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Los testigos de Jehová en vez de perder su tiempo predicando los domingos deberian:

¿Deberian los medicos OBLIGAR a sus pacientes en contra de su voluntad a recibir transfusiones de sangre aun cuando exista el riesgo de contraer Sida o Hepatitis?

¿Usan los Testigos de Jehová Imagenes Ocultas en su literatura?

LA IGLESIA CAOTICA... FIN DE MUNDO




http://noticiasinteresantes.blogcindario.com/2008/01/01003-nochevieja-del-ano-999-cuando-se-creia-que-llegaria-el-fin-del-mundo.html

NOCHEVIEJA DEL AÑO 999... CUANDO SE CREIA QUE LLEGARIA EL FIN DEL MUNDO

LA ULTIMA NOCHE DEL AÑO 999 PRESAGIABA EL FIN DE LOS TIEMPOS... AUNQUE AL FINAL... NO PASO NADA


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Asi se vivio en la Basílica de San Pedro (Roma), el 31 de Diciembre de 999. Justo antes de la medianoche, cuando se pensaba que llegaria el apocalipsis y el mundo se acabaria...

"El papa Silvestre II se irguió hasta el altar mayor. La iglesia estaba a rebosar, y todos se habían arrodillado. El silencio era tan grande que se oía el roce de las mangas blancas del papa al moverse en torno al altar. Y hubo todavía otro ruido. Era un sonido que parecía medir los últimos minutos de los mil años de existencia de La Tierra desde la venida de Cristo. Resonaba en los oídos de los allí presentes como el latido en los oídos de quien tiene fiebre, con un ritmo sonoro, regular, incesante. La puerta de la sacristía estaba abierta, y lo que oían los asistentes era el tictac uniforme e ininterrumpido del gran reloj que colgaba dentro, con un latido por cada segundo que pasaba.

Tras la misa de medianoche, reino un silencio mortal. Como niños con miedo a la oscuridad, todos los que estaban en la iglesia yacían con el rostro en el suelo, y no se atrevían a levantar la mirada. Un sudor de miedo cubría muchas frentes heladas, y las rodillas y los pies perdieron toda sensibilidad. Entonces, de repente, ¡el reloj cesó en su tictac!

Entre los asistentes empezó a formarse en muchas gargantas un grito de terror. Y, muertos de miedo, varios cuerpos cayeron pesadamente en el suelo frío de piedra. Entonces el reloj empezó a dar campanadas. Dio una, dos, tres, cuatro... Dio doce... La duodécima campanada resonó extinguiéndose en ecos, y siguió reinando un silencio de muerte!

Entonces el papa Silvestre se volvió en torno, y con la orgullosa sonrisa de un vencedor, extendió las manos en bendición sobre las cabezas de los que llenaban la iglesia. Y en ese mismo momento todas las campanas de las torres empezaron un alegre y jubiloso repique.

Hombres y mujeres cayeron unos en brazos de otros, riendo y llorando e intercambiándose al beso de la paz. Así terminó el año mil del nacimiento de Jesús". Quiza por todo esto el 31 de diciembre de cada año se celebra el dia de... San Silvestre.

O al menos asi describe el historiador Frederick H. Martens, lo que debió pasar en aquella angustiosa noche en la que se creía, en toda Europa, que era la última noche, la que desencadenaba el temido fin del mundo.

Pero... Qué fue realmente lo que sucedió en el mundo en la nochevieja del año 999? Hubo pánico o sólo fue una leyenda medieval?

Historiadores de aquella época mostraban el año 1000 como un año de locura general, de pánico y de fatalidades inminentes. Tan grande fue el fervor apocalíptico que, según reza la leyenda, en el tramo de la medianoche del 31 de Diciembre al 1 de enero de 1000, la población de todo un país, Islandia, se convertiría en masa al cristianismo.

Hubo muchos rumores, pero nada se hizo público por temor a que los ciudadanos, presos de la histeria, vendieran sus posesiones y acabaran apiñándose en las iglesias orando por la salvación.

El historiador Charles B. Strozier escribió: "hay pruebas de que los monjes dejaron de copiar la Biblia, es decir, dejaron de realizar las actividades fundamentales que definen la vida monástica".

Hay muchas más leyendas acerca del inminente apocalipsis del año 1000 como las narradas por Charles Berlitz: «El año 999 se acercaba a su fin en una especie de histeria colectiva que se apoderó de Europa. Todas las formas de actividad se convirtieron en espectros de la fatalidad inminente... Los hombres se perdonaron sus deudas, maridos y mujeres confesaron sus infidelidades y se perdonaron mutuamente... El comercio entre pueblos y ciudades fue interrumpido en gran medida; las viviendas fueron descuidadas y se dejaron caer en la ruina, ya que el hecho de acumular riquezas podría ser tomado en su contra en el día del Juicio Final.

Mendigos se alimentaban de los más afortunados, los culpables de los crímenes fueron liberados de la cárcel a pesar de que muchos querían permanecer en ella, llorando por su deseo de redimir sus pecados antes del final. Las iglesias, las puertas de los monasterios y conventos, y las grandes catedrales fueron constantemente asediadas por multitudes exigiendo la confesión y la absolución. Sacerdotes impartían absolución general, de día y de noche con multitud de personas que no podían entrar y estaban de pie fuera de las grandes puertas...

Los peregrinos acudían a Jerusalén desde todos los puntos de Europa. Caballeros, burgueses de las ciudades e incluso siervos, todos viajaban juntos, muchos de ellos con sus esposas e hijos, viajaron hacia el este en grandes bandadas. Las diferencias de clase fueron olvidadas en un torrente de hermandad cristiana. Algunos marchaban bajo azotes de castigo por los pecados pasados, mientras que otros cantaban himnos y salmos....

Cuando llegó Diciembre, la psicosis y el fanatismo se apoderó de las masas, surgiendo el lado oscuro de la naturaleza humana. Hubo una ola de suicidios de personas que trataban de castigarse a sí mismos antes del final o simplemente no podían soportar la presión de esperar a que llegara el Día del Juicio.

Llegó la Navidad, tal vez la última Navidad del mundo, quien sabe, con un torrente de piedad y de amor. Familias y amantes renovaban sus lazos de amor en las últimas horas. Los animales de granja fueron liberados por sus propietarios preparándolos para la muerte y la sentencia definitiva. Las panaderías y tiendas de alimentos, regalaron sus bienes y negaron las monedas de quién quería pagar... En las cálidas tierras de Italia, España y Sur de Francia a los enfermos y los moribundos en los hospitales y conventos se las sacó a la luz del día para que pudieran ver personalmente a Cristo descendiendo de los cielos.

Después de la Navidad todo cambió, de una forma más cínica y menos crédulos, se comenzó una «cuenta atrás» en serio.

Pero al final llegó la medianoche... y no pasó nada de nada. Sería muy interesante saber lo que realmente ocurrió y si ocurrió algo realmente. De todos modos, sea verdad o sean leyendas es curioso ver como el hombre puede actuar ante lo desconocido, ante el miedo a no saber qué puede suceder en un determinado momento. Somos un cúmulo de sorpresas...

Tampoco sabemos si las parejas que se confesaron infieles y se perdonaron, siguieron viviendo juntos y felices al dia siguiente... y probablemente nunca lo sepamos... pero la verdad es que la ultima noche de siglo, la ultima noche del año 999... fue una nochevieja diferente... para todos.

Espero que te haya gustado esta historia, muy apropiada para el primer dia del año nuevo... si es que no se ha acabado el mundo y no la puedes leer!!! Muchas gracias por tu visita... y por tu solidaridad Sonrisa Ah... y feliz año!

Fuente: jablago.es

Comentarios

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  • Autor: Invitado
  • Fecha: martes, 24 de mayo de 2011
  • Hora:23:43
TERRIBLE.. lo que hace la LOCURA por lo ESTUPIDO... por lo llamado "sagrado" y como se BENEFICIAN DE TANTO ORATE CREDULO.

  • Autor: anacrimalu
  • Fecha: lunes, 30 de enero de 2012
  • Hora:21:26
..aunque en realidad el último día del siglo y del milenio fue el 31 de diciembre del año 1000

http://tejiendoelmundo.wordpress.com/2009/02/11/el-ultimo-minuto-del-ano-999-el-primer-apocalipsis-fallido/

El primer fin del mundo

Basílica de San Pedro (Roma) el 31 de Diciembre de 999. Son las doce de la noche.
El papa Silvestre II se irguió hasta el altar mayor. La iglesia estaba a rebosar, y todos se habían arrodillado. El silencio era tan grande que se oía el roce de las mangas blancas del papa al moverse en torno al altar. Y hubo todavía otro ruido. Era un sonido que parecía medir los últimos minutos de los mil años de existencia de La Tierra desde la venida de Cristo. Resonaba en los oídos de los allí presentes como el latido en los oídos de quien tiene fiebre, con un ritmo sonoro, regular, incesante. La puerta de la sacristía estaba abierta, y lo que oían los asistentes era el tictac uniforme e ininterrumpido del gran reloj que colgaba dentro, con un latido por cada segundo que pasaba.
El papa era un hombre de férreo poder de voluntad, tranquilo y concentrado. Probablemente había dejado adrede la puerta abierta de la sacristía, para lograr el mayor efecto en ese gran momento. No se movía ni le temblaban las manos.
Se había dicho la misa de medianoche, y reinó un silencio mortal. Los presentes esperaban… El papa Silvestre no dijo una palabra. Parecía sumergido en la oración, con las manos elevadas al cielo. El reloj seguía su tictac. Un largo suspiro se elevó del pueblo, pero no pasó nada. Como niños con miedo a la oscuridad, todos los que estaban en la iglesia yacían con el rostro en el suelo, y no se atrevían a levantar la mirada. Un sudor de miedo cubría muchas frentes heladas, y las rodillas y los pies perdieron toda sensibilidad. Entonces, de repente, ¡el reloj cesó en su tictac!
Silvestre II

Entre los asistentes empezó a formarse en muchas gargantas un grito de terror. Y, muertos de miedo, varios cuerpos cayeron pesadamente en el suelo frío de piedra. Entonces el reloj empezó a dar campanadas. Dio una, dos, tres, cuatro… Dio doce… La duodécima campanada resonó extinguiéndose en ecos, ¡y siguió reinando un silencio de muerte!
Entonces el papa Silvestre se volvió en torno, y con la orgullosa sonrisa de un vencedor, extendió las manos en bendición sobre las cabezas de los que llenaban la iglesia. Y en ese mismo momento todas las campanas de las torres empezaron un alegre y jubiloso repique, y desde la galería del órgano empezó a sonar un coro de gozosas voces, jóvenes y mayores, un poco inseguras al principio, quizá, pero haciéndose más claras y firmes por momentos. Cantaban el Te Deum laudamus: “A ti, Dios, te alabamos”.
Todos los presentes unieron sus voces a las del coro. Pero pasó algún tiempo antes de que las espaldas en espasmo pudieran enderezarse, y la gente se recuperara del terrible espectáculo ofrecido por los que se habían muerto de miedo. Terminado de cantar el Te Deum, hombres y mujeres cayeron unos en brazos de otros, riendo y llorando e intercambiándose al beso de la paz. ¡Así terminó el año mil del nacimiento de Jesús!
De esta impresionante manera describe el historiador Frederick H. Martens, en La Historia de la vida humana, lo que debió de pasar en aquella angustiosa noche en la que se creía, en toda Europa, que era la última noche, la que desencadenaba el temido fin del mundo.
Nosotros también hemos vivido un final de milenio. Cierto es que no se armó mucho revuelo ya que la sociedad en la que vivimos es más avanzada, pero aún así, muchas personas creían que algo iba a pasar.
El año 1000 ha sido descrito muchas veces como una época muy radical de temores apocalípticos y de sensaciones generalizadas de histeria. Pero al final los temores resultaron ser sólo fantasías. ¿Qué fue realmente lo que sucedió en el mundo en la nochevieja del año 999? ¿Hubo pánico o sólo fue una leyenda medieval?
Historiadores de aquella época mostraban el año 1000 como un año de locura general, de pánico y de fatalidades inminentes. Tan grande fue el fervor apocalíptico que, según reza la leyenda, en el tramo de la medianoche del 31 de Diciembre al 1 de enero de 1000, la población de todo un país -Islandia- se convertiría en masa al cristianismo.
Hubieron muchos rumores pero nada se hizo público por temor a que los ciudadanos, histéricos ante un inminente Armagedón, vendieran sus posesiones y acabaran apiñándose en las iglesias orando por la salvación.
No importa cuántos historiadores intentaran desbancar estos mitos, sin embargo, estas leyendas perduran hoy en día. Debido a que las fuentes sobre el año 1000 son limitadas y la información es escasa, es necesario apoyarse en el testimonio de algunos testigos, en general, políticos y dirigentes religiosos, y no siempre son las fuentes más confiables.
Otros historiadores, sin embargo, avivaron más las llamas de la duda. Como Charles B. Strozier, profesor de historia en el John Jay College, que escribió: “hay pruebas de que los monjes dejaron de copiar la Biblia, es decir, dejaron de realizar las actividades fundamentales que definen la vida monástica.
Hay muchas más leyendas acerca del inminente apocalipsis del año 1000 como las narradas por el famoso y políglota Charles Berlitz: “El año 999 se acercaba a su fin en una especie de histeria colectiva que se apoderó de Europa. Todas las formas de actividad se convirtieron en espectros de la fatalidad inminente… Los hombres se perdonaron sus deudas, maridos y mujeres confesaron sus infidelidades y se perdonaron mutuamente… El comercio entre pueblos y ciudades fue interrumpido en gran medida; las viviendas fueron descuidadas y se dejaron caer en la ruina, ya que el hecho de acumular riquezas podría ser tomado en su contra en el día del Juicio Final. Mendigos se alimentaban de los más afortunados, los culpables de los crímenes fueron liberados de la cárcel a pesar de que muchos querían permanecer en ella, llorando por su deseo de redimir sus pecados antes del final. Las iglesias, las puertas de los monasterios y conventos, y las grandes catedrales fueron constantemente asediadas por multitudes exigiendo la confesión y la absolución. Sacerdotes impartían absolución general, de día y de noche con multitud de personas que no podían entrar y estaban de pie fuera de las grandes puertas…

