretos de los concilios, las opiniones de los hombres antiguos, las doctrinas de hombres y de espiritus privados, y en cuya sentencia debemos descansar, no es ningún otro más que el veredicto biblico dado por el Espíritu Santo. En tal veredicto descansa la fe.21
21Mt. 22:29-32; Ef. 2:20; Hch. 28:23
11 CO 8:4-6 Dt 6:4 2)Jer 10:10, Is. 48:12 3) Ex 3:14 4)Jn 4:24, 5)1 Ti 1:17; Dt 4:15,16 6) Mal. 3:6
7) 1 R. 8:27; Jer.23:23,24, 8) Sal 90:2 9) Gn. 17:1 10)Is 6:3 11)Sal 115:3; Is 46:10 12)Pr. 16:4 Ro 11:36 13) Ex 34:6,7; He 11:6 14)Neh. 9:32,33 15 Sal. 5:5,6 16 Ex. 34:7; Nah. 1:2,3
2. Dios posee en si mismo y por si mismo toda vida,17 gloria, 18 bondad 19 y bienaventuranza,' es suficiente en todo en sí mismo y respecto a si mismo, no teniendo necesidad de ninguna de las criaturas que él ha hecho, ni derivando ninguna gloria de ellas, sino que solamente manifiesta su propia gloria en ellas, por ellas, hacia ellas y sobre ellas. El es la única fuente de todo ser, de quien, por quien y para quien son todas las cosas,21 teniendo sobre ellas el más soberano dominio, y, haciendo por ellas, para ellas y sobre ellas toda su voluntad.22
Todas las cosas están abiertas y manifiestas delante de su vista; 23 su conocimiento es infinito, infalible e independiente de toda criatura, de modo que para él no hay ninguna cosa contingente o dudosa.24 Es santísimo en todos sus consejos, en todas sus obras 25 y en todos sus mandatos. Siendo él el creador de los hombres y lós angeles, éstos le deben a él toda adoración, 26 servicio y cualquier cosa que él pudiera demandar de ellos.
23 He 4:13 24Ez. 11:5;Hch 15:18, 25 Sal 145:17 26Ap. 5:12-14
3. La Divinidad se compone de tres personas: Dios Padre, Dios Hijo (o Verbo) y Dios el Espíritu Santo. 27 Son uno en sustancia, poder y eternidad. Cada uno es enteramente Dios, pero a la vez Dios es uno e índivisible. 28 El Padre no es de nadie, ni es engendrado ni procedente de nadie; el Hijo es engendrado al eterno del Padre, 29 y el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo. 30 Estas tres personas divinas, siendio un solo Dios eterno, indivisible en su naturaleza y ser, son distinguidos en las Escrituras por sus relaciones personales dentro le la divinidad, y por la variedad de obras que efectúan. Su unidad triple (es decir, la Trinidad) es la base esencial de comunión con Dios y del consuelo que recibimos de nuestra confianza en él.
