(Isaías 44:24-26) “Yo, Jehová, estoy haciendo todo, extendiendo los cielos, yo solo, tendiendo la tierra. ¿Quién estuvo conmigo? [Estoy] frustrando las señales de los de habla vacía, y [soy] Aquel que hace que los adivinos mismos actúen locamente; Aquel que vuelve a los sabios al revés, y Quien torna hasta el conocimiento de ellos en tontedad; Quien hace que se realice la palabra de su siervo, y Quien lleva a cabo por completo el consejo de sus propios mensajeros. . .
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martes, 8 de mayo de 2012
BROMOSOLIGH ... JUAN EL B-AUTISTA...
¿¿¿¿DE DONDE VIENEN LOS B-AUTISTAS???,... DEJEMOS QUE EL PROPIO IRON GIRL NOS RESPONDA... JAJAJJAJAJAJA...
COMO
VES bromosoligh LAS PAGINAS OFICIALES DE LA IGLESIA BAUTISTA, TE DICE
CLARISIMO QUE NOOOOOOO PROVIENEN DE JUAN EL BAUTISTA,,, ADEMAS JESUS
NOOO LE PUSO ESE NOMBRE , JUAN EL BAUTISTA YA ERA CONOCIDO ASI DESDE
ANTES!!!
LA PAGINA BAUTISTA OFICIAL TE LO DICE CLARO, SUS ORIGENES REALES
HISTORICOS SON DE LOS ANABAPTISTAS Y LOS MENONITAS , ESTO EN EL SIGLO
17 !!!
ESTO LO QUE MARCA LA IGLESIA BAUTISTA Y LO ACEPTA PORQUE COMO DICEN ES LO QUE HISTORICAMENTE ES LO REAL Y ACEPTADO!
JAAAAAAAAA
te
digo que todo cambian ustedes, ¿donde te digo que venimos o provenimos
de Juan el Bautista? te dije: salvo el nombre q Cristo dio a juan,(ojo)
destinado a ser llamado , Bautista, necesitas unas clases de
comprencion de lectura, imagínate si así "interpretan la biblia"
bromosoligh
checa como te dije esta pagina OFICIAL BAUTISTA "porque los bautistas
NO somos protestantes", y en esta pagina por el capitulo: "¿Cuándo
comenzaron los Bautistas?. Los bautistas no empezaron con Juan el
Bautista"
dice: Los verdaderos bautistas admiran a Juan el Bautista como un
personaje auténtico bíblico, digno de imitar, como a todos los demás
caudillos bíblicos, pero nos rehusamos en llevar un nombre en honor de
un hombre.
jajaj
vaya que BRUTO bromosoligh asi que solo el cristo le puso bautista a
Juan? asi se le conocio porque Juan acostumbraba bautizar mas Jesus NO
LE PUSO ESE NOMBRE JESUS..
a quien SI le cambio el nombre fue a su apostol que se llamaba SIMON y le puso PEDRO por ejemplo
Pero eso no es el tema, lo que me da risa es que tu quieres dar a
decir que BAUTISTA si es correcto llamarle a una congregacion por Juan
el bautista, JESUS NO LE PUSO ESE NOMBRE , a Juan ASI SE LE CONOCIA YA,
y ademas ,,,,
PERO ES QUE HOY LE VAMOS A DAR UNA CLASE DE HISTORIA DEL ORIGEN DE SU IGLESIA BAUTISTA... UNA CASA MUY DIVIDIDA... O MEJOR DICHO... UNA CASA DE CONFUSION... (UNA MODERNA TORRE DE BABEL)... JAJJAJAJJAJA.. QUE PASO BROMOSITO... ¿¿¿POR QUE TUS COLEGUILLAS NO SE PONEN DE ACUERDO Y TIENEN TANTAS SECTAS, DIVISIONES Y DENOMINACIONES???... ¿¿¿NO ME DIGAS QUE EN LA CASA DE LOS AUTISTAS REINA DEL DESORDEN EL CAOS Y LA ANARQUIA???... JODER TIO... QUE ESO... NO ES MUY CRISTIANO QUE SE DIGA...
¿¿¿VIENEN DE JUAN EL BAUTISTA LOS AUTISTAS???... YO CREO QUE NO... DECIDME SUPER APESTATAS... ¿¿¿POR QUE NO HACEMOS UN POCO DE HISTORIA???...
A partir de hoy me he propuesto
publicar una serie de entradas sobre la historia de los bautistas, no
con un espíritu denominacionalista, sino con el propósito de aclarar
algunos conceptos equivocados y dar a conocer la historia de un grupo
de hombres que, por amor al Señor y a Su Palabra, estuvieron dispuestos
a sufrir muchas penurias.
¿De dónde surgen los bautistas y cuáles eran sus distintivos? Algunos
relacionan el origen de los bautistas con grupos antipaidobautistas que
aparecieron muy temprano en la historia. Estos historiadores piensan
que la denominación bautista tiene un parentesco espiritual con
aquellos que se opusieron al bautismo infantil, como los novacianos (s.
III), los donatistas (s. IV), los paulicianos (s. V), los valdenses (s.
XII), y así sucesivamente.
Otros sostienen que la historia
bautista se remonta al tiempo de los apóstoles. Éstos historiadores,
llamados “sucesionistas” por su insistencia en poder trazar una
sucesión de creyentes bautistas que algunos llevan hasta Juan el
Bautista incluso, pretenden poseer todos los eslabones de una cadena
que nos lleva hasta la iglesia primitiva.
Pero, si bien es
cierto que el espíritu no conformista que caracterizó a los bautistas
puede rastrearse a través de toda la Historia de la Iglesia y que el
movimiento bautista guarda cierta relación o parentesco con algunos de
estos grupos medievales, la denominación bautista como tal nace en
Inglaterra en el siglo XVII.
A partir de ese punto en la
historia se puede verificar una línea ininterrumpida de iglesias hasta
nuestros días. Poca importancia tiene la antigüedad de la denominación;
lo que importa es la base teológica que sustenta las convicciones
doctrinales que caracterizan a los bautistas como tales. Como bien
señala el historiador Justo Anderson:
“El bautista es un
cristiano apostólico, puesto que una iglesia, aunque recién organizada
sí lo es sobre el Nuevo Testamento, es más apostólica que aquella
Iglesia que puede trazar su sucesión a los apóstoles, pero, que se ha
apartado de los principios apostólicos. La cuestión de la veracidad es
mucho más importante en el estudio de la historia bautista que la
cuestión de la antigüedad, porque la antigüedad de principios es muy
distinta a la antigüedad de organización” (Historia de los Bautistas;
Tomo I; pg. 39).
Y más adelante añade: “Este es el dilema de la
historia bautista. Es, al mismo tiempo, vieja y nueva” (op. cit.; pg.
40). Si el Señor lo permite, espero postear mañana una entrada sobre
los precursores de los bautistas.
Saludos!
La historia de los bautistas es tan apasionante como discutida por los historiadores.
Partiendo
de la base que la Iglesia nace de Jesucristo, hubieron muchos
movimientos precursores, algunos fugaces y otros permanentes, algunos
que quedaron casi como los movimientos originales postreformados y
otros que fueron agiornandose.
Hay algunos que marcan el episodio
del primer bautismo reformado en el que participaron Blaurock y Grebel
(los Hermanos Suizos), entre otros, como el primer paso consistennte y
duradero. Pero , como dije, hay otros puntos dela historia, incluso
americana, dignos de mencionar.
Hermoso tema.
Bendiciones!
Gracias al Señor por el estudio de este tema, yo pertenecí a una
iglesia bautista landmarkista (sucesionista) y por esta razón el Señor
me llevó a estudiar mucho la historia bautista de diferentes fuentes.
Una de las más necesarias reflexiones para los bautistas de este siglo
es enfrentarnos al cuestionamiento de si podemos con honestidad llevar
el apellido de los que proclamamos como nuestros antepasados: ¿cuál es
el concepto de iglesia que manejamos?, ¿cuál el concepto de membresía?,
¿qué pensamos de la disciplina, de los oficios y de la pureza de la
iglesia?, etc, etc. Uno de los aspectos que más me impactó en lo
personal fue la seriedad con que los bautistas antiguos trataron la
membresía de la iglesia: Solo se aceptan creyentes bautizados bajo
profesión de fe creíble y comprobable. ¡Qué lejos estamos en la
actualidad de aquel modelo!
Gracias por su comentario. Viniendo de un trasfondo landmarkista puede
entender mejor la importancia de establecer el origen de los bautistas
sobre una base histórica segura. Aprecio también lo que dice acerca de
la membrecía y la disciplina en la iglesia, dos rasgos característicos
de los bautistas en sus orígenes que muchos desprecian en la
actualidad.
El movimiento reformador en Suiza
tuvo sus inicios con la conversión de Zwinglio. Debido a su trasfondo
humanista, Zwinglio reunió muy pronto alrededor de sí a un grupo de
jóvenes intelectuales, interesados primariamente en el estudio de los
clásicos griegos.
Grebel, Blaurock y Manz
En
1521 se unió a este grupo un joven llamado Conrad Grebel (1448-1526),
que había iniciado sus estudios humanistas unos años antes en las
universidades de Basilea, Viena y París. Zwinglio introdujo a estos
jóvenes al estudio del Nuevo Testamento griego, de tal manera que
algunos de ellos, no sólo hicieron profesión de fe, sino que también se
convirtieron en celosos reformadores. Grebel era uno de ellos. Pero
pronto surgieron algunos problemas. Menos de tres años después, algunos
de estos jóvenes llegaron a ciertas convicciones distintas a las de
Zwinglio; entre los puntos de divergencia estaba el asunto del bautismo
infantil y la relación de la Iglesia con el estado.
Dado que no
pudieron ponerse de acuerdo con su mentor y maestro, el 21 de enero de
1525 un grupo de 15 hombres se reunió en la casa de Félix Manz para
determinar lo que habrían de hacer, ya que el municipio de Zurich les
había dado ocho días de plazo para retractarse de sus convicciones y
bautizar a sus hijos.
Uno de los presentes esa noche proveyó el
siguiente relato: “Sucedió que estábamos juntos hasta que cayó sobre
nosotros una tremenda ansiedad... Caímos de rodillas ante el Dios
Altísimo y oramos que nos indicase su voluntad divina... porque no fue
una cosa de carne y de sangre que los impulsaba, puesto que bien sabían
que significaba sufrimiento. Después de la oración, Jorge Cajacob se
levantó y rogó que Conrado Grebel le bautizase con el bautismo
cristiano correcto en base a su fe y conocimiento” (Justo Anderson;
Historia de los Bautistas; Tomo II, pg. 36).
Grebel bautizó a
Cajacob (también conocido como Blaurock) quien procedió de inmediato a
bautizar a todos los demás. Así quedó constituida la primera iglesia de
los hermanos suizos. “Está claro que fue esta la acción más
revolucionaria de la Reforma. Ningún otro suceso simbolizó tan
completamente el rompimiento con Roma. Aquí, y por primera vez durante
la reforma, un grupo de cristianos se atrevió a formar una Iglesia
según se pensaba que era el modelo del Nuevo Testamento” (W. R. Step;
Revolucionarios del Siglo XVI; pg. 19).
A partir de ese momento
Grebel se dedicó a una intensa labor evangelística; comenzaron a tener
cultos en las casas y a practicar el bautismo a creyentes, por lo que
fueron llamados “anabaptistas” o “rebautizadotes”.
Esto desató
una fuerte persecución contra ellos. Finalmente Grebel fue arrestado y
encarcelado en Noviembre del 1525 junto con Blaurock y Manz. Grebel
pudo escapar de su encarcelamiento y publicar un tratado sobre el
bautismo; pero murió víctima de la peste alrededor de agosto de 1526.
Baltasar Hubmaier
A
la par de este movimiento originado en Zurich, algo similar ocurría en
Moravia, en relación con el ministerio de Baltasar Hubmaier
(1480-1528), uno de los hombres más importantes del movimiento
anabaptista.
Hubmaier nació cerca de Augsburgo, en el seno de
una familia humilde. Estudió en la Universidad de Friburgo, donde fue
alumno de Juan Eck. Ambos se profesaban una gran admiración, de tal
modo que, cuando Eck dejó la universidad de Friburgo para enseñar en la
Universidad de Ingolstad, Hubmaier se fue tras él, llegando a recibir
allí su título de Doctor en Teología el 29 de septiembre de 1512.
Luego
fue ordenado sacerdote y nombrado como predicador y capellán de la
Universidad, llegando a ser vicerrector en 1515. Al año siguiente dejó
Ingolstad para venir a ser el párroco de la Catedral de Regensburgo.
Allí se vio envuelto en una campaña antisemita que desembocó finalmente
en la expulsión de los judíos de la ciudad, convirtiendo luego la
sinagoga abandonada en una capilla católica dedicada “a la hermosa
María”.
Muy pronto esta capilla comenzó a recibir un número cada
vez mayor de feligreses, lo que provocó la envidia de los monjes
locales que veían cómo sus ingresos y su prestigio estaban comenzando a
menguar. Fue tal vez este factor el que llevó a Hubmaier a trasladarse
a la ciudad de Waldshut en 1521. Allí continuó su labor como cualquier
párroco católico romano de la Edad Media.
Pero en junio de 1522
hizo un viaje a Basilea donde conoció a Erasmo y a Heinrich Glarean
(que fuera maestro de Grebel). Allí también entró en contacto más
directo con la Reforma, de modo que a su regreso a Waldshut decidió
estudiar más a fondo el NT.
Todo luce indicar que ese fue el año
de su transformación. A partir de ese momento, las prédicas de Hubmaier
evidenciaron que había abrazado la Reforma y, sobre todo, que había
depositado su fe en Cristo.
En medio de este proceso, Hubmaier
recibió la invitación de regresar a Regensburgo, donde los habitantes
quedaron profundamente sorprendidos por el cambio evidente de su
antiguo pastor. Poco tiempo después regresó de nuevo a Waldshut,
dispuesto a continuar la reforma allí.
En 1 de marzo de 1523
hizo contacto con Zwinglio y con otros dirigentes de la reforma en
Suiza, incluyendo a Conrad Grebel. En octubre de ese mismo año
participó en el debate que se llevó a cabo en Zurich, y ya en ese
tiempo dio a entrever que no compartía con Zwinglio el bautismo
infantil.
A su regreso a Waldshut redactó un documento de 18
artículos los cuales serían la guía para la reforma en la ciudad. En
estos artículos Hubmaier estableció claramente la doctrina de la
justificación por la fe, los frutos de amor que la verdadera fe
produce, el rechazo de la misa como sacrificio, el rechazo al celibato
y el bautismo voluntario de los creyentes.
Al año siguiente
contrajo matrimonio con Elizabeth Hugline, quien resultó ser una esposa
fiel y valiente. Pero sus actividades reformadoras pronto llamaron la
atención de Fernando I de Habsburgo (hijo de Felipe el Hermoso y Juana
I de Castilla y, por lo tanto, hermano de Carlos I de España y nieto de
los reyes católicos Fernando e Isabel).
Primero envió una
comisión al Concilio de la ciudad pidiendo que destituyeran al
predicador, pero éstos se negaron a hacerlo. Luego llegó una carta del
gobierno austriaco, en la que se les volvía a pedir que destituyeran
“al que se decía doctor y predicador del pueblo, y a que escogiera en
su lugar a otro predicador adecuado y piadoso que no mantuviera las
condenadas doctrinas de Lutero”.
Dado que la presión continuó
arreciando, Hubmaier decidió salir de la ciudad para evitar una
intervención armada. En septiembre de 1524 se dirigió a la ciudad de
Schaffhausen. Allí escribió uno de los tratados más importantes de la
literatura que produjo la reforma, titulado: “Concerniente a los
herejes y a aquellos que los queman”, donde se proclamó abiertamente en
contra de las persecuciones religiosas de cualquier tipo y el uso de la
espada o el fuego para combatir la herejía, a la vez que abogó por la
libertad de cultos. “Está claro para todos ahora – decía él, incluso
para los ciegos, que una ley para quemar herejes es una invención del
diablo. La verdad es inmortal”. Esta frase vino a ser el lema de su
vida.
En octubre de ese año, Hubmaier regresó a Wadlshut, donde
fue aclamado por el pueblo como un héroe. Hasta el ayuntamiento hizo
una fiesta a su favor. Para este tiempo, sus convicciones acerca del
bautismo se habían asentado en su mente, como vemos en una carta que
envió a Oecolampadio, el reformador de Basilea, el 16 de enero de 1525:
“El significado de este signo y símbolo (el bautismo), la prenda de la
fe hasta la muerte esperando la resurrección de la vida futura, tiene
que considerarse como algo más que una señal. Su significado no pueden
entender los niños, por eso es absurdo el bautismo infantil”.
Más
tarde, en abril de ese mismo año, Hubmaier fue bautizado con unas 60
personas más por Wilhem Reublin que había sido desterrado de Zurich y
había buscado refugio en Wadlshut. Habiendo recibido el bautismo
bíblico, el mismo Hubmaier bautizó a unas 300 personas más.
En
mayo de 1525, Zwinglio publicó un panfleto titulado “Sobre el bautismo,
el anabaptismo y el bautismo infantil”, donde rebatía el concepto
anabaptista del bautismo de los creyentes. Hubmaier respondió en el mes
de julio con una obra que tituló “El bautismo cristiano de los
creyentes”. Este libro “es considerado por muchos como la mejor defensa
del bautismo de creyentes jamás escrita” (Anderson; pg. 40).
Esta
obra provocó otro debate en Zurich que concluyó con la proscripción de
los anabaptistas y el encarcelamiento de Hubmaier, quien había huido a
Zurich cuando las tropas austriacas entraron en Waldshut.
Algunos
piensan que Hubmaier pudo haber abrigado esperanzas de convencer a
Zwinglio; pero lo que en realidad ocurrió fue que se le exigió que se
retractara o sería expulsado de Zurich inmediatamente. Temiendo caer en
las manos de Fernando I, Hubmaier se retractó. Pero muy pronto se
retractó de su retractación y atacó el bautismo infantil luego de un
sermón de Zwinglio, por lo que fue apresado inmediatamente, encarcelado.
Una
vez liberado, Hubmaier se dirigió a Nikolsburgo (en Moravia, hoy
Mikulov en la República Checa). Esta era, en ese entonces (1526), una
de las ciudades europeas más tolerantes debido, en parte, a la
influencia de Juan Hus. Allí fue recibido con mucho entusiasmo por los
evangélicos moravos, llevando a cabo un ministerio sumamente
fructífero. Se calcula que unas 6,000 personas fueron bautizadas en
1526.
Ese fue también un período de gran producción literaria;
durante el 1526 y 1527 Hubmaier publicó unos 17 panfletos que fueron de
mucho ayuda para los anabaptistas en los años siguientes. “Pocos de sus
contemporáneos le excedieron en elocuencia, estilo y humor… Hubmaier
fue un erudito cristiano cuyo conocimiento de las Escrituras no fue
aventajado por ninguno de sus contemporáneos, y un teólogo capaz al que
sólo excedió Calvino” (Step; pg. 68).
Querido pastor Sugel. personalmente he querido estudiar profundamente
la revolución radical biblicista y especialmente a B. Hubmaier.
Quisiera que usted me sugiriese un libro de historia que halla usado para este tema.
desde ya soy un agradecido.
Satanás es el enemigo de la iglesia
de Cristo, y como tal, siempre está tramando detener su avance. Unas
veces lo hace a través de la persecución, pero otras veces levanta
movimientos extremistas que, haciéndose pasar por movimientos
cristianos, echan por tierra la reputación de los verdaderos creyentes.
Los anabaptistas enfrentaron ambos retos desde sus inicios.
En la entrada anterior sobre los precursores de los bautistas
(tanto en Suiza como en Moravia), vimos algo de lo primero. En la
entrada de hoy veremos algo de lo segundo, comenzando en Moravia, donde
los anabaptistas comenzaron a enfrentar grandes problemas casi desde el
principio. Por
un lado, el grupo sufrió una división cuando algunos se fueron detrás
de un tal Juan Hut, quien insistía en el uso de la espada contra los
impíos para establecer el reino de Dios. Éste predijo que la segunda
venida de Cristo habría de ocurrir el domingo de Pentecostés de 1528, a
la vez que trató de reunir a los 144,000 elegidos a quienes selló
bautizándolos y poniéndoles en sus frentes la señal de la cruz. Otros
se alinearon con Jacob Wiedemann, un predicador anabaptista que
promovía una especie de comunismo cristiano.
Por otro lado, por
orden del archiduque Fernando de Austria, Hubmaier y su esposa fueron
apresados y llevados a Viena donde fueron condenados a la muerte;
Hubmaier fue quemado vivo el 10 de marzo de 1528, y su esposa fue
ahogada en el Danubio tres días después.
Sin un liderazgo fuerte
que los guiara, eventualmente los anabaptistas de Nikolsburgo dejaron
de existir. Pero la influencia de Baltasar Hubmaier se habría de sentir
por muchos años más debido a sus obras escritas. “En 1619 se las
consideraba todavía tan peligrosas que fueron incluidas en el índice de
libros prohibidos... que promovió la Inquisición española” (W. R.
Estep; Revolucionarios del Siglo XVI; pg. 71). En un documento del
siglo 17, su nombre aparece en una lista de grandes "herejes", sólo
precedido por los nombres de Lutero, Zwinglio y Calvino.
Luego
de la muerte de Juan Hut, el movimiento volvió a dividirse otra vez;
sin embargo, su mensaje apocalíptico continuó siendo proclamado por
otros supuestos profetas, entre los cuales se encontraba Melchior
Hofman.
Aunque Hofman comenzó siendo un predicador laico
luterano, más tarde rechazó la enseñanza de Lutero con respecto a la
comunión y vino a ser seguidor de Zwinglio, para abrasar luego la
doctrina anabaptista en la ciudad de Estrasburgo.