Los peregrinos acudían a Jerusalén desde todos los puntos de Europa. Caballeros, burgueses de las ciudades e incluso siervos, todos viajaban juntos, muchos de ellos con sus esposas e hijos, viajaron hacia el este en grandes bandadas. Las diferencias de clase fueron olvidadas en un torrente de hermandad cristiana. Algunos marchaban bajo azotes de castigo por los pecados pasados, mientras que otros cantaban himnos y salmos….
Cuando llegó Diciembre, la psicosis y el fanatismo se apoderó de las masas, surgiendo el lado oscuro de la naturaleza humana. Hubo una ola de suicidios de personas que trataban de castigarse a sí mismos antes del final o simplemente no podían soportar la presión de esperar a que llegara el Día del Juicio.
Llegó la Navidad, tal vez la última Navidad del mundo, quien sabe, con un torrente de piedad y de amor. Familias y amantes renovaban sus lazos de amor en las últimas horas. Los animales de granja fueron liberados por sus propietarios preparándolos para la muerte y la sentencia definitiva. Las panaderías y tiendas de alimentos, regalaron sus bienes y negaron las monedas de quién quería pagar… En las cálidas tierras de Italia, España y Sur de Francia a los enfermos y los moribundos en los hospitales y conventos se las sacó a la luz del día para que pudieran ver personalmente a Cristo descendiendo de los cielos.
Después de la Navidad todo cambió, de una forma más cínica y menos crédulos, se comenzó una “cuenta atrás” en serio.
Claro está, al final llegó la medianoche y no pasó nada de nada. Sería muy interesante saber lo que realmente ocurrió y si ocurrió algo realmente. De todos modos, sea verdad o sean leyendas es curioso ver como el hombre puede actuar ante lo desconocido, ante el miedo a no saber qué puede suceder en un determinado momento. Somos un cúmulo de sorpresas…
Fuente:
www.jaimeblanco.com


 
Europa año Mil: el despertar de un mundo nuevo
Los autores románticos transmitieron la idea de un año Mil marcado por el temor al fin del mundo. Pero la realidad de Europa estaba muy lejos de tan dramática imagen.

Basándose en algunos textos literarios, los historiadores del siglo XIX afirmaron que en el año 1000 de nuestra era toda Europa quedó dominada por el miedo al fin del mundo. En el Apocalipsis de san Juan se decía, en efecto, que mil años después de Jesucristo el diablo, bajo la forma de un dragón, saldría del abismo en el que le había encerrado un ángel, provocando la desolación en toda la Tierra. Muchos identificaron la profecía apocalíptica con la del Anticristo y el Juicio Final, e interpretaron que las guerras, epidemias o fenómenos extraordinarios como eclipses y cometas que se estaban produciendo por aquellos años eran signos anunciadores de que ese momento crítico se estaba acercando.
Los historiadores actuales, sin embargo, consideran que esta visión del año Mil resulta exagerada y constituye un mito. No puede decirse que la obsesión por el fin del mundo fuera mayor en el año 1000 que en el siglo VII o en el XIV. Se trataba de una constante de la mentalidad medieval, y además tales miedos nunca fueron un fenómeno general. De hecho, si se examina la situación de la Europa cristiana a principios del siglo XI, el panorama se aleja mucho de los tonos sombríos con que solían describirlo los historiadores del Romanticismo. En esas décadas la faz del continente estaba cambiando de forma muy sensible. Estaba surgiendo una nueva sociedad, en la que la economía urbana tenía cada vez mayor papel y que aprovechaba la relativa prosperidad del campo. En Francia surgía la monarquía de los Capetos; en la península ibérica los reinos cristianos aprovechaban la crisis del califato andalusí para extenderse por toda la Meseta; en el norte de Italia se consolidaban las comunas comerciales. Precisamente en torno al año 1000 el emperador germano Otón III y el papa Silvestre lanzaban un programa de "renovación del imperio", como un intento de resucitar las glorias de la antigua Roma. El arte románico, gestado también en esas décadas, respondía a un mismo anhelo de recuperar la herencia de la Antigüedad clásica.
Lejos de la imagen oscurantista que sugiere el mito romántico del año Mil, la Europa de principios del siglo XI preparaba un mundo nuevo que se materializaría en la época del gótico y del Renacimiento.
 

http://www.vallenajerilla.com/berceo/philipperobert/miedoprimermilenio.htm


Año 1000, fin del mundo.
 
      ¿Por qué? ¿Terror milenarista, fanatismo apocalítico? Estas explicaciones sólo valen para los países cristianos. No obstante. la coyuntura del pánico es universal: china, tolteca, jmer, musulmana, lo mismo que cristiana y occidental. A través de las religiones que le ofrecen ocasión de expresarse, el terror del Año Mil pone de manifiesto diversos niveles de conciencia.
El miedo es, en el fondo, sentimiento de culpabilidad. Hacia el Año Mil, la humanidad siente la responsabilidad de todos los grandes cambios técnicos, económicos, sociales y políticos que transforman al planeta. Roturaciones, desecaciones, irrigaciones, transforman los paisajes y cambian al mismo tiempo los climas locales. Tal región, en otro tiempo húmeda a causa de sus bosques, se vuelve árida después de que éstos han desaparecido al roturarlos. Más que una consecuencia del clima, la vegetación es su factor. Las talas han llegado a modificar la trayectoria de los ciclones. El Año Mil marca de esta manera una lenta fluctuación del clima. Inviernos más fríos, heladas más tardías, lluvias insólitas, sequías anormalmente prolongadas, daban en nuestras latitudes la impresión de un desquiciamiento general. .Se creía que el orden de las estaciones y las leyes de los elementos habían vuelto a caer en un eterno caos, y se temía el fin de la raza humana.
 
 
El fin del mundo se acerca

Entonces, con súbito terror, llegará el día del Todopoderoso, y caerá pesadamente, a medianoche, sobre la brillante creación, que resonará en lo más hondo; ante el Señor un fuego enorme y arremolinado recorrerá el ancho mundo. Los cielos estallarán en pedazos y caerán las centelleantes estrellas fijas. Entonces el sol se oscurecerá con color de sangre. La luna irá a caer en el abismo y los planetas también se precipitarán desde los cielos, a través de poderosas ráfagas, batidos por la tempestad. Así el ávido espíritu devastará las tierras y el fuego devorador los altos edificios. A porfía se hundirán los muros de las ciudades. Las colinas se derretirán y se desharán los acantilados que antes, contra las olas del océano, protegían firmemente la tierra. Entonces este fuego mortal acometerá a todo ser vivo, bestia o pájaro. La llama tenebrosa correrá sobre la tierra. Allí donde antes corrían los torrentes, las olas precipitadas en un baño de fuego abrasarán a los peces del océano.
Cynewulf / siglo VIII / Anthologie de la poésie anglaise / Stock, edit. / París.
 
Escucha, tierra, y tú, abismo de los vastos mares, aguza el oído; hombre, permanece en silencio. ¡Que todo lo que vive bajo el sol oiga mi palabra! Ya viene, ya está próximo el día de la cólera suprema, día de horror, día de amargura en que el cielo desaparecerá, el sol se tornará rojo, la luna cambiará su disco, la luz del día se apagará en las tinieblas, las estrellas caerán del firmamento... Una estrella desasida del cielo abrirá el abismo, advirtiendo a los réprobos por un signo precursor. Entonces vendrán a bandadas langostas de una especie hasta hoy desconocida, parecidas a caballos dispuestos para la guerra, la cabeza cubierta con un casco, el cuerpo revestido con una coraza, la cola afilada cual dardo de escorpión: su rostro es humano. El zumbido de sus alas es como la voz de las aguas, sus dientes son como dientes de león. Vuelan con rapidez, rugientes como cuadrigas. Llevan con ellas al ángel del abismo; su nombre en hebreo es Abaddón, en griego Apolo, en latín el Exterminador. Durante cinco meses éste será el azote de los perversos.
Texto de la abadía de Aniane / En Mémoires de la société archéologique de Montpellier, t. III, 1850.
En todas las religiones, y más especialmente en las que tienden a dar una explicación monista del universo, el mundo y el orden natural de las cosas son percibidos en su inmovilidad, como creados para la eternidad desde su comienzo. Cambiar el orden natural de las cosas es, pues, atentar contra la obra de Dios. En todas las metamorfosis de la humanidad, el hombre se siente comprometido, solidariamente responsable de lo que acontece, cayendo fácilmente en el temor. No está nunca seguro de dominar al destino que él mismo prepara. Hay dos maneras de justificarse: reconocer la propia culpabilidad, es decir considerarse en pecado (hay el precedente del pecado original; negar dicha culpabilidad, es decir, proclamar que la fluctuación y el cambio constituyen la manera de ser del mundo.
La segunda manera implica una concepción dualista del mundo, es decir, maniqueísta. El universo es el escenario de una lucha entre dos principios, nunca llevada hasta su desenlace. Este concepto es dinámico. El mundo cambia perpetuamente para elevarse a un futuro mejor.
El sentimiento de culpabilidad inspira una gran parte de la iconografía del Año Mil. En primer lugar hay la evocación del pecado original, de la caída. Después de la confesión de la falta viene el Juicio. Nunca la idea del Juicio Final ha obsesionado tanto a los espíritus. Es una lógica consecuencia. Los hombres, valerosa y conscientemente, emprenden por doquier la ruptura de unos limites demasiado estrechos. Son conscientes, por otra parte, del trastorno provocado en el orden natural.
Se aterran y sienten culpables frente a su Creador, cuyo veredicto esperan. La obsesión de la muerte revaloriza todas las viejas pompas fúnebres. Se pone nuevamente gran esmero en la inhumación y se vuelve a las antiguas costumbres funerarias. Incluso en el universo cristiano, se entierra a los muertos con objetos y joyas. Las tumbas de las necrópolis recientemente descubiertas en Angkor, encerraban gran cantidad de cerámica de la época de los Song. En fin, es el año 998 cuando el abate de Cluny, Odilón, instituye la fiesta del 2 de Noviembre, en memoria de todos los Fieles Difuntos.
¿ Temor de qué?
      El miedo a la muerte parece cosa cotidiana, constante, normal. En el Año Mil, este miedo es público, colectivo, extraordinario. El hombre descubre, más allá del miedo individual a la muerte, el temor solidario de una humanidad abocada a su fin. ¿Testimonios? Son numerosos en el Occidente. ¿Qué dicen estos testimonios? * El fin del mundo se acerca.
Había, según vimos, múltiples razones para el temor: el siglo X aparece profundamente marcado por la gran acometida de los invasores; los gobiernos son inestables, los monarcas asesinados, los dueños son más despóticos, los castigos más duros, la crueldad más evidente. En todo momento se aguarda la señal, el anuncio del próximo fin. La maldad del hombre espanta menos que la ferocidad de la naturaleza. Hasta el Año Mil, parecían soportables los acontecimientos desdichados. Mas, a partir de entonces, el mundo parece resquebrajarse. La fuerza devastadora de los cataclismos meteorológicos provoca la escasez. El hambre cunde, las epidemias enturbian la alegría de cada primavera. Hay explicaciones naturales de esta dramática situación: las talas de montes, el crecimiento de la población, el brusco nacimiento de tantas ciudades defectuosamente abastecidas. Pero no se quiere ver en tal adversidad más que las señales de la cólera divina y el anuncio del fin próximo. Los fieles de la Cristiandad confiesan su pecado: sobre todas las iglesias románicas aparecen Adán y Eva. Los japoneses recientemente convertidos al budismo, los chinos que han unido a la doctrina de Buda la antigua sabiduría de Confucio, los hindúes que vuelven al brahmanismo, los mayas que abandonan sus tierras exhaustas, los árabes que recorren los horizontes de un mundo agitado, todos estos pueblos ven y representan la legión de demonios que ahora les invade. Nunca la carestía, el hambre y las epidemias fueron tan agudos y devastadores como hacia el Año Mil: en 987 hambre entre los mayas, escasez en Europa Central: en 1033, hambre y enfermedades en toda Europa; hacia la misma época, hambre y peste en la India. Y es que el hombre alcanza un punto extremo. El cultivo intensivo de Ias tierras ha permitido hasta entonces alimentar a una población cada día más numerosa, pero ya se toca el limite. El renacimiento del comercio a gran escala, la multiplicación de viajes y peregrinaciones hacen más emprendedores a los pueblos. Los itinerarios y las etapas se definen y se viaja más rápidamente. Por esta misma razón, las endemias se convierten en epidemias graves. Antes la epidemia mataba sólo a los que tocaba en su camino y la enfermedad se reducía a un pequeño radio. Hacia el Año Mil, la movilidad de las gentes, junto con su densidad, hace que la epidemia, pasando de uno a otro, ataque a comunidades numerosas. Por primera vez se conoce una gran mortandad. El hombre del Año Mil asiste, pues, con terror al empeoramiento de sus condiciones de vida. La salvación está en la revolución técnica, en los grandes cambios sociales y políticos, en las transformaciones económicas. Pero ello es ignorado por quienes oscilan entre los primeros efectos dañinos de una metamorfosis y sus lejanas pero benéficas consecuencias.
 