27i Jn. 5:7; Mt. 28:19: 2Co. 13:14 28Ex. 3:14; Jn. 14:11; 1 Co. 8:6 29Jn. 1:14,18 30 Jn 15:26; Gal. 4:6
CAPITULO 3
EL DECRETO ETERNO DE DIOS
1. Dios desde la eternidad, por el sabio y santo consejo de su voluntad, ordenó libre e inalterablemente todo lo que sucede.1 Sin embargo, lo hizo de tal manera, que Dios ni es autor del pecado ni comparte con los pecadores la responsabilidad del pecado2 ni hace violencia a la voluntad de SUS criaturas, ni quita la libertad ni contingencia de las causas secundarias sino más bien las establece.3 En todo esto se manifiesta la sabiduria divina al igual que su poder y fidelidad para efectuar aquello que se ha propuesto.4
1 Is. 46:10; Ef. 1:11; He. 6:17; Ro. 9:15,18 2Stg. 1:13; 1 Jn 1:5 3Hch. 4:27,28; Jn. 19:11 4Nm. 23:19; Ef 1:3-5
Aunque Dios sabe todo lo que puede suceder en toda clase de condición o contingencia que se puede suponer, 5 sin embargo, nada decretó porque lo preveía como porvenir o como cosa que sucedería en circunstancias dadas.6
5Hch. 15:18 2.6Ro. 9:11,13,16,18
3. Por el decreto de Dios y para la manifestación de su propia gloria, algunos hombres y angeles son predestinados (o pre-ordenados) a vida eterna por medio del Señor Jesucristo, 7 para la alabanza y gloria de su gracia. 8 A los demás, él ha dejado para que sean condenados en sus pecados, para la alabanza de su gloriosa justicia.9
Ti. 5:21; Mt. 25:34 8Ef. 1:5,6 9Ro. 9:22,23; Jud. 4
4. Estos hombres y ángeles así predestinados y preordenados, están designados particular e inalterablemente, y su número es tan cierto y definido que ni se puede aumentar ni disminuir. 10
10Jn. 13:18; 2Ti.2:19
5. A aquellos que Dios ha predestinado para vida desde antes que fuesen puestos los fundamentos del mundo, conforme a su eterno e inmutable propósito y al consejo y beneplácito secreto de su propia voluntad, los ha escogido en Cristo para la gloria eterna; mas esto por su libre gracia y puro amor,11 sin cualquiera otra cosa en la criatura como condición o causa que le mueva a ello.12
11Ef. 1:4,9,11; Ro.8:30; 2TI.1:9; 1 Ts. 5:9 12Ro. 9:13,16; Ef. 2:5,12
6. Así como Dios ha designado a los elegidos para la gloria, de la misma manera, por el propósito libre y eterno de su voluntad, ha preordenado también 105 medios para ello.13 Por tanto, los que son elegidos, habiendo caído en Adam, son redimidos por Cristo,14 y en debido tiempo eficazmente llamados a la fe en Cristo por el Espíritu Santo; son justificados, adoptados, santificados,15 y guardados por su poder, por medio de la fe, para salvación.16 Nadie más será redimido por Cristo, eficazmente llamado, justificado, adoptado, santificado y salvado, sino solamente los elegidos.17
13 1 P. 1:2; 2Ts.2:13 141 Ts. 5:9,10 15Ro. 8:30; 2Ts.2:13 16 1 P. 1:5 17Jn. 10:26; Jn. 17:9; Jn.6:64
7 La doctrina de este alto misterio de la predestinación debe tratarse con especial prudencia y cuidado, para que los hombres, persuadidos de su vocación eficaz, se aseguren de su elección eterna,18 y atendiendo a la voluntad revelada en la palabra de Dios, cedan la obediencia a ella. De esta manera esta doctrina proporcionará motivos de alabanza,19 reverencia y admiración a Dios; y también de humildad,20 diligencia y abundante consuelo a todos los que sinceramente obedecen al evangelio.21
18 1 Ts. 1:4,5; 2P.1:10 19Ef. 1:6; Ro. 11:33 20Ro. 11:5,6,20 21Lc 10:20
CAPITULO 4
LA CREACION
1. En el principio agradó a Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo,1 para la manifestación de la gloria de su poder,2 sabiduría y bondad eternas, crear o hacer el mundo y todas las cosas que en él están, ya sean visibles o invisibles, en el espacio de seis días y todas muy buenas.3
1Jn. 1:2,3; He. 1:2; Job 26:13 2Ro. 1:20 3Col. 1:16; Gn. 1:31 1
2. Después que Dios hubo creado todas las demás criaturas, creó al hombre, varón y hembra,4 con alma racional e inmortal,5 y en toda manera posible les preparó para una vida en armonía con él. Fueron creados a su imagen, dotados de conocimiento, justicia y santidad verdadera,6 teniendo la ley de Dios escrita en su corazón,7 y dotados del poder de cumplirla; sin embargo, había la posibilidad de que la quebrantaran dejados a la libertad de su voluntad que era mudable.8
4 Gn. 1:27 5 Gn. 2:7 6Ec. 7:29; Gn. 1:26 7Ro 2:14,15 8 Gn. 3:6
Además de esta ley escrita en su corazón, recibieron el mandato de no comer del árbol de la ciencia del bien y del mal, 9 y mientras guardaron este mandamiento, fueron felices, gozando de comunión con Dios, y teniendo dominio sobre las criaturas.10