Convencido de
que él era “el Elías que habría de preparar el camino para el retorno
de Cristo”, comenzó a proclamar que el día del Señor se estaba
acercando y que en la ciudad de Estrasburgo se habría de establecer la
Nueva Jerusalén. También instó a sus seguidores a abandonar el
pacifismo que había caracterizado a los anabaptistas. Finalmente Hofman
fue encarcelado en Estrasburgo en 1533 hasta su muerte 10 años más
tarde.
Pero uno de sus discípulos, un panadero holandés llamado
Juan Matthys, tomó el mando, declarándose a sí mismo como profeta del
movimiento: así como Hofman era “el Elías que había de venir” antes del
retorno del Señor, él era Enoc, el otro testigo de Ap. 11. Matthys
procedió entonces a nombrar a 12 apóstoles, entre los cuales estaba
Juan de Leyden, y además trasladó la Nueva Jerusalén a Munster, ciudad
importante en la región de Westfalia.
Mucha gente se aglomeró en
torno a ellos; expulsaron al obispo de la ciudad y trataron de
instaurar una teocracia que, según ellos, se ajustaría en todo a la
Biblia, incluyendo la práctica de la poligamia. A la muerte de Matthys,
Juan de Leyden tomó el mando; y así como Hofman se comparó con Elías y
Matthys con Enoc, Leyden decía ser el rey David.
Pero el obispo
expulsado de Munster no se quedó de brazos cruzados; pronto reunió un
ejército, compuesto por luteranos y católicos, y sitió la “Nueva
Jerusalén”. La situación dentro de la ciudad se fue volviendo cada vez
más desesperada, hasta que, finalmente, sus mismos habitantes abrieron
las puertas para que entrara el obispo con su ejército. Lo que sucedió
a continuación fue un terrible baño de sangre que habría de ser
recordado por mucho tiempo, contribuyendo aún más a la mala fama que ya
tenía el movimiento anabaptista.
Como dice el historiador
Latourette: “El efecto del episodio fue confirmar el desprestigio que
acompañaba el nombre de anabaptista. Circularon rumores de los extremos
a donde había llegado el fanatismo anabaptista durante los meses de la
tensión en la comunidad, de la destrucción de propiedades, de poligamia
y de la supresión despiadada de la oposición. Y, cómo es común en tales
rumores, los hechos se agrandaban a medida que se contaban y se volvían
a contar, alejándose más y más de los hechos reales”.
El desastre de Munster le puso punto final al ala revolucionaria del anabaptismo,
pero no al movimiento como tal. Entre los anabaptistas más prominentes
de esta nueva generación, uno de los más importantes es, sin duda
alguna, Menno Simons, un ex sacerdote católico que abrazó el
anabaptismo en 1536.
Simons nació en los países bajos, en 1496,
cuatro años después del descubrimiento de América, 13 años después del
nacimiento de Lutero y 13 años antes del nacimiento de Calvino. Fue
ordenado para el sacerdocio en 1524, cuando tenía 28 años de edad. Por
una razón que desconocemos, al año siguiente de su ordenación, Simons
comenzó a tener serias dudas acerca de la misa. “Yo no cesaba de pensar
en que la copa y el pan que repartía en la misa no eran la sangre y la
carne del Señor. Creía que era el diablo el que me quería apartar de mi
fe. Me confesaba con frecuencia, lloraba y oraba, pero no conseguía
librarme de este pensamiento.”
En ese momento de su vida, Simons
desconocía casi completamente las Escrituras; como él mismo señala en
uno de sus escritos: “… no las había tocado en toda mi vida temiendo
leerlas por si me descarriaba. Ahora me doy cuenta de lo torpe que fui
durante cerca de dos años cuando era sacerdote.”
También admite
en otro lugar que en ese tiempo llevaba una vida vacía y frívola,
fullera y de borracho y “llena de diversión como es la costumbre y el
uso de la gente inútil.”
Finalmente determinó que debía acudir a
las Escrituras para resolver sus dudas. Poco a poco fue aceptando la
autoridad doctrinal de las Escrituras y pronto se topó también con el
tema del bautismo. Sus estudios del Nuevo Testamento le convencieron de
que el bautismo infantil era un error; por otra parte se sentía
profundamente conmovido por la persecución que se había desatado en
contra de los anabaptistas.
El 30 de marzo de 1535 un grupo de
unos 300 anabaptistas fue violentamente apresado y ejecutado, entre los
cuales estaba uno de sus hermanos. Aquello le conmovió profundamente y
desencadenó en él una crisis que le llevó a su conversión y a su salida
definitiva del catolicismo romano el 30 de enero de 1536.
No
mucho tiempo después fue bautizado y ordenado ministro anabaptista. Su
labor en los Países Bajos fue tan exitosa que allí los anabaptistas
fueron conocidos como menonitas.
El caso del hermano Menno Simons, trae a mi memoria, como el rey Acab
hijo del general Omri, siendo rey de diez de las doce Tribus del pueblo
de Israel, con Jezabel su mujer, quisieron dar muerte al Profeta Elias,
y sin importan el poder económico y político de ellos, Dios le libró.
No importó que su búsqueda, no solo fuese en todo el territorio de
Israel, sino en otras naciones y reinos, como lo confirma 1ro. de Reyes
cap. 18 verso 10: “Vive Jehová tu Dios, que no ha habido nación ni
reino adonde mi señor no haya enviado a buscarte, y todos han
respondido: No está aquí; y a reinos y a naciones él ha hecho jurar que
no te han hallado.” Pero Dios, el Dios de las Santas Escrituras, el que
es Todopoderoso, le libró, porque así se lo ha prometido a cada
verdadero Cristiano, como el lo confirma en Salmos 34 verso 19 y 20:
“Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas le librará
Jehová. El guarda todos sus huesos; ni uno de ellos será quebrantado.
El movimiento bautista en Inglaterra
en el siglo XVII debe ser visto como una rama del puritanismo. Éstos
abogaban por una verdadera reforma de la iglesia de Inglaterra, pero no
todos ellos estaban de acuerdo en lo que eso implicaba.
Algunos
eran puritanos anglicanos que querían purificar la iglesia de todo
vestigio de romanismo. Pero también había puritanos presbiterianos, que
abogaban por un cambio más radical en el gobierno de la iglesia,
tomando como modelo el calvinismo continental. Estos puritanos se
separaron de la iglesia anglicana en el siglo XVI y formaron sus
propias congregaciones. Parece
que algunos de ellos habían recibido cierta influencia anabaptista por
medio de inmigrantes holandeses. Cuando la situación se puso difícil
para ellos, algunos emigraron a Ámsterdam, donde gozaron de tolerancia
religiosa.
Pero no todos huyeron. En la ciudad de Gainsborough,
en Inglaterra, se formó un centro de separatistas, de entre los cuales
surgieron los bautistas en sus dos grandes ramas: los bautistas
generales y los particulares. Los bautistas generales eran arminianos
(llamados así porque creían en la expiación ilimitada o general),
mientras que los bautistas particulares eran calvinistas (creían en la
expiación limitada o particular).
De este grupo sale Juan Smith
(1570-1612), quien estudió en la Universidad de Cambridge, una escuela
de corte puritano. Sabemos que en 1605 o 1606 se unió a una iglesia
congregacional que se reunía clandestinamente en Gainsborough. Más
tarde, y por un asunto de conveniencia, se dividieron en dos grupos.
Pero cuando la persecución arreció, se vieron obligados a emigrar a
Holanda.
Entre 1608 y 1609, y bajo la influencia de los menonitas,
Juan Smith llegó a la conclusión de que tanto él como los miembros de
su iglesia no estaban correctamente bautizados. Pero dado que Juan
Smith no aceptaba completamente las doctrinas menonitas, éste no podía
ser bautizado por ellos con una limpia conciencia; así que se bautizó a
sí mismo y luego a 40 personas más.
Este bautismo no fue hecho
por inmersión, ya que el modo del bautismo no era todavía motivo de
discusión. Para ellos era más importante responder la pregunta: ¿Quién
debe ser candidato el bautismo? Así que para 1609 ya encontramos en
Ámsterdam una iglesia constituida por creyentes bautizados. Más
adelante, Juan Smith se arrepintió de haberse bautizado asimismo y
junto a 30 personas más, en febrero de 1610, solicitaron ser admitidos
en la iglesia menonita. Éstos no fueron aceptados sino hasta enero de
1615; pero Juan Smith ya había fallecido de tuberculosis en agosto de
1612.
Pero no todos los miembros de la iglesia de Juan Smith
estuvieron de acuerdo con él en unirse a la iglesia menonita. Un
pequeño grupo, liderado por Thomas Helwys, decidió formar tienda
aparte; estos retornaron a Inglaterra en 1612.
Allí fundaron la
primera Iglesia Bautista General en suelo inglés, en las afueras de
Londres. Para 1630 ya había otras seis congregaciones bautistas
generales, las cuales mantenían comunión con los menonitas del
continente. En 1644 se habían multiplicado en 47 iglesias. Hasta 1641
practicaban el bautismo por afusión.
Pero los padres históricos
de los bautistas modernos fueron los bautistas particulares o
calvinistas. Esto así porque en el siglo XVIII los bautistas generales
abrazaron el liberalismo teológico y prácticamente desaparecieron del
escenario de Inglaterra.
Por otra parte, fueron los bautistas
particulares quienes “introdujeron una nueva interpretación del
bautismo como un testimonio de la muerte, la sepultura y la
resurrección de Cristo que perdura entre los bautistas modernos”
(Anderson; Historia de los Bautistas; pg. 77); hasta ese entonces el
bautismo era considerado como un símbolo de purificación. De igual
modo, fueron los bautistas particulares quienes restauraron la práctica
del bautismo por inmersión después del 1641.
La primera
congregación bautista de teología calvinista se constituyó en Londres
en 1616 bajo el liderazgo de Henry Jacob (1553-1624). Éste había pasado
un tiempo en Holanda donde había entrado en contacto con puritanos
congregacionalistas. En 1624 emigró a Virginia, colonia americana,
donde murió poco tiempo después.
El siguiente pastor de la
iglesia fue Juan Lathrop, quien estuvo al frente de la congregación
hasta 1634; pero él también se fue al nuevo mundo. Cuatro años después,
Enrique Jessey asumió el pastorado.
No fue sino hasta 1630
cuando está iglesia comenzó a discutir el tema del bautismo. Poco a
poco la iglesia fue asumiendo convicciones que la iban conformando en
una congregación bautista. Pero fue en 1645, el año en que Jessey fue
bautizado por inmersión, cuando esta iglesia vino a ser realmente
bautista.
Anterior a esa fecha, otro grupo se había separado de
la iglesia madre, precisamente por su convicción de que sólo los
creyentes debían ser bautizados. Esta iglesia tuvo como su primer
pastor a Juan Spilsbury. Fue precisamente allí donde, en 1640, surgió
una discusión sobre el modo del bautismo, que finalmente los llevó a la
conclusión de que debía realizarse por inmersión, como simbolismo de
muerte y resurrección (comp. Rom. 6:4 y Col. 2:12).
Este método
fue adoptado por todas las iglesias bautistas, incluyendo las
generales, y así quedó consignado en la Primera Confesión de Fe
Bautista de Londres de 1644.
Para esa fecha, según el
historiador Daniel Neal, había unas 47 iglesias bautistas particulares
o calvinistas en Inglaterra, siete de ellas en Londres. Estas siete
iglesias aprovecharon la libertad política y religiosa que se gozaba en
aquellos días, para aclarar algunos malos entendidos con respecto a los
bautistas, ya que muchos los asociaban con el ala radical del movimiento anabaptista del Continente (que ya vimos en una entrada anterior).
Unos
años más tarde, los bautistas publicaron su segunda Confesión de Fe de
Londres, que había sido redactada en 1677, pero que no había podido ser
publicada por la situación política y religiosa reinante en Inglaterra.
En esta segunda Confesión, conocida como la 1689,
los bautistas quisieron expresar su acuerdo con los demás grupos
reformados de Inglaterra, por lo que siguieron muy de cerca las
definiciones doctrinales de la Confesión de Fe de Westminster, así como
la Confesión de Saboya de los congregacionalistas.
Aunque
diferían de aquellos teólogos en cuanto al gobierno y la membrecía de
la Iglesia, en todas las otras cosas creían prácticamente lo mismo, y
así lo manifestaron públicamente en su Confesión de Fe. Este documento
ha sido, y sigue siendo, la Confesión de Fe de muchas iglesias
bautistas desde entonces. Pero eso lo veremos en otra entrada.
Estimado hermano Sugel. Como le había comentado, yo estuve en el pasado
estudiando mucho sobre la historia de los Bautistas y pues leí buena
cantidad de material al respecto. No se si usted tendrá conocimiento de
un documento escrito por John T. Christian cuando refutó las
publicaciones de William Whitsitt, en este documento hay muy buena
información histórica, y si bien es cierto, está realizado con la
intención de sostener el landmarkismo, que sabemos que no se puede
probar con una honesta investigación histórica, sí me hace reflexionar
en cuanto a la práctica de bautismo por inmersión. Porque si Eduardo VI
y Elizabeth fueron sugergidos (aunque sea de bebés) y si el librod e
oración de 1549 ordenaba realizar el bautismo por inmersión, excepto
que el niño estuviera enfermo, me surge la duda de que los que
practicaran bautismo de creyentes no consideraran antes la inmersión
como su práctica en el bautismo.
He
de confesarle que precisamente por este tipo de investigaciones llegué
por la gracia del Señor a las confesiones antiguas y a convencerme del
desvío casi generalizado de los bautistas modernos de sus raíces
teológicas.
Por lo tanto aclaro que mi observación no se dirige a
reafirmar las premisas landmarkistas sino para cerciorarme de si usted
conocía estos datos y si se está refiriendo específicamente a la
practica de la denominación bautista en Inglaterra.
Continuamos con la serie que hemos
posteando sobre la historia de los bautistas, que, como hemos dicho en
entradas anteriores, se solapa con la historia del puritanismo en
Inglaterra. En la entrada anterior
hablamos del reinado de Enrique VIII y el nacimiento del anglicanismo.
Hoy veremos lo que Dios hizo en Inglaterra luego de la muerte del
monarca. Eduardo VI
Al
morir Enrique VIII, en el 1547, le sucedió en el trono su hijo Eduardo
VI, un joven adolescente, en cuyo corto reinado de apenas 4 años se
llevaron a cabo reformas un poco más profundas. Durante su reinado se
publicó el libro de oración común, el cual introdujo algunos cambios
importantes en la liturgia de la iglesia anglicana.
María Tudor (la sanguinaria)
Pero
Eduardo VI murió en 1553, teniendo apenas 16 años de edad, y le sucedió
en el trono su media hermana María, hija de Catalina. Esta vuelve a
implantar el catolicismo en Inglaterra y desata tal persecución contra
los protestantes que ha sido conocida en la historia como María la
Sanguinaria.
En ese tiempo muchos protestantes huyeron al
Continente donde entraron en contacto con teólogos calvinistas y
adquirieron un entendimiento más claro de las enseñanzas bíblicas. Pero
María no tuvo hijos, de modo que al morir a fines de 1558 le sucedió su
media hermana Isabel, la hija de Ana Bolena.
Isabel I y el puritanismo
Esta
vuelve a implantar el anglicanismo en Inglaterra, muy probablemente por
conveniencia, ya que según el catolicismo ella no era más que una hija
bastarda. En ese momento muchos de los protestantes que huyeron al
Continente regresaron a Inglaterra con la esperanza de que la reina
siguiera profundizando en el proceso de reforma bíblica. Pero se
encontraron con una terrible decepción. La reina Isabel quería seguir
manteniendo en los cultos de la Iglesia anglicana un conjunto de
prácticas que no tenían apoyo alguno en la Palabra de Dios.
Estos
protestantes, en cambio, abogaban por una reforma cabal, donde la
Palabra de Dios fuese la única regla que regulara la doctrina, la vida
práctica y la adoración de los creyentes. Por tal razón a estos
protestantes se les llamó “puritanos” durante el reinado de Isabel I.
Aunque ridiculizados y caricaturizados a lo largo de la historia, el
puritanismo fue uno de los períodos más gloriosos de la historia de la
Iglesia.
R. C. Sproul dice lo siguiente al respecto: “Si hubo
alguna vez un grupo de cristianos que fueran ejemplo de la vida
cristiana, estos fueron los puritanos, quienes fueron vigorosos en la
búsqueda de la santidad personal”.
Estos hombres se oponían
firmemente a que la tradición o el poder del estado impusieran sobre
sus conciencias prácticas que Cristo, la verdadera Cabeza de la
Iglesia, no les hubiese impuesto. Esa lucha entre los puritanos e
Isabel se mantuvo todo el tiempo de su reinado.
Jaime I
Isabel
murió en 1603 sin haber tenido hijos y habiendo expresado su deseo de
ser sucedida en el trono por Jaime I, hijo de María Estuardo y quien ya
era rey en Escocia. María Estuardo era prima de Isabel, biznieta de
Enrique VII y, por lo tanto, su hijo Jaime era un heredero legítimo al
trono de Inglaterra.
Ahora por primera vez ambos reinos,
Inglaterra y Escocia, estaban unidos bajo un mismo monarca. Fue durante
el reinado del rey Jaime que se publicó la versión inglesa de las
Escrituras conocida como King James. Pero este hombre tampoco tenía
ningún interés reformador; aparte de que tenía temor de oponerse a los
obispos anglicanos, por lo que asumió una política más adversa aún al
puritanismo.
Esto provocó un nuevo éxodo de protestantes,
incluyendo el grupo de peregrinos que salieron hacia América en el
Mayflower en el 1620. Estos peregrinos son considerados como los padres
fundadores de los EUA.
Carlos I
Al
morir el rey Jaime le sucedió en el trono Carlos I quien fue todavía
más adverso al puritanismo. Este rey abolió el parlamento, que estaba
lleno de puritanos y gobernó durante 11 años como un dictador, por lo
que se hizo muy impopular en Inglaterra.
En apenas 12 años unos
4,000 puritanos habían salido para América, buscando un lugar donde
pudiesen adorar a Dios con una limpia conciencia. Las imposiciones del
estado sobre la religión se fueron haciendo cada vez más fuertes, lo
que trajo como consecuencia una guerra civil en 1642, con el Parlamento
de un lado, que había sido restablecido unos años antes, y con el rey
Carlos del otro. Finalmente, en 1649, el rey Carlos I fue depuesto y
decapitado, y se inicia el protectorado de Oliverio Cromwell.
El protectorado de Oliverio Cromwell
Fue
durante ese período de guerra civil que el Parlamento convocó a más de
un centenar de teólogos ingleses, escoceses y galeses, quienes se
reunieron durante cuatro años, desde el 1644 al 1648, en la Abadía de
Westminster. Esta asamblea produjo la Confesión de Fe de Westminster, y
dos catecismos: Uno Mayor para la instrucción de los adultos, y uno
Menor para la instrucción de los niños.
Acerca de este grupo de
teólogos que se reunió en aquella Abadía, dijo Richard Baxter lo
siguiente: “Desde los días de los apóstoles no ha habido un Sínodo de
teólogos más excelente que el que se reunió en ese lugar”.
La
influencia que esa Confesión de Fe y esos Catecismos han ejercido en
las iglesias reformadas en todo el mundo ha sido tan profunda que sería
muy difícil evaluarla con precisión. Esta Confesión de Fe sostiene un
punto de vista presbiteriano en cuanto al gobierno de la Iglesia.
Carlos II y la restauración de la monarquía
Antes
de su muerte, en 1658, Cromwell indicó que su sucesor debía ser su hijo
Ricardo, pero éste no tenía las capacidades de su padre, por lo que no
pudo retener el poder. El país estuvo al borde de otra guerra, por lo
que Ricardo renunció a su posición y se retiró a la vida privada. Esto
no dejaba más opción que regresar a la monarquía, de modo que en 1660
sube al trono de Inglaterra Carlos II, el hijo de Carlos I. Aunque
Carlos II garantizó la libertad de conciencia, muy pronto comenzó a
dictar una serie de medidas en contra de los puritanos.
La
primera fue el “Acta de Uniformidad” en 1662, que requería que todos
los ministros del evangelio unificaran los cultos de las iglesias en
torno al Libro de Oración Común. Unos 2,000 pastores se negaron a
hacerlo, porque no podían subscribirse a ese documento con una limpia
conciencia, por lo que fueron expulsados de sus iglesias.
Históricamente
hablando, con el Acta de Uniformidad concluyó la historia del
puritanismo como tal. A partir de ese momento los ministros puritanos
fueron conocidos como “no conformistas” o “disidentes”.
Luego
vino el “Acta de Conventículo”, en 1664, que prohibía la reunión de
cualquier iglesia que no adoptara el Libro de Oración Común. Y un año
después el “Acta de la Cinco Millas”, que prohibía que cualquier pastor
disidente se acercara a su antigua parroquia en un radio de cinco
millas.
Esto provocó que muchos pastores disidentes pusieran por
escrito sus sermones y sus opiniones doctrinales, lo que hizo posible
que hoy pudiéramos tener esa rica herencia puritana a nuestra
disposición.
Uno de los presos más famosos de ese período fue
Juan Bunyan, el cual fue encarcelado en 1660 por rehusarse a dejar de
predicar, pero en cuyo encierro escribió una de las obras maestras de
la literatura inglesa de ese período: “El Progreso del Peregrino”. En
ese período de persecución los tres grupos mayoritarios de creyentes en
Inglaterra, los presbiterianos, los bautistas y los independientes, se
acercaron cada vez más.
Jaime II
Carlos
II murió en 1685 y fue sucedido en el trono por su hermano Jaime II, el
cual profesaba la religión católica. Por esa razón, una de las primeras
cosas que hizo al retornar al poder fue proclamar un “Acta de
Indulgencia” que permitía que las iglesias disidentes del anglicanismo
se reunieran libremente. Eso favoreció a los católicos, así como
también a los protestantes.