 
Un universo parece escapar al miedo del fin del mundo: la América precolombina. Las civilizaciones de América central han conservado la costumbre de los sacrificios humanos. La proporción de los sacrificados ha aumentado considerablemente durante la alerta del Año Mil. Pero la iconografía acusa un optimismo que se opone al gran desconcierto occidental, jmer o del Japón. Las religiones que han conservado la práctica de sacrificios que representan un regular tributo humano a los dioses, parecen más tranquilizadas respecto a los días venideros que las religiones cuya liturgia se contenta evocando simbólicamente tales sacrificios.
Las condiciones materiales y el ambiente espiritual se unen para dar a los temores la dimensión de un gran pánico. Los cataclismos, el hambre y las epidemias no se atribuyeron a sus causas naturales, sino que se interpretaron como un efecto de la cólera divina. La inquietud nacida de los cambios materiales hace a las gentes propensas a todos los terrores. El hombre del Año Mil tiene ante sus ojos la imagen de un mundo que se desgarra. No sabe comprender, en los órdenes político y económico, el caos con que se inicia la génesis de un orden nuevo, de un diferente estado de cosas.
La historia de esta época está tejida por una maraña de acontecimientos, casi todos vinculados a guerras e invasiones. Las crónicas están llenas de saqueos e incendios, de matanzas y profanaciones. Esta turbulencia en la historia es interpretada como señal de un acabamiento próximo y definitivo, no del simple fin de un viejo orden de cosas, como era el régimen feudal en Europa, el viejo régimen imperial en el Japón, el régimen de la gran propiedad rural entre los chinos, la dominación sacerdotal en América precolombina.
¿Por qué este miedo?
      Los progresos sociales han perjudicado gravemente a muchos hombres. Las sociedades se abren; tal cambio se hace sentir de inmediato por una disminución en la seguridad le toda aquella gente fijada hasta entonces en una condición inmutable, fuera servil o no lo fuera. El siervo en libertad está condenado a vivir por sus propios recursos. En su servidumbre tenía seguros albergue y comida; en cambio, no disfruta siempre en su nueva condición de esta seguridad física. El campesino desplazado que se amontona en los suburbios de las ciudades, no encuentra más que miseria. Por todas partes a vida es más eficiente y productiva, pero se hace más dura para quienes no se adaptan a la nueva marcha de las cosas. Hay, hacia el Año Mil, hordas considerables le vagabundos, peregrinos y bandidos ocasionales, incapaces de alcanzar una situación en esta sociedad que se transforma. Todos estos vagabundos, portadores de sensacionalismos, son fabricantes de noticias falsas. Los que vuelven de sus viajes, los mercaderes, los clérigos que han ido a España, el musulmán de Cartago que estuvo en a India, el toledano que hizo conocimiento con los eslavos, el gantés que visitó Venecia, todos dan del universo una imagen fabulosa. En el dintel interior del pórtico le Vézelay nos hallamos ante una fantástica versión de la fauna humana; también en los rollos pintados de la época de los Song se muestran extraordinarios seres; por esta época, asimismo, en los frescos de Tuen-huang, con ocasión de las tentaciones, de Buda, entre múltiples demonios rollizos, aparecen «los primeros demonios-esqueleto».
Se tiene miedo porque se entra en lo desconocido, en la incertidumbre del cambio. Para Occidente y para Extremo Oriente, por primera vez, se hace problema del dogma de la inmutabilidad. Se inventan «criaturas dotadas con la facultad de cambiar de rostro y de transformarse en cien millones de maneras». Estas criaturas pueblan un Más Allá, un mundo sobrenatural que se imagina sereno y tranquilo. De ahora en adelante, hasta la muerte desemboca en la incertidumbre. En América precolombina, los países de religiones que sacrifican seres humanos aún guardan bellas maneras de morir, si hemos de creer a los relieves de los templos. En El Tajín, en un espacio abarrotado de espantosos demonios, una víctima muere bajo el cuchillo del sacrificio, tranquila y casi sonriente, mientras los cantores recitan alabanzas al Señor. (Bajorrelieve, El Tajín, Veracruz.)
Se tiene, pues, miedo de haber cometido un sacrilegio al violarse por el hombre las fronteras que, en las diversas cosmogonías, la Creación le había señalado. Cada día ve desencadenarse la cólera de los dioses. De la muerte, tanto asusta la realidad como la «superrealidad». El gran terror del Año Mil es el del aprendiz de brujo. El hombre descubre el secreto de su poder y luego se inquieta al saberlo tan fuerte.
Las minorías selectas están agotadas. Por todas partes hombres nuevos las sustituyen. Entre los toltecas y los mayas, la casta de los guerreros suplanta a la de los sacerdotes. Entre los jmer, la misma ascensión del rey y sus guerreros. En Occidente se alzan también nuevas autoridades: el poder secular se enfrenta con el eclesiástico; en la ciudad los burgueses acaparan los cargos administrativos y fundan dinastías plebeyas. El miedo del Año Mil se va extinguiendo a medida que estas nuevas clases dirigentes asumen con energía el porvenir del mundo.
¿Por qué el Año Mil?
Hay una coyuntura universal del pánico. Limitar las causas de este terror a las predicciones apocalípticas no es históricamente muy eficaz. Hemos visto hasta qué profundidad son trastornadas las civilizaciones y las sociedades. En Occidente cristiano, pretextos litúrgicos de poca envergadura (particularmente la coyuntura entre el Viernes Santo y la fiesta de la Asunción en 970), el miedo de pasar a otro milenario, han influido sin duda en la cronología del terror colectivo. Pero esto no esclarece la cuestión más que en parte. Conocemos la explicación profunda: es el fin de un orden antiguo de cosas, el crujir de viejas estructuras económicas. sociales, políticas y mentales. La humanidad, que ha mudado de piel en todos los países, soporta mal su modernidad. Hacia el Año Mil, todo ha cambiado. Los hombres, bruscamente, han sentido un afán de dinamismo, o por necesidad, se ven impulsados al vagabundeo. Todo ello está escrito en imágenes sobre los capiteles de las iglesias románicas, sobre las paredes de los templos jmer, sobre los muros de los campos de juego toltecas o mayas, sobre los frescos de Tuen-huang.
No obstante, el conjunto de las causas profundas no podría explicar el sincronismo riguroso de los acontecimientos y de las emociones colectivas. Admitamos que hacia el fin del primer milenio, los antiguos Estados se hallaban maduros para un cambio de régimen. Tenemos así (987) revoluciones o cambios de reino: advenimiento de Hugo Capeto, migración de los mayas y fundación de su segundo Imperio, sublevación en Bizancio. En poco más o menos un decenio: advenimiento del primer emperador Song (976), fundación del primer Estado turco por Mahmud el Ghaznévida (998). Pero ¿cómo explicar el sincronismo de las emociones colectivas al acercarse el Año Mil, si el milenario no vale más que para la Cristiandad? La solución está en que las cronologías no tienen ninguna importancia en la vida cotidiana. Lo que cuenta es el calendario litúrgico anual sobre el que se organizan la vida cotidiana y la vida religiosa. Más allá, cualquiera que sea la religión, todo acaba en astrología. En uno u otro caso, liturgia o astrología, todo conduce a las observaciones astronómicas. Cada rey, cada príncipe, a menudo los mismos obispos del mundo cristiano, todos los templos en los países no cristianos, se atienen a la astrología. En la misma Francia, bajo el reinado de Luis XIV, un astrólogo ha leído todavía en los astros, aunque, por última vez, el horóscopo de su monarca recién nacido. Sin duda alguna, hacia el Año Mil las observaciones astronómicas y las previsiones astrológicas desempeñan en la vida oficial y popular un papel considerable e influyen en ciertas decisiones.
¿Qué fenómeno astronómico ha determinado por su importancia un movimiento mundial de pánico? ¿Un cometa? El cometa Halley aparece en el tapiz de Bayeux. pero el acontecimiento corresponde al fin del siglo XI. Casi todos los simbolismos cósmicos se refieren más a la luna que al sol (especialmente, las prácticas funerarias que consisten en dar vueltas alrededor de los mausoleos en sentido contrario a las agujas del reloj). Probablemente se trata de un eclipse. Así, en todo caso, parece resultar del texto de Montpellier citado en la página 68: «El cielo desaparecerá, la luna cambiará su disco, la luz del día se acabará en tinieblas.» El texto fue sin duda escrito después del acontecimiento, que se sitúa precisamente hacia el Año Mil. No sin razón, por tanto, el cronista Raúl Glaber hace la siguiente precisión cronológica: «Hacia el año 1003, sucedió que, en casi todo el mundo, se reconstruyeron iglesias, aunque algunas, sólidamente edificadas, no lo necesitaran en absoluto; pero cada país cristiano quería poseer las más hermosas. Era como si el mundo, sacudiendo su vetustez, se hubiera revestido con la blanca capa de los nuevos templos .
Esta primavera de la arquitectura románica es consecutiva a la época de los terrores. Es, pues, hacia el Año Mil cuando el mundo era presa del miedo, un miedo invencible, contagioso.

 
Los sacrificios humanos


     Entre los sacrificios, los más importantes eran los de mojas, jovencitos de quince o dieciséis años traídos generalmente de lejos, de las vertientes de las llanuras. Los mojas eran los intermediarios entre los chibchas y el Sol. Unos eran prisioneros de guerra, otros habían sido comprados desde su más tierna edad a mercaderes de esclavos. Tenían el ombligo cortado, lo que era señal de su destino, pues la sangre que brota del ombligo es el alimento del Sol. Cada cacique tenía sus mojas, que iban al sacrificio poco antes de la pubertad. Pero si un moja había tenido relaciones con una mujer, no le sacrificaban; había perdido sus cualidades como intermediario entre los hombres y el Sol.
     El sacrificio se celebraba general­mente sobre una cumbre, en el lado del Este. Extendían la víctima sobre una tela preciosa y lo mataban con cuchillos de bambú. Rociaban los peñascos con su sangre al empezar el día. Luego, abandonaban el ca­dáver para que fuese devorado por el Sol.
     Los sacerdotes eran los celebrantes en los sacrificios como en las ofrendas; los llamaban jeques; presidían las fiestas que tenían lugar en toda clase de circunstancias: para conmemorar la creación del mundo (en diciembre), para la construcción de una casa o bien para la purificación. Estos festivales eran pretexto de bailes y de borracheras.

Henri Lehman / Les civilisations pré­colombiennes, págs. 117-118 / Presses Universitaires de France / París, 1953.

¿Quién anuncia el fin del mundo?
En todas las sociedades, en todas las civilizaciones, son los individuos al margen de la ley, la gente desarraigada, los rechazados del orden común, quienes traen la noticia. Son gente de grado o por fuerza comprometida en las corrientes de su tiempo. Pertenecen a la categoría de los inquietos, más sensibles a los cambios que el resto de los hombres. Entre ellos hay buenas almas, ilusos, iluminados, clérigos errantes, desterrados, esclavos fugitivos, pobres y vagabundos de toda especie. Tales seres, ciertamente, niegan la sociedad o bien la sociedad les niega. Constituyen, pues, una humanidad antisocial, fuente siempre del desorden.
Vivir fuera de la comunidad por gusto o por fuerza, es, de hecho, escapar a las ideologías, a los ritos también, que garantizan el orden social. En Occidente, es oponerse a la civilización cristiana, y, en consecuencia, declararse pagano. En Extremo Oriente, es definirse a favor de la antigua religión brahmánica, contra el budismo adoptado por reyes y señores. En América precolombina, es cultivar un politeismo minucioso contra los grandes dioses, bajo cuya advocación los sacerdotes afirman su autoridad. En todas partes se trata de elegir, contra las religiones que se han identificado con un orden político y social para reforzarlo y, a su vez, fortificarse, otros dioses más antiguos, preexistentes a las jerarquías sociales que los cultos posteriores trataban de fijar.
Contra las minorías dirigentes, la masa se lanza al asalto enarbolando la bandera de los viejos dioses. Estos últimos, metamorfoseados o no, reconquistan los capiteles de las iglesias, los muros de los templos, las paredes o los pilares de los recintos. Su múltiple presencia alcanza la obsesión, invadiendo la iconografía. Es una gran mar de fondo, una gran resurrección de antiguas fuerzas. Y, paradójicamente, los que anuncian el fin del mundo son los mejor identificados con la más lejana continuidad histórica. Anunciar el fin del mundo es condenar simbólicamente al orden político y social usurpado. Es un muy amplio movimiento social con todo su acompañamiento ideológico y metafísico.
Desde el punto de vista de las autoridades políticas o eclesiásticas de aquel tiempo, los portavoces de tales corrientes son rebeldes o heréticos. En realidad son las dos cosas a la vez. En el mundo cristiano, los herejes que rechazan el Bautismo, la Comunión y la mayor parte de los sacramentos, protestan contra el diezmo; lo hacen en bandas armadas con horcas, estacas o guadañas. En el plano teológico, se les trata como a locos o brujos, porque su heterodoxia es ignorante; no se trata de la discusión sutil de un determinado punto del dogma, sino de una protesta popular y multitudinaria. En el Próximo Oriente, en el Asia anterior, los campesinos se sublevan contra la dominación bizantina: su protesta asume un pretexto religioso y pide apoyo a los enemigos del Imperio, es decir, a los musulmanes. En la América precolombina, las revueltas han provocado trastornos políticos: la migración de los mayas y la instalación de los toltecas en Chichén-Itzá se efectúan en un clima de revolución social.
En resumen, los hechos sociales, las actitudes mentales, los acontecimientos, todo concurre a dar la impresión de un mundo que se desmorona. El fin del mundo anunciado es la quiebra de las élites del poder y de la sabiduría. Los dioses que éstas hablan adorado se hallan en peligro. Como la justicia parece imprescindible a toda sociedad organizada, ha de mediar el Juicio que separe a los malos de los buenos. Así es como se espera el Juicio Final.
El sicoanálisis es, en tal circunstancia, esclarecedor. La destrucción que se teme es también el refugio que se desea. Poco antes del Año Mil, el hombre siente una grave disminución de todas sus certidumbres.
 