9Gn.2:17 3 10 Gn 1:26,28
CAPITULO 5
PROVIDENCIA
1. Dios, el buen creador de todo, en su poder y sabiduría infinita, sostiene, dirige, dispone y gobierna a todas las criaturas y cosas,1 desde la más grande hasta la más pequeña,2 por su sabia y santa providencia. Dios cumple con los propósitos para los cuales él creó estas cosas, conforme a su presciencia infalible, y al libre e inmutable consejo de su propia voluntad, para la alabanza de la gloria de su sabiduría, poder, justicia, bondad y misericordia.31He. 1:3;Job 38:11;Is. 46:10,11;Sal. 135:6 2Mt. 10:29-31 3Ef. 1:11 4Hch. 2:23 5 Pr. 16:33
6gn. 8:22
2. Aunque con respecto a la presciencia y decreto de Dios, causa primera, todas las cosas sucederán inmutable e infaliblemente,4 de modo que nada ocurre por suerte o fuera de la esfera de su providencia;5 sin embargo, por la misma providencia las ha ordenado de tal manera, que sucederán conforme a la naturaleza de las causas secundarias, sea necesaria, libre o contingentemente.6
3. Dios en su providencia ordinaria hace uso de medios;7 a pesar de esto, él es libre para obrar sin ellos,8 sobre ellos,9 y contra ellos,10 según le plazca.
7Hch. 27:31,44; Is. 55:10,11 8 Os. 1:7 9Ro. 4:19-21 10Dn. 3:27
4. El poder todopoderoso, la sabiduría inescrutable y la bondad infinita de Dios se manifiestan en su providencia de tal manera que su propósito soberano se extiende aun hasta la primera caída y a todos los otros pecados de los ángeles y de los hombres,11 y esto no sólo por un mero permiso, sino que él sabia y poderosamente limita, ordena y gobierna,12 en varias formas, las acciones pecaminosas de tal manera que éstas llevan a cabo sus designios santos,13 pero de tal modo, que lo pecaminoso procede sólo de la criatura, y no de Dios, quien es justísimo y santísimo, y por eso, no es, ni puede ser el autor o aprobador del pecado.14
11Ro. 11:32-34; 25.24:1; 1 Cr. 21:1 122 R. 19:28; Sal. 76:10 130n. 50:20; Is. 10:6,7,12 14Sa1. 50:21; 1 Jn. 2:16
5. El todo sabio, justo y benigno Dios, a menudo deja por algún tiempo a sus hijos en las tentaciones multiformes y en la corrupción de sus propios corazones, a fin de corregirles de sus pecados anteriores o para descubrirles la fuerza oculta de la corrupción, para humillarlos, y para infundir en ellos el sentimiento de una dependencia más íntima y constante de él para su apoyo, y para hacerles más vigilantes contra todas las ocasiones futuras del pecado, y para otros muchos fines santos y justos.15
152 Cr. 32:25,26,31; 2 Co. 12:7-9 16 Ro. 8:28
Su santo y justo propósito es obrado de tal forma que todo lo que ocurre a sus elegidos es según su designio, para su gloria y para el bien de ellos.16
6. En cuanto a aquellos hombres malvadose impíos a quienes Dios como juez justo ha cegado y endurecido a causa de sus pecados anteriores,17 no sólo les retira su gracia por la cual podrían haber alumbrado sus entendimientos y ejercitado sus corazónes,18 sino también algunas veces les retira los dones que ya tenían,19 y los deja expuestos a objetos que son causa de pecado debido a la corrupción humana,20 y a la vez les entrega a sus propias concupiscencias, a las tentaciones del mundo y al poder de Satanas,21 de donde sucede que se endurecen bajo los mismos medios que Dios emplea para ablandar a los demás.22
17Ro. 1:24-26,28; Ro. 11:7,8 18Dt. 29:4 19 Mt. 13:12 20 Dt 2:30; 2 R. 8:12,13 2 Ts. 2:10-12 22 Ex 8:15,32; Is.6:9,10; 1 P.2:7,8
7. Así como la providencia de Dios alcanza, en general a todas las criaturas, así también de un modo especial cuida a su Iglesia y dispone todas las cosas para el bien de ella. 23
23 1 Ti. 4:10; Am. 9:8,9; Is 43:3-5
CAPITULO 6
LA CAIDA DEL HOMBRE, EL PECADO Y SU CASTIGO
1. El hombre, según vino de la mano de Dios, su creador, era perfecto y limpio. La ley justa que Dios le dio hablaba de vida condicionada a su obediencia y amenazaba con muerte la desobediencia.1 La obediencia de Adán fue muy corta. Satanás usó la sutil serpiente para traer a Eva al pecado y entonces ella sedujo a Adán, quien sin ninguna fuerza de afuera, libremente violó la ley bajo la cual habían sido creados y también el mandamiento de Dios de no comer del fruto prohibido.2 Plugo a Dios, conforme a su sabio y santo propósito, permitir este pecado proponiéndose ordenarlo para su propia gloria.