Guillermo de Orange
Pero
en 1689 Jaime II fue depuesto, sucediéndole en su lugar Guillermo de
Orange, casado con una hija de Jaime II y la cual era protestante. De
inmediato se dictó un “Acta de Tolerancia”, concediéndole más
libertades aún a los disidentes.
Ese mismo año los bautistas
publicaron su segunda Confesión de Fe de Londres, que había sido
redactada en 1677, pero que no había podido ser publicada por la
situación política y religiosa reinante en Inglaterra. En esta segunda
Confesión, conocida como la 1689, los bautistas quisieron expresar su
acuerdo con los demás grupos reformados de Inglaterra, por lo que
siguieron muy de cerca las definiciones doctrinales de la Confesión de
Fe de Westminster, así como la Confesión de Saboya de los
congregacionalistas.
Aunque diferían de aquellos teólogos en
cuanto al gobierno y la membrecía de la Iglesia, en todas las otras
cosas creían prácticamente lo mismo, y así lo manifestaron públicamente
en su Confesión de Fe. Este documento ha sido, y sigue siendo, la
Confesión de Fe de muchas iglesias bautistas desde entonces.
Qué maravilla estas entradas!! Son de gran instrucción, y nos enseñan
cómo nuestro buen Dios saca bienes de males. Las persecuciones e
intolerancia que bien podrían parecer (y en efecto lo son) negativas,
Dios las usó para que ese maravilloso legado escrito de los puritanos
llegara hasta nosotros! Gloria a Dios!
Muy amado pastor, gracias por compartír lo que Dios le ha dado a tantas
personas en América. A propósito de las Confesiones, estoy leyendo el
prologo de la Confesión de Fe de Westminster traducida por el Rev.
Alonzo Ramírez Alvarado, y no pude evitar glorificar a Dios en tanto y
en cuanto El Soberanamente involucró a los Gobernantes de una Nación y
a los mejores Teólogos para complilar la Fe Reformada en un Credo.
Gracias damos a Dios por su misericordia, y gracias por sus escritos.
Desde el Junko, en Venezuela, y fuerte abrazo...
Pastor Sugel, muchas gracias por escribir este articulo, hace mucho
tiempo queria informarme de cómo fue que acabó el puritanismo y como se
mantuvo la fe de la cristiandad hasta Spurgeon. De verdad fue muy
ilustrativo y de gran bendición.
Se
que no es el medio pero quisiera también darle las gracias por esos
sermones tan enriquecedores. Yo soy de Colombia pero los escucho desde
la red y me alegra el corazon que aun nuestra fe sea predicada tan
fielmente!
La gloria sea para el Señor Jesucristo. Con muchisima alegría: Giselle, hermana en Cristo
Para aquellos que estén interesados
en ampliar sus conocimientos sobre la historia de los bautistas, y
sobre las Confesiones de Fe que los bautistas han producido a través de
la historia, recomiendo la siguiente bibliografía.
Sobre la Historia de los Bautistas:
1. Revolucionarios del Siglo XVI; W. R. Step. 2. Historia de los Bautistas (3Tomos); Justo Anderson. 3. An Introduction to the Baptists; Erroll Hulse. 4. Our Baptist Heritage; Paul Clarke, Don Garlington, Erroll Hulse, David Kingdon, Bill Payne. 5. History of the English Calvinistic Baptist; Robert Oliver. 6. Baptist Roots in America; Samuel Waldron. 7. Rediscovering our English Baptist Heritage: Kiffin, Knollys and Keach; Michael A. G. Haykin.
POR ULTIMO SI QUEREIS SABER SUPER GILIPOLLAS... QUE PIENSAN LOS B-AUTISTAS SOBRE LA TRINIDAD EL INFIERNO... LA BIBLIA ,... Y OTRAS COSILLAS PUES SOLO TENEIS QUE LEER EL SIGUIENTE DOCUMENTO... PERO OS QUEDA CLARO QUE LOS AUTISTAS TIENEN MAS EN COMUN CON LA INFAME RAMERA CATOLICA DE LO QUE ELLOS MISMOS ADMITEN... ¿¿¿O NO???
JAJJAJAJAJAJAJA
http://www.vor.org/truth/espan/1689a.html
CONFESION DE FE BAUTISTA DE
1689
LA CONFESION BAUTISTA
CAPITULO 1 - 10
PREFACIO
En el año 1855, C. H. Spurgeon, el conocido pastor de lo que más tarde fue llamado el
«Tabernáculo Metropolitano» en Londres, Inglaterra, publicó de nuevo la confesión de fe que
ahora presentamos a las iglesias bautistas del mundo hispano en este nuevo estilo, para celebrar
el aniversario número 300 de esta declaración de la fe.
Entre aquellas cosas que creemos firmemente es que no hay nada semejante a la Biblia. Por eso
no atribuimos autoridad alguna a esta confesión. De hecho, Ud. puede ver en el primer capítulo
de esta publicación que todas las doctrinas de hombres deben decidirse por el veredicto bíblico.
(Cap. 1, par. 10)
A pesar de esto, hay quienes que menosprecian los documentos llamados confesiones de fe.
Otros dicen: «Cristo es nuestro credo». Sin embargo, todo el mundo sabe que en el momento en
que decimos, «La Biblia dice tal o cual cosa, y yo la creo), ya hemos hecho una confesión de fe.
Si algunos no creen en la utilidad de escribir y publicar su confesión, respetamos su posición, si
bien diferimos. Por nuestra parte, convencidos de que los que quieren saber en qué creemos
deben ser atendidos, estamos dispuestos pasar el trabajo e incurrir en los gastos necesarios para
cumplir con sus esperanzas. En las siguientes lineas ofrecemos una traducción de parte del
prefacio de la primera edición de esta confesión de fe hecha en 1689, después de mucha
persecución. Dice asi:
Hace muchos años que vimos la necesidad de publicar una confesión de nuestra fe para informar
y satisfacer a aquellos que no entendían nuestros principios, o que tenían prejuicios contra estos
debido a una presentación defectuosa de los mismos. Esta primera confesión fue publicada
cerca del año 1643 en el nombre de 7 congregaciones que se reunían en Londres. Desde aquel
entonces varias ediciones han salido, cumpliendo con nuestro propósito básico. Mas, por ahora
es difícil conseguir un ejemplar de esa confesión, si bien muchos han llegado a creer nuestras
doctrinas. Por lo tanto, consideramos como una necesidad el que todos demos un test¿monio
unido al mundo de que aún nos adherimos a estos principios usando como medio esta
publicación que está en sus manos.
Aunque la sustancia de nuestras creencias es la misma, ustedes observarán que hemos cambiado
el método de expresar nuestra fe. De ahí en adelante ellos explican que la razón por la cual
publicaron su confesión no fue solamente para mostrar su ortodoxia a aquellos que no creían en
el bautismo como los 1 bautistas, sino también para tener un instrumento para la instrucción y la
edificación del pueblo de Dios. Por eso decidieron hacer una delaración más completa y
exacta, aprovechándose de un plan que las iglesias congregacionalistas habían usado cuando
publicaron su confesión de fe (llamado la «Savoy»), o sea, el de copiar la famosa Confesión de fe
Westminster, cambiando mayormente aquellas cosas que tenían que ver con la iglesia, su
organización y sus ordenanzas. La Westmínster es reconocida como la más exacta confesión de
fe reformada debido a los años dedicados a su preparación por los mejores ministros de
Inglaterra y Escocia. Los bautistas defendieron este proceder diciendo que así podrían
mostrar al mundo su acuerdobásico con todos los fundamentos de la fe protestante reformada.
También afirmaron que su propósito no era ser contenciosos o divisivos sino andar en paz con
sus hermanos en todas las doctrinas de la fe. Compartimos los sentimientos de aquellos
ministros que representaban más de cien congregaciones y, animados por nuestros hermanos
hispanos, que rechazan el arminianismo en los países de Centro y Sudamérica, España, Estados
Unidos, República Dominicana y Puerto Rico, hemos publicado esta traducción. Nos pareció
bien seguir el plan de nuestros antepasados, por lo tanto, copiamos la confesión de fe de
Westminster intercalando aquellos cambios hechos por los bautistas através de los tiempos,
utilizando para este propósito una traducción hecha unos años atrás por el pastor David Surpless.
Terminamos esta breve introducción con una cita del pastor C.H. Spurgeon hablando de esta
confesión: Este documento antiguo es un excelente resumen de aquellas cosas creidas entre
nosotros. Aceptamos el mismo no como una regla autoritativa, o como un código de fe, sino
como una ayuda en la controversia, una confirmación en la fe y un medio de edificación en la
justicia. En él los miembros de esta Iglesia tendrán un pequeño resumen doctrinal y por medio
de las pruebas bíblicas alli contenidas estarán preparados para dar una respuesta de la fe que hay
en ellos.
LAS SANTAS ESCRITURAS
1. Las Santas Escrituras son la única toda suficiente, segura e infalible regla del conocimiento,
fe y obediencia salvadoras.1 Aunque la luz de la naturaleza y las obras de creación y de
providencia manifiestan la bondad, sabiduría, y poder de Dios, de tal manera que los hombres
quedan sin excusa, sin embargo, no son suficientes para dar aquel conocimiento de Dios y de su
voluntad que es necesario para la salvación;2 por lo que le agradó al Señor, en varios tiempos y
de diversas maneras revelarse a sí mismo y declarar su voluntad a su Iglesia;3 y además para
conservar y propagar mejor la verdad y para el mayor consuelo y establecimiento de la Iglesia
contra la corrupción de la carne y la malicia de Satanás y del mundo, le agradó dejar esa
revelación por escrito, por todo lo cual las Santas Escrituras son muy necesarias, y tanto mas
cuanto que han cesado ya los modos anteriores por los cuales Dios reveló su voluntad a su
Iglesia.
(1)2Ti. 3:15-17; IS.8:20; LC 16:29,31; Ef. 2:20 (2) Ro. 1:19-21; Ro. 2:14,15; Sal. 19:1-3 (3)He.
1:1 (4)Pr. 22;19-21; Ro. 15:4; 2P. 1:19,20.
2. Bajo el titulo de las Santas Escrituras la palabra de Dios o escrita, se contienen todos los
libros del Antiguo y Nuevo Testamento, y los cuales son como sigue:
ANTIGUO TESTAMENTO
Génesis
1ero de Reyes
Eclesiastés
Abdias
Exodo
2do de Reyes
Cantares
Jonas
Levítico
1ero de Crónicas
Isaías
Miqueas
Números
2.do de Crónicas
Jeremías
Nahúm
Deuteronomio
Esdras
Lamentaciones
Habacuc
Josué
Nehemías
Ezequiel
Sofonias
Jueces
Ester
Daniel
Hageo
Rut
Job
Oseas
Zacarías
1ero de Samuel
Salmos
Joel
Malaquías
2 do de Samuel
Proverbios
Amos
NUEVO TESTAMENTO
Mateo
Efesios
Hebreos
Marcos
Filipenses
Santiago
Lucas
Colosenses
1ra de Pedro
Juan
1ra Tesalonicenses
2da de Pedro
Hechos
2da Tesalonicenses
1ra de Juan
Romanos
1ra Timoteo
2da de Juan
1ra Corintios
2da Timoteo
3ra de Juan
2da Corintios
Tito
Judas
Gálatas
Filemón
Apocalipsis
Todos estos fueron dados por inspiración de Dios para que sean la regla de fe y vida.5 52 Ti.3:16 Toda la Escritura es inspirada por Dios y es útil para la enseñanza, para la
reprensión, para la corrección, para la instrucción en justicia,
3. Los libros comúnmente titulados Apócrifos, por no ser de inspiración divina, no deben
formar parte del canon de las Santas Escrituras, y por lo tanto no son de autoridad para la Iglesia
de Dios, ni deben aceptarse ni usarse sino de la misma manera que otros escritos humanos.6 6LU 24:27,44 Y les dijo: --Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros:
que era necesario que se cumpliesen todas estas cosas que están escritas de mí en la Ley de
Moisés, en los Profetas y en los Salmos.Rom 3:2 Mucho, en todo sentido. Primeramente,
que las palabras de Dios les han sido confiadas.
4. La autoridad de las Santas Escrituras,; por la que ellas deben ser creidas y obedecidas, no
depende del testimonio de ningún hombre o iglesia, sino enteramente del de Dios (quien en si
mismo es la verdad), el autor de ellas; y deben ser creídas porque son la palabra de Dios.7 72 Pe 1:19 ¶ También tenemos la palabra profética que es aun más firme. Hacéis bien en
estar atentos a ella, como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que aclare el
día y el lucero de la mañana se levante en vuestros corazones.20 Y hay que tener muy en
cuenta, antes que nada, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación
privada;21 porque jamás fue traída la profecía por voluntad humana; al contrario, los
hombres hablaron de parte de Dios siendo inspirados por el Espíritu Santo.16 Toda la
Escritura es inspirada por Dios y es útil para la enseñanza, para la reprensión, para la
corrección, para la instrucción en justicia, 1 Te 2:13 ¶ Por esta razón, nosotros también
damos gracias a Dios sin cesar; porque cuando recibisteis la palabra de Dios que oísteis de
parte nuestra, la aceptasteis, no como palabra de hombres, sino como lo que es de veras, la
palabra de Dios quien obra en vosotros los que creéis. 1 Jn 5:9 Si recibimos el testimonio de
los hombres, el testimonio de Dios es mayor; porque éste es el testimonio de Dios: que él ha
dado testimonio acerca de su Hijo.
5 El testimonio de la Iglesia puede movernos e inducirnos a tener para las Santas Escrituras una
estimación alta y reverencial; a la vez el carácter celestial del contenido de la Biblia, la eficacia
de su doctrina, la majestad de su estilo, la armonía de todas sus partes, el fin que se propone
alcanzar en todo el libro (que es el de dar toda gloria a Dios), el claro descubrimiento que hace
del único modo por el cual puede alcanzar la salvación el hombre, la multitud incomparable de
otras de sus excelencias y su entera perfección, son todos argumentos por los cuales la Biblia
demuestra abundantemente que es la palabra de Dios. Sin embargo, nuestra persuasión y
completa seguridad de que su verdad es infalible y su autoridad divina, provienen de la obra del
Espiritu Santo, quien da testimonio a nuestro corazón con la palabra divina y por medio de ella.88 Jn. 16:13,14; 1 Co. 2:10-12; 1 Jn. 2:20, 27
6. Todo el consejo de Dios tocante a todas las cosas necesarias para su propia gloria; y para la
salvación, la fe y la vida del hombre, está expresamente expuesto o implicitamente revelado en
las Escrituras y, a esta revelación de su voluntad, nada será añadido, ni por nuevas revelaciones
del Espiritu, ni por las tradiciones de los hombres.9
Sin embargo, confesamos que la iluminación interna del Espiritu de Dios es necesaria para que
las cosas reveladas en la palabra se entiendan de una manera salvadora,10 y que hay algunas
circunstancias tocante al culto de Dios y al gobierno de la iglesia, comunes a las acciones y
sociedades humanas, que deben arreglarse conforme a la luz de la naturaleza y de la prudencia
cristiana, pero guardándose siempre las reglas generales de la palabra. 11 9 2 Ti 3:15-17, Gá 1:8,9 10 Jn 6:45, 1 Co 2:9-12, 11 1 Co 11:13,14 1 Co 14:26,40
7 Las cosas contenidas en las Escrituras, no son todas igualmente claras ni se entienden
con la misma facilidad por todos; 12 sin embargo, las cosas que necesariamente deben saberse,
creerse y guardarse para conseguir la salvación, se proponen y se declaran en uno u otro lugar de
las Escrituras, de tal manera que no sólo los eruditos, sino aun los que no lo son, pueden adquirir
un conocimiento suficiente de tales cosas por el debido uso de los medios ordinarios.13 122p. 3:16 13 Sal 19:7; Sal 119:130
8. El Antiguo Testamento se escribió en hebreo (que era el idioma común del pueblo de Dios
antiguamente),14 y el Nuevo Testamento lo es en el griego (que en el tiempo en que fue escrito
era el idioma más conocido entre las naciones), porque en aquellas lenguas fueron inspirados
directamente por Dios, y guardados puros en todos los siglos por su cuidado y providencia
especiales. Por esta razón debe apelarse finalmente a los originales en esos idiomas en toda
controversia.15 Como estos idiomas originales no se conocen por todo el pueblo de Dios, el cual
tiene el derecho de poseer las Escrituras y tiene gran interés en ellas, a las que según el
mandamiento debe leer16 y escudriñar17 en el temor de Dios, se sigue que la Biblia debe
traducirse a la lengua vulgar de toda nación a donde sea llevada,18 para que morando abundantemente la palabra de Dios en todos, puedan adorarle de una manera aceptable y para que por la
paciencia y consolación de las Escrituras tengan esperanza. 1914Ro. 3:2 15Is. 8:20 16Hch. 15:15 17Jn. 5:39 181 Co. 14:6,9,11,12,24,28 19Co1. 3:16; Ro. 15:4
9. La regla infalible para interpretar la; Biblia, es la Biblia misma, y por tanto, cuando hay
dificultad respecto al sentido verdadero y pleno de un pasaje cualquiera (cuyo significado no es
múltiple, sino uno solo), éste se puede buscar y establecer por otros pasajes que hablan con más
claridad del asunto. 20 20 P. 1:20,21, Hch. 15:15,16
10. El Juez Supremo por el cual deben decidirse todas las controversias religiosas, todos los
decretos de los concilios, las opiniones de los hombres antiguos, las doctrinas de hombres y de
espiritus privados, y en cuya sentencia debemos descansar, no es ningún otro más que el
veredicto biblico dado por el Espíritu Santo. En tal veredicto descansa la fe.21 21Mt. 22:29-32; Ef. 2:20; Hch. 28:23
CAPITULO 2
DIOS Y LA SANTA TRINIDAD
1. No hay sino un solo Dios, el único viviente y verdadero.1 Existe por si mismo2 y es infinito
en su ser y perfecciones. Su esencia no puede ser comprendida.3 El es espíritu purísimo,4
invisible, sin cuerpo, miembros o pasiones. Solo él posee inmortalidad y habita en luz
inaccesible;5 quien es mm utable,6 inmenso,7 eterno,8 incomprensible, todopoderoso,9 e
infinito. Es santo,10 sabio, libre, absoluto, que hace todas las cosas según el consejo de su
propia voluntad (que es inmutable y justísima)'1 y para su propia gloria.12 También Dios es
amoroso, benigno y misericordioso, longánimo, abundante en bondad y verdad, perdonando
toda iniquidad, transgresión y pecado, galardonador de todos los que le buscan con diligencia,13
y sobre todo muy justo y terrible en sus juicios,14 que odia todo pecado15 y que de ninguna
manera dará por inocente al culpable.16
11 CO 8:4-6 Dt 6:4 2)Jer 10:10, Is. 48:12 3) Ex 3:14 4)Jn 4:24, 5)1 Ti 1:17; Dt 4:15,16 6) Mal. 3:6
7) 1 R. 8:27; Jer.23:23,24, 8) Sal 90:2 9) Gn. 17:1 10)Is 6:3 11)Sal 115:3; Is 46:10 12)Pr. 16:4 Ro 11:36
13) Ex 34:6,7; He 11:6 14)Neh. 9:32,33 15 Sal. 5:5,6 16 Ex. 34:7; Nah. 1:2,3
2. Dios posee en si mismo y por si mismo toda vida,17 gloria, 18 bondad 19 y bienaventuranza,'
es suficiente en todo en sí mismo y respecto a si mismo, no teniendo necesidad de ninguna de las
criaturas que él ha hecho, ni derivando ninguna gloria de ellas, sino que solamente manifiesta su
propia gloria en ellas, por ellas, hacia ellas y sobre ellas. El es la única fuente de todo ser, de
quien, por quien y para quien son todas las cosas,21 teniendo sobre ellas el más soberano
dominio, y, haciendo por ellas, para ellas y sobre ellas toda su voluntad.22
Todas las cosas están abiertas y manifiestas delante de su vista; 23 su conocimiento es infinito,
infalible e independiente de toda criatura, de modo que para él no hay ninguna cosa contingente
o dudosa.24 Es santísimo en todos sus consejos, en todas sus obras 25 y en todos sus mandatos.
Siendo él el creador de los hombres y lós angeles, éstos le deben a él toda adoración, 26 servicio
y cualquier cosa que él pudiera demandar de ellos.
23 He 4:13 24Ez. 11:5;Hch 15:18, 25 Sal 145:17 26Ap. 5:12-14
3. La Divinidad se compone de tres personas: Dios Padre, Dios Hijo (o Verbo) y Dios el
Espíritu Santo. 27 Son uno en sustancia, poder y eternidad. Cada uno es enteramente Dios, pero
a la vez Dios es uno e índivisible. 28 El Padre no es de nadie, ni es engendrado ni procedente
de nadie; el Hijo es engendrado al eterno del Padre, 29 y el Espíritu Santo procede del Padre y
del Hijo. 30 Estas tres personas divinas, siendio un solo Dios eterno, indivisible en su naturaleza
y ser, son distinguidos en las Escrituras por sus relaciones personales dentro le la divinidad, y
por la variedad de obras que efectúan. Su unidad triple (es decir, la Trinidad) es la base esencial
de comunión con Dios y del consuelo que recibimos de nuestra confianza en él.
27i Jn. 5:7; Mt. 28:19: 2Co. 13:14 28Ex. 3:14; Jn. 14:11; 1 Co. 8:6 29Jn. 1:14,18 30 Jn 15:26; Gal.