Vivir se convierte en una tarea abrumadora. El paraíso prometido a los justos es el consuelo de las almas simples, cuando, en tiempos de violencia, los fuertes trepan hasta la cúspide de la pirámide social.
Según ya vimos, los elementos dinámicos de las sociedades del Año Mil no son los mejores, estas antiguas civilizaciones, inmovilizadas en el pasado, necesitan un enterrador brutal: piratas, tiranos, señores de la guerra y verdugos. El Occidente cristiano rebosa de señores bandoleros; el Extremo Oriente tenía sus piratas: los ladrones del mar infestaban, efectivamente, las aguas del Japón; es un ejemplo entre otros mil. En resumen, la espera del Juicio Final es afán de reposo en el mismo frenesí destructor.
El juicio de los hombres no es justo. La sanción social ya no premia el mérito.Los antiguos valores se pierden. Frente a la desorientación moral, los débiles se confían a manos del Altísimo. La amenaza del Juicio Final es, en efecto, recordatoria de una ley divina que, más allá de los castigos terrestres, sólo conoce la desigualdad del vicio y la virtud. En diferentes maneras, todas las religiones afirman este término seguro.
Un confuso sentimiento de ruptura
Se puede ver en ello una razón social. En la vieja sociedad trinitaria, en el viejo ideal de organización social a tres niveles, los sacerdotes habían logrado de hecho, ya que no de derecho, establecer la hegemonía eclesiástica; las sociedades precolombinas obedecían también a sus sacerdotes; en Extremo Oriente lo religioso tenía prioridad sobre lo profano; en Occidente la política era válida solamente por la garantía que la Iglesia le otorgaba.
Hacia el Año Mil, este orden se halla perturbado. La fuerza hace ley. Los dioses que representan el orden y la autoridad ya no son escuchados. Vuelve de nuevo la antigua religión. Y con sus dioses, las castas sacerdotales dominantes se repliegan a situaciones ya no tan dominantes.
Ha habido en todo el planeta transformaciones concomitantes. Saber el porqué de estos cambios, es saber al mismo tiempo por qué el Año Mil es el tiempo de los Apocalipsis. Es cierto que esta coyuntura milenaria desempeña en la historia de las civilizaciones un papel importante. No se trata del tiempo de los mil años, que no valen cronológicamente, repetimos, más que para el mundo cristiano, pero es operante, en cambio, esta larga serie de civilizaciones. En un milenio todo se gasta y se congela en la inutilidad: actitudes, hábitos mentales y fórmulas. Al cabo de los tiempos ya estériles, sobrevienen corrientes renovadoras que hacen a la humanidad más fecunda, acreditándolo en el orden puramente material con el aumento demográfico y, en un grado superior, con las creaciones del espíritu.
Tal concatenación de fenómenos crea en el Año Mil un sentimiento confuso de ruptura. Los hombres pueden rechazar voluntariamente una herencia, así como también juzgarla inútil. De esta conciencia de romper con la costumbre establecida, con todo un pasado, con una historia, proviene seguramente la obsesión del Juicio Final. Cuando el mundo ha perdido aquello que antes constituyó su bien, se espera, en consecuencia, la muerte de toda la humanidad.
No es, pues, sorprendente, cuando se llega a esta explicación del Juicio Final, ver a los hombres cobrar una extraordinaria vitalidad y vivir a la vez con la obsesión de su término. También hay el deseo de evocar, en pleno presente, a todos los que han participado en las civilizaciones pretéritas. Comparecer es justificarse. Por un tiempo en que se revisan ciertas maneras de vivir, de creer, de pensar, tranquiliza poner en causa a los promotores de la herencia. La espera del Juicio Final no estaría, pues, únicamente cargada de inquietudes. Sería, como la confesión del pecado original, la manifestación de un deseo de apaciguar la conciencia culpable.

 
¿Qué es el Juicio Final?
El Juicio Final representa comparecer ante el Juez Supremo todos los seres engendrados desde el comienzo del mundo. ¿Qué Juez? En el universo cristiano; no es el Cristo del Evangelio. Es el Señor de la Creación, el Dueño de la vida de los hombres; Es el Dios de los orígenes, vuelto de lo más remoto de las edades. Para contribuir a su obra de justicia, cuenta con una legión de demonios. Toda la humanidad está obligada a comparecer. El infierno invade la mayoría de los tímpanos de las iglesias, y para recordar que el Dueño y Señor retrotrae su sentencia a los primeros tiempos, las tumbas se abren y los muertos se juntan a los vivos. En Extremo Oriente, los muertos comparecen ante Yama (ejemplo, la galería meridional del templo de Angkor Vat, en Camboya, principios del siglo XII). Yama es uno de los * ocho genios de la religión brahmánica. Es el dios de la noche, de los muertos y del infierno; juzga las almas después de su muerte terrenal. Se le representa con rostro colérico y una espada o un azote en la mano, que le asemeja al Dios del Juicio Final del Cristianismo. Según sus pecados o sus méritos, Yama envía los muertos al infierno y a los suplicios o bien les abre los cielos, para que gocen de las delicias de las apsaras, ninfas acuáticas (bailarinas y cantoras) del esvarga o paraíso de Indra.
El universo precolombino, al que la práctica de los sacrificios humanos parece haber ahorrado los temores del Año Mil (en lo que éstos tenían de extremado, exalta las dichas celestiales. El fresco de Tepantlila (México) presenta el reino de los difuntos, pero éste es un país de ensueño: agua, flores, maíz, árboles del cacao. Una multitud jubilosa canta, baila, juega, se agita en un agua que se adivina fresca bajo el cálido cielo.
 
Genios de la religión brahmánica

     Ocho genios de la religión brahmánica
Genios hindúes. protectores y reguladores de ocho regiones del mundo, figuran en la jerarquía celeste, inmediatamente después de Brahma. Estos son: Indra, dios bienhechor, guardián del Este, presidiendo el éter y el día; Yama, en el Sur, dios de la muerte y de los infiernos; Niruri, en el Sudoeste, príncipe de los genios malignos; Agni, en el Sudeste, dios del fuego llamado Pacava (el purificador); Vacuna o Pratcheta, en el Oeste, dios del agua y del océano; Paulastia, en el Norte, guardián de las riquezas minerales; Pavana o Maruta, al Noroeste, rey del aire, de los vientos y de los olores; Isania, al Noreste, encarnación de Siva.

Los dioses vuelven con todas las armas

     Los antiguos dioses vuelven  con todas las armas.
Numerosos santos nos aparecen como herederos de los dioses paganos, en cuyo lugar la Iglesia les estableció. Lo que el dios pagano había hecho, su reemplazante cristiano debía hacerlo también, para no decepcionar.
Los más apreciados eran los guerreros y los que obraban curaciones. Los primeros tenían la función, al igual que antiguas divinidades tutelares, de proteger eficazmente la ciudad contra los sitiadores y llevar los ejércitos a la victoria; los otros debían, con la virtud de sus reliquias, curar las enfermedades más rebeldes y, como Esculapio, inspirar sueños esclarecedores a los enfermos que iban, en consulta gratuita, a pasar la noche en sus santuarios.
Los santos militares y caballeros de Oriente tienen casi todos un origen pagano. La leyenda de San Jorge de Capadocia, matador del dragón, recuerda la aventura de Apolo y sobre todo del héroe Perseo, quien tal vez sea una variante del dios egipcio Horus. San Demetrio, patrón le Tesalónica, que protege contra a peste y el hambre, reemplaza al dios de Macedonia, Cabirio, cuya cIámide lleva. San Teodoro, venerado en la provincia del Ponto, hereda los atributos del dios Men Farnacos: en una batalla contra los rusos, los bizantinos lo ven aparecer montado en un caballo blanco, para levantar la moral de los soldados y poner al enemigo en derrota. Esta leyenda, transmitida al Occidente, se incorporó a la taumaturgia de San Ambrosío de Milán y de Santiago.

Louis Réau / Iconographie de l'art chrétien, tomo I, pág. 309 / PUF, edit. / París, 1955.

     En realidad todas las sociedades en plena metamorfosis sienten el deseo de justificarse sumergiéndose en el tiempo de sus orígenes. Las civilizaciones colonizadas por ideologías o metafísicas extranjeras - es el caso de la civilización occidental - se inquietan; se preguntan si este fin de un reino, del orden político y social en que viven, no es en verdad el fracaso de los dioses importados. Es precisamente el concepto del mundo y de la sociedad inspirado por estas religiones foráneas, lo que se pone en tela de juicio. * Los antiguos dioses vuelven con todas las armas. En Extremo Oriente, son los dioses indoeuropeos del brahmanismo. En Occidente, los dioses indoeuropeos de la época precéltica. En esta coyuntura de vuelta a los orígenes, las civilizaciones encuentran su común patrimonio originario.
 
 
La vuelta de los antiguos dioses
 
En todas las sociedades, durante el primer milenio, la evolución religiosa transcurre a imagen de la evolución política. Grandes imperios, grandes religiones. Un solo jefe, un solo Dios. Una voluntad de dominación universal religiones con pretensiones universales. Los reyes vieron el partido que podían sacar de las religiones. La conversión de Clodoveo al Cristianismo (496) obedeció al plan político de una alianza del monarca bárbaro con la aristocracia galorromana. El rey, al hacerse cristiano, podía contar con el apoyo de la nobleza cristianizada. Desde sus orígenes, el budismo es un desquite de la casta señorial sobre la casta sacerdotal. Hacia el fin del primer milenio, los grandes imperios están en quiebra; con ellos se hunden los dioses a que se habían aliado.
La agonía de estas religiones «oficiales» se acelera con el auge de la antigua religiosidad que hasta entonces se había continuado clandestinamente. En el Occidente cristiano, sólo las grandes ciudades, residencia de los obispos, habían sido evangelizadas: el campo permaneció fundamentalmente pagano. Hubo, con todo, a fines del siglo VI y comienzos del VII, en tiempo de Gregorio el Grande (590-604), una tentativa de integración; los evangelizadores de esta época quisieron incorporar a los ritos antiguos las solemnidades de la nueva religión (fiesta céltica de la siembra, convertida en bendición de las semillas, por ejemplo). Pero esto no cambió nada en las profundas creencias y las costumbres de la gente campesina. El origen de la palabra -pagano- (de «paganus», habitante del campo) es muy significativo.
Hacia el fin del primer milenio, los campesinos han ido a conquistar nuevas tierras bajo la advocación de sus antiguos dioses. Devolver a la tierra su fecundidad, preservar las cosechas, dar la lluvia, proteger el grano contra la langosta, dar a todo trabajo útil la seguridad y la eficacia que le eran precisos; todo esto prometían los antiguos dioses. Los desmontes, las desecaciones, todas las colonizaciones agrarias, han proclamado de alguna manera la gloria de los dioses antiguos. Entre los toltecas y los mayas, la efigie de Tlaloc, el dios de la lluvia, conocido bajo el nombre de Chac-Mool (véase pág. 16), antigua divinidad agrícola de la fecundidad que remontaba a las épocas más antiguas de la vida sedentaria, aparece en todas partes. Es él quien hace llover sobre los sembrados de maíz. Al lado de Chac-Mool, se rinde culto a la diosa del maíz, a menudo representada en la gloria y el dolor del parto. En Extremo Oriente, se reanuda la veneración hacia las antiguas divinidades brahmánicas de la fecundidad. En el neobrahmanismo, Siva, que destruye para renovar, especie de divinidad del renacimiento, adquiere un lugar privilegiado; el templo de Banteay Srei (véase págs. 48 y 108) le está consagrado.
En Occidente, por todas partes se reverencian los antiguos dioses protectores. El Cristianismo, cuyo dominio es atacado desde el interior, se abre también a estas divinidades. Pacíficamente, una evangelización al revés, una paganización, transforma el Panteón cristiano. Los santos protectores y los que remedian enfermedades invaden la literatura y la iconografía cristianas. En buena parte, son, como Heracles, héroes de la civilización: matadores de monstruos, colonizadores, roturadores, pacificadores, arquitectos incluso. Los santos son antiguos dioses integrados al Cristianismo. La imaginación popular ha multiplicado los ejemplos. Esta creó también, hacia el Año Mil, otros santos de apostolicidad más segura y cristianismo más auténtico.
En Extremo Oriente, el auge del brahmanismo, si no ahogó completamente al budismo, ha multiplicado alrededor de Buda unos dioses protectores que vienen a ser el equivalente de los santos occidentales. Se trata de antiguas divinidades indoeuropeas incorporadas al budismo como otras tantas emanaciones de Buda. Los santos orientales son Budas por asimilación. Hacia el siglo X, el fervor popular los ha multiplicado. Avalokiteçvara es uno de los más célebres. Se trata de una divinidad tutelar: para mejor ver y mejor actuar tiene un ojo en cada palma de sus mil manos.
Este movimiento de fervor popular ha humanizado nuevamente las religiones. La vida de los santos, con todo su contexto pagano, ha invadido la iconografía religiosa. Para defenderse, la iconografía de las religiones amenazadas por esta pleamar de aguas profundas - iconografía cristiana, iconografía budista, iconografía musulmana- se ha vuelto más tolerante con lo humano, con lo concreto. Se insistió en aquel tiempo sobre los aspectos heroicos y emocionantes de la vida de los dioses. Temas como la Natividad (ésta tiene en el crecimiento demográfico una asombrosa correspondencia) han sido enormemente populares. Nacimiento de Cristo, Nacimiento de Buda, vienen a representar la misma cosa (véase págs. 90-91), Es el tiempo en que los hombres se mueven, las partidas, las huidas, las caravanas, se representan frecuentemente en los capiteles de las iglesias románicas o en los muros de los templos de Buda: huida a Egipto para el universo cristiano, partida de Buda para el universo budista.
Por todas partes, a los doctores de la Iglesia y a los sacerdotes se anticipó la gran marea popular. Con habilidad, se instaló a los viejos dioses en edificios construidos, a menudo, en los mismos lugares de antiguos santuarios paganos. A la perennidad de los lugares del culto se añade, en el Año Mil, la perennidad de la creencia.
 