1Gn. 2:16,17 2Gn. 3:12,13;2 Co. 11:3
2. Por este pecado, nuestros primeros padres cayeron de su justicia original y perdieron la comunión con Dios. El pecado de ellos nos envolvió a todos y a través de este pecado la muerte pasó a todos.3 Todos los hombres vinieron a ser muertos en pecado,4 y totalmente corrompidos en todas las facultades y partes del alma y del cuerpo.5
3Ro. 3:23 4Ro. 5:12-21 5Tit 1:15;Gn. 6:5; Jer. 17:9; Ro. 3:1~19
3. Siendo ellos la raíz de la raza humana, y por la ordenanza de Dios estando Adan en el lugar de toda la humanidad, la culpa de este pecado fue imputada a su posteridad, y la naturaleza corrompida se transmitió a aquella que desciende de ellos según la generación ordinaria.6 Todos los hombres, siendo concebidos en pecado,7 y por naturaleza hijos sujetos a la ira de Dios,8 siervos del pecado y sujetos a la muerte,9 son dados a inexplicables miserias espirituales, temporales y eternas, a no ser que el Señor Jesucristo los libere.10
6 Ro. 5:12-19; 1 Co. 15:21,22,45,49 7Sal. 51:5; Job 14:4 8Ef. 2:3 9Ro. 6:20; 5:12
10 He.2:14,15;1 Ti. 1:10
4. De esta corrupción original, por la cual carecemos de disposición y aptitud para todo bien y estamos opuestos a este bien, así como enteramente inclinados a todo mal,11 dimanan todas nuestras transgresiones actuales.12
11Ro. 8:7; Col. 1:2112Stg. 1:14; Mt. 15:19
5. Esta corrupción de naturaleza dura toda esta vida aun en aquellos que son regenerados;13 y, aun cuando sea perdonada y amortiguada por medio de la fe en Cristo, sin embargo, ella, y todos los efectos de ella son verdadera y propiamente pecado.14
13Ro. 7:18,23;Ec. 7:20;1Jn. 1:8 14Ro. 7:23-25;Gá. 5:17
1. La distancia que media entre Dios y la criatura es tan grande, que aun cuando las criaturas racionales le deben obediencia como a su creador, sin embargo, ellas no podrán nunca llegar a vida espiritual, si no es por alguna condescendencia voluntaria de parte de Dios, habiéndole plac ido a éste expresarla por medio de un pacto.1
1Lc. 17:10; Job 35:7,8
2. Ademas, ya que el hombre, por razón de su caída en el pecado, se colocó a sí mismo bajo la maldición de la ley de Dios,2 le plació al Señor hacer un pacto de gracia, según el cual Dios ofrece libremente a los pecadores vida y salvación por Jesucristo,3 exigiéndoles la fe en éste para que puedan ser salvos, y prometiendo dar su Espíritu Santo a todos aquellos que ha ordenado para vida eterna, dándoles así voluntad y capacidad para creer.4
2Gn. 2:17; Gá. 3:10 3Ro. 8:3;Mr. 16:15,16; Jn. 3:16 4 Ez. 36:26,27; Jn. 6:44,45; Sal. 110:3
3. El pacto de Dios es revelado en el evangelio; en primer lugar a Adán en la promesa de salvación a través de la simiente de la mujer,5 y luego, paso a paso hasta la entera revelación de salvación en el Nuevo Testamento.6 La salvación de los elegidos esta basada en un pacto de redención que fue trazado en la eternidad entre Dios Padre e Hijo,7 y es únicamente a través de la gracia dada en este pacto que todos los descendientes del Adán caído, quienes han sidos salvados, han obtenido vida e inmortalidad bendita, pues los términos de bendición que aplicaban a Adán en su estado de inocencia no son aplicables a su posteridad para hacerles acceptables ante Dios.8