4:6
CAPITULO 3
EL DECRETO ETERNO DE DIOS
1. Dios desde la eternidad, por el sabio y santo consejo de su voluntad, ordenó libre e
inalterablemente todo lo que sucede.1 Sin embargo, lo hizo de tal manera, que Dios ni es autor
del pecado ni comparte con los pecadores la responsabilidad del pecado2 ni hace violencia a la
voluntad de SUS criaturas, ni quita la libertad ni contingencia de las causas secundarias sino
más bien las establece.3 En todo esto se manifiesta la sabiduria divina al igual que su poder y
fidelidad para efectuar aquello que se ha propuesto.4
1 Is. 46:10; Ef. 1:11; He. 6:17; Ro. 9:15,18 2Stg. 1:13; 1 Jn 1:5 3Hch. 4:27,28; Jn. 19:11 4Nm.
23:19; Ef 1:3-5
Aunque Dios sabe todo lo que puede suceder en toda clase de condición o contingencia que se
puede suponer, 5 sin embargo, nada decretó porque lo preveía como porvenir o como cosa que
sucedería en circunstancias dadas.6
5Hch. 15:18 2.6Ro. 9:11,13,16,18
3. Por el decreto de Dios y para la manifestación de su propia gloria, algunos hombres y angeles
son predestinados (o pre-ordenados) a vida eterna por medio del Señor Jesucristo, 7 para la
alabanza y gloria de su gracia. 8 A los demás, él ha dejado para que sean condenados en sus
pecados, para la alabanza de su gloriosa justicia.9
Ti. 5:21; Mt. 25:34 8Ef. 1:5,6 9Ro. 9:22,23; Jud. 4
4. Estos hombres y ángeles así predestinados y preordenados, están designados particular e
inalterablemente, y su número es tan cierto y definido que ni se puede aumentar ni disminuir. 10 10Jn. 13:18; 2Ti.2:19
5. A aquellos que Dios ha predestinado para vida desde antes que fuesen puestos los
fundamentos del mundo, conforme a su eterno e inmutable propósito y al consejo y beneplácito
secreto de su propia voluntad, los ha escogido en Cristo para la gloria eterna; mas esto por su
libre gracia y puro amor,11 sin cualquiera otra cosa en la criatura como condición o causa que le
mueva a ello.12 11Ef. 1:4,9,11; Ro.8:30; 2TI.1:9; 1 Ts. 5:9 12Ro. 9:13,16; Ef. 2:5,12
6. Así como Dios ha designado a los elegidos para la gloria, de la misma manera, por el
propósito libre y eterno de su voluntad, ha preordenado también 105 medios para ello.13 Por
tanto, los que son elegidos, habiendo caído en Adam, son redimidos por Cristo,14 y en debido
tiempo eficazmente llamados a la fe en Cristo por el Espíritu Santo; son justificados,
adoptados, santificados,15 y guardados por su poder, por medio de la fe, para salvación.16
Nadie más será redimido por Cristo, eficazmente llamado, justificado, adoptado, santificado
y salvado, sino solamente los elegidos.17
13 1 P. 1:2; 2Ts.2:13 141 Ts. 5:9,10 15Ro. 8:30; 2Ts.2:13 16 1 P. 1:5 17Jn. 10:26; Jn. 17:9; Jn.6:64
7 La doctrina de este alto misterio de la predestinación debe tratarse con especial prudencia y
cuidado, para que los hombres, persuadidos de su vocación eficaz, se aseguren de su elección
eterna,18 y atendiendo a la voluntad revelada en la palabra de Dios, cedan la obediencia a ella.
De esta manera esta doctrina proporcionará motivos de alabanza,19 reverencia y admiración a
Dios; y también de humildad,20 diligencia y abundante consuelo a todos los que sinceramente
obedecen al evangelio.21
18 1 Ts. 1:4,5; 2P.1:10 19Ef. 1:6; Ro. 11:33 20Ro. 11:5,6,20 21Lc 10:20
CAPITULO 4
LA CREACION
1. En el principio agradó a Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo,1 para la manifestación de la
gloria de su poder,2 sabiduría y bondad eternas, crear o hacer el mundo y todas las cosas que
en él están, ya sean visibles o invisibles, en el espacio de seis días y todas muy buenas.3
1Jn. 1:2,3; He. 1:2; Job 26:13 2Ro. 1:20 3Col. 1:16; Gn. 1:31 1
2. Después que Dios hubo creado todas las demás criaturas, creó al hombre, varón y hembra,4
con alma racional e inmortal,5 y en toda manera posible les preparó para una vida en armonía
con él. Fueron creados a su imagen, dotados de conocimiento, justicia y santidad
verdadera,6 teniendo la ley de Dios escrita en su corazón,7 y dotados del poder de cumplirla;
sin embargo, había la posibilidad de que la quebrantaran dejados a la libertad de su voluntad
que era mudable.8
4 Gn. 1:27 5 Gn. 2:7 6Ec. 7:29; Gn. 1:26 7Ro 2:14,15 8 Gn. 3:6
Además de esta ley escrita en su corazón, recibieron el mandato de no comer del árbol de la
ciencia del bien y del mal, 9 y mientras guardaron este mandamiento, fueron felices, gozando de
comunión con Dios, y teniendo dominio sobre las criaturas.10
9Gn.2:17 3 10 Gn 1:26,28
CAPITULO 5
PROVIDENCIA
1. Dios, el buen creador de todo, en su poder y sabiduría infinita, sostiene, dirige, dispone y
gobierna a todas las criaturas y cosas,1 desde la más grande hasta la más pequeña,2 por su sabia
y santa providencia. Dios cumple con los propósitos para los cuales él creó estas cosas,
conforme a su presciencia infalible, y al libre e inmutable consejo de su propia voluntad, para la
alabanza de la gloria de su sabiduría, poder, justicia, bondad y misericordia.3
1He. 1:3;Job 38:11;Is. 46:10,11;Sal. 135:6 2Mt. 10:29-31 3Ef. 1:11 4Hch. 2:23 5 Pr. 16:33
6gn. 8:22
2. Aunque con respecto a la presciencia y decreto de Dios, causa primera, todas las cosas
sucederán inmutable e infaliblemente,4 de modo que nada ocurre por suerte o fuera de la esfera
de su providencia;5 sin embargo, por la misma providencia las ha ordenado de tal manera, que
sucederán conforme a la naturaleza de las causas secundarias, sea necesaria, libre o
contingentemente.6
3. Dios en su providencia ordinaria hace uso de medios;7 a pesar de esto, él es libre para obrar
sin ellos,8 sobre ellos,9 y contra ellos,10 según le plazca.
7Hch. 27:31,44; Is. 55:10,11 8 Os. 1:7 9Ro. 4:19-21 10Dn. 3:27
4. El poder todopoderoso, la sabiduría inescrutable y la bondad infinita de Dios se manifiestan
en su providencia de tal manera que su propósito soberano se extiende aun hasta la primera
caída y a todos los otros pecados de los ángeles y de los hombres,11 y esto no sólo por un mero
permiso, sino que él sabia y poderosamente limita, ordena y gobierna,12 en varias formas, las
acciones pecaminosas de tal manera que éstas llevan a cabo sus designios santos,13 pero de tal
modo, que lo pecaminoso procede sólo de la criatura, y no de Dios, quien es justísimo y
santísimo, y por eso, no es, ni puede ser el autor o aprobador del pecado.14
11Ro. 11:32-34; 25.24:1; 1 Cr. 21:1 122 R. 19:28; Sal. 76:10 130n. 50:20; Is. 10:6,7,12 14Sa1. 50:21;
1 Jn. 2:16
5. El todo sabio, justo y benigno Dios, a menudo deja por algún tiempo a sus hijos en las
tentaciones multiformes y en la corrupción de sus propios corazones, a fin de corregirles de sus
pecados anteriores o para descubrirles la fuerza oculta de la corrupción, para humillarlos, y para
infundir en ellos el sentimiento de una dependencia más íntima y constante de él para su apoyo,
y para hacerles más vigilantes contra todas las ocasiones futuras del pecado, y para otros muchos
fines santos y justos.15
152 Cr. 32:25,26,31; 2 Co. 12:7-9 16 Ro. 8:28
Su santo y justo propósito es obrado de tal forma que todo lo que ocurre a sus elegidos es según
su designio, para su gloria y para el bien de ellos.16
6. En cuanto a aquellos hombres malvadose impíos a quienes Dios como juez justo ha cegado y
endurecido a causa de sus pecados anteriores,17 no sólo les retira su gracia por la cual podrían
haber alumbrado sus entendimientos y ejercitado sus corazónes,18 sino también algunas veces
les retira los dones que ya tenían,19 y los deja expuestos a objetos que son causa de pecado
debido a la corrupción humana,20 y a la vez les entrega a sus propias concupiscencias, a las
tentaciones del mundo y al poder de Satanas,21 de donde sucede que se endurecen bajo los
mismos medios que Dios emplea para ablandar a los demás.22
17Ro. 1:24-26,28; Ro. 11:7,8 18Dt. 29:4 19 Mt. 13:12 20 Dt 2:30; 2 R. 8:12,13 2 Ts. 2:10-12 22 Ex
8:15,32; Is.6:9,10; 1 P.2:7,8
7. Así como la providencia de Dios alcanza, en general a todas las criaturas, así también de un
modo especial cuida a su Iglesia y dispone todas las cosas para el bien de ella. 23
23 1 Ti. 4:10; Am. 9:8,9; Is 43:3-5
CAPITULO 6
LA CAIDA DEL HOMBRE, EL PECADO Y SU CASTIGO
1. El hombre, según vino de la mano de Dios, su creador, era perfecto y limpio. La ley justa que
Dios le dio hablaba de vida condicionada a su obediencia y amenazaba con muerte la
desobediencia.1 La obediencia de Adán fue muy corta. Satanás usó la sutil serpiente para traer a
Eva al pecado y entonces ella sedujo a Adán, quien sin ninguna fuerza de afuera, libremente
violó la ley bajo la cual habían sido creados y también el mandamiento de Dios de no comer del
fruto prohibido.2 Plugo a Dios, conforme a su sabio y santo propósito, permitir este pecado
proponiéndose ordenarlo para su propia gloria.
1Gn. 2:16,17 2Gn. 3:12,13;2 Co. 11:3
2. Por este pecado, nuestros primeros padres cayeron de su justicia original y perdieron la
comunión con Dios. El pecado de ellos nos envolvió a todos y a través de este pecado la muerte
pasó a todos.3 Todos los hombres vinieron a ser muertos en pecado,4 y totalmente
corrompidos en todas las facultades y partes del alma y del cuerpo.5
3Ro. 3:23 4Ro. 5:12-21 5Tit 1:15;Gn. 6:5; Jer. 17:9; Ro. 3:1~19
3. Siendo ellos la raíz de la raza humana, y por la ordenanza de Dios estando Adan en el lugar de
toda la humanidad, la culpa de este pecado fue imputada a su posteridad, y la naturaleza
corrompida se transmitió a aquella que desciende de ellos según la generación ordinaria.6 Todos
los hombres, siendo concebidos en pecado,7 y por naturaleza hijos sujetos a la ira de Dios,8
siervos del pecado y sujetos a la muerte,9 son dados a inexplicables miserias espirituales,
temporales y eternas, a no ser que el Señor Jesucristo los libere.10
6 Ro. 5:12-19; 1 Co. 15:21,22,45,49 7Sal. 51:5; Job 14:4 8Ef. 2:3 9Ro. 6:20; 5:12
10 He.2:14,15;1 Ti. 1:10
4. De esta corrupción original, por la cual carecemos de disposición y aptitud para todo bien y
estamos opuestos a este bien, así como enteramente inclinados a todo mal,11 dimanan todas
nuestras transgresiones actuales.12
11Ro. 8:7; Col. 1:2112Stg. 1:14; Mt. 15:19
5. Esta corrupción de naturaleza dura toda esta vida aun en aquellos que son regenerados;13 y,
aun cuando sea perdonada y amortiguada por medio de la fe en Cristo, sin embargo, ella, y
todos los efectos de ella son verdadera y propiamente pecado.14
13Ro. 7:18,23;Ec. 7:20;1Jn. 1:8 14Ro. 7:23-25;Gá. 5:17
CAPITULO 7
EL PACTO DE DIOS
1. La distancia que media entre Dios y la criatura es tan grande, que aun cuando las criaturas
racionales le deben obediencia como a su creador, sin embargo, ellas no podrán nunca llegar a
vida espiritual, si no es por alguna condescendencia voluntaria de parte de Dios, habiéndole plac
ido a éste expresarla por medio de un pacto.1
1Lc. 17:10; Job 35:7,8
2. Ademas, ya que el hombre, por razón de su caída en el pecado, se colocó a sí mismo bajo la
maldición de la ley de Dios,2 le plació al Señor hacer un pacto de gracia, según el cual Dios
ofrece libremente a los pecadores vida y salvación por Jesucristo,3 exigiéndoles la fe en éste
para que puedan ser salvos, y prometiendo dar su Espíritu Santo a todos aquellos que ha
ordenado para vida eterna, dándoles así voluntad y capacidad para creer.4
2Gn. 2:17; Gá. 3:10 3Ro. 8:3;Mr. 16:15,16; Jn. 3:16 4 Ez. 36:26,27; Jn. 6:44,45; Sal. 110:3
3. El pacto de Dios es revelado en el evangelio; en primer lugar a Adán en la promesa de
salvación a través de la simiente de la mujer,5 y luego, paso a paso hasta la entera revelación de
salvación en el Nuevo Testamento.6 La salvación de los elegidos esta basada en un pacto de
redención que fue trazado en la eternidad entre Dios Padre e Hijo,7 y es únicamente a través
de la gracia dada en este pacto que todos los descendientes del Adán caído, quienes han sidos
salvados, han obtenido vida e inmortalidad bendita, pues los términos de bendición que
aplicaban a Adán en su estado de inocencia no son aplicables a su posteridad para hacerles
acceptables ante Dios.8
5Gn. 3:15 6He. 1:1 7 2Ti. 1:9; Tit. 1:2 8He. 11:6,13; Ro. 4:1,2,etc.; Hch. 4:12; Jn.8:56
CAPITULO 8
CRISTO EL MEDIADOR
1. Agradó a Dios en su propósito eterno, escoger y ordenar al Señor Jesucristo, su unigénito
Hijo, de acuerdo al pacto en el cual habían entrado, para que fuese el mediador entre Dios y el
hombre,1 como tal, él es pro feta,2 sacerdote3 yrey,4 el salvador y cabeza de su Iglesia,5el
heredero de todas las cosas,6 y juez mundo;7 desde la eternidad le de todo el dio Dios un pueblo
para que fuese su simiente y para que a su debido tiempo lo redimiera, llamara, justificara,
santificara y glorificara.8;
1Is.4Z-1; 1 P. 1:19,20; 2Hch. 3:22 3He. 5:5,6 4 Sal 2:6; 5Ef. 1:22,23 6Hc. 1:2 7Hch. 17:31 8Is. 53:10
Jn. 17:6; Ro. 8:30
2. El Hijo de Dios, la segunda persona de la Santa Trinidad, siendo verdadero y eterno Dios, la
brillantez de la gloria de su Padre, igual y de una sustancia con Él, quien hizo el mundo y
mantiene y gobierna todas las cosas que ha hecho, habiendo llegado la plenitud del tiempo,
tomó sobre si la naturaleza del hombre con todas sus propiedades esenciales y con sus
debilidades comunes,9 mas sin pecado.10 Fue concebido por el Espíritu Santo en el vientre de la
Virgen Maria, una mujer perteneciente a la tribu de Judá. El Espíritu Santo vino sobre ella y el
poder de Dios la cubrió. Y así, según las Escrituras, fue hecho él de una mujer, descendiente de
Abraham y David.11 Así que, dos naturalezas perfectas y distintas, se unieron
inseparablemente en una persona, pero sin conversión, composición o confusión alguna. Esta
persona es verdadero Dios y verdadero hombre, un Cristo, el único mediador entre Dios y el
hombre.12
9Jn. 1:14;Gá. 4:4 10RO. 8:3; He. 2:14,16,17; He. 4:15 11Mt. 1:22,23; Lc.1:27,31,35 12Ro. 9:5;
lTi.2:5
3. El Señor Jesús, en su naturaleza humana unida así a la divina, en la persona del Hijo, fue
ungido y santificado cón el Espíritu Santo sobre toda medida,13 y posee todos los tesoros de la
sabiduría y del conocimiento,14 pues agradó al Padre que en él habitase toda plenitud,15 a fin de
que siendo santo, inocente, inmaculado,16 lleno de gracia y de verdad,17 fuese del todo apto
para desempeñar los oficios de mediador y fiador.18 Cristo no tomó por sí mismo estos oficios,
sino que fue llamado para ello por su Padre,19 quien puso en él todo juicio y poder, y le autorizó
para que desempeñara tales oficios.20
13 Sal. 45:7; Hch. 10:38; Jn 3:34 14Co1. 2:3 15Col 1:19 16He. 7:26 17Jn. 1:14 18He. 7:22 19He. 5:5 20
Jn. 5:22,27; Mt. 28:18; Hch. 2:36
4. El Señor Jesús, con la mejor voluntad tomó para si estos oficios,21 y para desempeñarlos,
se puso bajo la ley,22 la que cumplió perfectamente. También sufrió el castigo que nos tocaba a
nosotros y que debíamos haber sufrido,23 pues él llevó nuestros pecados y fue acusado en
nuestro lugar.24 Padeció dolores en su alma más allá de nuestro entendimiento y los más
grandes sufrimientos en su cuerpo:25 fue crucificado y murió, y permaneció bajo el poder de la
muerte, aun cuando no vio corrupción.26 Al tercer día se levantó de entre los muertos27 con el
mismo cuerpo que tenía cuando sufrió,28 con el cual también ascendió al cielo29 donde se
sentó a la diestra del Padre. Allí intercede por su pueblo,30 y cuando sea el fin del mundo,
volverá para juzgar a los hombres y a los ángeles.31
21Sal. 40:7,8; He. 10:5-10; Jn. 5:18 22Gá. 4:4; Mt. 3:15 23 Gá 3:13; Is. 53:6; 1 P. 3:18 24 2 Co.
5:21 25Mt. 26:37,38;Lc 22:44; Mt. 27:46 26Hch. 13:37 271 Co. 15:3,4 28Jn. 20:25,27 29Mr.16:19;
Hch. 1:9-11 30 Ro 8:34; He. 9:24 31Hch. 10:42;Ro. 14:9,10;Hch. 1:11;2 P. 2:4
5. El Señor Jesucristo, por su perfecta obediencia y por el sacrificio de sí mismo que ofreció una
sola vez por el Espíritu eterno de Dios, ha satisfecho plenamente a la justicia de Dios.32 El ha
efectuado la reconciliación y ha comprado un herencia eterna en el reino de los cielos para todos
aquellos dados a él por el Padre.33
32He. 9:14; Re. 10:14; Ro. 3:25,26 33 Jn. 17:2; He.9:15
6. Aun cuando el precio de la redención no fue actualmente pagado, sino hasta la encarnación,
sin embargo, la virtud, la eficacia y los beneficios de ella, se comunicaban a los escogidos en
todas las épocas transcurridas desde el principio, en las promesas, tipos y sacrificios, y por
medio de estas cosas, por las cuales Cristo fue revelado y designado como la simiente que
quebrantaria la cabeza de la serpiente,34 y como el cordero inmolado desde la fundación del
mundo;35 siendo él, el mismo ayer, hoy y por siempre.36
341 Co. 10:4; He. 4:2; 1 P. 1:10,11 35Ap. 13:8 36He. 13:8
7. Cristo en su oficio de mediador, obra ; conforme a sus dos naturalezas, haciendo por cada
una de éstas lo que es propio de cada una de ellas; mas por razón de la unidad de la persona, lo
que es propio de una naturaleza, se le atribuye algunas veces en la Escritura a la persona
denominada por la otra naturaleza.37
37Jn.3:13 Hch. 20:28 38 Jn 6:37; Jn. 10:15,16;Jo. 17:9;Ro. 5:10 39Jn. 17:6;Ef. 1:9;1 Jo. 5:20 40Ro.
8:9,14 41 Sa1. 110:1; 1 Co. 15:25,26 42Jn 3:8;Ef. 1:8
8. A todos aquellos para quienes Cristo ha obtenido eterna redención, cierta y eficazmente les
aplica y comunica la misma, haciendo intercesión por ellos,38 uniéndoles a él por su Espiritu,
revelándoles en la palabra y por medio de ella el misterio de la salvación, persuadiéndoles
eficazmente a creer y a obedecer,39 gobernando el corazón de ellos por su palabra y
Espíritu,40 y venciendo a todos sus enemigos por su gran poder y sabiduría,41 y de la manera y
por los caminos que están más en conformidad con su maravillosa e inescrutable dispensación.
Todas estas cosas son hechas en su libre y soberana gracia e incondicionalmente, ya que nada de
mérito es previsto por él en sus elegidos.42 eterno de Dios, ha satisfecho plenamente a la
justicia de Dios.32 El ha efectuado la reconciliación y ha comprado un herencia eterna en el
reino de los cielos para todos aquellos dados a él por el Padre.33
32He. 9:14; He. 10:14; Ro. 3:25,26 33Jn. 17:2; He.9:15
6. Aun cuando el precio de la redención no fue actualmente pagado, sino hasta la encarnación,
sin embargo, la virtud, la eficacia y los beneficios de ella, se comunicaban a los escogidos en
todas las épocas transcurridas desde el principio, en las promesas, tipos y sacrificios, y por
medio de estas cosas, por las cuales Cristo fue revelado y designado como la simiente que
quebrantaría la cabeza de la serpiente,34 y como el cordero inmolado desde la fundación del
mundo;35 siendo él, el mismo ayer, hoy y por siempre.36
34 1Co. 10:4;He. 4:2;1 P. 1:10,1135Ap. 13:8 36He. 13:8
7. Cristo en su oficio de mediador, obra 37 Jn. 3:13; conforme a sus dos naturalezas, haciendo
Hch. 20:28 por cada una de éstas lo que es propio de cada una de ellas; mas por razón de la
unidad de la persona, lo que es propio de una naturaleza, se le atribuye algunas veces en la
Escritura a la persona denominada por la otra naturaleza.37
8. A todos aquellos para quienes Cristo ha obtenido eterna redención, cierta y eficazmente les
aplica y comunica la misma, haciendo intercesión por ellos,38 uniéndoles a él por su Espíritu,
revelándoles en la palabra y por medio de ella el misterio de la salvación, persuadiéndoles
eficazmente a creer y a obedecer,39 gobernando el corazón de ellos por su palabra y
Espíritu,40 y venciendo a todos sus enemigos por su gran poder y sabiduría,41 y de la manera y
por los caminos que están más en conformidad con su maravillosa e inescrutable dispensación.