Italia, impresiones de un País. Roma y El Vaticano

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Febrero de 2.007
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SOBRE ROMA. Diario:
 
   Nuestro viaje a Roma fue inesperado, por lo que con tan solo 4 días antes de salir, iniciamos las reservas, y por lo que las opciones fueron algo limitadas.
 
   De los hoteles que eran posible, escogimos el Diana, situado próximo a la famosa estación Termini, relativamente céntrico y que, según las informaciones, parecía normal.
 
   Es conveniente llevar contratados los traslados, pues el aeropuerto está a unos 26 Km. y, aunque está comunicado mediante el tren-metro, si no se sabe exactamente llegar al hotel elegido, es preferible la seguridad de que te estén esperando y te dejen en recepción.
 
   Nos recogieron a la llegada en un flamante  Chrysler con apertura de maletero a distancia y todo lujo de detalles y para nosotros solos.
   Tras recorrer Roma, nos acomodamos en el hotel, pero en una habitación minúscula, con un baño de despreocupada apariencia y terminación, y con vistas a un pequeño patio mugriento de grasas en paredes y tuberías.
                      

  Pasamos la noche y, al bajar al restaurante para el desayuno, reclamamos en recepción y, tras disculparse porque por la noche estaba lleno, nos indican que es posible un cambio a una habitación de reciente reconstrucción, la que vemos y se trata de la que llaman allí suitte, con un baño precioso, paredes enteladas, flamante parquet y amplio espacio.
      Así el viaje empieza bien.
                       
   En Roma, debido a la concurrencia de obras de arte, es conveniente andar y andar, por lo que hay que llevar calzado cómodo y ropa preferente de algodón, ya que la temperatura es alta y algo húmeda por la proximidad al mar.
            
   El primer día, plano en mano, comenzamos a andar  y andar, lo que nos permitió contemplar en las 10 horas siguientes El Teatro de la Opera, La maravillosa iglesia Sta. Mª la Mayor, impresionante, S. Pietro in Vincoli, Los exteriores de El Coliseo, pues las colas para entrar eran muy largas, El Arco de Constantino, majestuoso y muy esculpido, El Arco de Tito, El Palatino, El Circo Maximo, El Arco de Giano, todo el recinto de El Foro Romano, El Campidoglio donde visitamos el Musei Capitolini compuesto por dos espectaculares palacios museos (pintura y escultura, con algo de arqueología, visitamos el espectacular, artistico e impresionante monumento a Victorio Emmanuelle II, admiramos la grandiosa columna Traiana, el Foro Traiano, el Mercati Traianei y el Palacio de la Exposición, actualmente en restauración por lo que se contempla por el exterior.
            
  El almuerzo a base de ensaladas muy ricamente condimentada, pasta fresca con un sabor distinto al habitual nuestro, postres y expreso (exquisito), está alrededor de unos 20 € por persona, y la clavada está en las cervezas, que te suelen cobrar sobre unos 3 € por una copa normal, y en el café que ronda el mismo precio si te tomas un delicioso capuchino.
  Hay otros restaurantes que, aunque cobren igual precio por la cerveza, te las ponen de hasta 660 cl. lo que compensa el precio.
 
  La cena, de parecidas características al almuerzo, la hicimos en una Trattoria cercana al hotel por el agotamiento acumulado de las visitas del día.
 
   Roma tiene un incipiente trazado de metro, con dos líneas a tres niveles de profundidad.  El precio es de 1 € por billete y los hay para el día completo, por semanas, etc. Pero para visitar esta Ciudad, no es rentable coger frecuentemente el metro por la proximidad de los lugares interesantes.
            
   Al día siguiente nos propusimos visitar la Pza. de S. Pedro utilizando la línea A del metro y, guardando una espectacular cola, la Basílica de El Vaticano. 
 La cola era prácticamente andando todo el tiempo, por lo que accedimos al enorme recinto en unos 20 minutos.  
                
  El Vaticano es de unas dimensiones extraordinarias, no pareciendo tan desproporcionado por la relación de todos los elementos que lo componen e integran que están dimensionados todos en proporción, lo que da un aspecto homogéneo y armónico.
                         
   Espectaculares son las esculturas en mármol de Carrara, La Piedad del famoso Miguel Angel, las columnas salomónicas o los mosaicos a título de cuadros, cuya perfección y variedad de tonos, los hacen difíciles de diferenciar de cuadros ejecutados al óleo con las mas bellas tonalidades.
                      
   Proseguimos a pié nuestro itinerario, hasta el castillo de Sant´Angelo y, a continuación, cruzando el río Tevere por el puente de Sant´Angelo, ricamente adornado con perfectas esculturas a ambos lados del mismo, dirección a la conocida Pza. Navona, no sin antes hacer una parada para reparar nuestras fuerzas con un suculento almuerzo que como plato principal pedimos un buen trozo de cordero al horno, aderezado con romero y otras hierbas aromáticas.   El resto igual, ensaladas con mozarella, algo de pasta, tiramisú, bebidas y café.   El precio el mismo, unos 40 € los dos.
 
   Pasamos por muchas calles de las autenticas calles vivideras de la Roma de siempre, hasta llegar a la concurrida Pza. Navona, llena de malabaristas, pintores, mimos, cafeterías y curiosos.
  Una grandiosa escultura central preside la plaza y, dos artísticas fuentes, ricas en esculturas, se sitúan en ambos extremos.
   En la zona media de uno de los laterales, se encuentra una magnifica iglesia con una enorme cúpula, y con una rica y exquisita decoración interior.
          
  Continuando por las calles interiores a las nuevas avenidas, accedemos al Palacio Montecitorio, después a la Piazza Colonna, para llegar de repente y a la vuelta de una esquina, a una pequeña plaza, llena de gentes y con un fuerte murmullo entorno a un espectacular y único grupo escultórico, la Fontana de Trevi. 
  Inevitable es el sentarse a su borde y dejar la mente en blanco para que absorba todo el encanto y embrujo de esta fuente, cargada de historia y de peticiones.
  El agua al caer acompaña con su sonido el romanticismo del entorno, las máquinas de fotos no cesan de disparar y, entre tanta belleza y arte, tiramos otra vez unas monedas al agua, vueltos de espaldas, mientras formulamos un deseo que, con ilusión y esperanza queremos alcanzar.  
              

                
   Otro de los días de estancia en esta vieja y eterna ciudad, lo empleamos para ver el Quirinale y el Palacio de la Opera, así como vagar por las calles llenas de encanto y de bonitas vistas, y también para visitar la Plaza de España,

 en cuyas proximidades se encuentra una gran zona peatonal, llena de tiendas de las más conocidas marcas exclusivas a niveles mundiales, con el atractivo de que se puede entrar en ellas sin ningún problema, curiosear y no te cobran como hacen en otras ciudades.
           

   Obligado es degustar los conocidos helados, de muy suave textura y los más variados sabores y colores.  Únicos, exquisitos y vistosísimos.
 
   Muy interesante de visitar, aparte de los jardines que se pueden recorrer en un trenecito por 2,50 € por persona, es la exposición de esculturas de Bernini, y de pintura que alberga el Palacio que está en Villa Borghese, para llegar y debido a que está algo apartada del centro, es conveniente acercarse mediante la linea A del metro, aunque la vuelta la hicimos andando disfrutando del ambiente de la calle y admirando los numerosos Ferraris y otros coches de delicado y deportivos aspectos.
 
   Debido a la gran afluencia que existe de entendidos en arte y admiradores a este recinto, es muy difícil de obtener las entradas que, siempre están agotadas o son para horas menos apetecibles, por lo que, de tener interés por la visita, es posible adquirirlas por Internet en www.ticketeria.it
                      
   Como el primer día que visitamos el Vaticano, no nos decidimos de acceder a los museos del mismo, por las interminables colas de unos 2 Km., volvimos otro día y a las 11 de la mañana tomamos nuestro puesto en la cola, con resignación y los chaquetones en los brazos por el calor, para ir caminando hacia la entrada.   Para nuestra  sorpresa, en una hora llegamos al acceso y entramos en un mundo de arte inigualable, donde se combina la arqueología, con la escultura, la arquitectura o la pintura.
 
   La descripción se hace imposible y sólo se puede tener una noción, viendo fotos de algunas salas, sus suelos, sus techos y los contenidos incalculables de su interior.
 
   Hacemos un descanso en la Capilla Sixtina, (1.471 – 1484 por el Papa Sixto IV), en la actualidad acabada de restaurar y radiante de esplendor y belleza.   Se pide constantemente que no se hable para evitar exceso de vibraciones, y se impide que se hagan fotos. 
 Sentados dejamos que los sentidos se empapen de tanto arte y tan exclusivo, de tanto sacrificio y de tanta inspiración del Maestro Michelangelo di Lodovico Buonarroti Simoni, conocido por Miguel Angel. 
   La gran sala rectangular, repleta de pinturas, presenta en su parte central el conocido cuadro de La Creación, y uno de los laterales está ocupado por el gran mural de El Juicio Final.
 
  Cada uno de los frescos, cada figura, cada pincelada transmite las vibraciones de su creador y nos deja sin límite para la admiración de este entorno único en el Mundo.
  Los minutos pasan sin sentir y, después de casi una hora, nos obligamos a seguir nuestro recorrido, no sin esfuerzo por abandonar la Capilla mas bella del mundo.
 
   Hasta el mes de Abril el horario de visitas termina a las 2 de la tarde, por lo que al salir compramos unos libros y exploramos la zona en busca de un restaurante para el almuerzo.   Localizamos uno cuyo aspecto nos pareció bien, y degustamos las viandas entre las que pedimos pizzas que, tanto por su soporte, como por su contenido y sabor, las recordaremos durante mucho tiempo.
            

         
   Proseguimos el camino dirección de nuevo al gran Coliseo para visitarlo en su interior.  El gran edificio de mármol es impresionante por su tamaño, las columnas, los capiteles, las esculturas y la altura de sus plantas.   La cola para la entrada es relativamente pequeña y, en poco tiempo, entramos por las galerías que lo bordean y que dejan ver las estancias con diferentes objetivos, hasta que por medio de un moderno ascensor de acero y cristal, subimos al nivel mas superior para recorrer todo el perímetro y gozar de todas las vistas desde tan privilegiado lugar.
  Recordamos de nuestro anterior viaje que había gradas y que en la actualidad no están, sólo hay un pequeño tramo de muestra y acotado.  
                    
   La Ciudad Eterna nos ha proporcionado unos días de encanto, descubriendo cientos de lugares, de grandiosos edificios, de obras de arte únicas e irrepetibles,  y recordando otros aspectos vividos en otra ocasión, de trato con el pueblo amable y comprensivo, de emociones y de diversión.   Roma siempre nos esperará y nuestros deseos es preparar la nueva visita a esta acogedora Ciudad.
 