5Gn. 3:15 6He. 1:1 7 2Ti. 1:9; Tit. 1:2 8He. 11:6,13; Ro. 4:1,2,etc.; Hch. 4:12; Jn.8:56
CAPITULO 8
CRISTO EL MEDIADOR
1. Agradó a Dios en su propósito eterno, escoger y ordenar al Señor Jesucristo, su unigénito Hijo, de acuerdo al pacto en el cual habían entrado, para que fuese el mediador entre Dios y el hombre,1 como tal, él es pro feta,2 sacerdote3 yrey,4 el salvador y cabeza de su Iglesia,5el heredero de todas las cosas,6 y juez mundo;7 desde la eternidad le de todo el dio Dios un pueblo para que fuese su simiente y para que a su debido tiempo lo redimiera, llamara, justificara, santificara y glorificara.8;
1Is.4Z-1; 1 P. 1:19,20; 2Hch. 3:22 3He. 5:5,6 4 Sal 2:6; 5Ef. 1:22,23 6Hc. 1:2 7Hch. 17:31 8Is. 53:10 Jn. 17:6; Ro. 8:30
2. El Hijo de Dios, la segunda persona de la Santa Trinidad, siendo verdadero y eterno Dios, la brillantez de la gloria de su Padre, igual y de una sustancia con Él, quien hizo el mundo y mantiene y gobierna todas las cosas que ha hecho, habiendo llegado la plenitud del tiempo, tomó sobre si la naturaleza del hombre con todas sus propiedades esenciales y con sus debilidades comunes,9 mas sin pecado.10 Fue concebido por el Espíritu Santo en el vientre de la Virgen Maria, una mujer perteneciente a la tribu de Judá. El Espíritu Santo vino sobre ella y el poder de Dios la cubrió. Y así, según las Escrituras, fue hecho él de una mujer, descendiente de Abraham y David.11 Así que, dos naturalezas perfectas y distintas, se unieron inseparablemente en una persona, pero sin conversión, composición o confusión alguna. Esta persona es verdadero Dios y verdadero hombre, un Cristo, el único mediador entre Dios y el hombre.12
9Jn. 1:14;Gá. 4:4 10RO. 8:3; He. 2:14,16,17; He. 4:15 11Mt. 1:22,23; Lc. 1:27,31,35 12Ro. 9:5; lTi.2:5
3. El Señor Jesús, en su naturaleza humana unida así a la divina, en la persona del Hijo, fue ungido y santificado cón el Espíritu Santo sobre toda medida,13 y posee todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento,14 pues agradó al Padre que en él habitase toda plenitud,15 a fin de que siendo santo, inocente, inmaculado,16 lleno de gracia y de verdad,17 fuese del todo apto para desempeñar los oficios de mediador y fiador.18 Cristo no tomó por sí mismo estos oficios, sino que fue llamado para ello por su Padre,19 quien puso en él todo juicio y poder, y le autorizó para que desempeñara tales oficios.20
13 Sal. 45:7; Hch. 10:38; Jn 3:34 14Co1. 2:3 15Col 1:19 16He. 7:26 17Jn. 1:14 18He. 7:22 19He. 5:5 20 Jn. 5:22,27; Mt. 28:18; Hch. 2:36
4. El Señor Jesús, con la mejor voluntad tomó para si estos oficios,21 y para desempeñarlos, se puso bajo la ley,22 la que cumplió perfectamente. También sufrió el castigo que nos tocaba a nosotros y que debíamos haber sufrido,23 pues él llevó nuestros pecados y fue acusado en nuestro lugar.24 Padeció dolores en su alma más allá de nuestro entendimiento y los más grandes sufrimientos en su cuerpo:25 fue crucificado y murió, y permaneció bajo el poder de la muerte, aun cuando no vio corrupción.26 Al tercer día se levantó de entre los muertos27 con el mismo cuerpo que tenía cuando sufrió,28 con el cual también ascendió al cielo29 donde se sentó a la diestra del Padre. Allí intercede por su pueblo,30 y cuando sea el fin del mundo, volverá para juzgar a los hombres y a los ángeles.31
