Los insultos a los ateos y las mentiras de la ICAR

Even in our own lifetime, we can recall how Britain and her leaders stood against a Nazi tyranny that wished to eradicate God from society and denied our common humanity to many, especially the Jews, who were thought unfit to live. I also recall the regime’s attitude to Christian pastors and religious who spoke the truth in love, opposed the Nazis and paid for that opposition with their lives. As we reflect on the sobering lessons of the atheist extremism of the twentieth century, let us never forget how the exclusion of God, religion and virtue from public life leads ultimately to a truncated vision of man and of society and thus to a “reductive vision of the person and his destiny” (Caritas in Veritate, 29).

Incluso en nuestra época, podemos recordar cómo el Reino Unido y sus líderes hicieron frente a la tiranía Nazi que deseaba erradicar a Dios de la sociedad y negar nuestra común condición humana a muchos, especialmente a los judíos, que eran considerados inadecuados para la vida. También recuerdo la actitud del régimen hacia los pastores cristianos y religiosos quienes hablaban de la verdad en el amor, se opusieron a los Nazis y pagaron por tal posición con sus vidas. Como reflejo de las ilustradoras lecciones del extremismo ateo del siglo XX, no debemos olvidar cómo la exclusión de Dios, de la religión y de la virtud de la vida pública lleva en último término a una visión truncada del hombre y de la sociedad, y por tanto a una "visión reduccionista de la persona y su destino" (Caritas Veritate, 29)

Extracto del discurso del jefe de la ICAR, Joseph Alois Ratzinger, frente a la realeza inglesa en su visita en septiembre de 2010 (Obtenido del texto completo en bengoldacre)

Así se despacha el colega Ratzinger con los ateos. Bien, él habla de "extremismo ateo" queriendo dar a entender que su máxima expresión está en el nacionalsocialismo alemán de primera mitad del siglo XX. Quizá debiera revisar algo sobre ese supuesto extremismo ateo del nacionalsocialismo aquí.

Pero no nos hagamos los tontos. El colega realmente tenía en mente a todos los ateos que hemos decidido salir del armario en el que la ICAR, los fundamentalistas musulmanes, judíos, baptistas y demás ralea de baja estopa les gustaría vernos calladitos; cuando no, sacarnos a hostias ellos mismos y practicar con nosotros algún código penal divino tipo sharia o retomar el sano esparcimiento del populacho con el españolísimo auto de fe, previo a nuestro paso a ser torturados durante toda la eternidad. Como (por suerte) ahora no pueden (virgencita, virgencita, que me quede como estoy), a la ICAR y sus secuaces les queda la difamación como arma y la apelación a derechos inmerecidos para, por ejemplo, eliminar algo tan saludable para la humanidad como la blasfemia. Aunque en esto no son muy innovadores que digamos estos traficantes de la ignominia, algún resultado les da que nos ponen los huevos de corbata.

Aparte de que Hitler ni el nacionalsocialismo eran ateos y de que, aún siéndolo, no fue el ateismo la bandera que enarbolaron para cometer atrocidades, Ratzinger retoma la manida mentira de considerar que sin religión no hay moral ni ética. Poco importa que la religión sí haya sido la causa de que se exterminaran pueblos enteros durante las Cruzadas; de que se sometiera a tormentos y se asesinara a miles de personas acusadas de cualquier desviación del dogma católico; de que se esclavizara y atormentara a pueblos que tenían otras religiones oficiales; de que se mantuvieran algunas de las dictaduras más terribles del siglo XX como la franquista; de que se persiga, se torture y se asesine a homosexuales, mujeres adúlteras o niños desheredados que han robado algo que llevarse a la boca; de que cerca de 3000 personas murieran asesinadas en un ataque terrorista a las Torres Gemelas; de que en África y otras partes sigan muriendo millones de personas por estar el condón maldito; de que se practiquen ablaciones de clítoris a niñas,... Poco importa a Ratzinger y demás cómplices de estas atrocidades que la religión se presente en un elevado porcentaje de sus manifestaciones como algo que sí que está falto de moral y de ética.

El mundo no necesita ningún dios para eliminar la muerte, la tortura o la discriminación. De hecho, el mundo necesitaría hacer una limpieza de dioses para empezar a dar mayor dignidad al ser humano. Ateos hay muchos y de muy diversa condición. Religiones también hay muchas y de muy diversa condición. La única Iglesia Católica que existe es solo de un tipo: discriminadora -de opciones sexuales, de la mujer, de otros pensamientos, de la Ciencia-, asesina e inmoral. Si hay algo que hay que excluir de la vida pública es a instituciones como la Iglesia Católica que subvierten los más fundamentales derechos y la dignidad de los seres humanos; cuando no, simplemente los atropellan.

Sin embargo, he de romper una lanza a favor de este nuevo consejo directivo de la ICAR. Y es que el anterior consiguió pintarle una fachada falsa a esta institución con la cual engañaba al mundo, mientra detrás de sus paredes se pergeñaban los planes para hacer caer a regímenes totalitarios dejando a la deriva a millones de personas, o se seguía condenando a otros tantos millones de personas a una muerte agonizante por el SIDA o por un aborto. Este nuevo consejo directivo, al menos, no nos miente directamente y nos muestra las intenciones, principios y finalidades verdaderas de la organización criminal que esconde.

Por mucho que ladres como perro sarnoso -creo que es un insulto más suave que el de Nazi-, Ratzinger, el secularismo seguirá perdiendo puntos en crímenes en competición con tu organización. No hay color. Y no solo eso; sino además, los ateos no necesitan de ningún dios para seguir unos dictámenes morales; si hay necesidad de alguna deidad para no asesinar, no torturar o no violar, es que los creyentes son criminales controlados.

Y por mucho que ladres y lances infamias contra nosotros, ya no vamos a callarnos y seguiremos denunciando la podrida institución que es la ICAR. Nosotros no tenemos intención de asesinaros y torturaros, lo que no está exento de toda duda respecto a vuestras intenciones sobre los ateos.

Y, por supuesto, que te aproveche la mierda que esta cucaracha ha procesado de tu basura, bastardo.