Todas estas cosas son hechas en su libre y soberana gracia e incondicionalmente, ya que nada de
mérito es previsto por él en sus elegidos.42
38Jn. 6:37; Jn. 10:15,16; Jn. 17:9; Ro. 5:10 39Jn. 17:6; Ef. 1:9; 1 Jn. 5:20 40Ro. 8:9,14 41Sal. 110:1;
1 Co. 15:25,26 42 Jn. 3:8; Ef. 1:8
CONFESION DE FE BAUTISTA DE 1689
9 Cristo, y Solo Cristo puede ser mediador entre Dios y los hombres. El es el profeta, sacerdote
y rey de la Iglesia de Dios. Su oficio de mediador no puede ser transferido a ningún Otro,
10. El triple oficio de Cristo es necesario para nosotros. Por nuestra ignorancia estamos en
necesidad de su oficio profético;44 por nuestra separación de Dios y la imperfección de
nuestros servicios, aun cuando sean lo mejor, necesitamos su oficio sacerdotal para
reconciliarnos con Dios y hacernos aceptables a él;45 y debido a que nosotros hemos dado la
espalda a Dios y estamos completamente incapacitados para volver a él y también porque
necesitamos ser rescatados y asegurados de nuestros adversarios espirituales, necesitamos su
oficio como rey para convencer, controlar, atraer, sostener, librar y preservarnos hasta que
finalmente entremos en su reino celestial.46
44Jn.1:18 ~ 1:21; Gá. 5:17 461n. 16:8; Sal. 110:3; L£. 1:74,75
CAPITULO 9
EL LIBRE ALBEDRIO
1Mt. 17:12; 1. Dios ha dotado la voluntad del Stg. 1:14; hombre de una y un Dt.30:19 libertad
natural, poder para actuar a base de decisión propia, que no es forzada ni obligada a hacer bien o
mal, por ninguna necesidad de la naturaleza.12Ec. 7:29 36n. 3:6 4Ro. 5:6; 8:7
2. El hombre en su estado de inocencia, tenía libertad y poder para querer y hacer lo que era
bueno y agradable a Dios,2 pero era mutable y podía caer de dicho estado.3 3. El hombre, por
su caída a un estado de pecado, perdió completamente toda capacidad para querer algún bien
espiritual que acompañe a la salvación.4 Así es que como hombre natural que está enteramente
opuesto a ese bien y muerto en el pecado5 no puede por su propia fuerza convertirse a sí mismo
o prepararse para ello.6
5Ef.2:1,5 Tit. 3:3-5; Jn. 6:44
4. Cuando Dios convierte a un pecador y le pone en el estado de gracia, le libra de su estado de
servidumbre natural bajo el pecado,7 y por su gracia solamente lo capacita para querer y obrar
libremente lo que es bueno en lo espiritual;8 sin embargo, por razón de la corrupción que aún
queda, el converso no quiere ni perfecta ni únicamente lo que es bueno, sino también lo que es
malo.9
7Col. 1:13; Jn. 8:36 8FiI. 2:13 9Ro. 7:15,18,19,21,23 10Ef. 4:13
5. El libre albedrío del hombre será perfecto y inmutablemente l~bre para querer tan sólo lo
que es bueno, únicamente en el estado de la gloria.10
CAPITULO 10
EL LLAMAMIENTO EFICAZ
1. A aquellos a quienes Dios ha predestinado para vida, le agrada en su tiempo señalado y
aceptado, llamar eficazmente1 por su palabra y Espíritu, sacándolos del estado de pecado y
muerte en que se hallaban por naturaleza para darles vida y salvación por Jesucristo.2 Esto lo
hace iluminando espiritualmente su entendimiento, a fin de que comprendan las cosas de Dios;3
quitándoles el corazón de piedra y dándoles uno de carne,4 renovando sus voluntades y por su
poder soberano determinándoles a hacer aquello que es bueno, y llevándoles eficazmente a
Jesucristo;5 de tal manera que ellos vienen con absoluta libertad, habiendo recibido por la gracia
de Dios la voluntad de hacerlo. 6
1Ro. 8:30; 11:7; Ef. 1:10,11; 2Ts.2:13,14 2Ef. 2:16 3Hch. 26:18; Ef. 1:17,18 4Ez.36:26 5Dt. 30:
Ez. 36:27; Ef. 1:19 6Sal. 110:3; Cnt. 1:4
2. Este llamamiento eficaz depende de la libre y especial gracia de Dios y de ninguna manera de
alguna cosa prevista en el hombre, 7 el cual es en esto enteramente pasivo, hasta que siendo
vivificado y renovado por el Espíritu Santo,8 adquiere la capacidad de responder a este
llamamiento y de recibir la gracia ofrecida y trasmitida en él. Esto sucede por el mismo poder
que obró la resurrección de Cristo de los muertos.9
7 2 Ti 1:9; Ef 2:8 81 Co. 2:14;Ef. 2:5; Jn. 5:25 9 Ef.1:19,20
3. Los niños elegidos 10que mueren en la infancia, son regenerados y salvados en Cristo por
medio del Espíritu,11 quien obra cuándo, dónde y cómo quiere.12 Lo mismo sucederá con todas
las personas elegidas que sean incapaces de ser llamadas externamente por el ministerio de la
palabra.
10 Elegidos no aparece en la versión original.11Jn 3:3,5,6 12Jn. 3:8
4. Otras personas no elegidas, aun cuando sean llamadas por el ministerio de la palabra y
tengan algunas de las opera 1 in. 2:24,25 ciones comunes del Espíritu,13 como no son
efectivamente traidos por el Padre, no pueden ni quieren venir verdaderamente a Cristo, y por lo
mismo no pueden ser salvas;14 mucho menos pueden los que no reciben la religión cristiana,
salvarse de alguna otra manera, aun cuando sean diligentes en ajustar sus vidas a la luz de la
naturaleza y a la ley de la religión que profesan.15
13Mt. 22:14;Mt.13:20,21; He. 6:4,5 14 Jn 6:44,45,65;15 Hch. 4:12;Jo. 4:22; 17:3
LA PAGINA BAUTISTA OFICIAL TE LO DICE CLARO, SUS ORIGENES REALES HISTORICOS SON DE LOS ANABAPTISTAS Y LOS MENONITAS , ESTO EN EL SIGLO 17 !!!
ESTO LO QUE MARCA LA IGLESIA BAUTISTA Y LO ACEPTA PORQUE COMO DICEN ES LO QUE HISTORICAMENTE ES LO REAL Y ACEPTADO!
JAAAAAAAAA
dice: Los verdaderos bautistas admiran a Juan el Bautista como un personaje auténtico bíblico, digno de imitar, como a todos los demás caudillos bíblicos, pero nos rehusamos en llevar un nombre en honor de un hombre.
a quien SI le cambio el nombre fue a su apostol que se llamaba SIMON y le puso PEDRO por ejemplo
Pero eso no es el tema, lo que me da risa es que tu quieres dar a decir que BAUTISTA si es correcto llamarle a una congregacion por Juan el bautista, JESUS NO LE PUSO ESE NOMBRE , a Juan ASI SE LE CONOCIA YA, y ademas ,,,,
jueves 7 de enero de 2010
1. Historia de los Bautistas: El problema del origen
¿De dónde surgen los bautistas y cuáles eran sus distintivos?
Algunos relacionan el origen de los bautistas con grupos antipaidobautistas que aparecieron muy temprano en la historia. Estos historiadores piensan que la denominación bautista tiene un parentesco espiritual con aquellos que se opusieron al bautismo infantil, como los novacianos (s. III), los donatistas (s. IV), los paulicianos (s. V), los valdenses (s. XII), y así sucesivamente.
Otros sostienen que la historia bautista se remonta al tiempo de los apóstoles. Éstos historiadores, llamados “sucesionistas” por su insistencia en poder trazar una sucesión de creyentes bautistas que algunos llevan hasta Juan el Bautista incluso, pretenden poseer todos los eslabones de una cadena que nos lleva hasta la iglesia primitiva.
Pero, si bien es cierto que el espíritu no conformista que caracterizó a los bautistas puede rastrearse a través de toda la Historia de la Iglesia y que el movimiento bautista guarda cierta relación o parentesco con algunos de estos grupos medievales, la denominación bautista como tal nace en Inglaterra en el siglo XVII.
A partir de ese punto en la historia se puede verificar una línea ininterrumpida de iglesias hasta nuestros días. Poca importancia tiene la antigüedad de la denominación; lo que importa es la base teológica que sustenta las convicciones doctrinales que caracterizan a los bautistas como tales. Como bien señala el historiador Justo Anderson:
“El bautista es un cristiano apostólico, puesto que una iglesia, aunque recién organizada sí lo es sobre el Nuevo Testamento, es más apostólica que aquella Iglesia que puede trazar su sucesión a los apóstoles, pero, que se ha apartado de los principios apostólicos. La cuestión de la veracidad es mucho más importante en el estudio de la historia bautista que la cuestión de la antigüedad, porque la antigüedad de principios es muy distinta a la antigüedad de organización” (Historia de los Bautistas; Tomo I; pg. 39).
Y más adelante añade: “Este es el dilema de la historia bautista. Es, al mismo tiempo, vieja y nueva” (op. cit.; pg. 40). Si el Señor lo permite, espero postear mañana una entrada sobre los precursores de los bautistas.
© Por Sugel Michelén. Todo pensamiento cautivo. Usted puede reproducir y distribuir este material, siempre que sea sin fines de lucro, sin alterar su contenido y reconociendo su autor y procedencia.
3 comentarios:
La historia de los bautistas es tan apasionante como discutida por los historiadores.
Partiendo de la base que la Iglesia nace de Jesucristo, hubieron muchos movimientos precursores, algunos fugaces y otros permanentes, algunos que quedaron casi como los movimientos originales postreformados y otros que fueron agiornandose.
Hay algunos que marcan el episodio del primer bautismo reformado en el que participaron Blaurock y Grebel (los Hermanos Suizos), entre otros, como el primer paso consistennte y duradero. Pero , como dije, hay otros puntos dela historia, incluso americana, dignos de mencionar.
Hermoso tema.
Bendiciones!
Alexander (http://elcaminoangosto.org)
viernes, 8 de enero de 2010
2. Historia de los Bautistas: Los precursores suizos y moravos
Grebel, Blaurock y Manz
En 1521 se unió a este grupo un joven llamado Conrad Grebel (1448-1526), que había iniciado sus estudios humanistas unos años antes en las universidades de Basilea, Viena y París. Zwinglio introdujo a estos jóvenes al estudio del Nuevo Testamento griego, de tal manera que algunos de ellos, no sólo hicieron profesión de fe, sino que también se convirtieron en celosos reformadores. Grebel era uno de ellos.
Pero pronto surgieron algunos problemas. Menos de tres años después, algunos de estos jóvenes llegaron a ciertas convicciones distintas a las de Zwinglio; entre los puntos de divergencia estaba el asunto del bautismo infantil y la relación de la Iglesia con el estado.
Dado que no pudieron ponerse de acuerdo con su mentor y maestro, el 21 de enero de 1525 un grupo de 15 hombres se reunió en la casa de Félix Manz para determinar lo que habrían de hacer, ya que el municipio de Zurich les había dado ocho días de plazo para retractarse de sus convicciones y bautizar a sus hijos.
Uno de los presentes esa noche proveyó el siguiente relato: “Sucedió que estábamos juntos hasta que cayó sobre nosotros una tremenda ansiedad... Caímos de rodillas ante el Dios Altísimo y oramos que nos indicase su voluntad divina... porque no fue una cosa de carne y de sangre que los impulsaba, puesto que bien sabían que significaba sufrimiento. Después de la oración, Jorge Cajacob se levantó y rogó que Conrado Grebel le bautizase con el bautismo cristiano correcto en base a su fe y conocimiento” (Justo Anderson; Historia de los Bautistas; Tomo II, pg. 36).
Grebel bautizó a Cajacob (también conocido como Blaurock) quien procedió de inmediato a bautizar a todos los demás. Así quedó constituida la primera iglesia de los hermanos suizos. “Está claro que fue esta la acción más revolucionaria de la Reforma. Ningún otro suceso simbolizó tan completamente el rompimiento con Roma. Aquí, y por primera vez durante la reforma, un grupo de cristianos se atrevió a formar una Iglesia según se pensaba que era el modelo del Nuevo Testamento” (W. R. Step; Revolucionarios del Siglo XVI; pg. 19).
A partir de ese momento Grebel se dedicó a una intensa labor evangelística; comenzaron a tener cultos en las casas y a practicar el bautismo a creyentes, por lo que fueron llamados “anabaptistas” o “rebautizadotes”.
Esto desató una fuerte persecución contra ellos. Finalmente Grebel fue arrestado y encarcelado en Noviembre del 1525 junto con Blaurock y Manz. Grebel pudo escapar de su encarcelamiento y publicar un tratado sobre el bautismo; pero murió víctima de la peste alrededor de agosto de 1526.
Baltasar Hubmaier
A la par de este movimiento originado en Zurich, algo similar ocurría en Moravia, en relación con el ministerio de Baltasar Hubmaier (1480-1528), uno de los hombres más importantes del movimiento anabaptista.
Hubmaier nació cerca de Augsburgo, en el seno de una familia humilde. Estudió en la Universidad de Friburgo, donde fue alumno de Juan Eck. Ambos se profesaban una gran admiración, de tal modo que, cuando Eck dejó la universidad de Friburgo para enseñar en la Universidad de Ingolstad, Hubmaier se fue tras él, llegando a recibir allí su título de Doctor en Teología el 29 de septiembre de 1512.
Luego fue ordenado sacerdote y nombrado como predicador y capellán de la Universidad, llegando a ser vicerrector en 1515. Al año siguiente dejó Ingolstad para venir a ser el párroco de la Catedral de Regensburgo. Allí se vio envuelto en una campaña antisemita que desembocó finalmente en la expulsión de los judíos de la ciudad, convirtiendo luego la sinagoga abandonada en una capilla católica dedicada “a la hermosa María”.
Muy pronto esta capilla comenzó a recibir un número cada vez mayor de feligreses, lo que provocó la envidia de los monjes locales que veían cómo sus ingresos y su prestigio estaban comenzando a menguar. Fue tal vez este factor el que llevó a Hubmaier a trasladarse a la ciudad de Waldshut en 1521. Allí continuó su labor como cualquier párroco católico romano de la Edad Media.
Pero en junio de 1522 hizo un viaje a Basilea donde conoció a Erasmo y a Heinrich Glarean (que fuera maestro de Grebel). Allí también entró en contacto más directo con la Reforma, de modo que a su regreso a Waldshut decidió estudiar más a fondo el NT.
Todo luce indicar que ese fue el año de su transformación. A partir de ese momento, las prédicas de Hubmaier evidenciaron que había abrazado la Reforma y, sobre todo, que había depositado su fe en Cristo.
En medio de este proceso, Hubmaier recibió la invitación de regresar a Regensburgo, donde los habitantes quedaron profundamente sorprendidos por el cambio evidente de su antiguo pastor. Poco tiempo después regresó de nuevo a Waldshut, dispuesto a continuar la reforma allí.
En 1 de marzo de 1523 hizo contacto con Zwinglio y con otros dirigentes de la reforma en Suiza, incluyendo a Conrad Grebel. En octubre de ese mismo año participó en el debate que se llevó a cabo en Zurich, y ya en ese tiempo dio a entrever que no compartía con Zwinglio el bautismo infantil.
A su regreso a Waldshut redactó un documento de 18 artículos los cuales serían la guía para la reforma en la ciudad. En estos artículos Hubmaier estableció claramente la doctrina de la justificación por la fe, los frutos de amor que la verdadera fe produce, el rechazo de la misa como sacrificio, el rechazo al celibato y el bautismo voluntario de los creyentes.
Al año siguiente contrajo matrimonio con Elizabeth Hugline, quien resultó ser una esposa fiel y valiente. Pero sus actividades reformadoras pronto llamaron la atención de Fernando I de Habsburgo (hijo de Felipe el Hermoso y Juana I de Castilla y, por lo tanto, hermano de Carlos I de España y nieto de los reyes católicos Fernando e Isabel).
Primero envió una comisión al Concilio de la ciudad pidiendo que destituyeran al predicador, pero éstos se negaron a hacerlo. Luego llegó una carta del gobierno austriaco, en la que se les volvía a pedir que destituyeran “al que se decía doctor y predicador del pueblo, y a que escogiera en su lugar a otro predicador adecuado y piadoso que no mantuviera las condenadas doctrinas de Lutero”.
Dado que la presión continuó arreciando, Hubmaier decidió salir de la ciudad para evitar una intervención armada. En septiembre de 1524 se dirigió a la ciudad de Schaffhausen. Allí escribió uno de los tratados más importantes de la literatura que produjo la reforma, titulado: “Concerniente a los herejes y a aquellos que los queman”, donde se proclamó abiertamente en contra de las persecuciones religiosas de cualquier tipo y el uso de la espada o el fuego para combatir la herejía, a la vez que abogó por la libertad de cultos. “Está claro para todos ahora – decía él, incluso para los ciegos, que una ley para quemar herejes es una invención del diablo. La verdad es inmortal”. Esta frase vino a ser el lema de su vida.
En octubre de ese año, Hubmaier regresó a Wadlshut, donde fue aclamado por el pueblo como un héroe. Hasta el ayuntamiento hizo una fiesta a su favor. Para este tiempo, sus convicciones acerca del bautismo se habían asentado en su mente, como vemos en una carta que envió a Oecolampadio, el reformador de Basilea, el 16 de enero de 1525: “El significado de este signo y símbolo (el bautismo), la prenda de la fe hasta la muerte esperando la resurrección de la vida futura, tiene que considerarse como algo más que una señal. Su significado no pueden entender los niños, por eso es absurdo el bautismo infantil”.
Más tarde, en abril de ese mismo año, Hubmaier fue bautizado con unas 60 personas más por Wilhem Reublin que había sido desterrado de Zurich y había buscado refugio en Wadlshut. Habiendo recibido el bautismo bíblico, el mismo Hubmaier bautizó a unas 300 personas más.
En mayo de 1525, Zwinglio publicó un panfleto titulado “Sobre el bautismo, el anabaptismo y el bautismo infantil”, donde rebatía el concepto anabaptista del bautismo de los creyentes. Hubmaier respondió en el mes de julio con una obra que tituló “El bautismo cristiano de los creyentes”. Este libro “es considerado por muchos como la mejor defensa del bautismo de creyentes jamás escrita” (Anderson; pg. 40).
Esta obra provocó otro debate en Zurich que concluyó con la proscripción de los anabaptistas y el encarcelamiento de Hubmaier, quien había huido a Zurich cuando las tropas austriacas entraron en Waldshut.
Algunos piensan que Hubmaier pudo haber abrigado esperanzas de convencer a Zwinglio; pero lo que en realidad ocurrió fue que se le exigió que se retractara o sería expulsado de Zurich inmediatamente. Temiendo caer en las manos de Fernando I, Hubmaier se retractó. Pero muy pronto se retractó de su retractación y atacó el bautismo infantil luego de un sermón de Zwinglio, por lo que fue apresado inmediatamente, encarcelado.
Una vez liberado, Hubmaier se dirigió a Nikolsburgo (en Moravia, hoy Mikulov en la República Checa). Esta era, en ese entonces (1526), una de las ciudades europeas más tolerantes debido, en parte, a la influencia de Juan Hus. Allí fue recibido con mucho entusiasmo por los evangélicos moravos, llevando a cabo un ministerio sumamente fructífero. Se calcula que unas 6,000 personas fueron bautizadas en 1526.
Ese fue también un período de gran producción literaria; durante el 1526 y 1527 Hubmaier publicó unos 17 panfletos que fueron de mucho ayuda para los anabaptistas en los años siguientes. “Pocos de sus contemporáneos le excedieron en elocuencia, estilo y humor… Hubmaier fue un erudito cristiano cuyo conocimiento de las Escrituras no fue aventajado por ninguno de sus contemporáneos, y un teólogo capaz al que sólo excedió Calvino” (Step; pg. 68).
© Por Sugel Michelén. Todo pensamiento cautivo. Usted puede reproducir y distribuir este material, siempre que sea sin fines de lucro, sin alterar su contenido y reconociendo su autor y procedencia.
1 comentarios:
Quisiera que usted me sugiriese un libro de historia que halla usado para este tema.
desde ya soy un agradecido.
sábado 9 de enero de 2010
3. Historia de los Bautistas: El ala revolucionaria y fanatizada
En la entrada anterior sobre los precursores de los bautistas (tanto en Suiza como en Moravia), vimos algo de lo primero. En la entrada de hoy veremos algo de lo segundo, comenzando en Moravia, donde los anabaptistas comenzaron a enfrentar grandes problemas casi desde el principio.
Por un lado, el grupo sufrió una división cuando algunos se fueron detrás de un tal Juan Hut, quien insistía en el uso de la espada contra los impíos para establecer el reino de Dios. Éste predijo que la segunda venida de Cristo habría de ocurrir el domingo de Pentecostés de 1528, a la vez que trató de reunir a los 144,000 elegidos a quienes selló bautizándolos y poniéndoles en sus frentes la señal de la cruz. Otros se alinearon con Jacob Wiedemann, un predicador anabaptista que promovía una especie de comunismo cristiano.