21Sal. 40:7,8; He. 10:5-10; Jn. 5:18 22Gá. 4:4; Mt. 3:15 23 Gá 3:13; Is. 53:6; 1 P. 3:18 24 2 Co. 5:21 25Mt. 26:37,38;Lc 22:44; Mt. 27:46 26Hch. 13:37 271 Co. 15:3,4 28Jn. 20:25,27 29Mr.16:19; Hch. 1:9-11 30 Ro 8:34; He. 9:24 31Hch. 10:42;Ro. 14:9,10;Hch. 1:11;2 P. 2:4
5. El Señor Jesucristo, por su perfecta obediencia y por el sacrificio de sí mismo que ofreció una sola vez por el Espíritu eterno de Dios, ha satisfecho plenamente a la justicia de Dios.32 El ha efectuado la reconciliación y ha comprado un herencia eterna en el reino de los cielos para todos aquellos dados a él por el Padre.33
32 He. 9:14; Re. 10:14; Ro. 3:25,26 33 Jn. 17:2; He.9:15
6. Aun cuando el precio de la redención no fue actualmente pagado, sino hasta la encarnación, sin embargo, la virtud, la eficacia y los beneficios de ella, se comunicaban a los escogidos en todas las épocas transcurridas desde el principio, en las promesas, tipos y sacrificios, y por medio de estas cosas, por las cuales Cristo fue revelado y designado como la simiente que quebrantaria la cabeza de la serpiente,34 y como el cordero inmolado desde la fundación del mundo;35 siendo él, el mismo ayer, hoy y por siempre.36
341 Co. 10:4; He. 4:2; 1 P. 1:10,11 35Ap. 13:8 36He. 13:8
7. Cristo en su oficio de mediador, obra ; conforme a sus dos naturalezas, haciendo por cada una de éstas lo que es propio de cada una de ellas; mas por razón de la unidad de la persona, lo que es propio de una naturaleza, se le atribuye algunas veces en la Escritura a la persona denominada por la otra naturaleza.37
37Jn.3:13 Hch. 20:28 38 Jn 6:37; Jn. 10:15,16;Jo. 17:9;Ro. 5:10 39Jn. 17:6;Ef. 1:9;1 Jo. 5:20 40Ro. 8:9,14 41 Sa1. 110:1; 1 Co. 15:25,26 42Jn 3:8;Ef. 1:8
8. A todos aquellos para quienes Cristo ha obtenido eterna redención, cierta y eficazmente les aplica y comunica la misma, haciendo intercesión por ellos,38 uniéndoles a él por su Espiritu, revelándoles en la palabra y por medio de ella el misterio de la salvación, persuadiéndoles eficazmente a creer y a obedecer,39 gobernando el corazón de ellos por su palabra y Espíritu,40 y venciendo a todos sus enemigos por su gran poder y sabiduría,41 y de la manera y por los caminos que están más en conformidad con su maravillosa e inescrutable dispensación. Todas estas cosas son hechas en su libre y soberana gracia e incondicionalmente, ya que nada de mérito es previsto por él en sus elegidos.42 eterno de Dios, ha satisfecho plenamente a la justicia de Dios.32 El ha efectuado la reconciliación y ha comprado un herencia eterna en el reino de los cielos para todos aquellos dados a él por el Padre.33
32He. 9:14; He. 10:14; Ro. 3:25,26 33Jn. 17:2; He.9:15
6. Aun cuando el precio de la redención no fue actualmente pagado, sino hasta la encarnación, sin embargo, la virtud, la eficacia y los beneficios de ella, se comunicaban a los escogidos en todas las épocas transcurridas desde el principio, en las promesas, tipos y sacrificios, y por medio de estas cosas, por las cuales Cristo fue revelado y designado como la simiente que quebrantaría la cabeza de la serpiente,34 y como el cordero inmolado desde la fundación del mundo;35 siendo él, el mismo ayer, hoy y por siempre.36