Así sentí Roma y El Vaticano



EL RESPONSABLE DE LAS DESGRACIAS ACTUALES: CONCILIO VATICANO II

21 de mayo de 2012
 El texto que publicamos aquí fue sacado del Katholischer Katechismus zur kirchlichen Krise (Catecismo Católico de la crisis en la Iglesia) redactado en alemán por el Padre Matthias Gaudron, profesor en el seminario de la Fraternidad Sacerdotal de San Pío X en Zaitzkofen, Alemania. 
¿Cuando tuvo lugar el Concilio Vaticano II?
El Vaticano II fue abierto por el Papa Juan XXIII el 11 de Octubre de 1962. Juan XXIII murió el año siguiente, pero su sucesor Pablo VI continuó el Concilio y lo concluyó el 8 de Diciembre de 1965.
¿El Concilio duró más de tres años sin interrupción?
El Concilio Vaticano II comprendió de cuatro sesiones de menos de tres meses, entre los cuales los obispos regresaban de sus diócesis. La primera sesión (del 11 de Octubre al 8 de diciembre de 1962), la única que perteneció al pontificado de Juan XXIII, no promulgó ningún documento: en ella se dedicaron sobre todo a desechar el trabajo de la Comisión preparatoria.
¿Cúal es el lugar del Vaticano II entre los otros Concilios?
El Vaticano II fue el vigésimo primer concilio ecuménico. Éste fue, en cuanto al número de participantes, el más importante de toda la historia: dos mil obispos se reunieron en él.
¿En que difiere el Vaticano II de los concilios anteriores?
El concilio Vaticano II declaró no querer ser más que un concilio “pastoral”, que no define las cuestiones de fe, pero que da directivas pastorales para la vida de la Iglesia. El concilio renunciaba a la definición de dogmas y, así, a la infabilidad que corresponde a un concilio. Así pues sus documentos no son infalibles.
¿Cuáles son los objetivos ordinarios de un concilio?
En su convocatoria al primer concilio del Vaticano, Pío IX indica que los concilios generales fueron convocados sobre todo “en épocas de grandes crisis, cuando todo género de calamidades se establecen en la Iglesia y en los pueblos”. Todos los concilios ecuménicos del pasado fueron convocados para acabar con una herejía (es particularmente el caso de los siete primeros), o para corregir un mal que dominaba entonces (simonía, cisma, corrupción del clero, etc.). Pío X resume así las principales funciones de un concilio: «Decidir con prudencia y sabiduría todo lo que podría contribuir  a definir los dogmas de la fe a condenar los errores que se expanden insidiosamente, a defender, iluminar, explicitar la doctrina católica, a conservar y aumentar la disciplina eclesiástica, a fortalecer las costumbres relajadas de los pueblos».
¿Entonces nunca hubo un “concilio pastoral” antes del Vaticano II?
Todos los concilios de la iglesia han sido pastorales. Pero lo han sido definiendo los dogmas, desenmascarando los errores, defendiendo la doctrina católica y luchando contra los desórdenes disciplinarios y morales. La originalidad del Vaticano II fue el querer ser “pastoral” de una nueva manera, rehusándose a definir dogmas, a condenar los errores e incluso a presentar la doctrina católica de defensiva.
¿El Vaticano II no promulgó documento dogmáticos?
El vaticano II promulgó dieciséis textos: nueve decretos, tres declaraciones y cuatro constituciones. Entre éstas, a dos se les llama “constituciones dogmáticas”: Lumen Gentium (sobre la Iglesia) y Dei Verbum (sobre la Revelación). Esto no significa que ellas hayan proclamado dogmas o que sean infalibles, sino solamente tratan  de un asunto que se relaciona con el dogma. El Vaticano II se negó a definir cualquier cosa de manera infalible; Pablo VI lo señaló explícitamente,el 12 de enero de 1966, algunas semanas después de su clausura: Dado el carácter pastoral del Concilio, éste evitó proclamar de manera extraordinaria dogmas afectados de la nota de infalibilidad.
¿La pastoralidad del Vaticano II se caracteriza por la adaptación de la Iglesia a nuestro tiempo?
Todos los concilios han adaptado la Iglesia  a su tiempo. Pero lo han hecho anatemizando los errores de su tiempo, sancionando las desviaciones disciplinarias o morales de la época, armando a la iglesia  contra sus enemigos. La adaptación no pretendía conformarse con el siglo, sino resistirlo mejor. No se trataba de agradar al mundo, sino de afrontarlo y de vencerlo para agradar a Dios. Juan XXIII y Pablo VI buscaron, al contrario, hacer a la Iglesia seductora  para el hombre moderno.
¿Cúales fueron las peticiones de lo protestantes y francmasones?
En septiembre de 1961,el Cardenal Bea se reunió secretamente en Mil´n con el pastor Willem A. Visser´t Hooft, secretario general del Consejo Ecuménico de las Iglesias, (organismo de origen protestante, masonizante). La libertad religiosa fue uno de los temas más importantes de la entrevista. Más tarde, el 22 de julio de 1965, en la víspera de de la última sesión conciliar, el mismo Consejo Ecuménico  de las Iglesias publicó la lista de sus siete exigencias fundamentales en materia de libertad religiosa. Todas fueron satisfechas por el concilio  en el documento Dignitatis Humanae.
¿Que conclusiones se pueden sacar de esta política de apertura  dirigida por el concilio Vaticano II?
Resulta claramente que el Vaticano II no fue un concilio como los otros. Los textos que promulgó, frutos de un “dialogo” con el mundo, son más textos diplomáticos o “publicitarios” (destinados a dar una buena imagen de la Iglesia) que textos magisteriales (que enseñan con autoridad y precisión las verdades de la fe). Ninguno de estos textos es en sí, infalible.

El CONCILIO FAVORECIÓ LA CRISIS EN LA IGLESIA

¿Cúal fue la influencia de este concilio sobre la crisis en la Iglesia?
Las fuerzas liberales y modernistas que minaban ya la Iglesia lograron meter la mano en el concilio Vaticano II. Así pues, se puede decir que el Vaticano II fue la chispa que hizo estallar una crisis que se preparaba ya desde hacía mucho tiempo en la Iglesia.
¿A cuándo se pueden remontar los orígenes de ésta crisis?
San Pío X constataba ya en la encíclica Pascendi que el modernismo ya no era un enemigo exterior de la Iglesia, sino que ya había penetrado al interior, aunque sus adeptos ocultaran todavía sus verdaderas intenciones.
¿El Papa San Pío X no combatió vigorosamente a estos modernistas?
San Pío X combatió enérgicamente el modernismo; sus sucesores hasta Pío XII lo hicieron también, con más o menos vigor; pero no pudieron realmente vencerlo. La encíclica Humani Generis de Pío XII, que condena lo que se llamó la “nueva teología” (en 1950), fue exteriormente aceptada, pero en realidad despreciada por muchos. Se continuó interesándose en las tesis condenadas, y en las casas de formación, se animaba a los futuros sacerdotes a hacer lo mismo.
¿Se puede decir que el concilio Vaticano II fue una revolución en la Iglesia?
Que el concilio fue una revolución en la Iglesia, algunos de sus defensores lo proclaman ellos mismos. Así el Cardenal Suenens hizo un paralelo entre el concilio y la revolución francesa, diciendo que el Vaticano II había sido el 1789 en la Iglesia; el padre Yves Congar, teólogo conciliar, comparó el concilio con la revolución bolchevique: “La Iglesia hizo pacíficamente su revolución de octubre”.

LOS OBISPOS LIBERALES Y SUS TEÓLOGOS DOMINARON EL CONCILIO

¿Cómo metieron la mano los liberales en el concilio?
Gracias al apoyo de Juan XXIII y de Pablo VI, las fuerzas liberales y neomodernistas introdujeron en los textos del concilio un gran número de sus ideas. Antes del concilio, la Comisión preparatoria había preparado con esmero esquemas que eran el eco de la fe de la Iglesia. Sobre estos esquemas la discusión y el voto se debieron haber apoyado, pero fueron rechazados durante la primera sesión del Concilio y reemplazados por nuevos esquemas preparados por los liberales.
¿No hubo defensores de la doctrina tradicional en el concilio?
 
Hubo, en el Concilio, un grupo de alrededor de 250 a 270 obispos decididos a defender la Tradición de la Iglesia. Terminaron por formar el Coetus Internationalis Patrum. Pero por otro lado, ya estaba constituido y perfectamente organizado, un grupo de cardenales y de obispos liberales al que se le llamó la Alianza Renana. Éste nombre viene del hecho de que los dirigentes de éste grupo liberal eran casi todos obispos de diócesis que se encontraban a orillas del río Rin. Este grupo inundaba a diario al Concilio de hojas mecanografiadas, en las cuales se decía a los obispos en que sentido debían votar. Es por eso que un periodista, el padre Ralph Wiltgen, pudo titular su libro que relata el Concilio: El Rin desemboca en el Tíber.
¿Los innovadores eran la mayoría?
Como toda revolución, el Vaticano II no fue dirigido por la mayoría, sino por una minoría activa y bien organizada. La mayoría de los obispos estaba indecisa e igualmente lista para seguir a los conservadores. Pero cuando vieron que los dirigentes de la Alianza Renana eran los amigos personales del Papa y que algunos de ellos (los Cardenales Döpfner, Suenens y Lercaro) habían sido incluso nombrados moderadores del Concilio; los siguieron.


http://ret001qm.eresmas.net/vaticano.htm

Ciudad del Vaticano
La Ciudad del Vaticano se sirve de la moneda italiana para sus transacciones. No obstante, emitió moneda con valor en liras que era valida en San Marino, Italia y el Vaticano. Esta moneda que emitía el Vaticano se basaba en los mismos módulos y metales que los usados en el numerario de Italia, por eso empezó a emitir moneda bimetalica en el año 1982 al mismo tiempo que en Italia y en San Marino. En el año 2002 adopto el Euro como moneda nacional, siendo de circulación en todo el territorio Euro; como es lógico no llegan a circulación si no que van a manos de coleccionistas.
1 Euro
Esta imagen corresponde a la moneda de 1 Euro emitido a partir del año 2002. Con la ley nº CCCLXX de 18 de Diciembre de 2001 se determino las características de los lados nacionales de las monedas Euro. Esta emisión corresponde al 24 año del pontificado de Juan Pablo II. Todas las monedas llevara la efigie de Juan Pablo II, diseño realizado por Guido Veroi. Aparecen las letras "GVUPINC" que son las siglas de los grabadores Guido Veroi y Uliana Pernazza, INC es por incisore. Tienen los números KM 347 la moneda de 1 Euro y el 348 la de 2 Euros.
Sede Vacante 2005
Tras la muerte de Juan Pablo II se emitió un juego con las ocho monedas en valor Euros y con el escudo de la Sede Vacante en el reverso. El diseño fue de Daniela Longo y el grabado de Ettore Lorenzo Frapiccini. Fueron acuñadas en la Ceca de Roma (IZPS). La duración de la Sede Vacante fue del día 2 al 19 de Abril de 2005.
Benedicto XVI 2006
Primera serie de monedas con la efigie del papa Benedicto XVI. La imagen es de la moneda de mi colección.
Nº KM Año Motivo Metal Centro/Anillo Peso Tirada
347 2002 Busto Juan Pablo II Cu-Ni/Cu-Zn-Ni 7,5 gr.
347 2003 Busto Juan Pablo II Cu-Ni/Cu-Zn-Ni 7,5 gr.
347 2004 Busto Juan Pablo II Cu-Ni/Cu-Zn-Ni 7,5 gr.
347 2005 Busto Juan Pablo II Cu-Ni/Cu-Zn-Ni 7,5 gr.
371 2005 Sede Vacante Cu-Ni/Cu-Zn-Ni 7,5 gr. 60.000
381 2006 Busto Benedicto XVI Cu-Ni/Cu-Zn-Ni 7,5 gr.
381 2007 Busto Benedicto XVI Cu-Ni/Cu-Zn-Ni 7,5 gr.
  2008 Busto Benedicto XVI Cu-Ni/Cu-Zn-Ni 7,5 gr.
2 Euros
Esta imagen corresponde a la moneda de 1 Euro emitido a partir del año 2002, con la efigie de Juan Pablo II.
Nº KM Año Motivo Metal Centro/Anillo Peso Tirada
348 2002 Busto Juan Pablo II Cu-Zn-Ni/Cu-Ni 8,5 gr.
348 2003 Busto Juan Pablo II Cu-Zn-Ni/Cu-Ni 8,5 gr.
348 2004 Busto Juan Pablo II Cu-Zn-Ni/Cu-Ni 8,5 gr.
358 2004 Plaza de San Pedro Cu-Zn-Ni/Cu-Ni 8,5 gr. 85.000
348 2005 Busto Juan Pablo II Cu-Zn-Ni/Cu-Ni 8,5 gr.
372 2005 Sede Vacante Cu-Zn-Ni/Cu-Ni 8,5 gr. 60.000
374 2005 Día Mundial de la Juventud Cu-Zn-Ni/Cu-Ni 8,5 gr. 85.000
382 2006 Busto Benedicto XVI Cu-Zn-Ni/Cu-Ni 8,5 gr.