Por otro lado, por orden del archiduque Fernando de Austria, Hubmaier y su esposa fueron apresados y llevados a Viena donde fueron condenados a la muerte; Hubmaier fue quemado vivo el 10 de marzo de 1528, y su esposa fue ahogada en el Danubio tres días después.
Sin un liderazgo fuerte que los guiara, eventualmente los anabaptistas de Nikolsburgo dejaron de existir. Pero la influencia de Baltasar Hubmaier se habría de sentir por muchos años más debido a sus obras escritas. “En 1619 se las consideraba todavía tan peligrosas que fueron incluidas en el índice de libros prohibidos... que promovió la Inquisición española” (W. R. Estep; Revolucionarios del Siglo XVI; pg. 71). En un documento del siglo 17, su nombre aparece en una lista de grandes "herejes", sólo precedido por los nombres de Lutero, Zwinglio y Calvino.
Luego de la muerte de Juan Hut, el movimiento volvió a dividirse otra vez; sin embargo, su mensaje apocalíptico continuó siendo proclamado por otros supuestos profetas, entre los cuales se encontraba Melchior Hofman.
Aunque Hofman comenzó siendo un predicador laico luterano, más tarde rechazó la enseñanza de Lutero con respecto a la comunión y vino a ser seguidor de Zwinglio, para abrasar luego la doctrina anabaptista en la ciudad de Estrasburgo.
Convencido de que él era “el Elías que habría de preparar el camino para el retorno de Cristo”, comenzó a proclamar que el día del Señor se estaba acercando y que en la ciudad de Estrasburgo se habría de establecer la Nueva Jerusalén. También instó a sus seguidores a abandonar el pacifismo que había caracterizado a los anabaptistas. Finalmente Hofman fue encarcelado en Estrasburgo en 1533 hasta su muerte 10 años más tarde.
Pero uno de sus discípulos, un panadero holandés llamado Juan Matthys, tomó el mando, declarándose a sí mismo como profeta del movimiento: así como Hofman era “el Elías que había de venir” antes del retorno del Señor, él era Enoc, el otro testigo de Ap. 11. Matthys procedió entonces a nombrar a 12 apóstoles, entre los cuales estaba Juan de Leyden, y además trasladó la Nueva Jerusalén a Munster, ciudad importante en la región de Westfalia.
Mucha gente se aglomeró en torno a ellos; expulsaron al obispo de la ciudad y trataron de instaurar una teocracia que, según ellos, se ajustaría en todo a la Biblia, incluyendo la práctica de la poligamia. A la muerte de Matthys, Juan de Leyden tomó el mando; y así como Hofman se comparó con Elías y Matthys con Enoc, Leyden decía ser el rey David.
Pero el obispo expulsado de Munster no se quedó de brazos cruzados; pronto reunió un ejército, compuesto por luteranos y católicos, y sitió la “Nueva Jerusalén”. La situación dentro de la ciudad se fue volviendo cada vez más desesperada, hasta que, finalmente, sus mismos habitantes abrieron las puertas para que entrara el obispo con su ejército. Lo que sucedió a continuación fue un terrible baño de sangre que habría de ser recordado por mucho tiempo, contribuyendo aún más a la mala fama que ya tenía el movimiento anabaptista.
Como dice el historiador Latourette: “El efecto del episodio fue confirmar el desprestigio que acompañaba el nombre de anabaptista. Circularon rumores de los extremos a donde había llegado el fanatismo anabaptista durante los meses de la tensión en la comunidad, de la destrucción de propiedades, de poligamia y de la supresión despiadada de la oposición. Y, cómo es común en tales rumores, los hechos se agrandaban a medida que se contaban y se volvían a contar, alejándose más y más de los hechos reales”.
Lamentablemente, nunca han faltado en la Historia estos grupos fanatizados que traen gran descrédito a la iglesia de Cristo. La buena noticia es que, a pesar de tales locuras de supuestos cristianos, Cristo continuará edificando a Su iglesia y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.
© Por Sugel Michelén. Todo pensamiento cautivo. Usted puede reproducir y distribuir este material, siempre que sea sin fines de lucro, sin alterar su contenido y reconociendo su autor y procedencia.
http://todopensamientocautivo.blogspot.com/2010/01/historia-de-los-bautistas-menno-simons_11.html
lunes 11 de enero de 2010
4. Historia de los Bautistas: Menno Simons y los menonitas
El desastre de Munster le puso punto final al ala revolucionaria del anabaptismo, pero no al movimiento como tal. Entre los anabaptistas más prominentes de esta nueva generación, uno de los más importantes es, sin duda alguna, Menno Simons, un ex sacerdote católico que abrazó el anabaptismo en 1536.
Simons nació en los países bajos, en 1496, cuatro años después del descubrimiento de América, 13 años después del nacimiento de Lutero y 13 años antes del nacimiento de Calvino. Fue ordenado para el sacerdocio en 1524, cuando tenía 28 años de edad.
Por una razón que desconocemos, al año siguiente de su ordenación, Simons comenzó a tener serias dudas acerca de la misa. “Yo no cesaba de pensar en que la copa y el pan que repartía en la misa no eran la sangre y la carne del Señor. Creía que era el diablo el que me quería apartar de mi fe. Me confesaba con frecuencia, lloraba y oraba, pero no conseguía librarme de este pensamiento.”
En ese momento de su vida, Simons desconocía casi completamente las Escrituras; como él mismo señala en uno de sus escritos: “… no las había tocado en toda mi vida temiendo leerlas por si me descarriaba. Ahora me doy cuenta de lo torpe que fui durante cerca de dos años cuando era sacerdote.”
También admite en otro lugar que en ese tiempo llevaba una vida vacía y frívola, fullera y de borracho y “llena de diversión como es la costumbre y el uso de la gente inútil.”
Finalmente determinó que debía acudir a las Escrituras para resolver sus dudas. Poco a poco fue aceptando la autoridad doctrinal de las Escrituras y pronto se topó también con el tema del bautismo. Sus estudios del Nuevo Testamento le convencieron de que el bautismo infantil era un error; por otra parte se sentía profundamente conmovido por la persecución que se había desatado en contra de los anabaptistas.
El 30 de marzo de 1535 un grupo de unos 300 anabaptistas fue violentamente apresado y ejecutado, entre los cuales estaba uno de sus hermanos. Aquello le conmovió profundamente y desencadenó en él una crisis que le llevó a su conversión y a su salida definitiva del catolicismo romano el 30 de enero de 1536.
No mucho tiempo después fue bautizado y ordenado ministro anabaptista. Su labor en los Países Bajos fue tan exitosa que allí los anabaptistas fueron conocidos como menonitas.
El alcance de su obra fue tal que el emperador Carlos V emitió un edicto en el que ofrecía la recompensa de 100 monedas de oro por su cabeza, a la vez que prometía al que le entregara un indulto por cualquier delito cometido. No obstante, y a pesar de la persecución, se mantuvo ministrando hasta su muerte el 31 de enero de 1561.
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1 comentarios:
martes, 12 de enero de 2010
5. Historia de los Bautistas: Las iglesias de Inglaterra y el origen de los bautistas actuales
Algunos eran puritanos anglicanos que querían purificar la iglesia de todo vestigio de romanismo. Pero también había puritanos presbiterianos, que abogaban por un cambio más radical en el gobierno de la iglesia, tomando como modelo el calvinismo continental. Estos puritanos se separaron de la iglesia anglicana en el siglo XVI y formaron sus propias congregaciones.
Parece que algunos de ellos habían recibido cierta influencia anabaptista por medio de inmigrantes holandeses. Cuando la situación se puso difícil para ellos, algunos emigraron a Ámsterdam, donde gozaron de tolerancia religiosa.
Pero no todos huyeron. En la ciudad de Gainsborough, en Inglaterra, se formó un centro de separatistas, de entre los cuales surgieron los bautistas en sus dos grandes ramas: los bautistas generales y los particulares. Los bautistas generales eran arminianos (llamados así porque creían en la expiación ilimitada o general), mientras que los bautistas particulares eran calvinistas (creían en la expiación limitada o particular).
De este grupo sale Juan Smith (1570-1612), quien estudió en la Universidad de Cambridge, una escuela de corte puritano. Sabemos que en 1605 o 1606 se unió a una iglesia congregacional que se reunía clandestinamente en Gainsborough. Más tarde, y por un asunto de conveniencia, se dividieron en dos grupos. Pero cuando la persecución arreció, se vieron obligados a emigrar a Holanda.
Entre 1608 y 1609, y bajo la influencia de los menonitas, Juan Smith llegó a la conclusión de que tanto él como los miembros de su iglesia no estaban correctamente bautizados. Pero dado que Juan Smith no aceptaba completamente las doctrinas menonitas, éste no podía ser bautizado por ellos con una limpia conciencia; así que se bautizó a sí mismo y luego a 40 personas más.
Este bautismo no fue hecho por inmersión, ya que el modo del bautismo no era todavía motivo de discusión. Para ellos era más importante responder la pregunta: ¿Quién debe ser candidato el bautismo? Así que para 1609 ya encontramos en Ámsterdam una iglesia constituida por creyentes bautizados. Más adelante, Juan Smith se arrepintió de haberse bautizado asimismo y junto a 30 personas más, en febrero de 1610, solicitaron ser admitidos en la iglesia menonita. Éstos no fueron aceptados sino hasta enero de 1615; pero Juan Smith ya había fallecido de tuberculosis en agosto de 1612.
Pero no todos los miembros de la iglesia de Juan Smith estuvieron de acuerdo con él en unirse a la iglesia menonita. Un pequeño grupo, liderado por Thomas Helwys, decidió formar tienda aparte; estos retornaron a Inglaterra en 1612.
Allí fundaron la primera Iglesia Bautista General en suelo inglés, en las afueras de Londres. Para 1630 ya había otras seis congregaciones bautistas generales, las cuales mantenían comunión con los menonitas del continente. En 1644 se habían multiplicado en 47 iglesias. Hasta 1641 practicaban el bautismo por afusión.
Pero los padres históricos de los bautistas modernos fueron los bautistas particulares o calvinistas. Esto así porque en el siglo XVIII los bautistas generales abrazaron el liberalismo teológico y prácticamente desaparecieron del escenario de Inglaterra.
Por otra parte, fueron los bautistas particulares quienes “introdujeron una nueva interpretación del bautismo como un testimonio de la muerte, la sepultura y la resurrección de Cristo que perdura entre los bautistas modernos” (Anderson; Historia de los Bautistas; pg. 77); hasta ese entonces el bautismo era considerado como un símbolo de purificación. De igual modo, fueron los bautistas particulares quienes restauraron la práctica del bautismo por inmersión después del 1641.
La primera congregación bautista de teología calvinista se constituyó en Londres en 1616 bajo el liderazgo de Henry Jacob (1553-1624). Éste había pasado un tiempo en Holanda donde había entrado en contacto con puritanos congregacionalistas. En 1624 emigró a Virginia, colonia americana, donde murió poco tiempo después.
El siguiente pastor de la iglesia fue Juan Lathrop, quien estuvo al frente de la congregación hasta 1634; pero él también se fue al nuevo mundo. Cuatro años después, Enrique Jessey asumió el pastorado.
No fue sino hasta 1630 cuando está iglesia comenzó a discutir el tema del bautismo. Poco a poco la iglesia fue asumiendo convicciones que la iban conformando en una congregación bautista. Pero fue en 1645, el año en que Jessey fue bautizado por inmersión, cuando esta iglesia vino a ser realmente bautista.
Anterior a esa fecha, otro grupo se había separado de la iglesia madre, precisamente por su convicción de que sólo los creyentes debían ser bautizados. Esta iglesia tuvo como su primer pastor a Juan Spilsbury. Fue precisamente allí donde, en 1640, surgió una discusión sobre el modo del bautismo, que finalmente los llevó a la conclusión de que debía realizarse por inmersión, como simbolismo de muerte y resurrección (comp. Rom. 6:4 y Col. 2:12).
Este método fue adoptado por todas las iglesias bautistas, incluyendo las generales, y así quedó consignado en la Primera Confesión de Fe Bautista de Londres de 1644.
Para esa fecha, según el historiador Daniel Neal, había unas 47 iglesias bautistas particulares o calvinistas en Inglaterra, siete de ellas en Londres. Estas siete iglesias aprovecharon la libertad política y religiosa que se gozaba en aquellos días, para aclarar algunos malos entendidos con respecto a los bautistas, ya que muchos los asociaban con el ala radical del movimiento anabaptista del Continente (que ya vimos en una entrada anterior).
Unos años más tarde, los bautistas publicaron su segunda Confesión de Fe de Londres, que había sido redactada en 1677, pero que no había podido ser publicada por la situación política y religiosa reinante en Inglaterra.
En esta segunda Confesión, conocida como la 1689, los bautistas quisieron expresar su acuerdo con los demás grupos reformados de Inglaterra, por lo que siguieron muy de cerca las definiciones doctrinales de la Confesión de Fe de Westminster, así como la Confesión de Saboya de los congregacionalistas.
Aunque diferían de aquellos teólogos en cuanto al gobierno y la membrecía de la Iglesia, en todas las otras cosas creían prácticamente lo mismo, y así lo manifestaron públicamente en su Confesión de Fe. Este documento ha sido, y sigue siendo, la Confesión de Fe de muchas iglesias bautistas desde entonces. Pero eso lo veremos en otra entrada.
© Por Sugel Michelén. Todo pensamiento cautivo. Usted puede reproducir y distribuir este material, siempre que sea sin fines de lucro, sin alterar su contenido y reconociendo su autor y procedencia.
1 comentarios:
He de confesarle que precisamente por este tipo de investigaciones llegué por la gracia del Señor a las confesiones antiguas y a convencerme del desvío casi generalizado de los bautistas modernos de sus raíces teológicas.
Por lo tanto aclaro que mi observación no se dirige a reafirmar las premisas landmarkistas sino para cerciorarme de si usted conocía estos datos y si se está refiriendo específicamente a la practica de la denominación bautista en Inglaterra.
jueves 14 de enero de 2010
7. Historia de los Bautistas: Los puritanos, la Confesión de Westminster y la Confesión Bautista de 1689
Eduardo VI
Al morir Enrique VIII, en el 1547, le sucedió en el trono su hijo Eduardo VI, un joven adolescente, en cuyo corto reinado de apenas 4 años se llevaron a cabo reformas un poco más profundas. Durante su reinado se publicó el libro de oración común, el cual introdujo algunos cambios importantes en la liturgia de la iglesia anglicana.
María Tudor (la sanguinaria)
Pero Eduardo VI murió en 1553, teniendo apenas 16 años de edad, y le sucedió en el trono su media hermana María, hija de Catalina. Esta vuelve a implantar el catolicismo en Inglaterra y desata tal persecución contra los protestantes que ha sido conocida en la historia como María la Sanguinaria.
En ese tiempo muchos protestantes huyeron al Continente donde entraron en contacto con teólogos calvinistas y adquirieron un entendimiento más claro de las enseñanzas bíblicas. Pero María no tuvo hijos, de modo que al morir a fines de 1558 le sucedió su media hermana Isabel, la hija de Ana Bolena.
Isabel I y el puritanismo
Esta vuelve a implantar el anglicanismo en Inglaterra, muy probablemente por conveniencia, ya que según el catolicismo ella no era más que una hija bastarda. En ese momento muchos de los protestantes que huyeron al Continente regresaron a Inglaterra con la esperanza de que la reina siguiera profundizando en el proceso de reforma bíblica. Pero se encontraron con una terrible decepción. La reina Isabel quería seguir manteniendo en los cultos de la Iglesia anglicana un conjunto de prácticas que no tenían apoyo alguno en la Palabra de Dios.
Estos protestantes, en cambio, abogaban por una reforma cabal, donde la Palabra de Dios fuese la única regla que regulara la doctrina, la vida práctica y la adoración de los creyentes. Por tal razón a estos protestantes se les llamó “puritanos” durante el reinado de Isabel I. Aunque ridiculizados y caricaturizados a lo largo de la historia, el puritanismo fue uno de los períodos más gloriosos de la historia de la Iglesia.
R. C. Sproul dice lo siguiente al respecto: “Si hubo alguna vez un grupo de cristianos que fueran ejemplo de la vida cristiana, estos fueron los puritanos, quienes fueron vigorosos en la búsqueda de la santidad personal”.
Estos hombres se oponían firmemente a que la tradición o el poder del estado impusieran sobre sus conciencias prácticas que Cristo, la verdadera Cabeza de la Iglesia, no les hubiese impuesto. Esa lucha entre los puritanos e Isabel se mantuvo todo el tiempo de su reinado.
Jaime I
Isabel murió en 1603 sin haber tenido hijos y habiendo expresado su deseo de ser sucedida en el trono por Jaime I, hijo de María Estuardo y quien ya era rey en Escocia. María Estuardo era prima de Isabel, biznieta de Enrique VII y, por lo tanto, su hijo Jaime era un heredero legítimo al trono de Inglaterra.
Ahora por primera vez ambos reinos, Inglaterra y Escocia, estaban unidos bajo un mismo monarca. Fue durante el reinado del rey Jaime que se publicó la versión inglesa de las Escrituras conocida como King James. Pero este hombre tampoco tenía ningún interés reformador; aparte de que tenía temor de oponerse a los obispos anglicanos, por lo que asumió una política más adversa aún al puritanismo.
Esto provocó un nuevo éxodo de protestantes, incluyendo el grupo de peregrinos que salieron hacia América en el Mayflower en el 1620. Estos peregrinos son considerados como los padres fundadores de los EUA.
Carlos I
Al morir el rey Jaime le sucedió en el trono Carlos I quien fue todavía más adverso al puritanismo. Este rey abolió el parlamento, que estaba lleno de puritanos y gobernó durante 11 años como un dictador, por lo que se hizo muy impopular en Inglaterra.
En apenas 12 años unos 4,000 puritanos habían salido para América, buscando un lugar donde pudiesen adorar a Dios con una limpia conciencia. Las imposiciones del estado sobre la religión se fueron haciendo cada vez más fuertes, lo que trajo como consecuencia una guerra civil en 1642, con el Parlamento de un lado, que había sido restablecido unos años antes, y con el rey Carlos del otro. Finalmente, en 1649, el rey Carlos I fue depuesto y decapitado, y se inicia el protectorado de Oliverio Cromwell.
El protectorado de Oliverio Cromwell
Fue durante ese período de guerra civil que el Parlamento convocó a más de un centenar de teólogos ingleses, escoceses y galeses, quienes se reunieron durante cuatro años, desde el 1644 al 1648, en la Abadía de Westminster. Esta asamblea produjo la Confesión de Fe de Westminster, y dos catecismos: Uno Mayor para la instrucción de los adultos, y uno Menor para la instrucción de los niños.
Acerca de este grupo de teólogos que se reunió en aquella Abadía, dijo Richard Baxter lo siguiente: “Desde los días de los apóstoles no ha habido un Sínodo de teólogos más excelente que el que se reunió en ese lugar”.
La influencia que esa Confesión de Fe y esos Catecismos han ejercido en las iglesias reformadas en todo el mundo ha sido tan profunda que sería muy difícil evaluarla con precisión. Esta Confesión de Fe sostiene un punto de vista presbiteriano en cuanto al gobierno de la Iglesia.
Carlos II y la restauración de la monarquía
Antes de su muerte, en 1658, Cromwell indicó que su sucesor debía ser su hijo Ricardo, pero éste no tenía las capacidades de su padre, por lo que no pudo retener el poder. El país estuvo al borde de otra guerra, por lo que Ricardo renunció a su posición y se retiró a la vida privada. Esto no dejaba más opción que regresar a la monarquía, de modo que en 1660 sube al trono de Inglaterra Carlos II, el hijo de Carlos I. Aunque Carlos II garantizó la libertad de conciencia, muy pronto comenzó a dictar una serie de medidas en contra de los puritanos.
La primera fue el “Acta de Uniformidad” en 1662, que requería que todos los ministros del evangelio unificaran los cultos de las iglesias en torno al Libro de Oración Común. Unos 2,000 pastores se negaron a hacerlo, porque no podían subscribirse a ese documento con una limpia conciencia, por lo que fueron expulsados de sus iglesias.
Históricamente hablando, con el Acta de Uniformidad concluyó la historia del puritanismo como tal. A partir de ese momento los ministros puritanos fueron conocidos como “no conformistas” o “disidentes”.
Luego vino el “Acta de Conventículo”, en 1664, que prohibía la reunión de cualquier iglesia que no adoptara el Libro de Oración Común. Y un año después el “Acta de la Cinco Millas”, que prohibía que cualquier pastor disidente se acercara a su antigua parroquia en un radio de cinco millas.
Esto provocó que muchos pastores disidentes pusieran por escrito sus sermones y sus opiniones doctrinales, lo que hizo posible que hoy pudiéramos tener esa rica herencia puritana a nuestra disposición.
Uno de los presos más famosos de ese período fue Juan Bunyan, el cual fue encarcelado en 1660 por rehusarse a dejar de predicar, pero en cuyo encierro escribió una de las obras maestras de la literatura inglesa de ese período: “El Progreso del Peregrino”. En ese período de persecución los tres grupos mayoritarios de creyentes en Inglaterra, los presbiterianos, los bautistas y los independientes, se acercaron cada vez más.
Jaime II
Carlos II murió en 1685 y fue sucedido en el trono por su hermano Jaime II, el cual profesaba la religión católica. Por esa razón, una de las primeras cosas que hizo al retornar al poder fue proclamar un “Acta de Indulgencia” que permitía que las iglesias disidentes del anglicanismo se reunieran libremente. Eso favoreció a los católicos, así como también a los protestantes.
Guillermo de Orange
Pero en 1689 Jaime II fue depuesto, sucediéndole en su lugar Guillermo de Orange, casado con una hija de Jaime II y la cual era protestante. De inmediato se dictó un “Acta de Tolerancia”, concediéndole más libertades aún a los disidentes.