34 1Co. 10:4;He. 4:2;1 P. 1:10,1135Ap. 13:8 36He. 13:8
7. Cristo en su oficio de mediador, obra 37 Jn. 3:13; conforme a sus dos naturalezas, haciendo Hch. 20:28 por cada una de éstas lo que es propio de cada una de ellas; mas por razón de la unidad de la persona, lo que es propio de una naturaleza, se le atribuye algunas veces en la Escritura a la persona denominada por la otra naturaleza.37
8. A todos aquellos para quienes Cristo ha obtenido eterna redención, cierta y eficazmente les aplica y comunica la misma, haciendo intercesión por ellos,38 uniéndoles a él por su Espíritu, revelándoles en la palabra y por medio de ella el misterio de la salvación, persuadiéndoles eficazmente a creer y a obedecer,39 gobernando el corazón de ellos por su palabra y Espíritu,40 y venciendo a todos sus enemigos por su gran poder y sabiduría,41 y de la manera y por los caminos que están más en conformidad con su maravillosa e inescrutable dispensación. Todas estas cosas son hechas en su libre y soberana gracia e incondicionalmente, ya que nada de mérito es previsto por él en sus elegidos.42
38Jn. 6:37; Jn. 10:15,16; Jn. 17:9; Ro. 5:10 39Jn. 17:6; Ef. 1:9; 1 Jn. 5:20 40Ro. 8:9,14 41Sal. 110:1; 1 Co. 15:25,26 42 Jn. 3:8; Ef. 1:8
CONFESION DE FE BAUTISTA DE 1689
9 Cristo, y Solo Cristo puede ser mediador entre Dios y los hombres. El es el profeta, sacerdote y rey de la Iglesia de Dios. Su oficio de mediador no puede ser transferido a ningún Otro,
10. El triple oficio de Cristo es necesario para nosotros. Por nuestra ignorancia estamos en necesidad de su oficio profético;44 por nuestra separación de Dios y la imperfección de nuestros servicios, aun cuando sean lo mejor, necesitamos su oficio sacerdotal para reconciliarnos con Dios y hacernos aceptables a él;45 y debido a que nosotros hemos dado la espalda a Dios y estamos completamente incapacitados para volver a él y también porque necesitamos ser rescatados y asegurados de nuestros adversarios espirituales, necesitamos su oficio como rey para convencer, controlar, atraer, sostener, librar y preservarnos hasta que finalmente entremos en su reino celestial.46
44Jn.1:18 ~ 1:21; Gá. 5:17 461n. 16:8; Sal. 110:3; L£. 1:74,75
CAPITULO 9
EL LIBRE ALBEDRIO
1Mt. 17:12; 1. Dios ha dotado la voluntad del Stg. 1:14; hombre de una y un Dt.30:19 libertad natural, poder para actuar a base de decisión propia, que no es forzada ni obligada a hacer bien o mal, por ninguna necesidad de la naturaleza.12Ec. 7:29 36n. 3:6 4Ro. 5:6; 8:72. El hombre en su estado de inocencia, tenía libertad y poder para querer y hacer lo que era bueno y agradable a Dios,2 pero era mutable y podía caer de dicho estado.3 3. El hombre, por su caída a un estado de pecado, perdió completamente toda capacidad para querer algún bien espiritual que acompañe a la salvación.4 Así es que como hombre natural que está enteramente opuesto a ese bien y muerto en el pecado5 no puede por su propia fuerza convertirse a sí mismo o prepararse para ello.6
5Ef.2:1,5 Tit. 3:3-5; Jn. 6:44