2006 V Centenario Guardia Suiza Cu-Zn-Ni/Cu-Ni 8,5 gr. 85.000
382 2007 Busto Benedicto XVI Cu-Zn-Ni/Cu-Ni 8,5 gr.

2007 80º Aniversario Benedicto XVI Cu-Zn-Ni/Cu-Ni 8,5 gr. 85.000

2008 Busto Benedicto XVI Cu-Zn-Ni/Cu-Ni 8,5 gr.

2008 San Pablo Cu-Zn-Ni/Cu-Ni 8,5 gr.

2009 Año de la Astronomia Cu-Zn-Ni/Cu-Ni 8,5 gr.
2 Euros 2004 Plaza de San Pedro
El 16 de Diciembre de 2004 fue emitida esta moneda de 2 Euros conmemorativa. Solo se emitieron 85.000 unidades en carterita, por si no era ya de por si complicado encontrar las monedas de Euro del Vaticano, sacaron una moneda que pondrá mas emoción al complicado juego de obtener estas monedas. Esta moneda conmemora el 75 aniversario de la fundación del Estado Vaticano. El reverso muestra un plano de la Ciudad del Vaticano, donde son claramente visibles la basílica y la plaza de San Pedro. La ciudad tal y como la conocemos hoy nació entre las fortificaciones destinadas a proteger la tumba de San Pedro, sobre la que se levanta la basílica y rodeada por las murallas Leoninas y la "colonnade" de Bernini. La UNESCO la declaro patrimonio de la Humanidad. La Ciudad del Vaticano esta enclavada en la ciudad de Roma y en virtud de los Pactos Lateranos entre la Santa Sede y Italia el día 11 de Febrero de 1929 permitieron crear una nueva entidad geopolítica. El diseño fue de Guido Veroi, y el grabado de Luciana de Simoni.
Sede Vacante 2005
Tras la muerte de Juan Pablo II se emitió un juego con las ocho monedas en valor Euros y con el escudo de la Sede Vacante en el reverso. El diseño fue de Daniela Longo y el grabado de Maria Carmela Colaneri. Fueron acuñadas en la Ceca de Roma (IZPS). La duración de la Sede Vacante fue del día 2 al 19 de Abril de 2005.
2 Euros 2005 Jornadas Mundiales de la Juventud
Esta es la segunda moneda conmemorativa que emite la Ciudad del Vaticano. Conmemora el 20º día mundial de la juventud que se celebró en la ciudad alemana de Colonia desde el día 16 al 21 de Agosto de 2005. El lema de las jornadas fue: "Hemos venido a adorarle"
Benedicto XVI 2006
2 Euros 2006 500º Aniversario Guardia Suiza
Diseño de la moneda de 2 Euros que conmemorara el 500 aniversario de la fundación de la Guardia Suiza. Se tiene prevista su emisión hacia finales de año. El diseño es obra de Orietta Rossi.
2 Euros 2007 80º Aniversario Benedicto XVI
Para Noviembre de 2007 se emitirá esta moneda que conmemorará el 80 aniversario del Papa Benedicto XVI. Se emitirán un total de 100.000 monedas (85.000 SC y 15.000 BU)
2 Euros 2008 San Pablo
Imagen de la moneda de 2 Euros conmemorativos de San Pablo. Se emitieron 100.000 monedas (85.000 SC y 15.000 BU) el día 16 de Octubre de 2008. El diseño fue de Guido Veroi, el grabado lo realizo Luciana di Simoni.
2 Euros 2009 Año de la Astronomia
Imagen de la moneda conmemorativa del año internacional de la Astronomía.



Todas las imágenes de las monedas de 500 y 1000 liras son de las monedas de mi propiedad.

500 Liras 1982
Vaticano500L82-a.jpg (29390 bytes)Vaticano500L82-r.jpg (31238 bytes)
Esta moneda esta dedicada a la educacion. Nº KM 166. Se acuñaron un total de 1.852.000 monedas.
500 Liras 1983
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Esta moneda esta dedicada a la creación del universo. Nº KM 175.
500 Liras 1984
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Esta moneda esta dedicada al año de paz. Nº KM 182. Se acuñaron un total de 270.000 monedas.
500 Liras 1985
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Esta moneda tiene el numero KM 190. El reverso muestra a San Pedro en un bote. Se acuñaron un total de 300.000 monedas.
500 Liras 1986
Vaticano500L86-a.jpg (35913 bytes)Vaticano500L86-r.jpg (36983 bytes)
Esta moneda tiene el numero KM 197. El reverso muestra a Jesus y a Maria, su madre. Se acuñaron un total de 300.000 monedas.
500 Liras 1987
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Esta moneda esta dedicada a Cristo crucificado. Tiene numero KM 204.
500 Liras 1988
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Esta moneda esta dedicada a la Santisima Trinidad. Esta moneda tiene el numero KM 211.
500 Liras 1989
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Esta moneda tiene el numero KM 218.
500 Liras 1990
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Esta moneda esta dedicada a Jesus y dos figuras arrodilladas. Nº KM 225
500 Liras 1991
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Esta moneda esta dedicada a los misioneros. Esta moneda tiene el numero KM 233
500 Liras 1992
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Esta moneda esta dedicada a la alimentación. Nº KM 241
500 Liras 1993
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Esta moneda esta dedicada al año Santo Compostelano, representado por el botafumeiro. Esta moneda tiene el numero KM 249.
500 Liras 1994
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Esta moneda esta dedicada al Golgota que se ve al fondo. Nº KM 257.
500 Liras 1995
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Esta moneda esta dedicada a la muerte de Abel a manos de Caín. Nº KM 267. Se acuñaron un total de 460.000 monedas.
500 Liras 1996
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Esta moneda tiene el numero KM 277. Se acuñaron un total de 100.000 monedas. En mi world coins pone "hombre defendiendo a dos niños de la serpiente", yo prefiero pensar que es un maestro enseñando a dos niños defendiendolos de la ignorancia, que es representada por la serpiente como simbolo maligno.
500 Liras 1997
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Esta moneda tiene el numero KM 285. Se acuñaron un total de 160.000 monedas.
500 Liras 1998
Vaticano500L98-a.jpg (40764 bytes)Vaticano500L98-r.jpg (42306 bytes)
Esta moneda tiene el numero KM 298. Se acuñaron un total de 103.500 monedas.
500 Liras 1999
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Esta moneda tiene numero KM 310. Se acuñaron un total de 161.000 monedas. En el world coins la denomina: "Tiempo de elecciones, Tiempo de esperanza"
500 Liras 2000
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Esta moneda tiene numero KM 328. El reverso muestra el escudo de armas del Papa.
500 Liras 2001
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Esta imagen pertenece a la moneda de 500 liras del año 2001. Aparece el busto de Juan Pablo I, quien tuvo su pontificado desde el 30 de julio hasta el 2 de septiembre de 1978, siendo un periodo tan breve (34 días) que apenas se emitió moneda circulante a su nombre, tan solo una moneda de 1000 liras conmemorativa de plata. A continuación se detallan algunos datos biográficos de este Papa con el pontificado mas corto de la historia.
Albino Luciani, Juan Pablo I (1912-1978), papa número 263, elegido en 1978. Nació en Forno di Canale, en el noroeste de Italia, y creció en Muyrano, cerca de Venecia, donde su padre era fabricante de vidrio. Ordenado sacerdote en 1935, Lucini enseñó teología en el seminario gregoriano de Belluno y en años posteriores estuvo a cargo de la educación religiosa de la diócesis. En 1959 fue obispo de Vittorio Veneto y patriarca de Venecia en 1969. Obtuvo el cardenalato en 1973 y, aunque fue miembro de la Congregación para los Sacramentos y el Culto Divino, destacó más como figura pastoral que como burócrata de la curia. Al morir Pablo VI en agosto de 1978 fue elegido supremo pontífice con el nombre de Juan Pablo en homenaje a sus dos inmediatos predecesores, con lo que se convirtió en el primer papa en adoptar un nombre doble. Murió en Roma el 2 de septiembre de 1978, tras un mandato que sólo duró 34 días. Tiene numero KM 336.

El motivo de porque aparece este papa en las monedas del Vaticano fuera de su periodo de mandato no es otro que para despedir la lira, todo el juego circulante del año 2001 tenia las efigies de diferentes papas. Esta ultima serie en liras representaba un camino a través de la historia de la lira vaticana y los papas que desde su adopción la habían acuñado. En la moneda de 10 liras aparecía Pío IX, en la de 20 liras Pío XI, en la de 50 liras Pío XII, en la de 100 Liras Juan XXIII, en la de 200 liras Pablo VI, en esta de 500 liras Juan Pablo I y en la de 1000 liras también bimetalica Juan Pablo II.
1000 Liras 1997
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Esta moneda tiene el numero KM 286.Se acuñaron un total de 270.000 monedas. El reverso muestra el escudo de armas del Papa.
1000 Liras 1998
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Esta moneda tiene numero KM 299. Se acuñaron un total de 306.500 monedas. El reverso muestra el escudo de armas del Papa.
1000 Liras 1999
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Esta moneda tiene numero KM 311. Se acuñaron un total de 126.100 monedas. El reverso muestra una imagen de Jesus en el monte del Calvario.
1000 Liras 2000
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Esta moneda tiene numero KM 329. El reverso muestra al Papa de Roma y al Patriarca Ortodoxo.
1000 Liras 2001
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Esta imagen pertenece a la moneda de 1000 liras del año 2001. Esta moneda tiene numero KM 337.
50 Liras 2000 Encased
Esta moneda de 50 Liras del año 2000 se encastro en un anillo placado en oro con motivo del fallecimiento del Papa Juan Pablo II.
1 Euro 1998
Esta moneda fechada en el año 1998 apareció durante el año 2007 con un juego de Euros de curso legal de Italia fechados en el año 2002, seguramente la moneda no fue acuñada en 1998. Se emitieron un total de 50.000 juegos. El diseño también fue usado en la moneda con fecha de 2005.
Token 1 Euro 1999
Este es un token de 1 Euro sin fechar pero emitido en abril de 1999 fue acuñado por la International Mint de Turín junto con una moneda de 50 céntimos. La tirada fue de 5.000 unidades de cada valor. La imagen la envio Martin Peeters. Mas tarde aparecieron monedas falsas (alineación moneda) imitando a la moneda original (alineación medalla), esta monedas falsas fueron acompañadas de medallas que sin tener el valor acuñado representaban las monedas de 1, 2, 5, 10 y 20 céntimos, además completaba el juego una moneda de 50 céntimos que seguramente también era falsa.
1 y 2 Euros 2001
En Noviembre de 2007 descubrí esta moneda de 2 Euros de prueba del tipo A, que aparece fechada en el año 2001. Emisión de 20.000 monedas. Mas tarde, en Diciembre encontré la de 1 Euro.
Euros 2002 Specimen
Imágenes de las monedas de 1 y 2 Euros del tipo Specimen fechadas en el año 2002 que tengo en mi colección.
2 Euros Specimen 2002 Esmaltada
Moneda de 2 Euros fechada en el año 2002, tiene el anverso esmaltado con los colores de la bandera del Vaticano. Se emitieron un total de 30.000 monedas. La encontre en Abril de 2009.
1 y 2 Euros Juan Pablo II 2002/2003

En Marzo de 2006 encontré estas monedas (un juego de 2002 y otro de 2003) con un diseño del reverso que se había usado por primera vez en unas monedas en las que salía Benedicto XVI, clara señal de que realmente no se acuñaron en la fecha que muestran las monedas. Una nueva trampa para seguir comercializando este tipo de medallas.
Euros 2003 Specimen
Euros de prueba del tipo Specimen acuñados con fecha del año 2003. Solo he podido conseguir la imagen del álbum para contener estas monedas.
1 y 2 Euros 2003

Moneda de 1 Euro de prueba fechada en el año 2003 y aparecida en Diciembre de 2007. Mas tarde conseguí la moneda de 2 Euros.
Token 2 Euro 2004 ¿?
Por raro que parezca en marzo de 2004 apareció en masa esta moneda de 2 Euros de prueba muy similar a la moneda de 1 Euro que se emitió en el año 1999 y que había sido acuñada por la International Mint. El diseño del anverso es el mismo que el de la moneda de 1 Euro, mientras que el reverso es el usado anteriormente por las monedas de 2 Euros de prueba de Italia. En esta moneda no están invertidos los metales centrales y de la corona como debería de ser lo normal.
Token 2 Euro 2004 ¿?
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Nueva prueba de la moneda de 2 Euros, aunque esta fechada con el año 2000 salió a la luz en Marzo el año 2004, la mía la conseguí en Ebay a un precio de 2,50 Euros. Como nota curiosa de esta moneda es que aunque la efigie del Papa es distinta la leyenda de anverso es la misma que la de la moneda de 2 Euros de la International Mint. Otra curiosidad es que no aparece por ningún lado la palabra Euro. Tiene un diámetro de 30 milímetros y un peso de 11,6 gramos.
1 Euro ¿? de prueba 2004
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Esta moneda aunque no tiene la palabra Euro se acuño en el año 2003 con la segura intención de complacer a la multitud de coleccionistas que se quedaron sin conseguir los Euros de la Ciudad del Vaticano. El diseño fue de Alexandre Sokolov. Solo se emitieron un total de 2.500 unidades en formato piedfort. La imagen es de la moneda de mi propiedad. En el año 2004 se emitió una cartera con lo 8 valores, los céntimos también eran piedfort. Tiene un diámetro de 23 milímetros.
2 Euros ¿? de prueba 2004
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Esta moneda es la que hace juego con la anterior de un Euro ¿?, la denominación de la moneda es de 2 PROBE. El diseño fue de Alexandre Sokolov. Solo se emitieron un total de 2.500 unidades en formato piedfort. La imagen es de la moneda de mi propiedad. Tiene un diámetro de 25,3 milímetros.
1 Euro ¿? de prueba 2004
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Imágenes pertenecientes a la moneda de 1 ¿Euro? de prueba del Vaticano. Fue emitido en un set que contenía las monedas de 1, 2, 5, 10, 20 y 50 pseudo céntimos y las de 1 y 2 pseudo Euros. No hay mención alguna a la palabra Euro, simplemente pone PROVA. El set es similar a los acuñados por la International Numismatic Agency, no se aprecia ninguna marca de ceca. La moneda pesa 7 gramos.
2 Euro ¿? de prueba 2004
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Esta es la moneda de 2 ¿Euros? que hace juego con la anterior de 1 ¿Euro?. El diseño del busto de Juan Pablo II es muy parecido a la de los Euros del tipo "Ecco L'Euro", además la moneda de 2 ¿Euros? no tiene los metales invertidos con respecto a la moneda de uno. Posiblemente hayan sido acuñados por la misma empresa. Las imágenes están tomadas de las monedas de mi colección.
Euros 2004 Specimen
Euros de prueba del tipo Specimen acuñados con fecha del año 2004. Las imágenes son de las monedas de mi colección.
Euros 2004 Acuerdos Lateranos
Monedas de 1 y 2 Euros de prueba fechados en el año 2004, conmemoran los acuerdos Lateranos del año 1929, que supusieron la creación del Estado Vaticano.
10 Euros ¿? de prueba 2004
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Esta moneda tiene características similares a las de las monedas de 1 y 2 Euros de mas arriba, seguramente fueron acuñados por la misma empresa. El anillo plateado parece de aluminio. La moneda venia presentada en una carterita. La imagen es de la moneda de mi colección.
10 Euros 2004 esmaltado
Moneda de 10 Euros de prueba fechada en el año 2004 y con el anverso esmaltado. Se emitieron un total de 30.000 monedas.
Euros de prueba 2005