Ese mismo año los bautistas publicaron su segunda Confesión de Fe de Londres, que había sido redactada en 1677, pero que no había podido ser publicada por la situación política y religiosa reinante en Inglaterra. En esta segunda Confesión, conocida como la 1689, los bautistas quisieron expresar su acuerdo con los demás grupos reformados de Inglaterra, por lo que siguieron muy de cerca las definiciones doctrinales de la Confesión de Fe de Westminster, así como la Confesión de Saboya de los congregacionalistas.
Aunque diferían de aquellos teólogos en cuanto al gobierno y la membrecía de la Iglesia, en todas las otras cosas creían prácticamente lo mismo, y así lo manifestaron públicamente en su Confesión de Fe. Este documento ha sido, y sigue siendo, la Confesión de Fe de muchas iglesias bautistas desde entonces.
De este documento el gran predicador bautista del siglo pasado, Charles Spurgeon, dijo lo siguiente: “Este documento antiguo es un excelente resumen de aquellas cosas creídas entre nosotros. Aceptamos el mismo no como una regla autoritativa, o como un código de fe, sino como una ayuda en la controversia, una confirmación en la fe y un medio de edificación en la justicia. En él los miembros de esta Iglesia tendrán un pequeño resumen doctrinal, y por medio de las pruebas bíblicas allí contenidas estarán preparados para dar una respuesta de la fe que hay en ellos”.
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5 comentarios:
Se que no es el medio pero quisiera también darle las gracias por esos sermones tan enriquecedores. Yo soy de Colombia pero los escucho desde la red y me alegra el corazon que aun nuestra fe sea predicada tan fielmente!
La gloria sea para el Señor Jesucristo. Con muchisima alegría: Giselle, hermana en Cristo
http://www.todopensamientocautivo.com/
viernes 15 de enero de 2010
8. Historia de los Bautistas: Bibliografía
Sobre la Historia de los Bautistas:
1. Revolucionarios del Siglo XVI; W. R. Step.
2. Historia de los Bautistas (3Tomos); Justo Anderson.
3. An Introduction to the Baptists; Erroll Hulse.
4. Our Baptist Heritage; Paul Clarke, Don Garlington, Erroll Hulse, David Kingdon, Bill Payne.
5. History of the English Calvinistic Baptist; Robert Oliver.
6. Baptist Roots in America; Samuel Waldron.
7. Rediscovering our English Baptist Heritage: Kiffin, Knollys and Keach; Michael A. G. Haykin.
Sobre las Confesiones de Fe Bautistas:
1. Exposición de la Confesión Bautista de Fe de 1689; Samuel Waldron.
2. A Discussion of the Seventeenth Century Particular Baptist Confessions of Faith; Richard P. Belcher, Anthony Mattia.
3. Baptist Confessions of Faith; William L. Lumpkin
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POR ULTIMO SI QUEREIS SABER SUPER GILIPOLLAS... QUE PIENSAN LOS B-AUTISTAS SOBRE LA TRINIDAD EL INFIERNO... LA BIBLIA ,... Y OTRAS COSILLAS PUES SOLO TENEIS QUE LEER EL SIGUIENTE DOCUMENTO... PERO OS QUEDA CLARO QUE LOS AUTISTAS TIENEN MAS EN COMUN CON LA INFAME RAMERA CATOLICA DE LO QUE ELLOS MISMOS ADMITEN... ¿¿¿O NO???
JAJJAJAJAJAJAJA
http://www.vor.org/truth/espan/1689a.html
CONFESION DE FE BAUTISTA DE 1689
LA CONFESION BAUTISTA
CAPITULO 1 - 10
PREFACIO
En el año 1855, C. H. Spurgeon, el conocido pastor de lo que más tarde fue llamado el «Tabernáculo Metropolitano» en Londres, Inglaterra, publicó de nuevo la confesión de fe que ahora presentamos a las iglesias bautistas del mundo hispano en este nuevo estilo, para celebrar el aniversario número 300 de esta declaración de la fe.
Entre aquellas cosas que creemos firmemente es que no hay nada semejante a la Biblia. Por eso no atribuimos autoridad alguna a esta confesión. De hecho, Ud. puede ver en el primer capítulo de esta publicación que todas las doctrinas de hombres deben decidirse por el veredicto bíblico. (Cap. 1, par. 10)
A pesar de esto, hay quienes que menosprecian los documentos llamados confesiones de fe. Otros dicen: «Cristo es nuestro credo». Sin embargo, todo el mundo sabe que en el momento en que decimos, «La Biblia dice tal o cual cosa, y yo la creo), ya hemos hecho una confesión de fe. Si algunos no creen en la utilidad de escribir y publicar su confesión, respetamos su posición, si bien diferimos. Por nuestra parte, convencidos de que los que quieren saber en qué creemos deben ser atendidos, estamos dispuestos pasar el trabajo e incurrir en los gastos necesarios para cumplir con sus esperanzas. En las siguientes lineas ofrecemos una traducción de parte del prefacio de la primera edición de esta confesión de fe hecha en 1689, después de mucha persecución. Dice asi:
1. Las Santas Escrituras son la única toda suficiente, segura e infalible regla del conocimiento, fe y obediencia salvadoras.1 Aunque la luz de la naturaleza y las obras de creación y de providencia manifiestan la bondad, sabiduría, y poder de Dios, de tal manera que los hombres quedan sin excusa, sin embargo, no son suficientes para dar aquel conocimiento de Dios y de su voluntad que es necesario para la salvación;2 por lo que le agradó al Señor, en varios tiempos y de diversas maneras revelarse a sí mismo y declarar su voluntad a su Iglesia;3 y además para conservar y propagar mejor la verdad y para el mayor consuelo y establecimiento de la Iglesia contra la corrupción de la carne y la malicia de Satanás y del mundo, le agradó dejar esa revelación por escrito, por todo lo cual las Santas Escrituras son muy necesarias, y tanto mas cuanto que han cesado ya los modos anteriores por los cuales Dios reveló su voluntad a su Iglesia.
(1)2Ti. 3:15-17; IS.8:20; LC 16:29,31; Ef. 2:20 (2) Ro. 1:19-21; Ro. 2:14,15; Sal. 19:1-3 (3)He. 1:1 (4)Pr. 22;19-21; Ro. 15:4; 2P. 1:19,20.
2. Bajo el titulo de las Santas Escrituras la palabra de Dios o escrita, se contienen todos los libros del Antiguo y Nuevo Testamento, y los cuales son como sigue:
Todos estos fueron dados por inspiración de Dios para que sean la regla de fe y vida.5
52 Ti.3:16 Toda la Escritura es inspirada por Dios y es útil para la enseñanza, para la reprensión, para la corrección, para la instrucción en justicia,
3. Los libros comúnmente titulados Apócrifos, por no ser de inspiración divina, no deben formar parte del canon de las Santas Escrituras, y por lo tanto no son de autoridad para la Iglesia de Dios, ni deben aceptarse ni usarse sino de la misma manera que otros escritos humanos.6
6LU 24:27,44 Y les dijo: --Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliesen todas estas cosas que están escritas de mí en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos.Rom 3:2 Mucho, en todo sentido. Primeramente, que las palabras de Dios les han sido confiadas.
4. La autoridad de las Santas Escrituras,; por la que ellas deben ser creidas y obedecidas, no depende del testimonio de ningún hombre o iglesia, sino enteramente del de Dios (quien en si mismo es la verdad), el autor de ellas; y deben ser creídas porque son la palabra de Dios.7
7 2 Pe 1:19 ¶ También tenemos la palabra profética que es aun más firme. Hacéis bien en estar atentos a ella, como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que aclare el día y el lucero de la mañana se levante en vuestros corazones.20 Y hay que tener muy en cuenta, antes que nada, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada;21 porque jamás fue traída la profecía por voluntad humana; al contrario, los hombres hablaron de parte de Dios siendo inspirados por el Espíritu Santo.16 Toda la Escritura es inspirada por Dios y es útil para la enseñanza, para la reprensión, para la corrección, para la instrucción en justicia, 1 Te 2:13 ¶ Por esta razón, nosotros también damos gracias a Dios sin cesar; porque cuando recibisteis la palabra de Dios que oísteis de parte nuestra, la aceptasteis, no como palabra de hombres, sino como lo que es de veras, la palabra de Dios quien obra en vosotros los que creéis. 1 Jn 5:9 Si recibimos el testimonio de los hombres, el testimonio de Dios es mayor; porque éste es el testimonio de Dios: que él ha dado testimonio acerca de su Hijo.
5 El testimonio de la Iglesia puede movernos e inducirnos a tener para las Santas Escrituras una estimación alta y reverencial; a la vez el carácter celestial del contenido de la Biblia, la eficacia de su doctrina, la majestad de su estilo, la armonía de todas sus partes, el fin que se propone alcanzar en todo el libro (que es el de dar toda gloria a Dios), el claro descubrimiento que hace del único modo por el cual puede alcanzar la salvación el hombre, la multitud incomparable de otras de sus excelencias y su entera perfección, son todos argumentos por los cuales la Biblia demuestra abundantemente que es la palabra de Dios. Sin embargo, nuestra persuasión y completa seguridad de que su verdad es infalible y su autoridad divina, provienen de la obra del Espiritu Santo, quien da testimonio a nuestro corazón con la palabra divina y por medio de ella.8 8 Jn. 16:13,14; 1 Co. 2:10-12; 1 Jn. 2:20, 27
6. Todo el consejo de Dios tocante a todas las cosas necesarias para su propia gloria; y para la salvación, la fe y la vida del hombre, está expresamente expuesto o implicitamente revelado en las Escrituras y, a esta revelación de su voluntad, nada será añadido, ni por nuevas revelaciones del Espiritu, ni por las tradiciones de los hombres.9
Sin embargo, confesamos que la iluminación interna del Espiritu de Dios es necesaria para que las cosas reveladas en la palabra se entiendan de una manera salvadora,10 y que hay algunas circunstancias tocante al culto de Dios y al gobierno de la iglesia, comunes a las acciones y sociedades humanas, que deben arreglarse conforme a la luz de la naturaleza y de la prudencia cristiana, pero guardándose siempre las reglas generales de la palabra. 11
9 2 Ti 3:15-17, Gá 1:8,9 10 Jn 6:45, 1 Co 2:9-12, 11 1 Co 11:13,14 1 Co 14:26,40
7 Las cosas contenidas en las Escrituras, no son todas igualmente claras ni se entienden con la misma facilidad por todos; 12 sin embargo, las cosas que necesariamente deben saberse, creerse y guardarse para conseguir la salvación, se proponen y se declaran en uno u otro lugar de las Escrituras, de tal manera que no sólo los eruditos, sino aun los que no lo son, pueden adquirir un conocimiento suficiente de tales cosas por el debido uso de los medios ordinarios.13
122p. 3:16 13 Sal 19:7; Sal 119:130
8. El Antiguo Testamento se escribió en hebreo (que era el idioma común del pueblo de Dios antiguamente),14 y el Nuevo Testamento lo es en el griego (que en el tiempo en que fue escrito era el idioma más conocido entre las naciones), porque en aquellas lenguas fueron inspirados directamente por Dios, y guardados puros en todos los siglos por su cuidado y providencia especiales. Por esta razón debe apelarse finalmente a los originales en esos idiomas en toda controversia.15 Como estos idiomas originales no se conocen por todo el pueblo de Dios, el cual tiene el derecho de poseer las Escrituras y tiene gran interés en ellas, a las que según el mandamiento debe leer16 y escudriñar17 en el temor de Dios, se sigue que la Biblia debe traducirse a la lengua vulgar de toda nación a donde sea llevada,18 para que morando abundantemente la palabra de Dios en todos, puedan adorarle de una manera aceptable y para que por la paciencia y consolación de las Escrituras tengan esperanza. 1914Ro. 3:2 15Is. 8:20 16Hch. 15:15 17Jn. 5:39 181 Co. 14:6,9,11,12,24,28 19Co1. 3:16; Ro. 15:4
9. La regla infalible para interpretar la; Biblia, es la Biblia misma, y por tanto, cuando hay dificultad respecto al sentido verdadero y pleno de un pasaje cualquiera (cuyo significado no es múltiple, sino uno solo), éste se puede buscar y establecer por otros pasajes que hablan con más claridad del asunto. 20
20 P. 1:20,21, Hch. 15:15,16
10. El Juez Supremo por el cual deben decidirse todas las controversias religiosas, todos los decretos de los concilios, las opiniones de los hombres antiguos, las doctrinas de hombres y de espiritus privados, y en cuya sentencia debemos descansar, no es ningún otro más que el veredicto biblico dado por el Espíritu Santo. En tal veredicto descansa la fe.21
21Mt. 22:29-32; Ef. 2:20; Hch. 28:23
11 CO 8:4-6 Dt 6:4 2)Jer 10:10, Is. 48:12 3) Ex 3:14 4)Jn 4:24, 5)1 Ti 1:17; Dt 4:15,16 6) Mal. 3:6
7) 1 R. 8:27; Jer.23:23,24, 8) Sal 90:2 9) Gn. 17:1 10)Is 6:3 11)Sal 115:3; Is 46:10 12)Pr. 16:4 Ro 11:36 13) Ex 34:6,7; He 11:6 14)Neh. 9:32,33 15 Sal. 5:5,6 16 Ex. 34:7; Nah. 1:2,3
2. Dios posee en si mismo y por si mismo toda vida,17 gloria, 18 bondad 19 y bienaventuranza,' es suficiente en todo en sí mismo y respecto a si mismo, no teniendo necesidad de ninguna de las criaturas que él ha hecho, ni derivando ninguna gloria de ellas, sino que solamente manifiesta su propia gloria en ellas, por ellas, hacia ellas y sobre ellas. El es la única fuente de todo ser, de quien, por quien y para quien son todas las cosas,21 teniendo sobre ellas el más soberano dominio, y, haciendo por ellas, para ellas y sobre ellas toda su voluntad.22
Todas las cosas están abiertas y manifiestas delante de su vista; 23 su conocimiento es infinito, infalible e independiente de toda criatura, de modo que para él no hay ninguna cosa contingente o dudosa.24 Es santísimo en todos sus consejos, en todas sus obras 25 y en todos sus mandatos. Siendo él el creador de los hombres y lós angeles, éstos le deben a él toda adoración, 26 servicio y cualquier cosa que él pudiera demandar de ellos.
23 He 4:13 24Ez. 11:5;Hch 15:18, 25 Sal 145:17 26Ap. 5:12-14
3. La Divinidad se compone de tres personas: Dios Padre, Dios Hijo (o Verbo) y Dios el Espíritu Santo. 27 Son uno en sustancia, poder y eternidad. Cada uno es enteramente Dios, pero a la vez Dios es uno e índivisible. 28 El Padre no es de nadie, ni es engendrado ni procedente de nadie; el Hijo es engendrado al eterno del Padre, 29 y el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo. 30 Estas tres personas divinas, siendio un solo Dios eterno, indivisible en su naturaleza y ser, son distinguidos en las Escrituras por sus relaciones personales dentro le la divinidad, y por la variedad de obras que efectúan. Su unidad triple (es decir, la Trinidad) es la base esencial de comunión con Dios y del consuelo que recibimos de nuestra confianza en él.
27i Jn. 5:7; Mt. 28:19: 2Co. 13:14 28Ex. 3:14; Jn. 14:11; 1 Co. 8:6 29Jn. 1:14,18 30 Jn 15:26; Gal. 4:6
CAPITULO 3
EL DECRETO ETERNO DE DIOS
1. Dios desde la eternidad, por el sabio y santo consejo de su voluntad, ordenó libre e inalterablemente todo lo que sucede.1 Sin embargo, lo hizo de tal manera, que Dios ni es autor del pecado ni comparte con los pecadores la responsabilidad del pecado2 ni hace violencia a la voluntad de SUS criaturas, ni quita la libertad ni contingencia de las causas secundarias sino más bien las establece.3 En todo esto se manifiesta la sabiduria divina al igual que su poder y fidelidad para efectuar aquello que se ha propuesto.4
1 Is. 46:10; Ef. 1:11; He. 6:17; Ro. 9:15,18 2Stg. 1:13; 1 Jn 1:5 3Hch. 4:27,28; Jn. 19:11 4Nm. 23:19; Ef 1:3-5
Aunque Dios sabe todo lo que puede suceder en toda clase de condición o contingencia que se puede suponer, 5 sin embargo, nada decretó porque lo preveía como porvenir o como cosa que sucedería en circunstancias dadas.6
5Hch. 15:18 2.6Ro. 9:11,13,16,18
3. Por el decreto de Dios y para la manifestación de su propia gloria, algunos hombres y angeles son predestinados (o pre-ordenados) a vida eterna por medio del Señor Jesucristo, 7 para la alabanza y gloria de su gracia. 8 A los demás, él ha dejado para que sean condenados en sus pecados, para la alabanza de su gloriosa justicia.9
Ti. 5:21; Mt. 25:34 8Ef. 1:5,6 9Ro. 9:22,23; Jud. 4
4. Estos hombres y ángeles así predestinados y preordenados, están designados particular e inalterablemente, y su número es tan cierto y definido que ni se puede aumentar ni disminuir. 10
10Jn. 13:18; 2Ti.2:19
5. A aquellos que Dios ha predestinado para vida desde antes que fuesen puestos los fundamentos del mundo, conforme a su eterno e inmutable propósito y al consejo y beneplácito secreto de su propia voluntad, los ha escogido en Cristo para la gloria eterna; mas esto por su libre gracia y puro amor,11 sin cualquiera otra cosa en la criatura como condición o causa que le mueva a ello.12
11Ef. 1:4,9,11; Ro.8:30; 2TI.1:9; 1 Ts. 5:9 12Ro. 9:13,16; Ef. 2:5,12
6. Así como Dios ha designado a los elegidos para la gloria, de la misma manera, por el propósito libre y eterno de su voluntad, ha preordenado también 105 medios para ello.13 Por tanto, los que son elegidos, habiendo caído en Adam, son redimidos por Cristo,14 y en debido tiempo eficazmente llamados a la fe en Cristo por el Espíritu Santo; son justificados, adoptados, santificados,15 y guardados por su poder, por medio de la fe, para salvación.16 Nadie más será redimido por Cristo, eficazmente llamado, justificado, adoptado, santificado y salvado, sino solamente los elegidos.17
13 1 P. 1:2; 2Ts.2:13 141 Ts. 5:9,10 15Ro. 8:30; 2Ts.2:13 16 1 P. 1:5 17Jn. 10:26; Jn. 17:9; Jn.6:64
7 La doctrina de este alto misterio de la predestinación debe tratarse con especial prudencia y cuidado, para que los hombres, persuadidos de su vocación eficaz, se aseguren de su elección eterna,18 y atendiendo a la voluntad revelada en la palabra de Dios, cedan la obediencia a ella. De esta manera esta doctrina proporcionará motivos de alabanza,19 reverencia y admiración a Dios; y también de humildad,20 diligencia y abundante consuelo a todos los que sinceramente obedecen al evangelio.21
18 1 Ts. 1:4,5; 2P.1:10 19Ef. 1:6; Ro. 11:33 20Ro. 11:5,6,20 21Lc 10:20
CAPITULO 4
LA CREACION
1. En el principio agradó a Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo,1 para la manifestación de la gloria de su poder,2 sabiduría y bondad eternas, crear o hacer el mundo y todas las cosas que en él están, ya sean visibles o invisibles, en el espacio de seis días y todas muy buenas.3
1Jn. 1:2,3; He. 1:2; Job 26:13 2Ro. 1:20 3Col. 1:16; Gn. 1:31 1
2. Después que Dios hubo creado todas las demás criaturas, creó al hombre, varón y hembra,4 con alma racional e inmortal,5 y en toda manera posible les preparó para una vida en armonía con él. Fueron creados a su imagen, dotados de conocimiento, justicia y santidad verdadera,6 teniendo la ley de Dios escrita en su corazón,7 y dotados del poder de cumplirla; sin embargo, había la posibilidad de que la quebrantaran dejados a la libertad de su voluntad que era mudable.8
4 Gn. 1:27 5 Gn. 2:7 6Ec. 7:29; Gn. 1:26 7Ro 2:14,15 8 Gn. 3:6
Además de esta ley escrita en su corazón, recibieron el mandato de no comer del árbol de la ciencia del bien y del mal, 9 y mientras guardaron este mandamiento, fueron felices, gozando de comunión con Dios, y teniendo dominio sobre las criaturas.10
9Gn.2:17 3 10 Gn 1:26,28
CAPITULO 5
PROVIDENCIA
1. Dios, el buen creador de todo, en su poder y sabiduría infinita, sostiene, dirige, dispone y gobierna a todas las criaturas y cosas,1 desde la más grande hasta la más pequeña,2 por su sabia y santa providencia. Dios cumple con los propósitos para los cuales él creó estas cosas, conforme a su presciencia infalible, y al libre e inmutable consejo de su propia voluntad, para la alabanza de la gloria de su sabiduría, poder, justicia, bondad y misericordia.31He. 1:3;Job 38:11;Is. 46:10,11;Sal. 135:6 2Mt. 10:29-31 3Ef. 1:11 4Hch. 2:23 5 Pr. 16:33
6gn. 8:22
2. Aunque con respecto a la presciencia y decreto de Dios, causa primera, todas las cosas sucederán inmutable e infaliblemente,4 de modo que nada ocurre por suerte o fuera de la esfera de su providencia;5 sin embargo, por la misma providencia las ha ordenado de tal manera, que sucederán conforme a la naturaleza de las causas secundarias, sea necesaria, libre o contingentemente.6
3. Dios en su providencia ordinaria hace uso de medios;7 a pesar de esto, él es libre para obrar sin ellos,8 sobre ellos,9 y contra ellos,10 según le plazca.