4. Cuando Dios convierte a un pecador y le pone en el estado de gracia, le libra de su estado de servidumbre natural bajo el pecado,7 y por su gracia solamente lo capacita para querer y obrar libremente lo que es bueno en lo espiritual;8 sin embargo, por razón de la corrupción que aún queda, el converso no quiere ni perfecta ni únicamente lo que es bueno, sino también lo que es malo.9
7Col. 1:13; Jn. 8:36 8FiI. 2:13 9Ro. 7:15,18,19,21,23 10Ef. 4:13
5. El libre albedrío del hombre será perfecto y inmutablemente l~bre para querer tan sólo lo que es bueno, únicamente en el estado de la gloria.10
CAPITULO 10
EL LLAMAMIENTO EFICAZ
1. A aquellos a quienes Dios ha predestinado para vida, le agrada en su tiempo señalado y aceptado, llamar eficazmente1 por su palabra y Espíritu, sacándolos del estado de pecado y muerte en que se hallaban por naturaleza para darles vida y salvación por Jesucristo.2 Esto lo hace iluminando espiritualmente su entendimiento, a fin de que comprendan las cosas de Dios;3 quitándoles el corazón de piedra y dándoles uno de carne,4 renovando sus voluntades y por su poder soberano determinándoles a hacer aquello que es bueno, y llevándoles eficazmente a Jesucristo;5 de tal manera que ellos vienen con absoluta libertad, habiendo recibido por la gracia de Dios la voluntad de hacerlo. 6
1Ro. 8:30; 11:7; Ef. 1:10,11; 2Ts.2:13,14 2Ef. 2:16 3Hch. 26:18; Ef. 1:17,18 4Ez.36:26 5Dt. 30: Ez. 36:27; Ef. 1:19 6Sal. 110:3; Cnt. 1:4
2. Este llamamiento eficaz depende de la libre y especial gracia de Dios y de ninguna manera de alguna cosa prevista en el hombre, 7 el cual es en esto enteramente pasivo, hasta que siendo vivificado y renovado por el Espíritu Santo,8 adquiere la capacidad de responder a este llamamiento y de recibir la gracia ofrecida y trasmitida en él. Esto sucede por el mismo poder que obró la resurrección de Cristo de los muertos.9
7 2 Ti 1:9; Ef 2:8 81 Co. 2:14;Ef. 2:5; Jn. 5:25 9 Ef.1:19,20
3. Los niños elegidos 10 que mueren en la infancia, son regenerados y salvados en Cristo por medio del Espíritu,11 quien obra cuándo, dónde y cómo quiere.12 Lo mismo sucederá con todas las personas elegidas que sean incapaces de ser llamadas externamente por el ministerio de la palabra.
10 Elegidos no aparece en la versión original.11Jn 3:3,5,6 12Jn. 3:8
4. Otras personas no elegidas, aun cuando sean llamadas por el ministerio de la palabra y tengan algunas de las opera 1 in. 2:24,25 ciones comunes del Espíritu,13 como no son efectivamente traidos por el Padre, no pueden ni quieren venir verdaderamente a Cristo, y por lo mismo no pueden ser salvas;14 mucho menos pueden los que no reciben la religión cristiana, salvarse de alguna otra manera, aun cuando sean diligentes en ajustar sus vidas a la luz de la naturaleza y a la ley de la religión que profesan.15
13Mt. 22:14;Mt.13:20,21; He. 6:4,5 14 Jn 6:44,45,65;15 Hch. 4:12;Jo. 4:22; 17:3
CAPITULO 11-21
MAS TRATADOS EN ESPANOL
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CONFESION DE FE BAUTISTA DE 1689 was originally published on the WWW by The Rare Book Room, and is mirrored here by permission. Mirror files: October 19, A.D. 1998.
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