Imágenes de las enésimas pruebas de monedas del Vaticano. Están fechadas en el año 2005.
Euros de prueba 2005 2ª Edición

En esta ocasión los acuñadores de estas monedas han sabido elegir un tema distinto: cada una de las ocho monedas que componen la cartera muestra el busto de un Papa distinto, la moneda de 1 Euro muestra el rostro de Juan Pablo I, mientras que la moneda de 2 Euros muestra a Juan Pablo II. El anverso de la moneda de 2 Euros es idéntico al del juego emitido en el año 2004 que tiene en el reverso el escudo papal. En la cartera pone que la moneda de 2 Euros tiene la parte central de aleación dorada y el anillo de aleación plateada, obviamente se han equivocado, es un error muy común en estas carteras de euros de prueba, casi parece que quien hace las carteras no acuña las monedas.
Mas tarde, con el tiron de las monedas de 2 Euros conmemorativas, emitieron una tarjetita de cartón con la moneda de 2 Euros.
1 y 2 Euros 2005 Remember

Tras la muerte de Juan Pablo II se emitió esta cartera con una mezcla de los diseños de la cartera que he llamado 2ª Edición. La moneda de 2 Euros es la misma, pero la moneda tiene la efigie de Juan Pablo II en vez de la de Juan Pablo I. Emisión de 5.000 carteras conteniendo 8 monedas.
1 y 2 Euros 2005 Pontifex Maximus

Estas monedas corresponden a la carterita de 8 monedas etiquetada como Pontifex Maximus. La tirada fue de 5.000 carteritas. Los reversos son los mismos que se usaron para la carterita de euros de prueba de la Sede Vacante (ambos juegos fueron emitidos nada mas morir Juan Pablo II). También se emitieron 2.000 estuches con 9 monedas en calidad proof.
1 y 2 Euros 2005 Juan Pablo II tipo Specimen
Monedas de 1 y 2 Euros del tipo Specimen, con el busto de Juan Pablo II y fechadas en el año 2005.
1 y 2 Euros 2005 Sede Vacante

Estas monedas corresponden a la carterita de 8 monedas etiquetada como Sede Vacante. La tirada fue de 5.000 carteritas. Los reversos son los mismos que se usaron para la carterita de euros de prueba de la cartera denominada Pontifex Maximus (ambos juegos fueron emitidos nada mas morir Juan Pablo II). La moneda de 2 Euros fue comercializada también en un minikit.
Euros 2005 Sede Vacante
En Octubre de 2005 apareció por Ebay esta moneda de 2 Euros de prueba de la Sede Vacante, es un diseño distinto al anterior. Solo vi la moneda de 2 Euros. Tiene un diámetro de 25,35 milímetros y se emitieron un total de 20.000 monedas. Mas tarde (Abril de 2006) aparecieron juegos con 9 monedas incluyendo la moneda bimetalica de 1 Euro.
2 Euros 2005 Sede Vacante
Moneda de 2 Euros de la Sede Vacante.
1 y 2 Euros 2005 Estado Vaticano tipo Specimen
A principios de 2006 localice en Ebay un juego de 8 monedas del tipo specimen, conteniendo las monedas bimetalicas de 1 y 2 Euros. Solo he conseguido la imagen de la moneda de 1 Euro. Se emitieron un total de 30.000 juegos.
1 y 2 Europa 2005

Estas monedas aparecieron en Mayo de 2005, se vendían por separado o en un estuche con ambas monedas. La de 1 Europa muestra el retrato de Juan Pablo II y la de 2 Europa la de Benedicto XVI.
1 y 2 Euros Benedicto XVI 2005 Cartera Pontifex Maximus

De esta versión de Euros de prueba se emitieron 3.000 carteritas con 8 monedas y 1.000 estuches con 9 monedas.
1 y 2 Euros Benedicto XVI 2005 (llaves)

Estas monedas se vendieron en tiras con los ocho valores, sin estar incluidas en una carterita. Mas adelante, se emitio otra cartera con estas monedas fechadas en el año 2006.
1 y 2 Euros Benedicto XVI 2005 (manos)

Estas monedas eran parte de una carterita de 8 monedas en la cual como dibujo principal había unas manos en acción de rezo. Los reversos ya se habían usado en una versión en la cual el papa retratado era Juan Pablo II.
1 y 2 Euros Benedicto XVI 2005 (INA)

Estas son las imágenes de los euros de prueba acuñados por la empresa británica INA. Es la décima cartera de euros de prueba. Realmente no pone el nombre del Vaticano, si no: "Un tributo al Vaticano"; otra manera de eludir posibles ilegalidades al acuñar moneda sin tener autorización. La cartera compuesta de 8 monedas tuvo una emisión de 17.500 unidades, mientras que los juegos proof de 9 monedas la tuvieron de 2.000 unidades.
1 y 2 Euros Benedicto XVI 2005 (Habemus Papam)
Monedas de 1 y 2 Euros pertenecientes a la cartera de Euros de prueba llamada "Habemus Papam". Se emitieron un total de 5.000 carteras, además se emitieron 3.000 carteritas conteniendo únicamente la moneda de 2 Euros.
2 Euros de prueba 2005
Monaco 2E 2004 Test-r.jpg (39431 bytes)
Esta moneda fue comercializada en un minikit como si se tratase de una moneda de 2 Euros conmemorativa de verdad. El reverso es el mismo usado en las monedas de Mónaco y San Marino que conmemoran los grandes premios de Formula 1 (además también fueron usados en las carteritas de 2 Euros de prueba de estos países). La emisión fue de 3.000 carteritas.
2 Euros de prueba 2005
Esta carterita de 2 Euros de Benedicto XVI, fue emitida con el auge de las verdaderas monedas de 2 Euros conmemorativas. El reverso es el usado en el juego que he llamado 2005 2ª versión.
2 Euros de prueba 2005 Benedicto XVI
En Ebay localice esta moneda de 2 Euros de prueba. Tenia un diámetro de 25,35 mm y se acuñaron un total de 50.000 unidades. Es una moneda que no pertenecía a ningún juego, pero mas tarde aparecieron juegos con 9 monedas incluyendo la moneda bimetalica de 1 Euro, tirada 10.000 juegos.
2 Euros 2005 Catedral de Colonia
Moneda de 2 Euros de prueba que muestran en su anverso la catedral de Colonia, ciudad alemana donde se celebro el XX día mundial de la juventud desde el día 16 al 21 de Agosto de 2005.
10 Euros 2005
Moneda de 10 Euros de prueba con el busto de Benedicto XVI, esta fechada en el año 2005.
1 y 2 Euros Benedicto XVI 2006 (llaves)

Estas monedas ya se habían acuñado anteriormente pero con fecha del 2005. Esta vez fueron emitidas en unas carteras blancas con 8 monedas. Solo se emitieron un total de 999 carteras.
1 y 2 Euros Benedicto XVI 2006 (Urbi et Orbi)
Monedas de 1 y 2 Euros pertenecientes a la cartera de Euros de prueba llamada "Urbi et Orbi". Se emitieron un total de 5.000 carteras, además se emitieron 3.000 carteritas conteniendo únicamente la moneda de 2 Euros.
1 y 2 Euros 2006 Specimen
Estas monedas se emitieron en juegos de 8 monedas. La moneda de 1 Euro mide 32 milímetros de diámetro y pesa 20,7 gramos y la de 2 Euros mide 35 milímetros de diámetro y pesa 25 gramos. Se acuñaron un total de 30.000 juegos.
10 Euros 2006 Specimen
Estas son las mejores que he podido obtener por ahora de esta moneda de 10 Euros de prueba del tipo Specimen. Tiene un diámetro de 40 milímetros y pesa 28 gramos. Se acuñaron un total de 30.000 monedas. También hay monedas fechadas con el año 2007 de las que se acuñaron 30.000 unidades.
1 y 2 Euros 2006 Guardia Suiza

Imágenes de las monedas de 1 y 2 Euros de prueba dedicados al 500 Aniversario de la fundación de la Guardia Suiza Vaticana. Se emitieron 1.000 carteras conteniendo 8 monedas y 500 estuches conteniendo 9 monedas.
1 y 2 Europ 2006

Monedas de 1 y 2 Europ fechadas en el año 2006. Emitidas por la casa alemana BTN. Estas denominaciones habían sido usadas con anterioridad por la empresa suiza llamada Europ Mint, pero su web solo muestra catálogos de monedas en la actualidad. Se acuñaron un total de 30.000 juegos de 8 monedas.
1 y 2 Xeros 2006

Esta es la segunda versión de Euros de prueba del tipo Europ del Vaticano. La anterior tenia el valor en Europ y esta lo tiene en Xeros.
1 y 2 Euros 2007 Specimen
A mediados del año 2006 vi en Ebay una imagen muy penosa de unos euros del tipo Specimen, el vendedor decía que estaban fechados en el año 2007. Aunque mala, en la imagen se podía apreciar que los diseños contenían una imagen que era diferente de los otros Euros de tipo Specimen de Benedicto XVI, al final consegui hacerme con un juego de estas monedas en Noviembre de 2006. Se emitieron un total de 30.000 juegos que contenían 8 monedas. En Agosto de 2006 vi un álbum en Ebay de los usados para poner varios juegos de estos tipos de monedas. Dicho álbum tenia espacio reservado para poner las monedas fechadas en el año 2002, 2003, 2004 y 2005 (Juan Pablo II) 2005 (Estado Vaticano) 2006 y 2007 (Benedicto XVI). No pude conseguir una imagen de mas calidad.
Estas son las mismas monedas pero coloreadas con los colores de la bandera del Vaticano.
2 Euros 2007 Specimen 80º Aniversario Benedicto XVI
Imagen de la moneda de 2 Euros de prueba del tipo Specimen que conmemora el 80º Aniversario del nacimiento de Benedicto XVI. Emisión de 30.000 monedas.
1 y 2 Euros Benedicto XVI 2007 (llaves)
En el mes de Septiembre del año 2006 aparecieron estas monedas fechadas en el año 2007.
1 y 2 Euros Benedicto XVI 2007 (cartera verde)
En el mes de noviembre del año 2006 aparecieron estas monedas fechadas en el año 2007. Se emitieron 3.000 carteritas con 8 monedas. El diseño ya fue usado en monedas fechadas en el año 2005.
2 Euros 2007 Tratado de Roma
Moneda de 2 Euros de prueba conmemorativos del 50 aniversario del Tratado de Roma. fueron acuñadas un total de 20.000 monedas.
Segunda moneda de prueba del cincuentenario del Tratado de Roma. Se acuñaron un total de 2.500 monedas.
Moneda de 2 Euros conmemorativa del tipo Specimen. Se acuñaron 30.000 monedas.
2 Euros 2007 80º Aniversario Benedicto XVI
Moneda de 2 Euros de prueba dedicada al 80 cumpleaños de Benedicto XVI. La emisión fue de 2.500 monedas.
1 y 2 Euros 2008

Monedas de 1 y 2 Euros de prueba del año 2008 provenientes de un juego de 8 monedas de prueba. El anverso de la moneda de 2 Euros es similar al de la moneda de 2 Euros conmemorativa del 80 cumpleaños de mas arriba.
2 Euros 2008 Specimen
Imagen de la moneda de 2 Euros de prueba del tipo Specimen. Mas tarde encontré el juego completo de 8 monedas.
2 Euros 2008 Specimen San Pablo
Moneda de 2 Euros conmemorativa del Año de San Pablo del tipo Specimen. Se acuñaron 30.000 monedas.
5 Xeros 2008
Moneda de 5 Euros de prueba del tipo Xeros, acuñada en el año 2008. La moneda mide 35 milímetros de diámetro y se acuñaron 5.000 monedas.
10 Euros 2008 Specimen
Moneda de 10 Euros de prueba del tipo Specimen, fechada con el año 2008.
2 Euros 2009 Décimo Aniversario Euro
Moneda de 2 Euros de prueba dedicada al décimo aniversario de la adopción del Euro como unidad monetaria. Se acuñaron un total de 20.000 monedas en el año 2008.
Moneda de 2 euros de prueba conmemorativas del décimo Aniversario de la Unión Monetaria Europea.
Juego 2009 Año de San Pablo

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