7Hch. 27:31,44; Is. 55:10,11 8 Os. 1:7 9Ro. 4:19-21 10Dn. 3:27
4. El poder todopoderoso, la sabiduría inescrutable y la bondad infinita de Dios se manifiestan en su providencia de tal manera que su propósito soberano se extiende aun hasta la primera caída y a todos los otros pecados de los ángeles y de los hombres,11 y esto no sólo por un mero permiso, sino que él sabia y poderosamente limita, ordena y gobierna,12 en varias formas, las acciones pecaminosas de tal manera que éstas llevan a cabo sus designios santos,13 pero de tal modo, que lo pecaminoso procede sólo de la criatura, y no de Dios, quien es justísimo y santísimo, y por eso, no es, ni puede ser el autor o aprobador del pecado.14
11Ro. 11:32-34; 25.24:1; 1 Cr. 21:1 122 R. 19:28; Sal. 76:10 130n. 50:20; Is. 10:6,7,12 14Sa1. 50:21; 1 Jn. 2:16
5. El todo sabio, justo y benigno Dios, a menudo deja por algún tiempo a sus hijos en las tentaciones multiformes y en la corrupción de sus propios corazones, a fin de corregirles de sus pecados anteriores o para descubrirles la fuerza oculta de la corrupción, para humillarlos, y para infundir en ellos el sentimiento de una dependencia más íntima y constante de él para su apoyo, y para hacerles más vigilantes contra todas las ocasiones futuras del pecado, y para otros muchos fines santos y justos.15
152 Cr. 32:25,26,31; 2 Co. 12:7-9 16 Ro. 8:28
Su santo y justo propósito es obrado de tal forma que todo lo que ocurre a sus elegidos es según su designio, para su gloria y para el bien de ellos.16
6. En cuanto a aquellos hombres malvadose impíos a quienes Dios como juez justo ha cegado y endurecido a causa de sus pecados anteriores,17 no sólo les retira su gracia por la cual podrían haber alumbrado sus entendimientos y ejercitado sus corazónes,18 sino también algunas veces les retira los dones que ya tenían,19 y los deja expuestos a objetos que son causa de pecado debido a la corrupción humana,20 y a la vez les entrega a sus propias concupiscencias, a las tentaciones del mundo y al poder de Satanas,21 de donde sucede que se endurecen bajo los mismos medios que Dios emplea para ablandar a los demás.22
17Ro. 1:24-26,28; Ro. 11:7,8 18Dt. 29:4 19 Mt. 13:12 20 Dt 2:30; 2 R. 8:12,13 2 Ts. 2:10-12 22 Ex 8:15,32; Is.6:9,10; 1 P.2:7,8
7. Así como la providencia de Dios alcanza, en general a todas las criaturas, así también de un modo especial cuida a su Iglesia y dispone todas las cosas para el bien de ella. 23
23 1 Ti. 4:10; Am. 9:8,9; Is 43:3-5
CAPITULO 6
LA CAIDA DEL HOMBRE, EL PECADO Y SU CASTIGO
1. El hombre, según vino de la mano de Dios, su creador, era perfecto y limpio. La ley justa que Dios le dio hablaba de vida condicionada a su obediencia y amenazaba con muerte la desobediencia.1 La obediencia de Adán fue muy corta. Satanás usó la sutil serpiente para traer a Eva al pecado y entonces ella sedujo a Adán, quien sin ninguna fuerza de afuera, libremente violó la ley bajo la cual habían sido creados y también el mandamiento de Dios de no comer del fruto prohibido.2 Plugo a Dios, conforme a su sabio y santo propósito, permitir este pecado proponiéndose ordenarlo para su propia gloria.
1Gn. 2:16,17 2Gn. 3:12,13;2 Co. 11:3
2. Por este pecado, nuestros primeros padres cayeron de su justicia original y perdieron la comunión con Dios. El pecado de ellos nos envolvió a todos y a través de este pecado la muerte pasó a todos.3 Todos los hombres vinieron a ser muertos en pecado,4 y totalmente corrompidos en todas las facultades y partes del alma y del cuerpo.5
3Ro. 3:23 4Ro. 5:12-21 5Tit 1:15;Gn. 6:5; Jer. 17:9; Ro. 3:1~19
3. Siendo ellos la raíz de la raza humana, y por la ordenanza de Dios estando Adan en el lugar de toda la humanidad, la culpa de este pecado fue imputada a su posteridad, y la naturaleza corrompida se transmitió a aquella que desciende de ellos según la generación ordinaria.6 Todos los hombres, siendo concebidos en pecado,7 y por naturaleza hijos sujetos a la ira de Dios,8 siervos del pecado y sujetos a la muerte,9 son dados a inexplicables miserias espirituales, temporales y eternas, a no ser que el Señor Jesucristo los libere.10
6 Ro. 5:12-19; 1 Co. 15:21,22,45,49 7Sal. 51:5; Job 14:4 8Ef. 2:3 9Ro. 6:20; 5:12
10 He.2:14,15;1 Ti. 1:10
4. De esta corrupción original, por la cual carecemos de disposición y aptitud para todo bien y estamos opuestos a este bien, así como enteramente inclinados a todo mal,11 dimanan todas nuestras transgresiones actuales.12
11Ro. 8:7; Col. 1:2112Stg. 1:14; Mt. 15:19
5. Esta corrupción de naturaleza dura toda esta vida aun en aquellos que son regenerados;13 y, aun cuando sea perdonada y amortiguada por medio de la fe en Cristo, sin embargo, ella, y todos los efectos de ella son verdadera y propiamente pecado.14
13Ro. 7:18,23;Ec. 7:20;1Jn. 1:8 14Ro. 7:23-25;Gá. 5:17
1. La distancia que media entre Dios y la criatura es tan grande, que aun cuando las criaturas racionales le deben obediencia como a su creador, sin embargo, ellas no podrán nunca llegar a vida espiritual, si no es por alguna condescendencia voluntaria de parte de Dios, habiéndole plac ido a éste expresarla por medio de un pacto.1
1Lc. 17:10; Job 35:7,8
2. Ademas, ya que el hombre, por razón de su caída en el pecado, se colocó a sí mismo bajo la maldición de la ley de Dios,2 le plació al Señor hacer un pacto de gracia, según el cual Dios ofrece libremente a los pecadores vida y salvación por Jesucristo,3 exigiéndoles la fe en éste para que puedan ser salvos, y prometiendo dar su Espíritu Santo a todos aquellos que ha ordenado para vida eterna, dándoles así voluntad y capacidad para creer.4
2Gn. 2:17; Gá. 3:10 3Ro. 8:3;Mr. 16:15,16; Jn. 3:16 4 Ez. 36:26,27; Jn. 6:44,45; Sal. 110:3
3. El pacto de Dios es revelado en el evangelio; en primer lugar a Adán en la promesa de salvación a través de la simiente de la mujer,5 y luego, paso a paso hasta la entera revelación de salvación en el Nuevo Testamento.6 La salvación de los elegidos esta basada en un pacto de redención que fue trazado en la eternidad entre Dios Padre e Hijo,7 y es únicamente a través de la gracia dada en este pacto que todos los descendientes del Adán caído, quienes han sidos salvados, han obtenido vida e inmortalidad bendita, pues los términos de bendición que aplicaban a Adán en su estado de inocencia no son aplicables a su posteridad para hacerles acceptables ante Dios.8
5Gn. 3:15 6He. 1:1 7 2Ti. 1:9; Tit. 1:2 8He. 11:6,13; Ro. 4:1,2,etc.; Hch. 4:12; Jn.8:56
CAPITULO 8
CRISTO EL MEDIADOR
1. Agradó a Dios en su propósito eterno, escoger y ordenar al Señor Jesucristo, su unigénito Hijo, de acuerdo al pacto en el cual habían entrado, para que fuese el mediador entre Dios y el hombre,1 como tal, él es pro feta,2 sacerdote3 yrey,4 el salvador y cabeza de su Iglesia,5el heredero de todas las cosas,6 y juez mundo;7 desde la eternidad le de todo el dio Dios un pueblo para que fuese su simiente y para que a su debido tiempo lo redimiera, llamara, justificara, santificara y glorificara.8;
1Is.4Z-1; 1 P. 1:19,20; 2Hch. 3:22 3He. 5:5,6 4 Sal 2:6; 5Ef. 1:22,23 6Hc. 1:2 7Hch. 17:31 8Is. 53:10 Jn. 17:6; Ro. 8:30
2. El Hijo de Dios, la segunda persona de la Santa Trinidad, siendo verdadero y eterno Dios, la brillantez de la gloria de su Padre, igual y de una sustancia con Él, quien hizo el mundo y mantiene y gobierna todas las cosas que ha hecho, habiendo llegado la plenitud del tiempo, tomó sobre si la naturaleza del hombre con todas sus propiedades esenciales y con sus debilidades comunes,9 mas sin pecado.10 Fue concebido por el Espíritu Santo en el vientre de la Virgen Maria, una mujer perteneciente a la tribu de Judá. El Espíritu Santo vino sobre ella y el poder de Dios la cubrió. Y así, según las Escrituras, fue hecho él de una mujer, descendiente de Abraham y David.11 Así que, dos naturalezas perfectas y distintas, se unieron inseparablemente en una persona, pero sin conversión, composición o confusión alguna. Esta persona es verdadero Dios y verdadero hombre, un Cristo, el único mediador entre Dios y el hombre.12
9Jn. 1:14;Gá. 4:4 10RO. 8:3; He. 2:14,16,17; He. 4:15 11Mt. 1:22,23; Lc. 1:27,31,35 12Ro. 9:5; lTi.2:5
3. El Señor Jesús, en su naturaleza humana unida así a la divina, en la persona del Hijo, fue ungido y santificado cón el Espíritu Santo sobre toda medida,13 y posee todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento,14 pues agradó al Padre que en él habitase toda plenitud,15 a fin de que siendo santo, inocente, inmaculado,16 lleno de gracia y de verdad,17 fuese del todo apto para desempeñar los oficios de mediador y fiador.18 Cristo no tomó por sí mismo estos oficios, sino que fue llamado para ello por su Padre,19 quien puso en él todo juicio y poder, y le autorizó para que desempeñara tales oficios.20
13 Sal. 45:7; Hch. 10:38; Jn 3:34 14Co1. 2:3 15Col 1:19 16He. 7:26 17Jn. 1:14 18He. 7:22 19He. 5:5 20 Jn. 5:22,27; Mt. 28:18; Hch. 2:36
4. El Señor Jesús, con la mejor voluntad tomó para si estos oficios,21 y para desempeñarlos, se puso bajo la ley,22 la que cumplió perfectamente. También sufrió el castigo que nos tocaba a nosotros y que debíamos haber sufrido,23 pues él llevó nuestros pecados y fue acusado en nuestro lugar.24 Padeció dolores en su alma más allá de nuestro entendimiento y los más grandes sufrimientos en su cuerpo:25 fue crucificado y murió, y permaneció bajo el poder de la muerte, aun cuando no vio corrupción.26 Al tercer día se levantó de entre los muertos27 con el mismo cuerpo que tenía cuando sufrió,28 con el cual también ascendió al cielo29 donde se sentó a la diestra del Padre. Allí intercede por su pueblo,30 y cuando sea el fin del mundo, volverá para juzgar a los hombres y a los ángeles.31
21Sal. 40:7,8; He. 10:5-10; Jn. 5:18 22Gá. 4:4; Mt. 3:15 23 Gá 3:13; Is. 53:6; 1 P. 3:18 24 2 Co. 5:21 25Mt. 26:37,38;Lc 22:44; Mt. 27:46 26Hch. 13:37 271 Co. 15:3,4 28Jn. 20:25,27 29Mr.16:19; Hch. 1:9-11 30 Ro 8:34; He. 9:24 31Hch. 10:42;Ro. 14:9,10;Hch. 1:11;2 P. 2:4
5. El Señor Jesucristo, por su perfecta obediencia y por el sacrificio de sí mismo que ofreció una sola vez por el Espíritu eterno de Dios, ha satisfecho plenamente a la justicia de Dios.32 El ha efectuado la reconciliación y ha comprado un herencia eterna en el reino de los cielos para todos aquellos dados a él por el Padre.33
32 He. 9:14; Re. 10:14; Ro. 3:25,26 33 Jn. 17:2; He.9:15
6. Aun cuando el precio de la redención no fue actualmente pagado, sino hasta la encarnación, sin embargo, la virtud, la eficacia y los beneficios de ella, se comunicaban a los escogidos en todas las épocas transcurridas desde el principio, en las promesas, tipos y sacrificios, y por medio de estas cosas, por las cuales Cristo fue revelado y designado como la simiente que quebrantaria la cabeza de la serpiente,34 y como el cordero inmolado desde la fundación del mundo;35 siendo él, el mismo ayer, hoy y por siempre.36
341 Co. 10:4; He. 4:2; 1 P. 1:10,11 35Ap. 13:8 36He. 13:8
7. Cristo en su oficio de mediador, obra ; conforme a sus dos naturalezas, haciendo por cada una de éstas lo que es propio de cada una de ellas; mas por razón de la unidad de la persona, lo que es propio de una naturaleza, se le atribuye algunas veces en la Escritura a la persona denominada por la otra naturaleza.37
37Jn.3:13 Hch. 20:28 38 Jn 6:37; Jn. 10:15,16;Jo. 17:9;Ro. 5:10 39Jn. 17:6;Ef. 1:9;1 Jo. 5:20 40Ro. 8:9,14 41 Sa1. 110:1; 1 Co. 15:25,26 42Jn 3:8;Ef. 1:8
8. A todos aquellos para quienes Cristo ha obtenido eterna redención, cierta y eficazmente les aplica y comunica la misma, haciendo intercesión por ellos,38 uniéndoles a él por su Espiritu, revelándoles en la palabra y por medio de ella el misterio de la salvación, persuadiéndoles eficazmente a creer y a obedecer,39 gobernando el corazón de ellos por su palabra y Espíritu,40 y venciendo a todos sus enemigos por su gran poder y sabiduría,41 y de la manera y por los caminos que están más en conformidad con su maravillosa e inescrutable dispensación. Todas estas cosas son hechas en su libre y soberana gracia e incondicionalmente, ya que nada de mérito es previsto por él en sus elegidos.42 eterno de Dios, ha satisfecho plenamente a la justicia de Dios.32 El ha efectuado la reconciliación y ha comprado un herencia eterna en el reino de los cielos para todos aquellos dados a él por el Padre.33
32He. 9:14; He. 10:14; Ro. 3:25,26 33Jn. 17:2; He.9:15
6. Aun cuando el precio de la redención no fue actualmente pagado, sino hasta la encarnación, sin embargo, la virtud, la eficacia y los beneficios de ella, se comunicaban a los escogidos en todas las épocas transcurridas desde el principio, en las promesas, tipos y sacrificios, y por medio de estas cosas, por las cuales Cristo fue revelado y designado como la simiente que quebrantaría la cabeza de la serpiente,34 y como el cordero inmolado desde la fundación del mundo;35 siendo él, el mismo ayer, hoy y por siempre.36
34 1Co. 10:4;He. 4:2;1 P. 1:10,1135Ap. 13:8 36He. 13:8
7. Cristo en su oficio de mediador, obra 37 Jn. 3:13; conforme a sus dos naturalezas, haciendo Hch. 20:28 por cada una de éstas lo que es propio de cada una de ellas; mas por razón de la unidad de la persona, lo que es propio de una naturaleza, se le atribuye algunas veces en la Escritura a la persona denominada por la otra naturaleza.37
8. A todos aquellos para quienes Cristo ha obtenido eterna redención, cierta y eficazmente les aplica y comunica la misma, haciendo intercesión por ellos,38 uniéndoles a él por su Espíritu, revelándoles en la palabra y por medio de ella el misterio de la salvación, persuadiéndoles eficazmente a creer y a obedecer,39 gobernando el corazón de ellos por su palabra y Espíritu,40 y venciendo a todos sus enemigos por su gran poder y sabiduría,41 y de la manera y por los caminos que están más en conformidad con su maravillosa e inescrutable dispensación. Todas estas cosas son hechas en su libre y soberana gracia e incondicionalmente, ya que nada de mérito es previsto por él en sus elegidos.42
38Jn. 6:37; Jn. 10:15,16; Jn. 17:9; Ro. 5:10 39Jn. 17:6; Ef. 1:9; 1 Jn. 5:20 40Ro. 8:9,14 41Sal. 110:1; 1 Co. 15:25,26 42 Jn. 3:8; Ef. 1:8
CONFESION DE FE BAUTISTA DE 1689
9 Cristo, y Solo Cristo puede ser mediador entre Dios y los hombres. El es el profeta, sacerdote y rey de la Iglesia de Dios. Su oficio de mediador no puede ser transferido a ningún Otro,
10. El triple oficio de Cristo es necesario para nosotros. Por nuestra ignorancia estamos en necesidad de su oficio profético;44 por nuestra separación de Dios y la imperfección de nuestros servicios, aun cuando sean lo mejor, necesitamos su oficio sacerdotal para reconciliarnos con Dios y hacernos aceptables a él;45 y debido a que nosotros hemos dado la espalda a Dios y estamos completamente incapacitados para volver a él y también porque necesitamos ser rescatados y asegurados de nuestros adversarios espirituales, necesitamos su oficio como rey para convencer, controlar, atraer, sostener, librar y preservarnos hasta que finalmente entremos en su reino celestial.46
44Jn.1:18 ~ 1:21; Gá. 5:17 461n. 16:8; Sal. 110:3; L£. 1:74,75
CAPITULO 9
EL LIBRE ALBEDRIO
1Mt. 17:12; 1. Dios ha dotado la voluntad del Stg. 1:14; hombre de una y un Dt.30:19 libertad natural, poder para actuar a base de decisión propia, que no es forzada ni obligada a hacer bien o mal, por ninguna necesidad de la naturaleza.12Ec. 7:29 36n. 3:6 4Ro. 5:6; 8:72. El hombre en su estado de inocencia, tenía libertad y poder para querer y hacer lo que era bueno y agradable a Dios,2 pero era mutable y podía caer de dicho estado.3 3. El hombre, por su caída a un estado de pecado, perdió completamente toda capacidad para querer algún bien espiritual que acompañe a la salvación.4 Así es que como hombre natural que está enteramente opuesto a ese bien y muerto en el pecado5 no puede por su propia fuerza convertirse a sí mismo o prepararse para ello.6
5Ef.2:1,5 Tit. 3:3-5; Jn. 6:44
4. Cuando Dios convierte a un pecador y le pone en el estado de gracia, le libra de su estado de servidumbre natural bajo el pecado,7 y por su gracia solamente lo capacita para querer y obrar libremente lo que es bueno en lo espiritual;8 sin embargo, por razón de la corrupción que aún queda, el converso no quiere ni perfecta ni únicamente lo que es bueno, sino también lo que es malo.9
7Col. 1:13; Jn. 8:36 8FiI. 2:13 9Ro. 7:15,18,19,21,23 10Ef. 4:13
5. El libre albedrío del hombre será perfecto y inmutablemente l~bre para querer tan sólo lo que es bueno, únicamente en el estado de la gloria.10
CAPITULO 10
EL LLAMAMIENTO EFICAZ
1. A aquellos a quienes Dios ha predestinado para vida, le agrada en su tiempo señalado y aceptado, llamar eficazmente1 por su palabra y Espíritu, sacándolos del estado de pecado y muerte en que se hallaban por naturaleza para darles vida y salvación por Jesucristo.2 Esto lo hace iluminando espiritualmente su entendimiento, a fin de que comprendan las cosas de Dios;3 quitándoles el corazón de piedra y dándoles uno de carne,4 renovando sus voluntades y por su poder soberano determinándoles a hacer aquello que es bueno, y llevándoles eficazmente a Jesucristo;5 de tal manera que ellos vienen con absoluta libertad, habiendo recibido por la gracia de Dios la voluntad de hacerlo. 6
1Ro. 8:30; 11:7; Ef. 1:10,11; 2Ts.2:13,14 2Ef. 2:16 3Hch. 26:18; Ef. 1:17,18 4Ez.36:26 5Dt. 30: Ez. 36:27; Ef. 1:19 6Sal. 110:3; Cnt. 1:4
2. Este llamamiento eficaz depende de la libre y especial gracia de Dios y de ninguna manera de alguna cosa prevista en el hombre, 7 el cual es en esto enteramente pasivo, hasta que siendo vivificado y renovado por el Espíritu Santo,8 adquiere la capacidad de responder a este llamamiento y de recibir la gracia ofrecida y trasmitida en él. Esto sucede por el mismo poder que obró la resurrección de Cristo de los muertos.9
7 2 Ti 1:9; Ef 2:8 81 Co. 2:14;Ef. 2:5; Jn. 5:25 9 Ef.1:19,20
3. Los niños elegidos 10 que mueren en la infancia, son regenerados y salvados en Cristo por medio del Espíritu,11 quien obra cuándo, dónde y cómo quiere.12 Lo mismo sucederá con todas las personas elegidas que sean incapaces de ser llamadas externamente por el ministerio de la palabra.
10 Elegidos no aparece en la versión original.11Jn 3:3,5,6 12Jn. 3:8
4. Otras personas no elegidas, aun cuando sean llamadas por el ministerio de la palabra y tengan algunas de las opera 1 in. 2:24,25 ciones comunes del Espíritu,13 como no son efectivamente traidos por el Padre, no pueden ni quieren venir verdaderamente a Cristo, y por lo mismo no pueden ser salvas;14 mucho menos pueden los que no reciben la religión cristiana, salvarse de alguna otra manera, aun cuando sean diligentes en ajustar sus vidas a la luz de la naturaleza y a la ley de la religión que profesan.15
13Mt. 22:14;Mt.13:20,21; He. 6:4,5 14 Jn 6:44,45,65;15 Hch. 4:12;Jo. 4:22; 17:3
CAPITULO 11-21
MAS TRATADOS EN ESPANOL
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CONFESION DE FE BAUTISTA DE 1689 was originally published on the WWW by The Rare Book Room, and is mirrored here by permission. Mirror files: October 19, A.D. 1998.
Iron-Man [PARODIA]